Jun 30_2020 Si fuerais sabios, reconoceríais que os merecéis lo que os está pasando, Yo no os lo estoy mandando, es satanás el que os manda todos estos castigos, porque os apartasteis de Mi Gracia.

Rosario matutinoMensaje ÚNICO.

============================

Mensaje de la Santísima Trinidad a J. V.

============================

Primer Misterio. Habla la Santísima Trinidad.

(Lenguas…) Hijitos Míos, os he pedido que seáis perfectos como Mi Padre, vuestro Padre, es Perfecto, y en lo primero que debéis ser perfectos, Mis pequeños, es en la Fe. Cuando vosotros aceptáis que Nuestra Santísima Trinidad es la que os guía, es la que os ama, es la que os quiere llevar a la perfección, debéis estar plenamente agradecidos y, sobre todo, debéis aceptar plenamente Nuestra Voluntad.

Somos Perfectos en el Amor. Nuestra Santísima Trinidad es perfecta en el Amor y en el Amor no puede haber odio, no puede haber maldad, no puede haber cosas escondidas, mentiras, todo aquello que vivís ahora y de lo cual desgraciadamente os habéis acostumbrado, Mis pequeños. Si queréis vivir en la Verdad y en el Amor, debéis dejaros guiar por Mi Santo Espíritu que vive en vuestro interior.

La maldad que os rodea os lleva por caminos oscuros, por caminos de maldad, por caminos que no os van a dar cosas buenas, ni os van a ayudar a llegar a la perfección a la que estáis llamados.

Ciertamente, al vivir en la imperfección, Mis pequeños, vosotros debéis aceptar, como cuando sois pequeñitos, que se os llame la atención cuando estáis cometiendo un mal y a veces hasta necesitáis ser reprendidos con un castigo para que entendáis que el camino que estáis tomando no es el correcto, pero para eso también necesitáis ser perfectos en la Humildad, reconocer que no sois lo que debierais ser ni lo que Nosotros buscaMos en vosotros, que es el ser obedientes, amorosos, que cumpláis con los Mandamientos que se os han dado, con las Leyes entregadas a vosotros para que llevéis una vida clara, una vida santa, una vida llena de virtudes y de amor.

Yo os pregunto, ¿acaso habéis llevado una vida de esta manera? Dejáis mucho que desear, Mis pequeños, no sois esas almas buenas, esas almas santas que buscaMos en vosotros. Ciertamente, el pecado os ha engañado y os ha llevado por caminos incorrectos, pero vosotros habéis aceptado en vuestra vida esa maldad, esa mentira, ese desamor entre vosotros, y eso os ha causado muchas tribulaciones, como lo que estáis padeciendo en estos momentos.

Todo esto os lo habéis ganado vosotros por haber aceptado la maldad en vuestra vida. Es un castigo para que volteéis a Mí, vuestro Dios, y Me reconozcáis como vuestro Dios, reconozcáis que no habéis cumplido con los Mandamientos que se os han dado, que reconozcáis que habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que reconozcáis que debéis volver al camino del bien.

Habéis querido hacer vuestra voluntad y en vuestra imperfección caéis fácilmente en el error, y es lo que estáis viviendo, Mis pequeños, error, y esto os ha llevado al caos de vida, al caos en la Naturaleza, al caos en vuestra vida personal, espiritual. No Me buscáis, no imploráis Mi regreso a la Tierra, no buscáis que Mi Santo Espíritu guíe vuestra existencia, guíe vuestros pensamientos, vuestras palabras, vuestras acciones.

No Me llamáis a Mí, vuestro Padre, vuestro Dios, para que os ayude a retomar vuestra existencia, primeramente aceptando vuestro error y pidiendo perdón de corazón por vuestras faltas.

Si verdaderamente sois humildes, debéis aceptar de corazón vuestro error, vuestros errores en todos sentidos, principalmente en haberMe hecho a un lado de vuestra existencia, en haber apostatado de la Fe y del Amor que se os han dado, o ¿acaso vivís amándoos los unos a los otros como Mi Hijo os pidió? ¿Acaso os ayudáis de corazón como Yo, vuestro Padre, os lo he pedido? No, Mis pequeños, no lo habéis hecho y menos invocáis el Nombre de Mi Hijo para que os ayude a caminar en esta Tierra, como Él caminó, dejando una estela de Paz, de Amor, de una Armonía Santa, entre aquellos que sí Le aceptaron y Le siguieron.

Vivís en un caos espiritual y éste se manifiesta en vuestros actos, en vuestros errores a vuestro alrededor, en vuestro trato humano, en vuestra vida conMigo. Buscáis solamente vuestros gustos, vuestros placeres, como si fuerais todavía niños chiquitos, niños chiquitos que no quieren tener todavía responsabilidades y ¡ya las tenéis, hijos Míos! ¡Abrid los ojos! Tenéis responsabilidades y primeramente hacia Mí, vuestro Dios.

No sabéis agradecerMe, no sabéis amarMe, no sabéis llevarMe en vuestro corazón, en cambio, sí habéis dejado entrar en vuestro corazón la maldad de satanás. Os aprovecháis de vuestros hermanos, buscáis los momentos en que les podéis quitar algo, y si os reprenden, devolvéis con amenazas o castigos el que se os haya llamado la atención.

¿Acaso agradecéis lo que Yo hago por vosotros, llamándoos la atención, reprendiéndoos y aun castigándoos? Si fuerais sabios, reconoceríais que os merecéis lo que os está pasando, Yo no os lo estoy mandando, es satanás el que os manda todos estos castigos, porque os apartasteis de Mi Gracia. Desde antiguo Yo prometí que os cuidaría de todo mal, mientras vosotros os mantuvierais cumpliendo Mis Leyes, Mis Mandamientos, si vivierais en Mi Amor, pero vosotros no habéis cumplido vuestro pacto, que es el aceptar lo que os he pedido.

Yo os he dicho que hasta que no os arrodilléis y Me pidáis perdón, pero un perdón que salga desde lo más profundo de vuestro corazón, con la intención de no volver a ofenderMe, es cuando todo cambiará a vuestro alrededor. No os estáis portando como almas… almas maduras, almas buenas, almas santas, y por eso tenéis que ser reprendidos, para que a través del dolor, desgraciadamente, podáis entender que vais por mal camino.

Soy vuestro Padre y tengo el derecho de reprenderos, de castigaros, no por maldad, sino para hacer que vosotros entendáis que habéis escogido el camino del mal en lugar de seguir el camino del bien que se os ha trazado en diferentes formas, en diferentes momentos. Sois esos hijos desobedientes, esos hijos malos que os habéis querido salir de vuestro hogar para hacer vuestra voluntad, y ojalá regresarais como el hijo pródigo que aceptó sus errores, que aceptó haber caminado en el mal, que aceptó el haber desperdiciado los bienes que se le dieron y acongojado, humillado, maltratado, regresó con su padre a pedir perdón.

Sois los hijos pródigos que espero regreséis a Mí y Yo, de todo corazón, os perdonaré, os pondré nuevamente el anillo de hijos Míos en vuestra mano y os abriré las Puertas del Paraíso, al cual pertenecéis. Ojalá, Mis pequeños, entendáis antes de que lo más fuerte de la purificación llegue a vosotros y no os dé tiempo del arrepentimiento que busco en vosotros y os lleguéis a perder eternamente.

Que Mi Santo Espíritu os bendiga, os proteja, os guíe en Mi Santísima Trinidad. Os doy la Bendición, Mis pequeños, para que retoméis el camino del Bien y del Amor.

Gracias, Mis pequeños.