Nov 05_19 Hay muchísimas almas que necesitan que un alma buena, un alma que sea un Cristo en este tiempo, se dé en oración para salvarlas. Os he dado mucho; ciertamente, espero, también, mucho de vosotros.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO

=================================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

=================================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Ve, hijo Mío, cómo de Mi Corazón sale esta Luz tan fuerte, tan poderosa, que baña a toda la humanidad. Es la Luz de Mi Corazón, que quiere tocar vuestro corazón, que quiere que vosotros os purifiquéis y volváis a Mí.

Mis pequeños, el Cielo os espera, no se os dio el don de la vida, para que os mantuvierais siempre en la Tierra, vinisteis a trabajar para la conversión y salvación de las almas, como Yo, vuestro Hermano Jesucristo, lo hice.

Ved Mi Corazón que tanto os ama, que sale de Mi Pecho, que se muestra a vosotros y que, al verlo vosotros, debierais caer de rodillas, pero, contentos, al saber que Mi Corazón todo lo perdona, si es que venís a Mí arrepentidos  porque, también, os llena de Mi Amor.

No estáis solos, Mis pequeños, estos son momentos profetizados desde antiguo, que se tienen que dar y, es triste, que todo este mal que se ha desatado, es el que provoca en vosotros el arrepentimiento y la oración, porque os he pedido y os he dicho, que vuestro corazón es el que debiera, al estar lleno de Mi Amor, cambiar, crecer y gozar de todas las Gracias, Bendiciones, Dones y Virtudes, con las que Yo, vuestro Dios y Salvador, os regalo, porque estáis Conmigo. Pero no, desgraciadamente, es el dolor, como el que estáis pasando ahora, en toda la humanidad, el que hace que vosotros, espantados por lo que sucede, volteéis hacia Mí y, con temor y no con amor, Me pidaís que se aminoren todos estos desastres, toda esta maldad que os ataca, ya, por todos lados. Mucha de vuestra oración, es para exigirMe que se dé de inmediato vuestra petición y así, poder volver al mal en el que vivíais. 

Me duele tanto ver los corazones, de una gran mayoría de vosotros, alrededor del Mundo, porque queréis que Yo detenga la maldad que os rodea. Ciertamente, hacéis oración, sacrificios, penitencias, ayunos, veo vuestro corazón arrepentido en esos momentos, y aminoro o hasta elimino la maldad que os aqueja, y en lugar de tener un nuevo principio en vuestro ser, en vuestra espiritualidad y volver a Mí limpios y pidiendo un crecimiento espiritual, ¡no!, hacéis todo lo contrario, volvéis al mal en el que estabais.

No sois almas buenas, no sois almas confiables, no sois almas en las que Yo pueda depositar Mis Bendiciones, Carismas, Virtudes, porque, posiblemente, hasta las usaríais para el mal.

No sois almas a las que se les pueda dar el título de ser otros Cristos en estos tiempos, donde Mi Pureza, Mi Santidad, Mi Amor, Mi Sabiduría, Mis Milagros, Me hacían ser visto como alguien diferente, por llevar una Vida Divina. Yo, vuestro Dios, caminé entre los hombres, algunos Me aceptaron, otros Me despreciaron y, otros más, Me llevaron a la Cruz.

Meditad, Mis pequeños, ¿a cuál de estas tres opciones que os doy, pertenecéis cada uno de vosotros?, si realmente Me amáis, ¿estáis arrepentidos de lo que habéis hecho a lo largo de vuestra existencia?, o ¿seréis de aquellos que Me siguieron, gozaron de Mis Milagros, pero luego Me despreciaron?, o ¿seréis de aquellos con una idea firme de llevarMe a la Cruz? Existen, todavía estas tres categorías, desgraciadamente, la primera, aquellos que Me aman, que se les puede decir, ser otros Cristos en estos momentos de la humanidad, es una población muy pequeña, muy pequeña, Mis pequeños.

Es un Dolor muy grande el que Me causáis, a pesar de todo lo que he hecho por vosotros. Os veo sufrir con todo lo que está pasando y Me duele inmensamente esto, ver cómo satanás os está atacando de una forma u otra. Os ataca donde más os pueda herir y sabéis cómo atacarlo a él y no lo hacéis. Podría decirse, que es muy simple cómo debiera ser vuestro cambio, y es el de regresar a Mí, mantenerse cumpliendo los Mandamientos, llevar una vida como Yo la llevé, de ejemplo, de Amor, de ayuda a vuestros hermanos.  Ciertamente, a aquellos que Me siguen, Yo les doy los mismos Dones que Me vieron llevar a cabo y, como dicen las Escrituras, aquellos que Me siguen, en estos tiempos, Yo les daré todavía más, pero os debéis negar a vosotros mismos y, eso, es lo que no queréis la gran mayoría de vosotros.

