Sep 16_98 Mí Iglesia Duerme.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor,
Mí Iglesia duerme mientras el mal camina por las calles libremente. ¿No os dáis cuenta, hijitos Míos, de vuestra impotencia para controlar las bajezas a las que ha caído vuestra sociedad?

Vuestros hijos ya no siguen los lineamientos de Mí Iglesia ni de vuestros principios morales. Muchos de vosotros los habéis perdido completamente también. Ya no sóis ejemplo digno para levantar a vuestros hijos al estado de salvación de sus almas.

Todo se ha corrompido y todo se vuelve obscuro para vuestros sentidos. Os sentís abatidos por el mal que os rodea, pero no acudís a Mí ni a Mis Méritos por ayuda para vuestra recuperación y sanación.

Al estar confundidos acudís a las fuerzas del mal, camuflageadas en un falso bien y bienestar hacia vosotros.

Buscáis primero llenar vuestros bolsillos de los bienes materiales y os olvidáis de lo más importante que es la salvación de vuestras almas.

Dedicáis mucho tiempo a vuestros intereses y a Mí, a quién debéis TODO, aún vuestras vidas, ni mención de Mí, ni busquéda de lo Mío me dáis para complacerMe. Os acordáis de Mí si vuestros bolsillos se agotan, pero nada más.

Deberéis buscar Mí Compañía más seguido. Yo me he dado por todos vosotros hasta Mí última gota de sangre. No escatimé nada por vosotros, Me dí en pleno. El Amor es así, se dá completamente por quién se ama. El Amor es el máximo tesoro de Mí Ser. Es el máximo Don del Espíritu Santo. Es la Esencia Real de Mí Padre. Sin Amor no habría vida ni subsistiría. Deberéis buscarlo con la avidez del saber que sin él no sóis nada ante los Ojos de Mí Padre.

El Amor lo es todo y la vivencia en el Amor confirma a Mis seguidores, a Mis ovejas, a los propietarios de Mí Reino.

Mí Reino, Reino de Amor, será sólo para aquellos que crean y vivan plenamente en el Amor pleno de vuestro Dios. Yo os vine a enseñar las Palabras que Mí Padre Me dió para transmitirles. Mis Palabras, escritas en los Evangelios, hablan en todo momento de Amor. Sin Amor no habría milagros, sin Amor no habría oraciones, sin Amor no habría seguidores, sin Amor no se podría haber llevado a cabo Mí Obra de Redención, sin Amor no habría Cielo. Yo os he dado el Camino preciso y seguro para llegar al Padre, todo se resume en una sola palabra, AMOR. Mí Misericordia, es Amor. Mis cuidados, son de Amor. Las necesidades de Mí Corazón, para que volváis a Mí, son de Amor.

¿Por qué se os hace tan difícil seguir Mí Amor? El Amor os abre todas las puertas, las de Mí Corazón y las terrenas. El Amor, al no ser egoísta, recibe bendiciones de toda especie. Los corazones en los que habito, reciben y aprecian el amor de su prójimo.

Yo he de reunir nuevamente a Mí Rebaño, Rebaño que se distinguirá por amarse los unos a los otros. Nuevos tiempos se os darán, los cuáles estarán llenos de Nuestro Amor. En ése tiempo se vivirá la verdadera vida, será vida santa, vida de renovación, vida que producirá vida para el Cielo. Vuestro Dios en vosotros y con vosotros. Vivirá las delicias de Sus hijos, porque alabarán libre y plenamente en el Amor. Por fin, esos Cielos Nuevos y Tierras Nuevas, la paz y el Amor en todas sus facetas. ¡Pedídlo ya, desde ahora y fijád vuestros ojos en ésos tiempos! Es la gratitud de un Dios para con sus hijos fieles. Llenáos de Mis Virtudes y de Mis Méritos, para presentaros como hermanos Míos y como hijos de Nuestro Padre Dios.

Vuestra Madre, Mí Madre Amantísima, os ayudará a alcanzar ésos méritos, porque os ama, como a Mí Me ama. Seguid Sus intenciones y vivid, según el Espíritu os indicará, después de que lo recibáis. Todo el Cielo expectante está al Gran Triunfo de la Misericordia de Vuestro Dios. Confianza plena hay hacia vosotros, de parte de vuestro Dios, no le falléis hijos Míos, Él os ha dado todo, es justo lo mismo de parte vuestra, ¿o no lo creéis así?

Yo os bendigo en Nombre de Mí Padre, vuestro Padre, en el Mío vuestro Redentor y en el del Santo Espíritu de Amor. Recibid las bendiciones de vuestra Madre Santísima, Mí Madre, donada plenamente al Amor.