Feb 02_2022 Mi Luz en vosotros es lo más importante, porque la dejáis a vuestros hermanos cuando os volvéis, también, discípulos Míos, discípulos del Amor.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

==============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

==============================

.

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Visión: Veo a Dios Nuestro Señor, vestido de blanco, pero abre sus ropajes a la altura del pecho y veo Su Corazón, lleno de llamas:

Hijitos Míos, las Llamas de Mi Sacratísimo Corazón, son la Luz del Mundo, las Llamas purifican todo: purifican del pecado, purifican todo aquello afectado por la maldad de satanás.

Es un Fuego purificador Divino, es un Fuego que limpia todo aquello que no sirve, para que vosotros crezcáis en Virtudes, en Amor, en vida de ejemplo para vuestros hermanos, que os transforma, si vosotros permitís que Mi Fuego purificador entre en vosotros, para que también, vosotros, al quedar limpios, seáis como Yo, vuestro Dios Salvador, que trajo la Luz al Mundo.

Es vuestra obligación, Mis pequeños, obligación de amor, que para eso se os dio el Don de la vida, de venir a purificar, a limpiar, a dar Luz a vuestros hermanos y ayudarles a alcanzar esta misma Luz que ahora os dejo en vuestro corazón, para que seáis también como Yo, vuestro Salvador, Luz del Mundo.

Ciertamente, todo aquello que está Bendecido por Mí, transmite una Luz, una Luz que hace que satanás y sus secuaces se aparten de vosotros o del lugar en donde estéis. Os doy estos regalos para que podáis orar tranquilos, vivir tranquilos, transmitir Mis Verdades, transmitir vuestra vida espiritual a vuestros hermanos. Mi Luz os protege, pero Mi Luz en vosotros es lo más importante, porque la dejáis a vuestros hermanos cuando os volvéis, también, discípulos Míos, discípulos del Amor.

Mi Luz os va transformando y os va llevando a la Santidad de vida; como os dije: Mi Amor en vosotros, tiene que convertiros en otro Cristo.

Al oro se le acrisola con un fuego humano, a vosotros se os acrisola con un Fuego Divino y si queréis, realmente, estar Conmigo, vivir para Mí, ser Mis discípulos, también debéis dejaros transformar, purificar, acrisolar, de todo aquello que no deja crecer vuestra alma, de todo aquello que os distrae de las cosas del mundo, de todo aquello que os lleva al pecado en pensamientos, palabras, obras y omisiones.

Cuando seáis atacados por las sombras de satanás, por su maldad, acudid inmediatamente a Mí, vuestro Dios, que habito en vuestro corazón, y pedidMe que Mi Luz, que Vive en vosotros, alumbre a vuestro alrededor, para que satanás no os haga el daño que siempre está queriéndoos hacer para que perdáis la oportunidad de regresar al Reino de los Cielos. Satanás y sus secuaces pueden ver Mi Luz en vosotros. Ya habréis tenido alguna vez alguna experiencia en la que, satanás, queriéndose acercar a vosotros, al momento en que vosotros Me invocáis, Mi Luz brilla y ése ente, o ése ser demoniaco se aparta de vosotros.

Os he dicho que estáis rodeados de maldad, Mis pequeños, y Yo os protejo, os guío, para que no seáis atacados por las fuerzas de satanás, sois Míos, y Yo cuido a Mis discípulos, cuido a Mis hermanos, Soy vuestro Dios Salvador, y en todo momento estoy pendiente de vuestro actuar, os ayudo a llevar Mi Palabra, Ejemplo, Amor a vuestros hermanos y también, os ayudo y protejo como escudo contra los ataques de satanás, siempre y cuando Me tengáis viviendo en vuestra alma en estado de Gracia, y así estaréis protegidos por Mi Luz, por ese estado de Gracia Divino, por ese Amor profundo que debéis hacer que crezca, cada vez más, en vuestro ser.

Satanás no soporta a las almas que han crecido mucho en el Amor, no soporta el Amor ante él, porque fue lo que se le quitó al ponerse en contra de Nuestro Amor.

Haced crecer en vosotros el Amor, dadlo a vuestros hermanos, sin importar quién sea. En los buenos, dará muchos frutos, y si alguien lo toma y no quiere estar Conmigo, será apartado inmediatamente de Mi Vista.

Cuidad pues vuestra espiritualidad, el amor que he puesto en vosotros; cuidad de Mi Luz que habita en vosotros y no dejéis que las tinieblas apaguen esa Luz Divina que lleváis en vuestro corazón.

Gracias, Mis pequeños.