Queréis seguir gozando lo que el Mundo os da, pero, por otro lado, no queréis sufrir lo que, también, el Mundo os da, y por eso os acercáis a Mí, para pedirMe que os quite esa parte de sufrimiento, para que se quede la otra parte, que es la de vuestro gozo y, a veces, gozo desenfrenado, pecaminoso, cruel.

Vosotros no os queréis a vosotros mismos. Seguís buscando a satanás, porque él os da esos gozos humanos, aun sabiendo vosotros que son gozos pecaminosos y luego, queréis venir a Mí, supuestamente, arrepentidos, porque no soportáis los dolores del Mundo, que también, vienen de satanás.

¡No!, Mis pequeños, estáis viviendo un error en vuestras vidas, si estáis Conmigo, es para que hagáis un cambio radical en vuestra existencia. Dejar todo aquello que es pecaminoso y darle la espalda a todo lo que viene de satanás.

Ciertamente es difícil, si lo queréis hacer por vosotros mismos pero, si os acercáis a Mí, Yo os ayudaré a levantaros y a poner una coraza firme, gruesa y que repela a satanás, pero, esa, la debéis poner vosotros con ese cambio radical que no todos queréis hacer.

Queréis venir al Cielo de regreso, os queréis ganar el Cielo, asistiendo a Misa los domingos, pero por obligación o por el qué dirán, pero no por amor.

Os queréis ganar el gran premio, que es el Reino de los Cielos, con el mínimo esfuerzo que hacéis. No, Mis pequeños, esto no puede ser así. Así como Yo Me di en totalidad por cada uno de vosotros, así es como os debéis dar a Mí, vuestro Dios, para que os ganéis Mi Gran Tesoro, Mi Reino eterno. Queréis mucho, haced, también, mucho.

Ciertamente, no moriréis de la forma en que Yo morí, pero sí, dar todo lo que podáis en cuanto a llevar una vida de acuerdo a como Yo os la enseñé: una vida de ejemplo, una vida de virtud, una vida de intercesión y, sobre todo, una vida de amor, amando a vuestros hermanos, deseándoles, a través de vuestra oración, de vuestra intercesión hacia Mí, el Bien, para que puedan entrar al Reino de los Cielos.

Hay tanta maldad en el Mundo y, ciertamente, en el Universo entero, también, hay mucha maldad, que podéis ayudar a infinidad de vuestros hermanos.

Dejad que Mi Santo Espíritu os guíe y os lleve a conocer la forma más efectiva, para que podáis salvar muchísimas almas.

Os lo pedí en la Cruz, “tengo sed”, y era sed de almas, y os lo sigo pidiendo. Tengo sed, ya salvé vuestra alma, ahora, dadMe almas a Mí, vuestro Dios. Os di Vida con Mi Muerte, ahora, que vuestro tiempo sobre la Tierra, el poco o mucho tiempo que os quede, antes de regresar a Mi Presencia, que sea para salvar almas, que vuestra vida sea de oración e intercesión y un verdadero amor hacia vuestros hermanos.

¡Cuántas almas, que se han condenado, hubieran querido que un alma hubiera orado por ellas, por su salvación! Estáis tan distraídos en las cosas del Mundo, y desperdiciáis tanto tiempo, que os puedo decir, que ese tiempo desperdiciado, hubiera salvado a muchísimas almas, si hubierais aprovechado el pedirMe por su salvación.

Entended, Mis pequeños, que siendo Yo, Persona en vosotros, que así como fue Mi intención bajar a la Tierra, para salvaros a todos, ahora, si Me lo permitís, puedo Ser Yo en vosotros y ayudaros a salvar almas. Poneos en el lugar de aquellos que no Me aman, los que Me atacan, los que Me blasfeman, los que han perdido la Fe y el Amor a Mí, ¿no quisierais, acaso, que alguien orara por vosotros para salvaros?

Os vuelvo a repetir, hay muchísimas almas que necesitan que un alma buena, un alma que sea un Cristo en este tiempo, se dé en oración para salvarlas. Os he dado mucho; ciertamente, espero, también, mucho de vosotros.

Gracias, Mis pequeños.