Feb 15_05 Muchos os preguntaréis por qué no la quito.

Rosario.

Mensajes de Dios Padre y de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Temas:

  • Yo permito la tentación, porque ella va a dividir a los dos bandos de la Tierra, los que están Conmigo y los que están contra Mí.
  • Os preguntaréis, qué es lo que hace a un alma santa.
  • Os habéis apartado tanto de Mi Sabiduría, que por eso el demonio os engaña fácilmente.
  • Yo Soy vuestro Dios y Soy el Hombre que os Ama, os comprende, os levanta.
Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo permito la tentación, porque ella va a dividir a los dos bandos de la Tierra, los que están Conmigo y los que están contra Mí.
La tentación, hijitos Míos, la tentación, muchos os preguntaréis por qué no la quito, por qué no la evito de la vida del hombre.

Mis pequeños, estáis en el mundo, el mundo afectado por el pecado, el mundo afectado por satanás, la tentación, Mis pequeños, viene como consecuencia del pecado, de la maldad del hombre. Pero recordad, que cuando Yo permito algo en vuestra vida, siempre será para vuestro bien.

La tentación, para el hombre, lo fortalecerá si vive en estado de Gracia, si vive en Mi Presencia, si vive lleno de Mí.

Pero para aquél que está apartado de Mí, la tentación lo hundirá más. Recordad que estáis en el campo de batalla, el fuerte vencerá, el débil perecerá.

Yo os voy cuidando, Yo os voy protegiendo, os voy dando todo lo necesario para que podáis salir victoriosos de la batalla, aquel que escucha Mi Voz, que sigue Mis Mandatos, ése vencerá.

La lucha es difícil, pero Mi Gracia es Inmensa, y Yo permito la tentación, porque ella va a dividir a los dos bandos de la Tierra, los que están Conmigo y los que están contra Mí.

Éstos son los tiempos decisivos, ya anunciados, que por fin llegaron, tiempos de la Gran Tribulación, éste es el tiempo en el cual los valientes guerrearán por su Dios, por su Rey, por su Padre, por sus pertenencias. Mis hijos protegerán Mi Obra, los que son del enemigo, lucharán ferozmente contra los ejércitos del bien.
Desde ahora sabéis lo que va a pasar con ellos, porque estáis Conmigo, ciertamente sucumbirán, pero todavía tienen la fuerza de hacer caer muchas de Mis almas buenas, que, aunque Me aman, no tienen una Fe firme, y por ellos os pido, Mis pequeños, que oréis fuertemente.

Vivid fortalecidos en Mi Gracia, con los Sacramentos, con el Amor.

El Amor será esa armadura celestial, que no dejará que penetre arma alguna para dañaros.

Amad, amad aún a vuestro enemigo y tratad de salvarlo, aún a pesar de que os quiera matar. El amor puede vencer aún al enemigo más poderoso, usadlo como arma definitiva y poderosísima contra vuestro enemigo, porque vuestros enemigos, serán vuestros hermanos engañados, por el enemigo infernal. RecuperadMe esas almas, Mis pequeños, recuperadMe esas almas.

Yo os Amo y os quiero dar más. Venid, venid a Mí con confianza y pedidMe por vosotros y por vuestros hermanos. Gloria inmensa os espera, Gracia eterna se os dará.

Permaneced en Mí, la batalla se os hará fácil y el triunfo será un gozo inmenso para vosotros. Yo estaré con vosotros en la Gran Batalla, no Me separaré de vosotros. Las Huestes Angelicales os acompañarán, dad todo por Mí, vuestro Dios, porque Yo Me daré todo por vosotros por toda la eternidad.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os preguntaréis, qué es lo que hace a un alma santa.
Pequeños Míos, cuando vosotros camináis por entre las flores de un invernadero, ó de un campo florido, gozáis con el aroma, gozáis con la frescura, gozáis con la belleza de cada una de esas flores.

Fuisteis creados en Mi invernadero, vosotros, cada alma, llevaba esas características, pureza, belleza, santidad. Yo Me deleitaba con esa idea de las almas buenas, de las almas santas, porque fuisteis creados a imagen y semejanza Mía.

