Jul 08_2020 AcompañadMe, Mis pequeños, acompañadMe y dadMe la alegría de saber que cuento con vosotros, que no todos, actualmente, actúan como esta turba que quiere destruirMe.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Vosotros pecáis gravemente contra la Caridad. Vosotros decís que perdonáis a vuestros hermanos, cuando en realidad no lo hacéis así; decís que perdonáis pero que no olvidáis, y eso no es perdón, Mis pequeños, porque si Yo obrara así, el Cielo estaría vacío.

(Lenguas…) Hijitos Míos, vosotros pecáis gravemente contra la Caridad. Vosotros decís que perdonáis a vuestros hermanos, cuando en realidad no lo hacéis así; decís que perdonáis pero que no olvidáis, y eso no es perdón, Mis pequeños, porque si Yo obrara así, el Cielo estaría vacío.

Vosotros guardáis rencor cuando se os hace un daño, que ciertamente duele, y decís que perdonáis, pero vuestro perdón resulta en separación, en apartaros, pero no en perdonar perfectamente. Un alma puede renacer nuevamente, como lo expliqué en los Evangelios, el alma renace en el momento de su perdón; cuando el alma pide perdón, Yo le perdono sus pecados y OLVIDO completamente su pasado malo, el alma en ese momento renace, es una alma nueva gracias al Sacramento del Perdón que os doy.

Tenéis muchos ejemplos a lo largo de la historia de cómo almas perversas, almas malas, almas llenas de pecado, fueron perdonadas y renacieron, al grado de ser después almas de ejemplo en virtud y en amor. Tenéis a María Magdalena, mujer de gran pecado de quien salieron muchos demonios, se arrepintió, pidió perdón y después se convirtió en un gran Apóstol y hasta un premio grande se le concedió, de ser la primera en ver a Mi Hijo resucitado, ciertamente después de Mi Hija, la Siempre Virgen María.

Vosotros os mantenéis siempre con ese rencor, si os hacen algún daño, y marcáis a la persona con tinta indeleble, la hacéis a un lado, ya no volvéis a tener una relación firme con ella. Ciertamente hay almas que os hacen daño y no tienen ese propósito de enmienda, de no volver a caer en las maldades que cometen, estas almas serán juzgadas por ello. Que de vosotros haya siempre perdón hacia los demás, si la otra alma no responde, su pecado la hundirá, pero que de vosotros quede siempre limpia vuestra consciencia y, sobre todo, el amor hacia esa alma, de haber dado vuestro perdón y vuestro olvido, porque así como tratéis a los demás, seréis tratados, se os ha dicho ya.

Amad, amad y olvidad el mal que os hayan hecho, y os vuelvo a repetir: Si Yo mantuviera ese rencor que vosotros tenéis hacia vuestros hermanos que os han dañado, el Cielo estaría vacío.

Gracias, Mis pequeños.


Final del Rosario. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Así como Me persiguieron y quisieron acabar conMigo, ahora sobrevendrá sobre la Iglesia lo mismo, será atacada, se le blasfemará, querrán terminar con Ella, no podrán. Los Míos se esconderán, como se escondieron también en ese momento, sufrían al verMe, pero no tenían el valor de acercarse.

(Lenguas…)

Visión: Veo a Dios Nuestro Señor cargando la Cruz. Veo todo en gris, blanco y negro, el rostro de Nuestro Señor, sufriente, se ve así como desesperado, como diciendo: “¡AyúdenMe!”, y atrás se ve la turba inmensa, satanizada, realmente con ganas de destruir a Dios Nuestro Señor. Se ve horrible, todo se ve en blanco y negro, nada se ve a colores, como si todo fuera de tarde-noche y se ve todo el coraje de la gente, como si quisieran matarlo, como si fuera malo, malo, gritando todos horrible.

Así como Me persiguieron y quisieron acabar conMigo, ahora sobrevendrá sobre la Iglesia lo mismo, será atacada, se le blasfemará, querrán terminar con Ella, no podrán. Los Míos se esconderán, como se escondieron también en ese momento, sufrían al verMe, pero no tenían el valor de acercarse.

VéanMe, Mis pequeños, sufro, no solamente por el peso de la Cruz, sufro, porque aquellos que días antes Me querían hacer su Rey, ahora están sobre Mí, casi se Me abalanzan. Es una turba inmensa que grita que quisieran terminar conMigo ahí en ese momento, una turba desenfrenada que los soldados están deteniendo.

¡Cómo es el hombre! ¡Cómo es el hombre! Un día actúa de una forma y al otro día es otra persona, y así están, así están sobre Mí, queriendo destruirMe como si hubiera sido lo peor que hubiera en el pueblo, que los hubiera dañado tanto, cuando Yo fui el que más Amor les trajo en ese momento, cuando Mi Vida ahí era un verdadero Ejemplo, un Santo Ejemplo, y no el ejemplo malo de los fariseos y escribas.

¿Qué mal te he hecho, pueblo Mío? ¿Qué mal te he hecho? Yo Soy vuestro Dios y ved cómo Me tratáis. No Soy el forajido, no Soy el asesino, no Soy el ladrón al que persiguen las autoridades, Soy vuestro Dios que bajé a salvaros, a traer Amor, a traer Vida, a traer la Luz que tanto os faltaba. Me tuvisteis entre vosotros, visteis Mi Luz, escuchasteis Mis Palabras de Vida, disipé las tinieblas, que os cubrían. Pudisteis haber sido un gran pueblo y regresasteis a lo vuestro, a la maldad, al error, a la idolatría y aquí Me tenéis, atacándoMe como al peor de los ladrones o asesinos, cuando Yo os traje la Verdad y la Vida, os traje la salvación y vosotros la rechazasteis.

Padeceréis lo mismo, Mis pequeños, pero Yo estaré con vosotros, los que seréis atacados, los que seréis maltratados, porque aceptasteis vivir como Yo, trayendo Vida, trayendo luz, trayendo la Verdad, viviendo en el Amor.

¡Cuánto error!, ¡cuánto error entra en el corazón del hombre y no defienden a su Salvador! AcompañadMe, Mis pequeños, en estos momentos de Mi Pasión, Pasión dolorosa que no Me la merecía, pero tomé vuestros pecados, para salvaros. Aquí estoy cargando esta Cruz de pecados de la humanidad de todos los tiempos.

Esta turba satánica quiere deshacerse de Mí, sabe que Soy el Dios Redentor y quiere terminar conMigo, pero no podrá. AcompañadMe, Mis pequeños, acompañadMe y dadMe la alegría de saber que cuento con vosotros, que no todos, actualmente, actúan como esta turba que quiere destruirMe.

Me apoyo en vosotros para seguir adelante, Me apoyo en vosotros para tener esa alegría de saber que, todo esto que hice por vosotros, valió la pena. Quisiera que todos se hubieran salvado, pero satanás Me quita muchas almas y el hombre no responde a Mi Gracia.

Benditos seréis, Mis pequeños, porque Me acompañaréis eternamente en el Reino de los Cielos.

Gracias, Mis pequeños.