Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Os he dicho, Mis pequeños, que aquellos que estáis Conmigo, no deberéis temer a los acontecimientos, lo mismo les prometí en aquél tiempo con Moisés, que aquellos hogares marcados con la sangre del cordero, no sufrirían la pérdida del primogénito. Ahora seréis vosotros los primogénitos, los escogidos, para un Nuevo Mundo, para una nueva generación, porque Yo Soy así, para con aquellos que están Conmigo. Soy el Amor, Soy el Verdadero Amor y lo han comprobado aquellos que están Conmigo.
Ciertamente, os he dicho que aún los escogidos tendrán que ser purificados, para que podáis poneros el traje de gala para poder entrar a los Cielos Nuevos y a las Tierras Nuevas.
También os he dicho que cuando los acontecimientos se recrudezcan, más contentos debéis estar, porque solamente durará unos momentos más, y luego tendréis alegría inmensa, que durará muchísimos años, porque seréis los escogidos; es una nueva generación, protegida por Mí, protegida por Mi Promesa.
Así como Soy Severo con aquellos que no Me buscan, que Me atacan, Me blasfeman, que no quieren saber de Mí; para aquellos que están Conmigo, Soy un Padre Amorosísimo, un Maestro que os enseñará tantas cosas, que quisierais ya saber, pero que se os darán en aquél tiempo que vendrá, porque éste es un tiempo que desaparecerá.
Iniciaréis con grandes cualidades, grandes Dones, Carismas, un Nuevo Mundo que empezaréis a gozar vosotros, los escogidos de esta generación. Nunca os imaginasteis que os iba a tocar a vosotros este cambio: ser los iniciadores de un Nuevo Mundo, de una Nueva Generación, la primera generación de los escogidos del Señor.
Olvidaréis vuestros llantos, vuestros dolores, incomprensiones, blasfemias, ataques, persecuciones, porque vosotros escogisteis la mejor parte, y como le dije a Martha: María escogió la mejor parte, vosotros sois las Marías de este tiempo por venir, escogisteis la mejor parte, y nadie os la quitará, Me escogisteis a Mí, como vuestro Dios, a pesar de que fuisteis perseguidos, blasfemados, odiados, apartados de la sociedad, porque vuestras ideas no concordaban con estas ideas que estáis viviendo: ideas de Mundo, ideas pecadoras, ideas que os llevan por caminos nefastos, de pecado, de tribulación espiritual.
Escogisteis la mejor parte: escogisteis el Amor, la Sabiduría, y ésta se irá acrecentando, porque Mi Santo Espíritu os dará Dones y Carismas, Sabiduría plena, para que podáis entender lo que aún no acabáis de comprender de las Sagradas Escrituras, y gozaréis la Palabra, gozaréis lo que antes, tampoco, muchísimos, aún Mis mismos sacerdotes no pudieron entender, porque no Me buscaban, porque no buscaban estar unidos a Mí, a Mi Palabra, a Mi Sabiduría.
Tanto pecado, tanta maldad, tanto error a vuestro alrededor. Aquellos que están comandando el Mundo, os tienen como en aquél tiempo, cuando llegué Yo a la Tierra, que los escribas y fariseos no les permitían saber leer, para que no comprendieran las mentiras que se les decían, haciéndoles creer que escritas estaban en las Sagradas Escrituras. Y ahora estáis viviendo lo mismo, seguís siendo heridos por esta gente, esta gente satánica, esta gente que adora la serpiente, que tampoco os dejan conocer las verdades de estos tiempos y de tiempos pasados, se sienten los dueños del conocimiento, pero ¿qué mayor Conocimiento que el tenerMe a Mí? Los tiempos van y vienen, las generaciones van y vienen, pero Yo permanezco, Mi Sabiduría permanece, porque Yo Soy vuestro Dios. Esta gente que quiere destruir al Mundo, que vive obedeciendo a satanás, os quieren destruir, os persiguen, porque estáis Conmigo. No os quieren dar lo que a otras culturas pasadas enseñaban, por ser idólatras, blasfemas, que adoraban a satanás; eso no es para vosotros, Mis pequeños.
El pasado de vuestros hermanos, anteriores a vosotros, por cierto, negativo, consistía en haberMe dado la espalda, haberMe quitado como Quien Soy, lo Primero, vuestro Dios, que prefirieron adorar a satanás, que no respetaron el Primer Mandamiento, que dice: no adorarais a ningún Dios, sino a Mí, vuestro Dios, eso es lo que satanás esconde y sienten que ese es el conocimiento antiguo, maravilloso, con el que engañan a muchos de vuestros hermanos y les hacen creer que ese conocimiento pasado es el que vale, y ese conocimiento pasado, es el satánico; y lo estáis viviendo ahora, y son aquellos, que se dicen la élite, que ahora se sienten los dueños del Mundo, porque adoran a satanás, porque les ha dado ese conocimiento pasado, de adorar a la serpiente, adorar a los ídolos que la serpiente les ha dado. Ellos caerán, como han caído generaciones pasadas, adoradoras de satanás, por eso, prevalecerá la Verdad, prevalecerán aquellos que están Conmigo, los que adoran al Verdadero Dios, que Soy Yo.
Manteneos, Mis pequeños, Conmigo, aceptad las pruebas, aceptad los ataques de vuestros hermanos, los que no comprenden que vosotros tenéis la Verdad. Manteneos en la Verdadera Vida, que ésta se alargará cuando paséis a las Nuevas Tierras, que escrito está que aquellos que vivan menos de cien años, se les tomará como contrarios a Mí, se les considerará malditos, se les considerará que no alcanzaron a vivir más, por no querer vivir en la Verdad.
Yo Soy la Luz, y os la he traído, no la perdáis, Mis pequeños, resistid a las tinieblas, mantened la Luz en vuestro interior, que en algún momento, los que estéis Conmigo, brillaréis y la Luz se dará para esta nueva generación escogida.
Esperad, pues, con todo esto que os he dicho, la alegría que obtendréis, porque sois Míos, el tiempo es corto, y pronto, pronto, en palabras terrenas, tendréis el cambio, el cambio tan esperado para los que estáis Conmigo.
¡Alegraos, os repito, alegraos!, y ¡ay! de aquellos que no han entendido lo que vosotros ya entendisteis, porque escogisteis seguir a la Sabiduría, que es Mía; mientras, ellos, seguirán buscando, supuestamente, una verdad que no existe, con aquellas inteligencias antiguas, satánicas. Vosotros estáis escogiendo la Verdad que es actual, que es de siempre, que no tiene Tiempo, que es Mía, de vuestro Dios.
Os bendigo, Mis pequeños, en el Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el de Mi Santo Espíritu.
Gracias, Mis pequeños.