Oct 05_01 Llegar a ser uno con Él.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Llegar a ser uno con Él.
Hijitos Míos, os quiero decir que si el mundo está como está y vosotros estáis como estáis, es porque no os habéis hecho uno Conmigo.

Sí, Mis pequeños, el pecado cunde por todos lados porque vuestro corazón se ha vaciado casi de toda virtud, las cuales debieran existir en vosotros, por el hecho de llevare en vuestro corazón.

Sí, Yo existo realmente en cada corazón, pero vuestro libre albedrío me acalla, no me deja obrar, no me deja aconsejaros, no me deja guíaros, no me deja ser uno con vosotros.

El mundo quiere paz, quiere abundancia, quiere amor, pero no hace nada para lograrlo. Se quiere paz, pero no la buscáis primero en vosotros mismos. No limitáis ni atacáis vuestro mal carácter. No actuáis como Yo os enseñe, respondéis a la maldición que recibís, con maldición. Respondéis con agresión, a la agresión que recibís. Respondéis con mal, al mal que se os hace.

No habéis aprendido a perdonar el mal proceder de vuestros hermanos y esto es lo que provoca guerras entre pueblos, guerras entre los habitantes de un mismo pueblo, guerras entre hermanos de una misma familia, guerra contra vuestro Dios.

Yo os enseñe a poner la otra mejilla al que os golpeara y ahora decís que eso es una tontería. No usáis las armas de la Fé y del Amor.

Quizá, a vuestro ojos y a vuestra forma de pensar sea una tontería el poner la otra mejilla, pero os aseguro que aquel que diera un segundo golpe al que maltrata, recibirá una Gracia salida de Mi Corazón, para su conversión.

Aquel que es manso y humilde de corazón, cree en esta mansedumbre y la vive, da más ejemplo y salva más almas que aquel que regresa el golpe recibido.

Seguís siendo el pueblo terco que saqué de Egipto. Seguís siendo el pueblo infiel que se aparta de su Dios tan pronto se le presentan las tentaciones. Seguís siendo el pueblo que tengo que castigar para que entienda que su Dios los quiere mucho, pero que se han olvidado de Sus Leyes. Seguís siendo el pueblo de corazón duro que permite que la soberbia, en vez de la humildad, reine en su corazón.

Hijitos Míos, el mal cunde por la Tierra porque le ayudáis vosotros mismos a destruir Mí Obra de Amor.

El demonio es dolor, es destrucción, es muerte, es desesperación, es envidia, es mentira, es guerra, es inmoralidad, es impureza y muchas otras cosas más, cosas que vosotros mismos vivís, aceptáis y utilizáis para atacar a vuestros propios hermanos.

Seguís siendo el pueblo que se aprovecha, aun de sus propios hermanos, al alterar la balanza del producto que vende. Seguís siendo el pueblo que adora al becerro de oro y se ha olvidado de su Dios. Seguís siendo el pueblo que no defiende Mí Ley y fácilmente cae es otras creencias, las hace propias y las propaga. Seguís siendo el pueblo infiel que tuvo que ser castigado, por mucho tiempo, antes de que pudiera entrar en la Tierra Prometida.

Hijitos Míos, porque os amo, a pesar de vuestra maldad y de vuestra traición, debéis volver a pasar por otra purificación, para que se os puedan dar los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.

¿Quién podrá ser aquel que tenga ahora un corazón limpio y una mirada pura y que me pueda llamas, Mí Señor, con toda sinceridad? ¿Cuántos de vosotros podríais entrar ahora a Mí Nuevo Reino en la Tierra en donde el Amor Divino de vuestro Dios envolverá todo y a todos? ¿Cuántos de vosotros, ahora, podríais lanzar la primera piedra, porque os pudieráis sentir sin falta?

Hijitos Míos, no hay practicante alguien sobre la Tierra, libre de pecado o de falta en estos tiempos. Lo que sí existen son almas fieles que, a pesar de caer en la tentación, se levantan, piden perdón de corazón y con la confianza de saber que serán perdonados, regresan a Mí arrepentidos, buscando ayuda para no volver a caer. Por ellos, por los que aún son fieles y amantes hijos, por ellos aminoro los castigos, pero tendréis que padecerlos por vuestro bien.

Cuando aprendáis a ser uno Conmigo, entonces podréis vencer toda tentación, todo mal que os ataque y siempre pagando con un bien, de esta forma, fácilmente, podréis construir el Reino de la Paz y del Amor Conmigo.

Debéis ser instrumentos de calidad y esto lo lograréis cuando Me permitáis vivir plenamente en vuestro corazón.

A los primeros cristianos se les reconocía por ese espíritu de bien. Me aceptaron, Me vivían y hasta morían por Mí y por sus hermanos. Esa es una verdadera familia y eso es lo que ahora quiero hacer con cada uno de vosotros, hacer Mí Nueva Familia terrena en donde Yo sea vuestro Dios y vosotros Mí Pueblo Escogido.

Yo os bendigo en el Nombre de Mí Padre, en Mí Santo Nombre y en el Nombre del Amor de Mí Santo Espíritu.