Ago 01_02 En el Amor no hay temor.

Mensaje.



Mensaje dado por Dios Padre a J. V.
 
   Hijitos Míos, ya os había dicho hace tiempo que “en el Amor no hay temor”, queriendo haceros entender que aquél que está Conmigo, no debe temer a nada de lo que le rodea, ya que Yo, vuestro Dios, nunca Me separo de las almas, porque os amo con un amor tal, que ahora no lo podéis entender.

   A veces Me hago el escondido para probaros,  para acrisolaros, para ver si vuestra alma ya ha logrado madurar en Mi Amor, la cual, al verse desprotegida, abandonada, Me busca, busca lo que ya debe ser vital para ella, Mi Vida en vosotros.

   Sí, Mis pequeños, Me escondí un poco, dejé de dictarle a Mi instrumento para ver vuestra reacción y vi, con tristeza, que pocos, muy pocos, extrañaron Mi Palabra, Mis Enseñanzas, Mi Amor.

   ¿Es que vuestro corazón se ha vuelto de piedra? ¿Os habéis ya dejado dominar por las cosas del mundo, a tal grado de olvidar a vuestro Dios? 
   ¿Estáis ya tan satisfechos con lo que obtenéis del mundo que Yo ya salgo sobrando en vuestra vida y en vuestros intereses?

   Meditad esto muy bien, Mis pequeños y estad conscientes que esto pueda ya ser cierto para millones de almas y por ello el mundo ahora está yendo al abismo espiritual.

   Nada sucede por casualidad y si lo que estáis viendo a vuestro alrededor no os gusta es, seguramente, porque no habéis puesto vuestro empeño en orar para pedirMe que las cosas se compongan, para vosotros y para vuestros hermanos.  Estad ciertos que sois vosotros los que habéis fallado y no Yo, que sigo soportando vuestro olvido  y vuestro desprecio.

   Las almas sufren vanamente en la Tierra, cuando se separan de Mí y de Mi protección.  Yo siempre estoy velando por vuestras necesidades espirituales y materiales y esto lo aprecian y lo agradecen las almas que están “conectadas” a Mí. El alma que permanece unida a Mí, por vivir en estado de Gracia y en oración constante, sabe “leer entre líneas” las bendiciones que recibe de Mí a lo largo de su vida diaria.  En cambio, las almas alejadas y eso, porque ellas mismas así lo han querido, no saben entender lo que a diario ocurre en su vida; al perder las comodidades morales, materiales ó espirituales se desesperan, vociferan contra Mí y por ello se hunden más en su separación para Conmigo.  Estas almas no oran, no viven en estado de Gracia y menos aún buscan tener una íntima relación Conmigo, su Dios.

   ¡Cuánta irrealidad vive el ser humano, Mis pequeños! Os creéis autosuficientes y, paradójicamente, al creeros fuertes en vosotros mismos, en realidad sois más débiles, vuestra fuerza radica en Mí.  Los más pequeños entre vosotros, los que se saben incapaces de obrar por sí mismos, los que desconfían de sus propias acciones, los que Me buscan en todo para ser ayudados, ¡Son los más grandes entre vosotros!

   Yo Me puedo manifestar mejor en el débil y desconfiado de sí, el que se sabe que si no toma Mi Mano y se deja guiar, no llegará al lugar deseado, el que sabe que si no ora para pedir Mi consejo para normar su vida, todo le saldrá mal.  Son, los que son como niños, los que pueden llegar fácilmente a la meta de su misión y a la profundidad de Mi corazón.   En cambio, los sabios y entendidos, los que se sienten suficientemente maduros y que por ello mismo no voltean a verMe para buscar Mi ayuda y Mis consejos, por lo general sufren las consecuencias de su error, el mal los engaña fácilmente.

   Ya os He dicho, ó estáis Conmigo en totalidad  ó estáis sirviendo a Mi enemigo, en Mí no hay medianías.  Yo busco almas íntegras en la Gracia y de ellas Me valgo para transmitir Mi Pensar y para haceros llegar Mis Bendiciones.  Son almas que saben escucharMe en su interior, porque saben estar en silencio; son almas que Me dan de “su” tiempo para preguntarle a su Creador que es lo que El quiere.  Estas almas no pertenecen al mundo, su Mundo  Soy Yo.

   Hijitos Míos, Mis pequeños, os prometí que Yo no Me separaría de vosotros en ningún momento, aún cuando así lo parezca.  Que éstas semanas de silencio de Mi parte, os hagan reflexionar y que os ayuden a meditar vuestras fallas para con vuestro Dios y para con vuestros hermanos.  Yo necesito almas maduras, sin reveses, almas estoicas que no sean veletas ó sea, de las que dicen estar Conmigo pero también coquetean con el mal.

   Hijitos Míos, ya no hay tiempo que perder, pedidme que os dé lo que más  necesitéis para que aprendáis a ser de una sola pieza y de un solo pensamiento: instrumentos fieles del Amor de vuestro Dios.

   Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.