Mayo 14_2024 Estoy con vosotros, soy Pedro, cuido la Iglesia y cuido de vosotros, que sois Iglesia.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

==================

Mensaje de San Pedro a J. V.

==================

.

Habla San Pedro

(Lenguas…) Hijos míos, soy Pedro, Pedro, el Apóstol, que cometió tantos errores ante Jesús, el Escogido para iniciar la Iglesia.

Mis pequeños, recordando aquél episodio que yendo en la barca, vimos a Jesús caminar sobre las aguas, y Le dije: si eres Tú, permíteme caminar sobre las aguas e ir Contigo, y Él Me llamó, bajé de la barca y empecé a caminar sobre las aguas. Ciertamente, iba con Fe, caminé, pero llegó un momento de duda y fallé.

Esto os lo digo, mis pequeños, porque, como Él os ha dicho, también, en el Amor, no debe haber nunca temor, pero para tener ese Amor, hay que tener mucha Fe, mucha Fe, mis pequeños.

Podréis lograr tantos milagros, podréis lograr cambiar vidas de maldad en vidas de amor. Tuvimos esa Gracia después de Pentecostés; de ser hombres timoratos, de ser hombres con una Fe que dejaba mucho que desear. El Espíritu Santo, al bajar sobre nosotros, como Lenguas de Fuego, junto con nuestra Madre María, nos dio un cambio total en nuestra Fe, en el Amor y empezamos a comprender, mucho mejor, toda la Evangelización de esos tres años que nos había dado mi Jesús, nuestro Dios, nuestro Salvador.

En el Amor no debe haber temor, mis pequeños, pedidLe al Santo Espíritu de Amor que aumente vuestra Fe, porque es lo que necesita el Mundo, una Fe profunda, una Fe firme, una Fe donde no haya ningún tipo de duda, una Fe, podría decirse, infantil, una Fe pequeñita, de niños, pero que confía plenamente en quien está con ellos.

Nuestro Dios está con nosotros, está con todos nosotros, pero dudáis, porque el mundo os hace dudar, satanás os hace dudar. Ciertamente, todos somos pecadores y creemos que no merecemos, que nuestro Dios, Puro, Santo e Inmaculado, Santísimo, Poderosísimo, pueda estar con nosotros, con nuestros pecados, con nuestras faltas, con todo aquello negativo, que continuamente hacemos día a día, pero que, ciertamente, obtenemos Su Perdón y, sí, ciertamente, estamos nosotros aceptando que nos perdona, ahí hay Fe, mis pequeños, hay Fe y sabemos que en Su Perdón quedamos limpios y podemos acudir, nuevamente, a los Sacramentos.

Esa es la Fe que debéis vosotros incrementar con la ayuda del Espíritu Santo y así lograréis los milagros que nosotros, como Apóstoles, podíamos llegar a realizar, porque, nuestro Dios estaba en nosotros, confiábamos perfectamente en ello; sabiendo que Él era el que actuaba en nosotros y que nosotros seguíamos siendo esa pequeñeces humanas, pero con un gran potencial espiritual, porque nuestro Dios Vive en nosotros, Vive en cada uno de vosotros, vivió en ese momento en nosotros, los Apóstoles, discípulos, seguidores de Cristo y sigue Viviendo en nosotros en el Reino de los Cielos. Desde acá os ayudamos, oramos por vosotros, es vuestro momento para servir al Mesías, a nuestro Dios y Señor, a nuestro Salvador.

Soy Pedro, y os quiero, también, guiar, porque eso es lo que me pidió Jesús, nuestro Salvador, guiar la Iglesia. Vosotros sois Iglesia.

Desgraciadamente, no todos han querido respetar lo que nos ha dejado mi Señor y mi Dios, nuestro Mesías.

Orad por aquellos que comenzaron bien su apostolado, pero que han decaído, satanás se ha infiltrado por todos lados y la Iglesia, la que debiera ser Santísima, Purísima, Castísima, es ahora un nido de víboras. Ciertamente, todavía hay buenos sacerdotes, buenos protectores de lo que Cristo nos dejó, que mantienen en su corazón las Enseñanzas de nuestro Salvador.

Manteneos pues, mis pequeños, con las Palabras de nuestro Jesús en vuestro corazón, en vuestra mente, para que en el momento indicado, éstas salgan y muevan corazones hacia la conversión y salvación.

Estáis viviendo estos tiempos difíciles pero, en todo momento, recordad que en el Amor, no hay temor, podréis caminar en medio de maldades, de ataques de satanás de muchas formas diversas, pero no os hará daño, porque el Amor, mi Dios y Señor, nuestro Salvador, permanece en nosotros, y ahora en vosotros, llevando Su Palabra, Su Ejemplo, Su Amor Infinito para todos aquellos que os rodean, para todos aquellos que necesitan de vida espiritual y de un ejemplo que les mueva su corazón hacia el amor y la salvación.

Sois instrumentos, mis pequeños, sois instrumentos, apóstoles de este tiempo. Meditad en ello, que es una tarea grande y bella. Nuestro Dios os concedió el Don de la vida para llevar a cabo, en estos momentos de la historia, Su Salvación a muchas almas; os escogió, ahora, escoged vosotros a los pecadores que podéis mover hacia el bien, para su salvación.

Estoy con vosotros, soy Pedro, cuido la Iglesia y cuido de vosotros, que sois Iglesia.

Gracias, Mis pequeños.