Mensaje.    (11:36 p.m.)
Mensaje de Dios Padre a J. V. a las 11:36 p.m.
Habla Dios Padre,
Sobre: Al hombre le di una  tarea en la Creación y a la mujer otra, fue una orden Divina.
Hijitos Míos, Mis pequeños, cómo  sufro al veros sufrir por vuestra necedad y por vuestra indiferencia hacia Mí y  hacia Mis Leyes, que os llevan a vivir en Mi Divina Voluntad.
Os quiero hacer recapacitar del  porqué de vuestro padecer actual, en una de tantas faces de la maldad que ya os  cubre.
Yo os creé hombre y mujer y,  desde el Principio de los Tiempos, os di la ORDEN, a cada uno, de obrar de  acuerdo a Mi Voluntad para que el BIEN de vosotros. Mi Voluntad es Divina y  Sabia, Mis Leyes son Divinas y Sabias, Mis Deseos son Divinos y Sabios, Yo os  creé para que fuerais perfectos   RESPETANDO Mi Divinidad y AGRADECIENDO Mi Sabiduría, porque al aceptarla  y vivirla, seríais felices.
Creé al hombre para consentirlo y  hacerlo FELIZ, no lo creé para gozar en su sufrimiento, como os ha sucedido  desde que vuestros Primeros Padres Me dieron la espalda y traicionaron Mi  Divinidad y Mi Sabiduría, su soberbia los perdió.
Al hombre le di una tarea en la  Creación y a la mujer otra, fue una orden Divina y cuando Yo, vuestro Padre y  vuestro Dios, doy una orden ó dejo conocer Mis Deseos, éstos son eternos, no  cambio de opinión, según convenga, al paso de vuestro tiempo, ya que Yo no vivo  en el tiempo. Yo abrazo el pasado, presente y futuro de la existencia del  hombre.
Uno de vuestros actuales errores  fue el de haberle hecho caso a lo que satanás os propuso, que fue el de la  “liberación de la mujer”. Yo pregunto, ¿cuál liberación?
La mujer cayó en las redes de  satanás, por soberbia, por necedad y por falta de sabiduría. Se sintió igual al  hombre haciendo a un lado Mis Deseos Santos, quiso tener los derechos del  hombre, irresponsablemente, pero no sus obligaciones y así empieza a  incursionar en los diferentes ámbitos del hombre, la mujer sale del hogar y  desprecia Mis Ordenes Santas y Sabias.
Al salir la mujer del hogar no  solo provoca la destrucción espiritual y moral de éste sobre los hijos, sino  que también sobre el hombre del hogar, al competir contra éste en los puestos  que le correspondía al hombre llevar a cabo. Todo éste mal comienza a  principios de los años setentas, ved ahora quiénes están en la mayoría de los  puestos claves de vuestra sociedad, adultos jóvenes que no recibieron vivencia  moral ni espiritual en sus hogares. Por eso os dije ya que estabais viviendo  segunda generación de almas sin Dios. Estos adultos jóvenes no recibieron  valores morales ni espirituales y, por lo tanto, no los han podido transmitir,  puesto que no los poseen. Por ello pasan por sobre toda ley, viven de acuerdo a  sus “principios” y educación, que dejan mucho que desear, no hay ni amor ni  respeto hacia su prójimo, no hay lugar para Mí, vuestro Dios, ni en su corazón  ni en sus actos, no desean vivir según Mi Voluntad ni Mis Leyes.
Matan si hay que matar, roban si  hay que robar, toman al sexo opuesto sin ningún respeto y sólo por placer y  evitando todo compromiso. No les interesa vivir una unión matrimonial  bendecidos por el Sacramento, no les interesa el procrear para evitarse  molestias en criar hijos “latosos” que les quitarán libertad para hacer lo que  a los padres les gusta. Buscan sólo lo material porque el hombre actual vale  por lo que tiene en bienes materiales, porque el que busca los bienes  espirituales está obsoleto, es un “perdedor”, no tiene lugar en un mundo que se  rige por el poder del dinero y de las posiciones sociales.
Habéis contribuido, una gran  mayoría de vosotros, a crear un mundo de error y ahora se os paga por ello, con  el TERROR.
Sí, Mis pequeños, os salisteis de  Mis Leyes y de Mi Voluntad y vuestro ERROR os llevó al TERROR, alimentasteis el  mal y él creció “agradeciendo” vuestro proceder con la destrucción moral,  espiritual y mundial que ahora estáis viviendo, así es el demonio, igual que  les pasó a vuestros Primeros Padres os está pasando ahora, aceptasteis sus proposiciones  y os llevó a la destrucción y a la degradación del género humano.
Sois los hijos pródigos que  despreciasteis los cuidados del padre y rey, os quisisteis valer por vosotros  mismos despreciando Mis Consejos de Perfección que se os dan en los Diez  Mandamientos y en las Enseñanzas dadas por Mi Hijo Jesucristo. Os creísteis  sabios y autónomos y el resultado no se hizo esperar, además de que perdisteis  los bienes y las comodidades que se os dan al vivir bajo Mi Voluntad. Os  degradasteis como seres humanos y como seres espirituales. Ahora, y por VUESTRO  BIEN, espero el momento de vuestro arrepentimiento, después de aceptar con  humildad vuestro error, para Yo salir a vuestro encuentro, cuando vengáis de  regreso, y os regrese a vuestra dignidad de HIJOS DE DIOS.
De vosotros depende que esto se  acelere, de vosotros depende. Poned vuestra humildad de corazón, a vuestro  arrepentimiento al error producido, y Yo pondré todo Mi Amor y Mi Poder  Infinito para restaurar el mal causado. 
Os amo, Mis pequeños, os amo y  deseo inmensamente vuestro regreso, Yo, vuestro Padre y vuestro Dios.