Mis pequeños, aún ahora, cuando veo las tinieblas que cubren a la Tierra, cuando veo el lodo que ensucia Mis florecillas, aún veo, entre todo esto almas puras, almas santas, almas que todavía Me aman, a pesar de toda la mugre que os rodea. Yo Me deleito en estas florecillas.

Os preguntaréis, qué es lo que hace a un alma santa. Yo veo esa pureza virginal, almas, que viven en Mí, que sus padres les han hablado de Mí y Me aman, que tienen un corazón abierto al amor, a Mi Vida en su interior, almas puras, almas castas.

Mis pequeños, esa pureza que obtienen las almas pequeñas que viven en la castidad, ¡valen tanto a Mis Ojos, valen tanto para Mi Corazón!, que tienen un lugar muy especial en el Reino de los Cielos, almas que no se mancharon aún a pesar del lodo del mundo, de la inmoralidad y de sus pasiones. Almas pequeñas, ó almas grandes, pero que pasaron por el mundo sólo viéndoMe a Mí, a Mi Pureza y quisieron hacerla suya.

¡Cómo llora Mi Corazón al ver la impureza en almas cándidas, en almas que debieran ser todavía cándidas! Pero ¿qué instrumentos del mal les quitaron esa inocencia desde su pequeña edad? Hay almas adultas que han permanecido así, puras, castas, santas, que han tenido toda una vida de prueba y se mantuvieron cerca de Mí, que tomaron el ejemplo de Mi Hija la Siempre Virgen María, ó de su esposo, José.

Estas almas merecen también un lugar especial, Yo pago con creces éste esfuerzo éste sacrificio tan grande por permanecer en esa pureza virginal, en esa castidad y sobre todo en ese desprendimiento de sí mismos para donarse desde pequeños a Mi Pureza, a Mi Santidad.

Manteneos castos de corazón, manteneos castos y puros en vuestra alma y así brillaréis fuertemente en los Cielos por toda la eternidad.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os habéis apartado tanto de Mi Sabiduría, que por eso el demonio os engaña fácilmente.
Hijitos Míos, Mis pequeños, desde niños vais a la escuela para aprender a leer, para escribir, vais avanzando en la vida y vuestro conocimiento intelectivo va creciendo, va aumentando, para que os vayáis mejorando, para que posteriormente, a través de lo aprendido, podáis tener un trabajo con el cual ganar vuestro dinero y poder pagar lo necesario en la Tierra; así adquirís bienes materiales, alimento para vuestro cuerpo.

La tentación os puede llevar a ver nada más éste punto de vuestra vida, lo material, el tener más, el creeros grandes porque tenéis mucho de lo material.

Hacéis mucho para darle gusto a vuestro cuerpo, hacéis mucho para tener una familia ejemplar, pero ejemplar en lo económico, en las posesiones y hasta aburrís a vuestros amigos en las fiestas ó en las reuniones, hablando de vuestras posesiones y viajes. ¡Cuánta vaciedad! ¡Cuánta tontería de vuestra parte! Perdéis el tiempo en banalidades, desperdiciáis Mi tiempo, el tiempo de crecimiento espiritual para vosotros y para vuestros hermanos.

Debéis poner vuestros ojos y vuestros intereses en el crecimiento espiritual. Ya se os ha dicho que ¿De qué os vale ganar el mundo, cuando perderéis vuestra alma? Tengo que repetiros esto, mis pequeños, una y mil veces, porque os dejáis llevar por las tentaciones que os pone el maligno, haceros creer que, mientras más tengáis de lo material, más valdréis para el mundo. ¿Cuántas veces os he dicho que vosotros no pertenecéis al mundo?

Vuestra tarea es espiritual y deberéis poner todo vuestro esfuerzo por servirMe, por crecer vosotros mismos. Buscad ése crecimiento espiritual en vuestra alma, para que podáis dar a los demás lo que Yo os dé en vuestro corazón.

La tabla de valores del hombre están ahora cambiados. Le dais demasiado valor a lo que no sirve, a lo que quedará aquí en la Tierra, pocas almas son las que ahora buscan Mis intereses, intereses de crecimiento y de salvación eternas. Os habéis apartado tanto de Mi Sabiduría, que por eso el demonio os engaña fácilmente.

