Rosario matutino – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.
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Quinto Misterio. Habla la Santísima Virgen María
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la siempre Virgen María, y es Mi deber como Madre y como Maestra vuestra recordaros la necesidad de la oración y de la intercesión que debéis tener vosotros hacia vuestros hermanos, hacia vuestra misión, hacia vosotros mismos en vuestro actuar para el bien de todos.
Mi Señor y Mi Dios conoce perfectamente vuestras necesidades, pero os recuerdo nuevamente, Mis pequeños, que tenéis el libre albedrío. Nuestro Padre Dios nunca impone, Él siempre permite y os pide que vosotros, creciendo en Caridad, y esto os lo quiero recalcar, creciendo en Caridad, al daros cuenta de las necesidades vuestras, de esta humanidad, intercedáis y pidáis con humildad y con mucha Fe por vuestras necesidades.
Tenéis que entender esto perfectamente, Mis pequeños: Él os ha dado un gran poder, Él no actúa si vosotros no se lo pedís, y entended esto perfectamente, Mis pequeños, para que os deis cuenta cómo os ama, pero también quiere que vosotros entréis dentro del plan de la Redención humana y que con esto vosotros obtengáis vuestro premio en el Reino de los Cielos.
Vosotros, al ser corredentores como Yo misma lo Soy, vosotros pedís con mucha Fe, con mucho amor a Nuestro Padre Dios por el bien de todos vosotros, y cuando pedís con el corazón, sabiendo que recibiréis, porque así os lo ha prometido Mi Señor y Mi Dios, recibiréis, es como se os ha enseñado que llegáis a una espiritualidad adulta, madura, en la que ya pedís con toda seguridad de que recibiréis, porque estaréis pidiendo con amor, estaréis intercediendo con amor, estaréis viviendo el dolor de vuestros hermanos en vosotros mismos, porque os compadeceréis de ellos y trataréis de aliviar sus dolores a través de vuestra intercesión, y así, el amor que habita en vuestro corazón se irá incrementando.
Lo que quiere Nuestro Padre con todo esto, Mis pequeños, es que vosotros crezcáis en amor, como Mi Hijo Jesucristo. Él, desde que llegó a la Tierra, se mantuvo en una intercesión constante por el bien vuestro. Ciertamente, desde el Cielo sabía lo que se necesitaba aquí en la Tierra, pero Él quiso estar entre vosotros y vivir lo que vosotros vivís, tanto en alegrías como en tristezas, en dolor, en penas, pero también en amor. Y esto hace, Mis pequeños, que os convirtáis en otros hijos Míos, en otros Cristos que, actuando como Él, estaréis recordando nuevamente y viviendo nuevamente la Redención que os trajo Mi Hijo y de la cual también vosotros, como os dije, sois copartícipes, y así, mientras más pidáis, más recibiréis, y vuestros hermanos recibirán también por el bien que vosotros buscáis para ellos y para vosotros mismos.
Tened esto presente, Mis pequeños, que vosotros sois necesarios para el plan de salvación, no vinisteis nada más a pasar un rato aquí en la Tierra sin ningún tipo de tarea que valiera para el bien de los vuestros y para vosotros mismos. Vuestra oración por los demás, vuestra intercesión por los demás, os ayuda a vosotros a crecer grandemente en Fe y en amor hacia Nuestro Dios y Señor, pero vosotros tenéis que poner también de vuestra parte.
Os repito: Tenéis que estar conscientes y además orgullosos de tener el don de la vida y que Nuestro Padre Dios se haya fijado en vosotros para que vivierais estos momentos de cambio de la humanidad. Ya os habéis dado cuenta y os lo heMos repetido varias veces, que la humanidad en general no responde, son pocos los que se están dando plena cuenta de lo que está sucediendo a nivel espiritual, en todo el mundo y os digo que también en el Universo entero. Son pocas las almas que están actuando en la realidad espiritual que, aunque no la conozcan, en Fe y por lo que os heMos enseñado, saben lo que se está padeciendo y lo toman como propio, y entonces empiezan su oración y su donación a actuar para el bien de todos vosotros.
Agradeced, pues, a Nuestro Dios, a Nuestro Padre, que os haya dado esta oportunidad de servirle, como los Ángeles Le sirven, y tomad en cuenta también que este buen servicio que hagáis os dará un lugar más alto en el Reino de los Cielos.
Se os ha repetido muchas veces que debéis buscar la perfección en vuestros actos, así pues, os pido que vuestra donación, vuestra oración, vuestra intercesión os lleve a la perfección y que lo hagáis con un gran gusto, como lo hizo Mi Hijo, que a pesar del dolor, había mucho Amor porque sabía, Mi Hijo y Mi Dios, el Bien que estaba haciendo por la salvación de todos vosotros.
Actuad, pues, siempre en esa Fe, en esa confianza, en ese deseo grande de servir plenamente a Nuestro Dios para el Bien de la salvación de infinidad de almas que viven en el mundo, que no buscan su perfección espiritual, que no desean un cambio espiritual grande para ellos mismos porque no han entendido lo que es el valor de la vida.
Pedid constantemente la acción del Espíritu Santo para que os haga entender todos estos Misterios de Amor y que os ayude a que vuestros dones, carismas, bendiciones, que se os han dado, se acrecienten, se multipliquen, para que los gocéis y los utilicéis para el bien de vuestros hermanos, porque estaréis unidos plenamente a Mi Hijo en corredención con Él.
No desperdiciéis ni un segundo de vuestra existencia, todo el bien que hagáis será grandemente recompensando en el Reino de los Cielos. Constantemente pedid por vuestros hermanos que se han alejado de la Fe Verdadera o de aquellos que ni siquiera la han buscadoy viven solamente para gozar, según ellos, de los bienes de la Tierra, de los placeres del mundo, que éstos los llevan muy lejos de su salvación eterna.
Os bendigo, Mis pequeños, y manteneos junto a Mí, vuestra Madre, para protegeros, para guiaros, para enseñaros en estos tiempos de gran tribulación espiritual.
Gracias, Mis pequeños.