Nov 27_00 La Apatía.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Hijitos Míos, hoy os quiero hablar sobre la apatía. Aunque ya os he hablado de ello, quiero puntualizaros éste defecto del alma, que afecta a muchos y Me quita almas y medios para que podáis ayudaros a salvarse unos a otros por medio de Mi Gracia.

Al apático, al igual que al tibio, poco ó nada les importa lo que es Mío y de lo que de Mí proviene.

Al apático espiritual le interesa sólo la vida material y mientras de eso esté satisfecho, nada le interesa de lo que es Mío.

El apático espiritual vive en su mundo, un mundo de comodidad material, un mundo en el cuál no entro Yo a compartir en nada, un mundo en el cuál no se Me reconoce Mi ayuda y providencia, que, a pesar de ser como son, los sigo ayudando y esperando su conversión en algún tiempo.

Vosotros, casi todos, habéis tenido épocas en vuestra vida en las que habéis padecido ésta apatía espiritual. A veces ésta época es corta y a veces dura casi toda vuestra vida terrena.

iCuánto mal os causa, personalmente, ésta apatía y cuánto mal Me causa por la falta de vuestra entrega a Mis Necesidades, necesidades que buscan vuestra salvación!

Mientras os sentís fuertes, llenos de vida y de “ilusiones terrenas”, no Me dejáis habitar en vuestro corazón, porque decís, ¿para qué desperdiciar mi tiempo en cosas de Dios, si puedo aprovecharlo para enriquecerme ó para hacerme de cosas de éste mundo?

Sentís que tenéis la vida para buscar primero las cosas que el mundo os ofrece. Dais todo vuestro tiempo y esfuerzo para “asegurar vuestro futuro y el de vuestros hijos”, Ilenándoos de cosas, de lastre que os impide elevaros a Mis alturas, por lo tanto, ni pedís Mi ayuda, ni consagráis vuestros ideales a Mi Corazón. Vivís para el maligno sin saberlo, quién os ha engañado haciéndoos creer que la verdadera vida es la de la posesión y el goce de todo lo que podáis obtener y que él mismo os ofrece para distraeros de vuestra verdadera vida.

La apatía en la que os envuelve el maligno os hace evitar todo lo que de Mi proviene. Fechas importantes de la Iglesia, celebraciones litúrgicas, vida espiritual, la búsqueda del bien del alma y de su crecimiento, no entran a formar parte de su vida ni de sus intereses. Las fiestas especiales, como la que pronto tendréis, con el recuerdo de Mi Natividad, sólo se desarrolla a un nivel material y lo recuerdan sólo para cumplir “conveniencias humanas”, como antes os expliqué, pero no por recuerdo, devoción y agradecimiento a lo que significan éste y otros tiempos dedicados a Mí ó a Mi Madre Santísima.

La apatía espiritual sólo os va empequeñeciendo, os va debilitando vuestra fé y vuestra real vida. Os va haciendo insignificantes para que no entendáis el porqué del goce de Mis Bienes Eternos. Os dedicáis con fé mísera a buscar lo del mundo, pues bien, vuestro premio eterno, si lo lográis, por vuestra distracción, irá en proporción contraria a los bienes materiales buscados. Si disteis el 90% de vuestro tiempo y de vuestra vida en buscar lo del mundo, para vuestro propio bien y goce personal, el 10% restante se os dará de premio en la otra vida, si cuando menos eso buscasteis para Mí y para Mis intereses.

Si poco dais en ésta vida para Mí, poco recibiréis en la otra, para goce eterno de vuestra alma. Si habéis puesto toda vuestra atención y fuerzas en buscar las cosas temporales, cosas que os durarán sólo mientras viváis sobre la Tierra, poco habréis ahorrado para vuestra vida eterna.

Por vuestra apatía perdéis Fé y al perder la Fé, perdéis el motor que puede mover vuestra vida espiritual. Si libre y concientemente os vaciáis de Mí, Yo no os puedo llenar de lo Mío, si no os importa tenerlo.

Yo os busco constantemente y os trato de concientizar de vuestros errores en los que vivís, pero vuestra apatía a buscar Mi Palabra y vuestro más grande alimento del alma, el pan espiritual que Yo sólo os puedo dar, os impide crecer realmente. Sólo cuando perdéis vuestras fuerzas ó vuestras capacidades humanas y os permite vuestra soledad introduciros a vuestro corazón para encontrarMe, es cuando aprendéis a reflexionar sobre el tiempo que habéis perdido en el Mundo y es entonces cuando encontráis la Verdad.

