Jun 12_07 El mediocre no es persona confiable, ni para él, ni para el mundo, ni para Mí.

Mensaje.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Habla Dios Padre,
Sobre: El mediocre no es persona confiable, ni para él, ni para el mundo, ni para Mí, vuestro Dios.

Hijitos Míos, se os dice hoy en las Escrituras que la sal, cuando pierde su sabor, se le tira para que la pisen los hombres. Mis pequeños, no hay nada peor que la mediocridad. Cuando sois mediocres no se puede creer en vosotros, no dais fruto, no dais vida, no sois ejemplo bueno para los demás, en una palabra, no sois confiables, ni servís para Mi pueblo.

El mediocre ciertamente podrá en algún momento dar algo bueno, pero por la fama que ya tiene delante de todos de mediocre, prácticamente, no será tomado en cuenta. El mediocre vive en sus cosas, el mediocre vive para sí, hay mucha maldad en su corazón y a ratos tiene bondad. Por eso mismo, por esa irregularidad en el modo de actuar, no es persona confiable.

Hijitos Míos, muchos de vosotros estáis en ésta situación, vivís en una mediocridad espiritual tremenda, prácticamente vivís para vosotros mismos, para vuestros propios intereses, pero cuando no recibís lo que tanto necesitáis, es cuando volvéis a Mí, pero tan pronto obtenéis de Mí lo que necesitáis, volvéis a vuestro mundo, a vuestra propia vida. No dais fruto de valor espiritual para vuestros hermanos, porque vosotros mismos no hacéis nada para tratar de crecer espiritualmente.

El mediocre no es persona confiable, ni para él, ni para el mundo, ni para Mí, vuestro Dios, por eso, como la sal, será apartado, tirado al suelo para que todo mundo la pise y esto es porque él mismo no se ha respetado a sí mismo ni se ha hecho responsable por los hombres, por el valor que cada uno de vosotros debe tener en sus actos para Conmigo y para con vuestros hermanos.

Mis pequeños, tened mucho cuidado con vuestra vida, porque por ésa mediocridad en la que estáis viviendo, lo único que podéis ganar es la muerte eterna, porque no habéis servido para Mis propósitos en la salvación de vuestros hermanos, en la difusión de Mi Reino, para la ayuda de dar vida a todas las naciones y por eso se os despreciará, tanto en la Tierra como en el Cielo y vuestro lugar solamente pueden ser los abismos de satanás.

Os digo todo esto, Mis pequeños, para que entendáis que vuestra misión sobre la Tierra es muy importante, que valéis mucho ante Mis Ojos, que confío Yo, vuestro Dios, en cada uno de vosotros para hacer vida entre vuestros hermanos. Os amo tanto, Mis pequeños, que quiero lo mejor para vosotros; os regalo tanto, porque sois Mis hijos, aunque no os lo merezcáis por vuestras obras, pero si a pesar de todo lo que se os da y de todas las Bendiciones que se derraman para cada uno de vosotros, vosotros no reaccionáis al Amor, entonces, vuestro lugar no será el de estar entre los Míos y por eso seréis arrojados fuera del rebaño.

Mis pequeños, los tiempos son difíciles, en éste tiempo que estáis viviendo, hay una tremenda sequedad espiritual que ya os rodea, os abruma y os hace vivir en inseguridad, porque la maldad está haciendo que hagáis a un lado la Bondad que debiera reinar en el corazón de cada uno de vosotros y si vosotros no reaccionáis ante ésta verdad, ante ésta realidad que ya estáis viviendo, ésta os tratará de ahogar completamente.

Entended, Mis pequeños que en éste momento de la historia cada uno de vosotros debe ser protagonista. Mi Hijo tuvo Su época, Su momento en la historia para enseñar al hombre a amarse los unos a los otros, éste es el momento en el cual vosotros, como protagonistas, debéis enseñar a vuestros hermanos cómo se debe amar, con el Verdadero Amor que os dejó Mi Hijo y que ya debiera estar Reinando en vuestros corazones.

Por eso la mediocridad, Mis pequeños, es tan mala, porque no estáis haciendo lo que debéis hacer, aunque quizá sintáis, en algunos momentos, ésa vida espiritual en vuestro corazón, al poco rato vuestro corazón nuevamente tiende hacia las cosas del mundo y hacia la maldad.

Entended pues, Mis pequeños, los momentos graves que estáis viviendo en la actualidad y entended que éstos son los momentos en que más es necesario que  os comportéis como hijos verdaderos. Como sal fina, debéis dar sabor con las Enseñanzas de Mi Hijo y no como seres débiles, mediocres, que ni en lo particular buscáis por el verdadero crecimiento espiritual de vuestra salvación eterna y menos por la de vuestros hermanos.

Poned remedio a vuestra vida, Mis pequeños, creced, buscadMe, sed verdaderos hijos Míos antes de que seáis arrojados al lugar del cual nunca saldréis, porque vuestra mediocridad os llevó ahí.
Os amo, Mis pequeños, recibid Mis Bendiciones.