Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
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Habla La Santísima Virgen María
Hijitos Míos, se os dijo desde Fátima, que la destrucción de la Iglesia iba a empezar desde dentro. ¡Cuán poco han valorado los hombres, tanto aquellos, los que decidieron buscar a Dios dentro de la jerarquía de la Iglesia, como vosotros, los fieles a Ella. Cuán poco han valorado lo que es la vida Sacramental, la vida en la Paz interior, la vida en la Pureza espiritual, la vida unida a Mi Hijo, Cristo Jesús. Tenéis Su Ejemplo, tenéis Su Palabra, tenéis Su Amor, tenéis Sus Enseñanzas vividas, transmitidas, pero, vosotros, habéis hecho de ellas, palabras que se las ha llevado el viento y que vosotros no habéis querido guardarlas en vuestro corazón.
Debido a este error humano, tanto, como de aquellos que están dentro de la jerarquía, como de los que estáis fuera, satanás se ha aprovechado de vuestra tibieza espiritual, y por ello, él os ha puesto muchos, muchos desvíos espirituales, tentaciones, en las que habéis caído fácilmente, porque no habéis tenido, ni los unos ni los otros, esa Fuerza Espiritual y ese deseo grande de proteger lo que es de vuestro Dios, de proteger lo que Mi Hijo os dejó y que tanto Le costó. Por eso, ahora el Cielo reclama, tanto a los que están dentro de la jerarquía como a los que están fuera, a todos vosotros os reclama el Cielo vuestra distracción, vuestra traición, vuestra maldad, porque muchos, tanto dentro de la jerarquía, como fuera de ella, habéis hecho pacto con satanás, y eso no lo soporta el Cielo y seréis borrados de la Tierra, como hojas que son quemadas porque no sirven ya.
Mis pequeños, estáis viendo el cambio que se está dando a vuestro alrededor, se van eliminando infinidad de hermanos vuestros; otros, van comprendiendo el error en el que cayeron y están enmendando el camino: a otros, les está sirviendo para buscar un alto grado espiritual, pero hay muchos, muchos, que no han querido entender, y también, por haber hecho pacto con satanás, serán eliminados, porque han destruido lo que todo un Dios os dejó para crecer, para ser Santos, para dar ejemplo, para dar vida espiritual, para hacer camino para otros para llegar al Reino de los Cielos.
Tarde os daréis cuenta de cómo fuisteis engañados por satanás, porque él nunca se muestra, aún a aquellos que hacen pacto con él, con su forma real, con su pensamiento real, con su maldad real. Como ya se os ha dicho, estáis ahora bajo su influencia total.
Se os dijo, hace alrededor de un año, a través de Mi hijo, que se le dio fuerza total a satanás, para poneros a prueba, para eliminar a todos aquellos que quieren seguir los pasos de Mi Hijo. Ciertamente, los que están con él, ya no tiene mucho qué hacer con ellos, porque muertos ya están, espiritualmente.
Mis hijos, Mis pequeños, a los que todavía os podeMos llamar hijos de Dios, como se os prometió, seréis cuidados, protegidos, pero, también, sufriréis purificación para vuestro bien, para vuestra entrada al Reino Terrenal que se os dará después de la Purificación. No temáis, seréis cuidados los que estáis respetando las Leyes de vuestro Dios, respetando Su Amor y transmitiéndolo a vuestros hermanos.
El Amor de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, os está cuidando, preservando de la maldad de satanás.
Gozad, pues, estos momentos de cambio, gozad, puesto que esto os avisa ya vuestra liberación y el cambio que tanto habéis anhelado por tanto tiempo.
Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y os seguiré cuidando, hasta que venga ya ese cambio tan deseado, os llevaré de la Mano para que entréis a esas Nuevas Tierras que tanto habéis buscado.
El Ángel del Señor estará con vosotros y también os seguirá protegiendo de la maldad de satanás. No temáis, Mis pequeños, no temáis, la Santísima Trinidad está con vosotros y veréis Su protección Poderosa, porque estos son tiempos de grandes cambios, pero también, son tiempos en que se manifestará el Poder Divino sobre vosotros, los buenos, y la destrucción de los malos.
Os amo, Mis pequeños, y que Mi Amor y el Amor de Mi Hijo quede con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.