Ene 15_07 Vuestra vida es un abrir y cerrar de ojos, no desperdiciéis más ése tiempo.

Rosario.

Temas:

  • Vuestra vida es un abrir y cerrar de ojos, no desperdiciéis más ése tiempo.
  • La vida es una bendición muy grande que se les da a algunas almas, vosotros fuisteis llamados a la vida.
  • Todos vosotros, ante Mis Ojos, sois individuos preciosos, muy valiosos.
  • Hay muchas almas a las que vosotros no conocéis, a las cuales podéis ayudar por vuestra oración.
  • La muerte existe para las almas que no están Conmigo, para los que son Mis hijos, la muerte no es de temer.

Mensajes de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Vuestra vida es un abrir y cerrar de ojos, no desperdiciéis más ése tiempo.

Hijitos Míos, la vida del hombre, como ser humano, transcurre lentamente, vosotros contáis en años vuestra vida sobre la Tierra, la misión que venís a llevar a cabo, para vosotros dura años, pero, Mis pequeños, para vuestra vida espiritual, vida del alma, vuestra misión sobre la Tierra es un abrir y cerrar de ojos.

Sí, Mis pequeños, cuando regreséis al Reino de los Cielos, os daréis cuenta de ésta realidad, cómo desperdiciasteis el tiempo, Mi tiempo, el tiempo para que vosotros pudierais llegar a la perfección en el Amor y para que pudierais ayudar a miles, a millones de vuestros hermanos a alcanzar la salvación eterna.

Sí, Mis pequeños, desperdiciáis mucho tiempo en vuestras cosas, en tonterías que no os llevarán a nada. El Amor, el Amor es lo que cuenta en vuestra vida, el Amor os dará la vida eterna y a vuestros hermanos.

Estad pues prestos, Mis pequeños, a transmitir ésa riqueza que Yo he puesto en vuestro corazón y si no la tenéis todavía en pleno, pedídMela, Mis pequeños, pedidMe que vuestro corazón esté inundado de Mi Amor, para que vosotros podáis darlo a vuestros hermanos.
Tened muy presente esto que os he dicho, que vuestra vida es un abrir y cerrar de ojos, no desperdiciéis más ése tiempo, Mis pequeños, tiempo precioso que se os ha dado y que luego lloraréis por no haberlo utilizado correctamente.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: La vida es una bendición muy grande que se les da a algunas almas, vosotros fuisteis llamados a la vida.

Hijitos Míos, a lo largo de vuestra vida tenéis que ir superando todos ésos errores, toda ésa maldad que entra en el corazón del hombre, tenéis que ir subiendo peldaños, peldaños de la perfección y de la santidad.

Así como os cuesta trabajo subir una escalera, especialmente cuando estáis cansados, así es vuestra vida, tenéis que ir superando todo aquello que os pueda vencer espiritualmente.

Sí, vuestra ganancia espiritual es una lucha constante contra las fuerzas del mal, pero también contra vosotros mismos, contra vuestras debilidades, contra vuestro cansancio, contra vuestra concupiscencia, contra vuestros vicios y pecados, todo esto Mis pequeños y más, debéis ir venciendo para llegar a la perfección a la que habéis sido llamados todos vosotros.

Cuando uno es niño, no comprende bien éstas cosas y no da lo suficiente, pero cuando se es adulto, ya ha pasado toda una vida por vosotros y tenéis experiencia buena y mala y estáis dispuestos ya a escoger entre el bien y el mal, entre vuestra perfección o vuestra caída espiritual.
Sí, Mis pequeños, es una tristeza ver cómo almas en cuerpos adultos se van a una decadencia espiritual. Han vivido toda una vida y han visto lo que es bueno y lo que es malo, y se van por lo malo, prefieren vivir en la maldad, en el pecado, en la mugre espiritual, ¡qué desgracia, Mis pequeños!, ver ésas almas que no quieren superarse, que no quieren vivir para la santidad, que no quieren vivir para Mí, vuestro Dios, que no quieren ayudar a sus hermanos a salvarse, a santificarse en la perfección de los actos buenos.

Habéis sido llamados a la vida, para dar mucho fruto. Os he dicho que el ser llamados a la vida es una bendición muy grande que se les da a algunas almas, vosotros fuiste llamados a la vida, Mis pequeños, no desperdiciéis estos momentos, ésta oportunidad tan grande que se le da al alma para servir a su Señor. Yo Soy vuestro Padre, Yo Soy vuestro Dios, os he llamado a la vida para que compartáis Conmigo, en Mi Santísima Trinidad, ésas bendiciones tan grandes que solamente se les dan a algunas almas y que Mi Mismo Hijo tuvo.

Así pues, Mis pequeños, servidMe, como Me sirvió Mi Hijo, amadMe, como Me ama Mi Hijo, morid por Mí, por la salvación de vuestros hermanos, como Mi Hijo lo hizo y así tendréis vida, vida eterna, pero en un lugar muy cercano a Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Todos vosotros, ante Mis Ojos, sois individuos preciosos, muy valiosos.

Hijitos Míos, os he dicho: “de qué os sirve ganar el mundo, ganar sus riquezas, luchar y trabajar duramente por ellas, si no os vais a llevar nada de ellas”. Pero también hay muchos de vosotros que no pudiéndolas tener, las envidian, envidian la persona de vuestros hermanos que tienen ésas posesiones.

