Oct 07_2021 No entendéis, y los acontecimientos fuertes y dolorosos están a la puerta, y bien podríais bajar esa fuerza de dolor, pero no queréis.

Rosario vespertino Mensaje ÚNICO.

.

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

==============================

.

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, la oración y la reparación debe ser algo cotidiano en vosotros. ¡Son tantos, tantos los pecados que Me llegan desde la Tierra al Cielo! ¡Es tanto Mi Dolor! Sigo sufriendo la Crucifixión.

Son tantos vuestros hermanos a los que no les interesa Mi Dolor, Mis Penas, a pesar de que Yo Me di por cada uno de vosotros. Por eso, los dolores de parto que está sufriendo esta humanidad, se irán incrementando, si esta humanidad no entiende que todo lo que les está llegando de dolor, es por causa vuestra, no es venganza Mía, como algunos lo pueden tomar o por casualidad, como otros, también lo dicen. No, Mis pequeños, esto no es cíclico, hacedle saber esto a vuestros hermanos, que muy lejanos están, de lo que está sucediendo. Ciertamente, están sufriendo por su economía, están sufriendo de enfermedades, están sufriendo de la Naturaleza que se rebela ya contra el hombre y ni aun así entienden, piensan solamente en lo humano, en lo temporal, su economía y no piensan en su futuro eterno.

Tendréis un tiempo, Mis pequeños, en que todo lo que os he enseñado, lo daréis a vuestros hermanos, porque lo necesitarán; serán tocados por Mi Amor, todavía, Mi Misericordia, tratará de salvar almas, tratará de hacer entender a esta generación, que a punto está del cambio. Que mucho de lo que está sucediendo, es por vosotros mismos, porque, precisamente, por la maldad que ya tenéis en vuestro corazón, es inevitable, ya, el que Yo aparte muchísimas almas, de aquí, de la Tierra, porque satanás las ha tomado, las ha infectado con su maldad y ellas ya no saben reconocer entre el Bien y el mal.

¡Es una lástima que tantas almas vayan a tener que ser eliminadas!, pero no todas condenadas, porque por medio de vuestra oración de intercesión, muchas se han de salvar. Pero Me duele, Me duele a Mí, como vuestro Hermano, vuestro Redentor, vuestro Dios, que todo lo que heMos hecho en Nuestra Santísima Trinidad, no haya hecho mella en todos estos corazones, tibios o mediocres o malos, porque han preferido seguir al maligno, que les promete los goces temporales y no se quieren someter, estas almas, al cambio que les dará la vida eterna.

Os sigo amando, os sigo buscando, aunque Yo siga sufriendo, Me sigo dando por vosotros, sigo sufriendo los dolores físicos y espirituales por esta gran cantidad de almas que no quieren someterse libremente a Mi Amor.

¿Qué os he hecho para merecer todo esto? De Mí, habéis obtenido solamente Amor, os he educado para que con esta educación llegarais a ser santos. Os he hecho jueces de vosotros mismos, para que conocierais cómo atacar el mal que llega a vosotros y cómo buscar el Bien, que os deja un lugar muy grande en Mi Corazón.

El Amor lo es todo, Mis pequeños, el Amor es Vida, es plenitud, pero es Mi Amor, no los amoríos pecaminosos que estáis viviendo y que tanto os he hablado de ellos. Mi Amor es el que os da la vida eterna, es el que os da las alegrías, pero también las tristezas, porque también os dije que: “aquellos que quisiera venir en pos de Mí, tomaran su cruz y Me siguieran”. Sí, el Amor también produce dolor y lo habéis vivido la gran mayoría de vosotros, pero Me lo seguís causando a Mí, ese dolor, que no Me lo merezco, lo sigo sufriendo por causa de vosotros mismos.

Queréis vivir a gusto, sin problemas, pero vais siempre buscando el mal, la mediocridad; todo lo malo que existe a vuestro alrededor lo aceptáis en vuestra existencia, en vuestro modo de vida. ¿Cómo pues, queréis vosotros llegar a la santidad de vida, si estáis buscando todo lo contrario? ¿Cómo pues, queréis tener paz a vuestro alrededor, que la Naturaleza no os ataque, como os está pasando ahora, si vosotros no respetáis Mi Creación, que la puse a vuestra disposición? Estáis sufriendo porque no estáis respetando Mis Leyes, Mis Mandatos. Os peleáis los unos a los otros, os matáis hasta por cualquier cosa pequeña, de poco valor.

Despreciáis Mis Tesoros, que os he dejado, para que os fuerais llenando de Mi Vida. No alcanzáis a ver la Verdad, porque no la buscáis, no queréis comprometeros Conmigo, para ser mejores, para ser santos, para que pudierais sacar a esta generación a lo alto, y que fuerais vosotros, al ser miembros de esta generación, fuerais felices y llegar a Mí, en vuestro Juicio Final, alegres de que hicisteis todo lo que pudisteis para alegrarMe, porque cumplisteis con todo lo que Yo os pedía, y quizá, hasta disteis más, con tal de alegrarMe. ¿Cuántas almas piensan así, Mis pequeños?, de querer alegrarMe un momentito cada día, hacer una obra buena, portarse como Yo os pedí, que fuerais verdaderos hermanos en el Amor.

No ponéis gran cosa de vuestra parte, y queréis que todos estos males se remedien, como si vosotros os lo merecierais, que merecierais el que se os diera todo bueno, que no tuvierais problemas a vuestro alrededor, que vivierais seguros, con una paz verdadera.

Entended, y vuelvo a repetir, que lo que estáis viviendo, es por causa vuestra, vosotros tenéis el remedio y os lo he pedido y explicado varias veces: si os arrodillarais y Me pidierais perdón de corazón, esto cambiaría. Pero no hay Humildad en vosotros, no os importa, en lo absoluto, el darMe un gusto a Mí, vuestro Dios. Y tampoco os importa vuestro prójimo, que uniéndoos unos con otros, pudierais ayudar a aquellos que tienen una espiritualidad deplorable.

No entendéis, y los acontecimientos fuertes y dolorosos están a la puerta, y bien podríais bajar esa fuerza de dolor, pero no queréis.

Os envío a Mi Santo Espíritu, para que toque vuestros corazones, para que os haga recapacitar, para que os adentréis a vuestra conciencia y con honestidad, y ante Mí, vuestro Dios, repaséis vuestra vida. Que os deis cuenta de que no sois esas personas buenas que creéis ser, y a pesar de saber que Yo os perdono de Corazón y olvido lo que hayáis hecho, no queréis tomar esas Gracias y Bendiciones.

Repito, si no tomáis y si no entendéis lo que podéis hacer por vosotros mismos, sufriréis muchísimo, Mis pequeños. Cosas muy desagradables están ya a la puerta; vosotros decidís: querer sufrir muchísimo o poder detener, o al menos, aliviar, los dolores que debéis pasar para vuestra purificación. Vosotros tenéis la última palabra.

Gracias, Mis pequeños