Abr 02_07 Donde quiera que estéis, en el puesto que estéis, en lo que estéis trabajando

Rosario. Lunes de Semana Santa.

Temas:

  • Donde quiera que estéis, en el puesto que estéis, en lo que estéis trabajando, vuestra misión es ser otros Cristos.
  • Yo Soy un Dios de Misericordia que olvida el pasado y cada vez que vosotros acudís a Mí para el perdón de vuestros pecados, es un renacer para vuestra alma.

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Donde quiera que estéis, en el puesto que estéis, en lo que estéis trabajando, vuestra misión es ser otros Cristos.

Hijitos Míos, vosotros recorréis toda una vida en estudios, en prácticas para que después, con éste conocimiento lo podáis ofrecer a alguien y ésta persona pague por vuestros servicios. Vosotros conocéis qué tan preparados estáis y sabéis el puesto probable que os puedan dar en el lugar a donde pediréis que acepten vuestros servicios, sabréis la paga de acuerdo a vuestro conocimiento.

Esto os lo digo, Mis pequeños, porque quiero que en éstos días santos y aún fuera de éstos días, haciendo una reflexión sobre vuestra vida, os pongáis a pensar, honestamente, cuánto tenéis en vuestro corazón con lo que Me podéis servir, cuánto habéis aceptado en vuestro corazón de las Enseñanzas de Mi Hijo y cuánto os habéis puesto a trabajar para el servicio de vuestros hermanos y de acuerdo a esto, también sabréis vuestra paga.

Ése es el acto de conciencia que vosotros debéis tener. Debéis ser sencillos, humildes y honestos para daros cuenta cómo Me habéis servido a Mí, porque cuando estéis presentes ante Mí, al final de vuestra vida, ésta misma pregunta se os hará, ¿cuánto dejasteis de Mi Amor sobre la Tierra?, ¿cuánto servisteis a vuestros hermanos, siendo otros Cristos, para la salvación de sus almas?, ¿qué habéis hecho para que Mi Reino se extendiera sobre la Tierra?

Meditad, Mis pequeños, todo esto y que esto vaya normando vuestra vida. Vinisteis a ésta misión, Mis pequeños, simplemente a ésta misión, donde quiera que estéis, en el puesto que estéis, en lo que estéis trabajando, vuestra misión es ser otros Cristos en la salvación de las almas y la difusión de Mi Reino sobre la Tierra. ¿Qué habéis hecho, Mis pequeños, entre  vuestros hermanos, entre vuestra familia, entre vuestras amistades, entre los desconocidos, a través del mundo, con vuestras oraciones?, ¿qué tanto empeño pusisteis en que el mundo para que fuera cambiando a través de ése deseo grande en vuestro corazón y de vuestro ejemplo ante vuestros hermanos?, ¿qué habéis hecho para que Yo pueda empezar a Reinar en el corazón de los hombres?, ¿qué habéis hecho para que vuestros hermanos, tendiendo una mala información, o simplemente, no tener información sobre Mi Evangelización, empezaran a motivarse y buscarMe?

Mis pequeños, ésta es vuestra misión, os lo repito, que deis y os deis por vuestros hermanos como Mi Hijo se dio por cada uno de vosotros. Es puro amor, Mis pequeños, lo que Yo pido que deis, porque la Evangelización de Mi Hijo fue eso, recibir el Amor, llenarse de Amor y darlo a Sus hermanos.

No os he puesto una misión difícil, no es una misión imposible que os haya pedido en vuestra vida, el ser ejemplo de vida, ser ejemplo en vuestro trabajo, ser ejemplo en todos los lugares a donde acudáis. Ya el simple hecho de ser ejemplo, teniendo a Mi Hijo en vuestro corazón, ya eso es un trabajo, ya es la Presencia Viva de Mi Hijo que estáis dejando en los lugares a donde vais. Seréis distintos a los demás, unos os aceptarán y vuestra presencia les motivará su alma al cambio, sentirán que necesitan cambiar porque verán que sí se puede tener un cambio, porque seréis ejemplo vivo de ése cambio. Para otros, vuestra presencia será molesta, porque sentirán en su corazón que los estáis juzgando, aunque así no sea, que es lo que pasaba cuando Mi Hijo caminaba por las calles y se presentaba en los Templos. Aquellos que tenían un corazón obscuro, malo, sentían ésa represión, sentían que se les estaba juzgando, aun sin que Mi Hijo hablara contra ellos, porque no podían ver la Verdad, el Amor, la Pureza y la Santidad junto a ellos, se sentían juzgados, porque ellos eran diferentes y actuaban diferente a Mi Hijo.

