Sep 10_2020 Estos son los momentos anunciados en las Sagradas Escrituras y en las apariciones de Mi Madre, la Siempre Virgen María, en donde iba a venir esta apostasía y esta pérdida de la Fe y de los valores, tanto espirituales como humanos.

Coronilla de la Divina Misericordia – Mensaje ÚNICO vespertino

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, estáis viendo cómo satanás ha llevado a esta humanidad a un letargo espiritual. La humanidad se conforma con lo mínimo necesario, no quiere ya luchar por sus valores, no quiere ya luchar por su crecimiento espiritual, no quiere luchar por ser mejor y sobresalir. Ha llegado el momento en que ha aceptado prácticamente su derrota espiritual, por eso digo que ya vive con lo mínimo necesario, pero lo peor de todo es que, en cuestión espiritual, prácticamente ha perdido todo.

Estos son los momentos anunciados en las Sagradas Escrituras y en las apariciones de Mi Madre, la Siempre Virgen María, en donde iba a venir esta apostasía y esta pérdida de la Fe y de los valores, tanto espirituales como humanos. Estáis viviendo una humanidad caída, fracasada, que no busca mejorar, y se ha dado por vencida. Satanás ha hecho bien su parte, pero ciertamente quedan todavía hijos Míos que están luchando por sacar adelante a estas almas abatidas, fracasadas, almas como las vuestras que están orando por su salvación.

Esto, Mis pequeños, es un acto grande de Caridad y de Amor, eso es lo que Yo os mostré al donarMe en Mi Martirio de la Cruz. Ciertamente, había Evangelizado, ya os había dejado los valores del Cielo; Me vieron hacerles Milagros, escucharon Palabras de Amor y de crecimiento espiritual, vieron Mi Donación de ir de pueblo en pueblo mostrándoles las maravillas del Cielo, pero Mi Donación se tenía que dar y ahora es el tiempo vuestro, Mis pequeños, que es vuestra donación. Ciertamente, no tendréis el Martirio cruento que Yo tuve, pero el hecho de que seáis señalados y que seáis perseguidos eso os duele, y son vuestros momentos en los que os debéis unir a Mí, vuestro Dios y Salvador, y juntos salvareMos a muchas almas.

Levantad, pues, a esta humanidad dormida, a esta humanidad que ha perdido esos deseos de vida, de vida espiritual. Un alma abatida, un alma, como está ahora en este momento la humanidad, ya destrozada, que no tiene hacia donde ir, es un alma que ya no vive, que ya no da fruto, porque eso es lo que quiero de vosotros, que deis fruto.

Orad por ellos, Mis pequeños, y orad por vosotros mismos porque satanás os atacará más fuertemente, porque él sabe de dónde está saliendo la oración para la salvación de aquellas almas a las cuales él quiere destrozar y condenar. Estáis protegidos, os he dicho, ¡seguid adelante, Mis pequeños! Uníos en el momento de Mi Pasión, que ahora será la vuestra también, y seguid adelante, Mis pequeños.

Gracias. Os bendigo.