Ago 03_98 La Pequeñez Humana.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Hijitos Míos, hoy os voy a hablar sobre la Pequeñez Humana. Es en la pequeñez de las almas en donde Yo Me deleito. Mí gozo se hace grande cuando un alma nota su pequeñez ante Su Dios y Creador. Es en la pequeñez humana en la cuál Yo, todo un Dios Omnipotente, que no tiene límites en Su Grandeza, puede introducirse y vivir libremente, atraído por la humildad aceptada de su pequeñez.

Vosotros os habéis dado cuenta en las Sagradas Escrituras, como Yo, durante el transcurso de los tiempos, Me he manifestado a la gente sencilla y pequeña. Prácticamente nunca he escogido a reyes poderosos para darles Mis Palabras a través de sus labios, es la pequeñez la que Me atrae y la que busco. Tanto es así, que Yo Mismo en la Presencia de Mí Hijo Jesucristo, Me hice pequeñito y nací como cualquier otro niñito. Pero Me hice pequeñito tanto en lo material, Yo poseo todas las riquezas, como espiritualmente, Yo que Soy la Grandeza y que por Mí viven todos los seres.

Os lo dí como ejemplo para que vosotros no os sintierais más que vuestro Creador, pero ¿Qué os ha pasado ahora? Buscáis posturas humanas, posesión de riquezas, posesión de fama, posesión material de toda índole, posesión carnal y evitáis las posesiones más valiosas para Mí Corazón, que son las posesiones Divinas. Como la posesión de virtudes, posesión del buen ejemplo, posesión de Mí Santo Espíritu, para que habite, actúe y hable por vosotros.

Los poderosos, los ricos en bienes de éste mundo, no saben apreciar éstos valores que hacen poderosísimos a los pequeños. ¿No os dais cuenta que al ser pequeños Me tenéis a Mí y Yo Soy el Dueño y Poseedor de todo cuanto existe?

Es en la pequeñez en donde Yo puedo habitar y trabajar libremente, porque el alma se sabe indigna pero acepta los regalos que provienen de su Padre Dios. Es en ésta pequeñez en donde Yo puedo obrar milagros, tanto para la persona en sí, como para sus semejantes, puesto que se dan cuenta que ésa pequeñez no puede hacer nada por sí misma, si no es tomada por manos poderosas y que son las Mías.

Es en la pequeñez de un alma donde Yo puedo dejar turbadas las mentes y la sabiduría de vuestros sabios en la Tierra. Es en ésta pequeñez por la cuál Mí Iglesia se renueva por medio de Mí Santo Espíritu al explicar los Misterios del Reino a los que también acogen Mis Palabras y Mis Enseñanzas con pequeñez de alma. Es en vuestra pequeñez en la cuál Yo puedo engrandecerMe.

Hijitos Míos, no seáis soberbios, no os sintáis adultos en la Gracia ni en Mis Verdades. No cerréis vuestro corazón a Mí Guía Espiritual y a Mis Palabras para que os lleguen a iluminar vuestro camino. Acoged todo aquello que os haga crecer ante Mí y ante vuestros hermanos y deberéis estar seguros que en vuestra soberbia y altivez no vais a encontrar eco a vuestras palabras y acciones. No es vuestra soberbia y vuestro poder los que vana a hacer renovar la faz de la Tierra, es la pequeñez la que lo va a lograr. Ya os lo dije a través de Mí Presencia en Mí Hijo Jesucristo, sed como las ovejas que siguen al pastor. Vosotros veis en las ovejitas paz, tranquilidad, obediencia al pastor que las guía, Yo Soy vuestro Pastor y os he de guiar hacia pastos verdes y abundantes, pero sólo los pequeños y olvidados de sí mismos, Me podrán seguir.

Todos aquellos que utilicen su “inteligencia”, su “poder económico y político”, los que están acostumbrados a mandar y no saben recibir órdenes de amor no podrán seguir al Pastor. Sed sencillos, humildes, amorosos, pacientes y sobre todo, confiados en el Amor de Vuestro Padre y así obtendréis Mí Reino de Amor, Mí Reino que está reservado para los pequeños.

El pequeño se reconoce incapaz de poder hacer algo que valga la pena a lo Ojos de Su Padre, si no está guiado por Él mismo. Buscad en todo momento Mí guía Paternal, para que Yo os guíe y os atraiga a Mí Reino por toda la Eternidad. Vivid en vuestra pequeñez ante Mí, para que Yo os haga grandes y poderosos ante las almas justas en Mí Reino. No busquéis los valores y riquezas de la Tierra, los poderes y posesiones finitas de vuestro mundo que de nada os servirán para vuestra vida futura espiritual; buscad afanosamente los bienes del Cielo a través de vuestra humilde aceptación a vuestra pequeñez.

Os lo vuelvo a recordar, es en los pequeños en los cuales, Yo Vuestro Padre, Me puedo manifestar con absoluta libertad.

A todos los amo y a todos los quiero pequeños en Mí Corazón. Yo os bendigo en Mí Santo Nombre, en el de Mí Hijo y en el del Santo Espíritu de Amor. Pedídle a Mí Hija, la Siempre Virgen María, que os enseñe y os comparta la “Pequeñez” que puse en Ella y que Ella le alcanzó a ser Madre de Su Dios y la Poseedora de TODOS Nuestros Bienes, por su Santísima Pequeñez.