Mar 28_2020 PedidMe esa Gracia, Mis pequeños, pedidMe la Gracia, de que no entren otras voces dentro de vosotros, y menos, que queráis seguirlas.

Rosario.

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: esta obscuridad espiritual que estáis viviendo, se volverá Luz, se volverá Vida, todo volverá a renacer y eso es lo que os debe mantener a vosotros en alegría.

Alegraos, Mis pequeños, Mis hijitos, Mi Concepción Virginal se dio en un tiempo de tribulación espiritual, cuando todo era obscuridad, cuando todo era maldad.

Mis pequeños, estáis viviendo, también, una tribulación espiritual tremenda. Pero, alegraos, alegraos, no os deprimáis, porque, con esto que os he dicho, os debéis alegrar, porque, también vendrá y preparará este momento la Segunda Venida de Mi Hijo.

Alegraos por eso, Mis pequeños, esta obscuridad espiritual que estáis viviendo, se volverá Luz, se volverá Vida, todo volverá a renacer y eso es lo que os debe mantener a vosotros en alegría. A pesar de que veáis todo lo que satanás hace a vuestro alrededor, no os perturbéis, que vuestro corazón, vuestra mente, todo vuestro ser se mantengan firmes en la Fe, en el amor a vuestro Dios, Mi Señor y Mi Dios.

Alegraos, vivid con esa alegría en vuestro corazón, transmitidla a vuestros hermanos, sed Vida en estos tiempos de muerte y obscuridad, sed Luz para que lleguéis a vuestros hermanos, y les podáis dar el Ejemplo que Mi Hijo os dio en aquel momento, de Su llegada y de Su preparación para darSe, para que os diera Vida a vosotros. La Vida de Él está en vosotros, no la perdáis, Mis pequeños, pase lo que pase a vuestro alrededor, no perdáis la Vida de Mi Hijo en vosotros.

Gracias, Mis pequeños.

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Segundo Misterio. Habla: Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Os bendigo, para que no os falte nada, ni en lo material ni en lo espiritual, pero, sobre todo, para que siempre os mantengáis escuchando Mi Voz. PedidMe esa Gracia, Mis pequeños, pedidMe la Gracia, de que no entren otras voces dentro de vosotros, y menos, que queráis seguirlas.

Hijitos Míos, Soy el Buen Pastor. Yo, dirijo a Mis ovejas, las llevo por pastos verdes, gozo estar con Mis ovejas, vivo para ellas y ellas viven para Mí. Me he dado por Mi rebaño, Me di por entero por vuestra salvación. Pero no todas las ovejas por las que Me di, siguen Mi Voz.

El lobo, el lobo rapaz Me ha quitado muchas ovejas, Mi rebaño es pequeño, pero lo amo, y este pequeño rebaño Me ama. Soy feliz con vosotros, Mis pequeños, el pequeño rebaño fiel, el pequeño rebaño al cual Me derramo en Bendiciones, lo cuido, porque sabe escuchar la Voz de quien las guía.

Ovejitas Mías, os voy guiando, os voy llevando a los pastizales verdes y suculentos, no os preocupéis por los rugidos del malvado, siempre tratará de desviaros, y si os descuidáis, os puede maltratar mucho, o aún devorar.

Las buenas ovejitas, escuchan la Voz de su Amo y felices están. No quiero que vosotros oigáis otras voces que os separen de Mí. Mantened Mi Voz en vuestro corazón, en vuestra mente y dejadMe, Mis pequeños, que Yo guíe vuestros pasos, porque seguras estaréis, Mis ovejitas, de que vuestro Amo os llevará por los mejores caminos, para que la tribulación, no os toque, aunque, ciertamente, sufriréis con lo que veréis. En algún momento tendréis algún problema, pero que Yo resolveré porque Soy vuestro Amo, Soy vuestro Dios, Soy el Pastor Divino, que veré por todo lo vuestro, pero no dejéis de orar por aquellas ovejitas que le hicieron caso al lobo, que las desvió; todavía algunas pueden regresar.

Que haya Caridad, Mi Caridad. Mi Amor, esté en vosotros, para que esa Caridad, ese Amor, produzca frutos de conversión y de salvación para muchas ovejitas, que han preferido escuchar al lobo.

Os Bendigo, Mis pequeños, Mis ovejitas, Mi pequeño rebaño, os bendigo, para que no os falte nada, ni en lo material ni en lo espiritual, pero, sobre todo, para que siempre os mantengáis escuchando Mi Voz. PedidMe esa Gracia, Mis pequeños, pedidMe la Gracia, de que no entren otras voces dentro de vosotros, y menos, que queráis seguirlas.

Gracias, Mis pequeños.