Mis pequeños, la envidia es un mal del corazón que hace que perdáis el tiempo, que perdáis también tantas cosas buenas que tenéis, que os he dado y sobre todo que os olvidéis de vuestra individualidad. Todos vosotros, ante Mis Ojos, sois individuos preciosos, muy valiosos, sois Mis soldaditos en la batalla, en la batalla de cada día en el mundo. Cada uno de vosotros lleva a cabo una misión diferente, ciertamente es única, porque es el Amor el que tiene que vencer y es el Amor que debéis dar a vuestros hermanos, pero cada uno de vosotros, tiene una forma diferente de dar el Amor y hacer que Yo Me sienta feliz, de saber que cada uno de vosotros estáis trabajando para Mí.

Cada uno de vosotros tiene un aroma diferente, como cada flor que he creado para embellecer a la naturaleza. Cada uno de vosotros tiene un corazón diferente, para que pueda platicar Conmigo de diferentes cosas y Yo os pueda amar también en forma diferente a cada uno de vosotros.

Entended, Mis pequeños, que vuestra individualidad es lo que más Me gusta, el amor que Me deis, el acercamiento que tengáis Conmigo, ésa vida particular que tenéis vosotros en vuestro interior para Conmigo, vuestro Dios, es diferente y la amo, la amo muchísimo. Manteneos así, Mis pequeños, individuos, que estáis atendiendo a Mis peticiones y no desperdiciéis vuestra vida envidiando la vida de vuestros hermanos. Sois individuos, sois Míos, sois una flor de Mi Corazón, diferente cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: Hay muchas almas a las que vosotros no conocéis, a las cuales podéis ayudar por vuestra oración.

Hijitos Míos, Mis pequeños, no solamente van a ser vuestras acciones las que Me ayuden a la salvación de las almas. Ciertamente las almas se mueven más por la acción, buena o mala, según el ejemplo que deis de acuerdo a vuestras intenciones, pero, Mis pequeños, también es vuestra oración, son las intenciones, que salen de un corazón sencillo, sincero, bondadoso lo que va a hacer que muchas almas también cambien y alcancen su salvación.

Ciertamente, hay muchas almas a las que vosotros no conocéis, a las cuales podéis ayudar con vuestra oración, con vuestras Misas, por el ofrecimiento de vuestras obras, de vuestros sacrificios, penitencias, ayunos, con todo esto, Mis pequeños, pero sobretodo, con ése pensamiento puesto en agradarMe, en la salvación de las almas de vuestros hermanos, es así como podréis vosotros salvar a infinidad de almas. Sí, a miles, a millones de almas que no conocéis, pero como vuestro corazón está deseoso de salvar, son las intenciones del corazón las que hacen que de repente se tenga, aparentemente, de la nada, una bendición, que ni siquiera se esperaba, y es porque alguno de vuestros hermanos oró por vosotros, aunque no se conocen, para que se adquiriera, de Mí, determinada bendición.

Manteneos, Mis pequeños, en ésa oración profunda, en ésa oración de intención, de Mis intenciones, para que vuestros hermanos puedan obtener de Mí infinidad de bendiciones y los podáis acercar a Mí. No desperdiciéis vuestro tiempo en necedades, con cosas vanas, utilizad el tiempo que Yo os concedí, el tiempo de vida, para que Me ayudéis en la salvación de vuestros hermanos y ayudad a ésos miles y millones de almas, quizá olvidadas, quizá esperando que alguno de sus hermanos alrededor de la Tierra se acuerde de ellos y ore por sus necesidades.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio.
Habla Dios Padre,
Sobre: La muerte existe para las almas que no están Conmigo, para los que son Mis hijos, la muerte no es de temer.

Hijitos Míos, en el hijo de Dios, en el cristiano, la muerte no existe, la muerte es simplemente el llamado, Mi llamado, para el alma, para que regrese a su hogar.
Vosotros os despojáis simplemente de la envoltura que tiene el alma para misionar sobre la Tierra, pero vuestra alma regresa a su hogar a darMe cuentas, a contarMe cómo misionasteis sobre la Tierra, qué hicisteis para servirMe, cómo salvasteis almas, qué tanto de Mi Amor dejasteis sobre la Tierra.

La muerte existe para las almas que no están Conmigo. Para los que son Mis hijos, la muerte no es de temer, porque no existe tal muerte. Vuestra vida, en Mí, que debe de ser toda vuestra existencia, el estado de Gracia en el que estáis, ésa presencia en la que Me tenéis siempre en vuestro corazón, en vuestra mente y en todos vuestros actos, se vuelve una realidad al verMe de frente.

Los que sí viven muertos, son aquellos que están separados de Mi Gracia, porque no la han querido tomar, la han atacado, se han vuelto instrumentos de satanás, ellos sí están llenos de temor a la hora del llamado, a la hora en que tienen que dejar aquí el cuerpo, la envoltura y regresar a Mí, ellos sí temen Mi Presencia, porque para ellos Seré Juez severo. Ellos han vivido en la muerte y muerte es la que tendrán eternamente.

Mis pequeños, no temáis a ésos momentos, a ésos últimos momentos de vuestra vida, porque todavía aún en ésos momentos podéis hacer grandes cosas para la salvación de las almas de vuestros hermanos y de vuestra propia alma. No desperdiciéis ni un segundo de vuestra vida, ni aún en ésos momentos de gran sufrimiento, en los que sabéis que ya Me estoy acercando a vosotros, al contrario, que sea alegría para vuestra alma, porque veréis a vuestro Dios Frente a frente. Conoceréis Mi Belleza, conoceréis Mi Bondad, conoceréis Mi Misericordia, patente, directamente, conoceréis la Dulzura de Mi Corazón, conoceréis el Abrazo de vuestro Dios a vuestra alma. Así pues, que no sea un separarse de Mí en ésos momentos, no querer estar Conmigo, sino al contrario, desear, de todo corazón, el Abrazo, el Abrazo amoroso de vuestro Padre y vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.