Rosario_Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
(Lenguas…) Hijitos Míos, son muchas las veces en que Me he quejado de la acción de aquellos que debieran guiar la Iglesia, en una forma perfecta, en una forma Santa, y que se les pudiera llamar otros Cristos vivientes, pero, Me duele tanto, tanto, lo que han hecho con todo lo que les he dado a ellos y todo lo que le he dado al Mundo entero con Mi Donación, con el Conocimiento de la Palabra, avalada por Mis Obras, Bendecida con Mi Muerte y Resurrección. Os he dado tanto y no habéis querido reaccionar; es un regalo inmenso el que tengáis la Iglesia entre vosotros, que los sacerdotes puedan traer del Cielo Mi Presencia en la Sagrada Eucaristía.
En aquél tiempo Me tuvieron Presente los que caminaron Conmigo, los que recibieron Mis Bendiciones, todos aquellos que aprendieron de Mí, aunque la gran mayoría, después, Me traicionó. Pero, ahora, Me tenéis igualmente, como en aquél tiempo, y podría decir que ahora, podéis gozarMe más, porque Me tomáis, porque Soy Alimento Vivo para cada uno de vosotros. Muchas veces lo habréis sentido patente en vosotros, en vuestro corazón, en vuestra alma, después de haberMe tomado, después de haberos deleitado en una Misa bien dicha, en una Misa Santa, en una Misa que os haya dejado mucho Conocimiento, después de que un buen sacerdote, un verdadero Cristo os haya dejado palabras de aliento, palabras de amor, palabras de perdón, palabras de Sabiduría y como regalo final, que Me toméis en la Sagrada Eucaristía. Os he dejado en la Tierra ese gran Tesoro, y ciertamente decís que asistís a una Misa; pero ¿cuánto, realmente, aprovecháis de lo que recibís?, ¿cuánto de ello os hace crecer espiritualmente?, ¿cuánto de ello hace cambiar vuestra vida para bien, para que crezcáis espiritualmente, para que seáis ejemplo ante los hombres?
¿Cuándo aprenderéis a gozar el regalo tan grande que tenéis en una Misa, y bien dicha, por un sacerdote santo? Estáis viviendo, en estos tiempos, con una gran mayoría de Mis hijos, de los que quisiera decir, Mis predilectos, pero que dejan mucho que desear, porque no son buenos sacerdotes. ¡Cuánto podríais vosotros sacar de provecho para vuestra vida! Es que, a través de la Presencia, Mi Presencia en la Eucaristía, vosotros Me tenéis. Si realmente, aprendierais a estar espiritualmente, ya no físicamente, para que los demás os vieran, sino espiritualmente, para que vosotros Me vierais a Mí y Yo así, estuviera plenamente en vosotros, ¡cuánto, cuánto, realmente gozaríais!
Es el Cielo en la Tierra una Misa, es Vida, Mi vida con vosotros, y estáis desperdiciando tanto! ¡Y es que los mismos sacerdotes ya no saben, tampoco, transmitir Mis vivencias, Mi Sabiduría, Mi Amor!, al estar dándoos Mi Palabra, Mi Alimento, Mi Amor.
Ciertamente, todo esto va a cambiar, Mis pequeños, os he dicho, y lo sabéis, estáis ya en periodo de purificación a todos niveles y quedará lo que debe de quedar, que es lo Santo, lo bello, lo sabio, lo Perfecto.
Desperdiciasteis mucho, no quisisteis adentraros en Mi Corazón Sacratísimo; hacíais acto de presencia en la Santa Eucaristía, pero no la vivíais plenamente en vuestro interior; todo era para hacer presencia humana, para que os vieran los demás, pero no buscabais el hacer presencia espiritual, para que Yo, vuestro Dios, Jesucristo, gozara en vosotros el que estuvierais acompañándoMe en una celebración Eucarística, dada de la mejor forma posible por un sacerdote santo.
Vendrá el tiempo en que después de esta Purificación, gozaréis lo que es una verdadera y Santa Eucaristía.
Mientras tanto, tratad de adentraros a vuestro corazón cuando estéis en Mi Recinto Sagrado, que es la Iglesia, olvidaos de todo, vinisteis a verMe a Mí, no a los que están a vuestro alrededor, vinisteis a platicar Conmigo, no con los que están a vuestro alrededor.
Por eso, entrad a vuestro corazón, que ahí os esperaré y durante la Celebración, hacedla en Mi Presencia en vuestro interior, y veréis qué diferente es el estar ante Mí, que estar ante los hombres. Estar ante Mí, vuestro Dios, es lo que vuestra alma anhela.
Dadle a vuestra alma el Alimento que necesita para crecer y empezaréis a crecer definitivamente para lo que fuisteis creados, ser otros Cristos aquí en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.