Ago 06_2020 Estáis llamados a reproducirMe, a transmitirMe, a amarMe, a llevarMe a vuestros hermanos, a ser otros Cristos en este tiempo y, con ello, preparar a vuestra alma a ser bien recibida cuando seáis llamados al Reino de los Cielos.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

===============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

===============================

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, ¿por qué le tenéis tanto temor a la muerte, si es uno de los estados normales del hombre? Vosotros decís que los estados del hombre son nacer, crecer, reproducirse y morir, estados naturales por los que tenéis que pasar, pero Yo os añado algo más, Yo diría: nacer, crecer, reproducirse, reproducirMe, y morir. Esa es la parte que os falta, Mis pequeños, reproducirMe, ser otros Cristos.

Vosotros le teméis a la muerte porque no habéis completado ese otro estado espiritual en vuestra vida, ese es el estado espiritual que os va a preparar, precisamente, para un bien morir. Vosotros, de la otra forma, estáis viviendo los estados naturales de los animalitos, pero vosotros no estáis llamados a ello, estáis llamados a reproducirMe, a transmitirMe, a amarMe, a llevarMe a vuestros hermanos, a ser otros Cristos en este tiempo y, con ello, preparar a vuestra alma a ser bien recibida cuando seáis llamados al Reino de los Cielos.

Ese es un estado que se os olvida, que no queréis tomar en vuestra vida. No le tomáis importancia hasta cuando ya sois ancianos o se os están presentando los tiempos difíciles, como lo que estáis padeciendo ahora que ya se salen totalmente de vuestras capacidades, de lo que vosotros podéis manipular, de lo que vosotros podéis sobrellevar. Claro que este estado espiritual no lo vais a lograr en uno, dos, tres días, se lleva tiempo, bastante tiempo en lograr dejarMe a Mí habitar en vosotros y dejarMe a Mí hacer Mi Voluntad en vosotros, y para eso se necesita realmente mucha humildad, conocerMe perfectamente, amarMe infinitamente y, de esta forma, cumplir con este estado espiritual que todos debéis completar para poder llegar fácilmente al Reino de los Cielos.

¿A cuántos, realmente, vosotros conocéis que Me estén reproduciendo en el mundo? En estos tiempos son muy contados, por eso os he dicho que el resto fiel es muy pequeño, porque son muy pocos los que han tomado seriamente esta obligación de Amor, y lo digo así “obligación de Amor” porque vosotros Me estáis sirviendo a Mí, vuestro Dios, y es vuestra obligación llevar a cabo lo que Yo os he pedido, porque no vinisteis a vivir como animalitos, a cumplir esas cuatro fases de un animalito, vosotros vinisteis a hacer algo más que esos animalitos y que solamente el hombre lo puede hacer, porque es el hombre el que tiene el alma, es el hombre el que puede discernir, es el hombre el que puede escoger, es el hombre el que puede juzgar, es el hombre el que puede decir sí, para que Yo viva en vosotros, es el fíat que el hombre debe tomar y dárMelo para que Yo pueda vivir perfectamente en vosotros.

Por eso le teméis a la muerte, porque no estáis preparados a que Yo os pueda recibir en el Reino de los Cielos; no estáis preparados a llenar esa fase que tanto necesitáis para ser bien recibidos en el Reino de los Cielos. Por eso, porque estáis fallando, os sentís inseguros, no sentís que hayáis completado bien esa parte que tanto necesita vuestra alma para ser bien recibida y ser salvada.

Proponeos pues, Mis pequeños, a completar esa fase que os falta para que la muerte no sea un momento difícil y de temor, sino que sea un momento agradable, sobre todo si Me amáis; debe ser el momento más esperado del hombre: Llegar a verMe cara a cara, darMe el abrazo de amor y Yo os daré un abrazo de bienvenida a vuestro Hogar Eterno.

Tratad pues, Mis pequeños, de actuar como Yo actué, dándoMe como Mi Padre Me lo pidió; y ahora Yo, vuestro Hermano, os lo pido, daos por vuestros hermanos para que Yo os pueda recibir en el Reino de los Cielos por haber cumplido esa parte, esa misión de que seáis otros Cristos y que vosotros Me traigáis muchas almas hacia la salvación eterna.

Gracias, Mis pequeños.