Abr 12_2023 Espantad a satanás con Mi Nombre, él no soporta escuchar Mi Nombre: María Santísima, vencedlo con el arma poderosa que tenéis con el Santo Rosario.

Rosario – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

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Habla La Santísima Virgen María

(Lenguas…) Hijitos Míos, estoy aquí con vosotros. Gracias por haberMe acompañado, gracias por estar Conmigo. Bendigo este hogar y bendigo a todos los que estén en este hogar y a todos los que vengan a él. Bendigo el hogar de cada uno de vosotros, de sus parientes, de sus hijos, hermanos, de todos aquellos que tengáis vosotros en vuestro corazón.

Mis pequeños, no imagináis la alegría que Me dais al compartir vuestro corazón amoroso, porque tenéis el Corazón de Mi Hijo en vosotros.

Mis pequeños, pocos, pocos son los que quedan en este mundo, que siguen los Mandatos (Lenguas…), los Mandatos de Nuestro Dios y Creador. Pocos son los que tienen, todavía, en su corazón, las Enseñanzas de Mi Hijo, pocos son, todavía, los que se dejan mover por la acción de Mi Esposo, El Santo Espíritu de Amor.

¡Oh!, Mis pequeños, este es un gran dolor que teneMos en el Cielo, porque son tantas las almas que posiblemente se puedan condenar y que son pocas las oraciones de aquellos que debieran hacerlas para protegeros.

Mi Amor, Mis pequeños, es muy grande hacia todos vosotros, y Mi Hijo Me pidió en la Cruz, que Yo viera por toda la humanidad, y lo hago, Mis pequeños, lo hago con todo Amor, como el Amor que Él manifestó durante Su Vida en la Tierra, dándoos Su Amor, Su Predicación, Sus Milagros, Su Vida entera, Su Pasión, los Dolores que Él soportó por vuestra salvación y para abriros las Puertas del Reino de los Cielos.

¡Cuánta maldad hay a vuestro alrededor, Mis pequeños!, y hay tantas almas que no se dan cuenta de ello. Os habéis acostumbrado a vivir en la maldad y no buscáis la Verdad que os trajo Mi Hijo, para que la siguierais. ¡Son tantas las almas que no buscan, ya, los bienes del Cielo! ¿Acaso, estáis buscando vosotros la condenación eterna? ¿Acaso, no queréis seguir los Pasos de Mi Hijo para poder entrar fácilmente al Reino de los Cielos?

Ciertamente, no podríais soportar la Donación de Mi Hijo en vosotros, pero vuestra cruz diaria, ofrecida y unida a Su Vida, a Su Pasión, a Su Muerte, a Su Resurrección, también os abre las Puertas del Cielo, pero debéis ser donados, Mis pequeños, para ayudar a vuestros hermanos, que distraídos están en el mundo.

¡Hay tanta maldad  a vuestro alrededor y prácticamente, no hacéis nada para luchar contra ella!

PedidMe, Mis pequeños, pedidMe, que termine Yo con la maldad de satanás, él Me teme y puedo, Yo, acabar con su maldad, pero vuestra oración es importantísima, Mis pequeños, especialmente, como lo acabáis de hacer, rezando el Santo Rosario, pero hay tan pocos, tan pocos de Mis hijos que ahora buscan el terminar con esa maldad. Son tan pocos los que Me buscan para vivir una vida que os llevará a la Santidad, a la cual estáis llamados, y son tan pocos Mis hijos, los que buscan enseñar a sus hijos las Verdades del Cielo.

Se van perdiendo los valores, se va perdiendo la espiritualidad, se va perdiendo la salvación de las almas.

Llorad, Mis pequeños, llorad, como Nosotros lloraMos por la condenación de tantas almas, que, desgraciadamente, se dan cuenta de sus errores al momento de estar frente a Mi Hijo, al terminar su misión en la Tierra.

¡Cuántos errores se viven!, errores que son aceptados en vuestra sociedad, en vuestro mundo, y satanás se encarga de que no veáis esos errores, tal cual son. Envuelve esa maldad en una aparente bondad, y vosotros os tragáis sus mentiras, y así, va decayendo la espiritualidad entre vosotros, el respeto a Nuestro Dios y Señor y no buscáis Su Amor, que lo es todo y debiera ser todo para vosotros. ¿Acaso, podéis encontrar en el Mundo, otro Amor parecido?, o ya no os digo igual, porque es imposible que el hombre tenga un amor tan grande como el de Nuestro Dios y Creador, pero no hay amores como el Amor que os da Nuestro Dios y Señor.

Venid, pues, Mis pequeños, venid a Mí, dejadMe que os guíe por el buen camino. DádMe la mano, Mis pequeños, como cuando erais pequeñitos y les dabais la mano a vuestros padres. DejadMe que os guíe en estos últimos tiempos, tiempos ya, que se terminan, tiempos de convulsión mundial, tiempos en que el horror terminará y vendrá una nueva generación para los escogidos.

Buscad, pues, Mis pequeños, el ser tomados para el Cielo, aunque tengáis que pasar un gran tiempo en el Purgatorio, si tuvisteis muchos pecados y poco arrepentimiento; o poco tiempo en el Purgatorio, si buscasteis el Reino de Dios a lo largo de vuestra existencia. Pocas almas son las que pasan directamente al Reino de los Cielos, muy pocas, pero son almas especiales, almas escogidas, que dan su vida, como la dio Mi Hijo por todos vosotros.

BuscadMe, gritad Mi Santo Nombre, espantad a satanás con Mi Nombre, él no soporta escuchar Mi Nombre: María Santísima, vencedlo con el arma poderosa que tenéis con el Santo Rosario y sed los otros Cristos que Mi Hijo quiere ver en vosotros.

Venced a satanás, no os dejéis engañar ya por él, no vinisteis a servir al enemigo, vinisteis a ganar el Cielo junto con Mi Hijo.

Gracias, Mis pequeños, gracias por estar Conmigo.