Nov 08_00 El Gozo de Mis Bienamados.

Mensaje.  

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Hijitos Míos, os quiero hablar sobre el gozo de Mis bienamados.
¿Cuántos de vosotros, si Yo ahora os preguntara, os sentís satisfechos de haber cumplido bien vuestra misión? ¿Cuántos de vosotros os sentiríais felices de estar ante Mi Presencia sin tener nada de qué avergonzaros? ¿Cuántos de vosotros realmente desearíais ya estar Conmigo aquí en el Cielo?

El gozo de Mis bienamados no comienza en el Cielo a vuestro regreso, sino  comienza ya sobre la Tierra.

Muchos de vosotros tenéis temores a lo desconocido. Tenéis temores a lo que os sobrevendrá después de vuestra muerte física. Tenéis temores, porque no habéis sabido confiar en Mí, vuestro Padre y porque no habéis tenido vida en Mí, ya desde la Tierra.

El gozo de Mis bienamados lo tenéis cuando ayudáis al menesteroso. Cuando llenáis con Mis Palabras al alma que se acerca a vosotros a pedir un consejo ó una ayuda espiritual. Lo tenéis, cuando así lo sentís, al haberos dado por alguien que necesitaba mucho de vuestra ayuda. Lo tenéis cuando habéis dado vuestra vida a vuestro Dios y, a veces, hasta vuestra muerte.

El gozo de Mis bienamados es el mayor gozo que el alma pueda tener, porque Me está gozando a Mí.

Toda la vida del alma, durante su misión sobre la Tierra, se debería desenvolver en éste gozo celestial, pero por causa del pecado, el alma se distrae mucho y entonces vuestro gozo se vuelve esporádico ó lo tenéis muy pocas veces en vuestra vida, porque poco hacéis por Mí en vuestros hermanos.

En la misión que cada uno de vosotros tenéis, os he dado multitud de ocasiones de IlevarMe a vuestros hermanos, de ser Mi transmisor, de ser Mi ejemplo y Mi Vida en vosotros, pero esto no lo habéis acabado de comprender y por eso, pocas veces las habéis aprovechado, ya por distracción, ya por negación, ya por vergüenza de qué dirán. Por éstas causas y muchas más, os perdéis del gozo que Yo concedo a las almas, como agradecimiento Mío, regalo inmenso, que permito sintáis, para que os deis cuenta de que Yo estoy presente en vuestras obras y que os regalo, ya desde la Tierra, algo del gozo inmenso que seguiréis teniendo en el Cielo.

Las almas que viven inspiradas en Mi Amor y lo transmiten, de una forma u otra, gozan haciéndoMe gozar. Yo os pongo las ocasiones para ayudar, las tomáis, sabéis que con ello Me agradáis, porque sabéis que lo que hacéis por vuestros hermanos Me lo hacéis a Mí y Yo os regalo con gozo espiritual vuestra acción.

¿Cuántas veces no habéis sentido una gran satisfacción interior después de que ayudasteis a pasar la calle a un ciego, ó cuando ayudasteis de corazón a un necesitado, económica ó espiritualmente, ó cuando Me transmitisteis a alguien, a través de un consejo santo? Esa satisfacción, esa plenitud espiritual, la cuál es muy diferente a la que podáis sentir físicamente, es Mi agradecimiento, que os regalo y que os plenifica y os llena de tal alegría, que hasta sentís deseos de llorar, de gritar de gusto, de volar hacia Mí.

El gozo es el regalito que os doy como comprobación de que lo que hicisteis, estuvo bien hecho.

Como os dije, os regalo éstos gozos para que sigáis adelante y que comprendáis lo que es el vivir en Mí, pero entended que éstos gozos son sólo el principio de lo que Yo os tengo reservado como gozo eterno.

Estos gozos que ahora os concedo, son muy pequeños, porque vuestro cuerpo no podría soportar el gozo celestial, el cuál sólo tendréis cuando regreséis a Mi Reino Eterno, vuestro hogar.

Vivís, pues en Mí, dándoMe a vuestros hermanos y Llenándoos de Mis pequeños gozos, de Mis regalitos de Amor, esperando con ansia el día del Gran Gozo, el cuál os tengo reservado para la Eternidad.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor Eterno de Mi Santo Espíritu.