Así pues, Mis pequeños, os pido que, a pesar de que seáis juzgados y perseguidos, como Mi Hijo lo fue, que os mantengáis en ésa presencia viva y santa que Mi Hijo tuvo y que vosotros debéis tener por ser como Él y llevarlo en vuestro corazón. Yo estaré con vosotros, Mis pequeños, en ésos momentos difíciles en donde deberéis ser testigos verdaderos de ésa vida interior que tenéis para con Nosotros.

No juzguéis para que no seáis juzgados, orad, orad mucho por vuestros hermanos que no han querido abrir su corazón al Amor, a la vida espiritual santa, Divina, que es lo que os dejó Mi Hijo y seguid adelante, Mis pequeños, para que Mi Reino se siga difundiendo a través de vosotros, Mis testigos de Luz.
Gracias y os bendigo en Mi Santo Nombre y en Mi Santísima Trinidad.

Segundo Misterio.
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo Soy un Dios de Misericordia que olvida el pasado y cada vez que vosotros acudís a Mí para el perdón de vuestros pecados, es un renacer para vuestra alma.

Hijitos Míos, en Mis apóstoles estáis reflejados todos vosotros. Tres años de Evangelización, tres años con el Maestro, tres años con el Santo de los Santos, conviviendo con Él, compartiendo con Él, viendo Mis Milagros, viendo cosas extraordinarias, recibiendo Sabiduría Divina, teniendo lo que ningún hombre sobre la Tierra había tenido, la convivencia directa con su Dios, Mis Enseñanzas directas hacia ellos, cualquiera de vosotros hubiera querido tener ésa dicha. Los mismos profetas en la antigüedad, habían querido tener ésa dicha del conocerMe, y éstos doce hombres estuvieron Conmigo tres años, conociéndoMe, tomando de Mí,  alimentándose de Mí y al final, qué sucede, uno Me traiciona, Me lleva hasta la muerte, otro Me niega, el que fue cabeza de todos ellos, los demás corren, huyen al ver que las cosas se ponen difíciles cuando Me atrapan y solamente uno se mantiene al pie de la Cruz.

Mis pequeños, ¿cuál de todos ésos apóstoles sois vosotros?, ¿también huiréis, también Me traicionaréis, también Me negaréis u os mantendréis Conmigo por siempre?

Reflexionad, Mis pequeños, no habéis tenido tres años de preparación, muchos de vosotros tenéis toda una vida, decenas de años conociéndoMe, buscándoMe, tratando de estar Conmigo, ¿qué habéis hecho de vuestra alma?, ¿qué habéis hecho para estar en la misma posición de Mis apóstoles y discípulos?, o sea en la transmisión de Mis enseñanzas. Lo que les di a ellos, ahora lo tenéis vosotros en las Sagradas Escrituras y ésa es vuestra tarea también, al estar Conmigo debéis difundir lo que ellos mismos recibieron y difundieron.

¿Qué habéis hecho?, ¿en dónde estáis?, ¿qué cuentas tenéis para darMe?, son momentos de reflexión, son momentos de Juicio, Mis pequeños. Os voy anticipando todo esto para que vuestro momento final sea grato para vosotros y grato para el Cielo, que no sean momentos vergonzosos cuando os presentéis ante Mí, ante Mi Padre, ante el Cielo entero, que se os vea, se os juzgue, ¿cómo os sentiréis ante éste Juicio Universal? y será Universal cuando seáis juzgados en la particular, porque las almas, todas las almas estarán viéndoos. Ciertamente Yo Soy el Juez, pero ellos verán cómo os comportasteis, entraréis a la Gloria dichosos de haberMe servido o tendréis que pasar mucho tiempo en  purificación porque desperdiciasteis Mi tiempo.

Meditad, Mis pequeños, antes de que os alcance vuestra muerte, meditad y actuad positivamente, Yo Soy un Dios de Misericordia que olvida el pasado y cada vez que vosotros acudís a Mí para el perdón de vuestros pecados, es un renacer para vuestra alma, un principio en el cual podréis hacer grandes cosas para Mí, para vuestros hermanos, para Mi Reino, volvéis a renacer cuando vuestra alma queda limpia, sana, aliviada de vuestros pecados. Acercaos a Mis ministros para que alcancéis la purificación de vuestra alma y tengáis ése propósito de renovación, de empezar nuevamente y de hacer lo mejor posible por vuestro Dios en vuestros hermanos y para Mi Reino, que ya se acerca.

Meditad, reflexionad, os amo, Mis pequeños.