Jul 18_19 En Fátima, Yo os avisé, a través de los pastorcillos, que las fuerzas de satanás tomarían hasta el más alto puesto de la Iglesia, y esto ya está.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Vosotros sois la Iglesia, todo aquel que lleva, consigo, el Conocimiento de la Evangelización de Mi Hijo, es Iglesia viviente.

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, y nuevamente, os quiero hacer hincapié sobre todos los acontecimientos que están sucediéndose ahora en el Mundo y lo que se ha de venir por causa de ello.

En Fátima, Yo os avisé, a través de los pastorcillos, que las fuerzas de satanás tomarían hasta el más alto puesto de la Iglesia, y esto ya está, Mis pequeños. Ciertamente, ha sucedido en otras ocasiones, en el Pontificado de otros Papas, pero la Iglesia sigue adelante, porque Mi Hijo, os dijo que iba a ser atacada, pero prevalecería hasta el fin del Mundo.

Lo que os quiero hacer recordar, pero con una connotación especial, Mis pequeños, es que vosotros, habláis de la Iglesia como una estructura, un monumento, un edificio, y no es así, Mis pequeños.

Ciertamente, esa estructura, y bellas estructuras se construyeron para alabar la Presencia de Mi Hijo VIVO en la Eucaristía, en el Tabernáculo. Ciertamente, guiados por Mi Esposo, el Santo Espíritu de Dios, hombres buenos, construyeron estos monumentos para resguardar la Presencia de Mi Hijo en la Tierra, para protegerLo, pero, realmente, la Iglesia, lo que fundó Mi Hijo, está en vosotros.

Vosotros sois la Iglesia, todo aquel que lleva, consigo, el Conocimiento de la Evangelización de Mi Hijo, es Iglesia viviente, porque Mi Hijo os dejó toda una Evangelización de Amor, y eso, es lo que debéis, vosotros proseguir, como ejemplos vivos de que Él sigue aquí en la Tierra entre vosotros, llevando Su Palabra, llevando Su Ejemplo, llevando Su Amor a todos aquellos que os rodean.

Por eso se os ha pedido tanto ser otros Cristos, el ser Iglesias vivientes, eso es lo que quereMos, que vosotros seáis, en estos momentos, ese ejemplo vivo, en las calles, en vuestras casas, en todo lugar a donde vayáis, que llevéis la Presencia de Mi Hijo, esa Iglesia viva, actuante, porque eso es lo que os vino a dar Mi Hijo. Él no pidió que se hiciera una estructura, un edificio, Él llevaba a Sus Apóstoles y Discípulos, caminando junto a Él, y los envió, también, a pie, a llevar, todo este Amor, toda esta Sabiduría, que brotaba de Su Corazón.

Ciertamente, es doloroso lo que satanás  ha hecho y ha venido haciendo a lo largo de estos más de dos mil años, tratando de destruir lo que Mi Hijo fundó y no podrá, porque no puede contra su Dios. Ciertamente, no Lo ama, Lo ataca, pero sigue siendo su Dios, pero como no puede atacarLo a Él, os ataca a vosotros, Mis pequeños y, por eso, sois la Iglesia sufriente en estos tiempos, porque os dais cuenta de lo que está sucediendo, que ciertamente, no todos se dan cuenta de lo que está sucediendo realmente, en la religión, se podría decir así, que os vino a dar Mi Hijo. No todos se dan cuenta de los engaños que están saliendo de la estructura humana, llamada Iglesia; la Verdadera Iglesia, como os dije, está en el corazón, está en todos los que estáis siguiendo, exactamente, lo que Mi Hijo os dejó.

Orad, pues, Mis pequeños, para que satanás no os quite la Verdad y la Vida que os vino a dar Mi Hijo, para que, a pesar de sus ataques, vosotros os mantengáis con ese amor grande, hacia el Amor Infinito, que os vino a dejar Mi Hijo. Nunca podrá, satanás, destruir, lo que todo un Dios crea, pero sí puede hacer caer a aquellas almas, que no han tomado, realmente, y de corazón, las Enseñanzas de Mi Hijo; porque, ciertamente, hay muchas almas débiles, muchas almas convenencieras y hasta muchas almas malas dentro de la Iglesia.

Manteneos, pues, Mis pequeños, llevando la Iglesia de Mi Hijo en vuestro corazón, o sea, las Enseñanzas de Mi Hijo, el Ejemplo que os dejó Mi Hijo, la Vida que os dejó Mi Hijo, en vuestro corazón, y llegará el tiempo, en que después de la Purificación, seréis reunidos, nuevamente, para gozar entre aquellos escogidos, la Nueva Iglesia, el Triunfo Verdadero de Mi Hijo sobre las fuerzas del mal y será fundada esa Nueva Iglesia y su nuevo retorno, gracias al Conocimiento Santo, a la vida santa, a las bellezas que se dan cuando se cree y se vive lo que Mi Hijo os dejó.

Gracias, Mis pequeños.