Ya sea que por una “tragedia”, como vosotros, las llamáis ó cuando perdéis bienes materiales ó vuestra salud ó cuando llegáis a la ancianidad, perdiendo con ella vuestras capacidades físicas y las “amistades” que os seguían por obtener algo de vuestros bienes materiales, se os dá un tiempo para recapacitar sobre vuestra vida pasada. Esa soledad en la que muchas almas se ven, son momentos que permito para que podáis reparar daños pasados y para que podáis ofrecer vuestro estado actual para salvar a muchas almas que cayeron en el mismo problema que vosotros.

Aún a pesar de pasar toda una vida en apatía, Yo os sigo buscando con el deseo de teneros de regreso en Mi Reino Eterno. Yo no Soy un Dios vengativo, pero sí Justo. Si poco disteis, poco obtendréis, pero lo que más Me interesa de vosotros es vuestro arrepentimiento con el que obtendréis vuestro regreso a Mí, para teneros Conmigo por toda la Eternidad.

Vuestra apatía provoca que podáis obtener poca recompensa eterna ó hasta una posible pérdida de vuestra alma, porque, al estar débiles en la Fé, el maligno fácilmente os puede vencer en los últimos momentos de vuestra estadía en la Tierra. Vuestra apatía también provoca retraso en Mi Plan salvífico, porque, al no llevar a cabo vuestra parte, tengo que pedir a otras almas que hagan lo que vosotros no quisisteis hacer y eso os afecta a todos.

Daos cuenta, hijitos Míos, como el olvido a vuestro Dios os afecta en lo personal, en la Tierra y en vuestra vida futura, pero, además, afecta a todos aquellos que dependían de vosotros, tanto en oraciones, como en el buen ejemplo, para que con ellos pudieran obtener su salvación. Esto sucede porque vuestro ejemplo, bueno ó malo, moverá a otras almas. Si fue bueno, las ayudasteis a crecer, pero, si fue malo, las afectasteis a ellas y a Mí, porque ellas, a su vez, mal ejemplo también darán, con lo que se retrasará Mi Obra salvífica entre vosotros.

Vuestra apatía puede afectar a muchas, muchas almas y vosotros tendréis que dar cuenta de ello. Entended que éste mal ejemplo en la apatía, empieza desde vuestra propia familia. Si no dais buen ejemplo de vida espiritual y de amor a vuestro Dios y a vuestros hermanos, vuestros hijos no podrán dar lo que no recibieron, lo que no aprendieron de vosotros.

Algunos de vosotros, a los que he permitido que tengáis fuertes recursos económicos, en vez de ser buen ejemplo, siendo sencillos y compartiendo lo que Yo os di, os volvéis mal ejemplo para vuestros hermanos, porque os ven totalmente donados al mundo y porque tenéis la idea de que si tenéis mucho, valéis mucho. Separáis a muchas almas de Mí, por vuestro mal ejemplo y, a veces, es muy tarde la posibilidad de recuperar, espiritualmente, lo perdido.

Os invito en éste tiempo a reflexionar acerca de lo que Yo os enseñé sobre la pobreza y también sobre la riqueza espiritual, con Mi Nacimiento. Yo repudié lo que el mundo ofrece, lo que el maligno ofrece, para desviaras del camino y, en cambio, os enseñé el valor de vivir en la Vida de Mi Padre.

Sí, el estar en contra del mundo os va a traer problemas, pero vosotros, los que Me pertenecéis, no fuisteis creados para vivir y gozar del mundo, sino para pasar por el mundo, llevando Mi Bien a vuestros hermanos, para luego regresar a Mi Reino y tomar vuestra recompensa eterna.

Pedid discernimiento a Mi Santo Espíritu para que no os confundáis y ya no desperdiciéis los verdaderos valores que tenéis.

Luchad contra vuestra apatía, causada por vuestra falta de Fé, por vuestras pasiones desordenadas ó por vuestra falta de visión espiritual, antes de que sea demasiado tarde para el bienestar eterno de vuestra alma.

Tenéis todavía tiempo para reflexionar y cambiar, usadlo, por favor.

Yo os bendigo en el Nombre de Mi Padre, creador de la vida, en Mi Nombre, Jesús Salvador y   en el Nombre de Mi Santo Espíritu, vida de Amor.