Toda la Sabiduría que Yo he dejado en los Textos Divinos, ya no los tomáis en cuenta, preferís leer los libros del mundo para que podáis ser aceptados en vuestra sociedad, hablar de banalidades, de mentiras, de suspicacias, de inmoralidades, de suciedad espiritual y moral en lugar de utilizar Mis Palabras para dar verdadera Vida y levantar a los vuestros hacia esos Tesoros eternos.

Comprended, Mis pequeños, que vuestra vida es corta en la Tierra y vuestro trabajo es mucho. Hay almas que tardan años en aceptar Mis Palabras, en aceptar una vida espiritual rodeados de lo material. El hombre en su terquedad tarda mucho tiempo en entender lo que vale y muchos llegan a la ancianidad sin haberMe dado gran cosa para su salvación eterna.

Así como construís en la Tierra, propiedades materiales con vuestro trabajo, con vuestro ejemplo, es una realidad, Mis pequeños, que también el esfuerzo que hacéis en lo espiritual también os ayuda a construir aquí en el Reino de los Cielos.
Buscad, buscad primero Mi Reino y lo demás se os dará por añadidura.


Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo Soy vuestro Dios y Soy el Hombre que os Ama, os comprende, os levanta.
Hijitos Míos, Yo el Verbo Encarnado, Jesucristo, vuestro Salvador, para muchos en el mundo, Me quieren ver totalmente como Dios, pero se les olvida que Mi parte Humana, también fue totalmente Mía, al EncarnarMe, ciertamente de una Carne Pura, Santa, Virginal, de Mi Madre, la Siempre Virgen María, Mi Padre no quitó de Mí todos los sufrimientos, dolores, penalidades que sufre el cuerpo, la envoltura que protege a vuestra alma.

Sufrí sed, tuve calor, tuve frío, sangré con rasguños, sufrí con golpes. Mi Cuerpo, Mi Carne sufrió lo mismo que vosotros sufrís, ésos dolores externos, ciertamente también llegaban a Mi Interior, a Mi Alma, a Mi Divinidad, a Mi Ser.

Yo permití todo esto y acepté la Voluntad de Mi Padre, para poder entenderos, para poder apoyaros, para poder aconsejaros, para poder levantaros, para poder santificaros. He aceptado de Mi Padre Su Voluntad por bien vuestro, para que no Me vierais como ese Dios lejano, ese Dios que no se digna a bajar entre los hombres, como muchas supuestas deidades de antiguos pueblos, que muy apartados estaban de las creaturas humanas.

Yo Soy Dios Verdadero y Soy Hombre Verdadero y así como padecí y como vosotros padecéis, así os puedo entender perfectamente y de esa forma podéis acudir a Mí, confiados en que Yo conozco perfectamente lo que os pasa y que apoyados en Mí, podréis tener esa ayuda Divina para resolver vuestros problemas, vuestras caídas, vuestros dolores.

Venid a Mí, que Yo limpiaré vuestras heridas, venid a Mí, que Yo os aconsejaré como un Verdadero Hermano, como Verdadero Padre, con un Amor sencillo, con un Amor de donación total, con un Amor que cierra heridas y que levanta, que os cura y que os devuelve esa dignidad de hombres.

Venid a Mí con la confianza de que seréis escuchados. Venid a Mí, con total esperanza de que obtendréis de Mí lo necesario si, con humildad, deseáis crecer y quitar todo aquello que impida vuestra santificación. Venid a Mí, aún en el momento de vuestra muerte, para que Yo tome vuestra mano y que aunque veáis tinieblas, dudas, Yo os lleve por caminos seguros y a feliz término vuestra vida terrena, que Yo intercederé ante Mi Padre para que podáis obtener de Él grandes Regalos por vuestros méritos unidos a los Míos.

Yo Soy vuestro Dios y Soy el Hombre que os Ama, os comprende, os levanta, porque sois Mis hermanos y os quiero regresar a vuestra casa eterna con Mi Padre, en unión con todos los Santos.

Venid, venid a Mí, tomadMe la Mano durante vuestra vida en la Tierra y así caminaréis por caminos seguros y nunca temáis, porque Yo siempre estaré a vuestro lado.

TenedMe siempre en vuestro corazón, en vuestra mente, en vuestros ideales, no Me apartéis de vuestra vida y al caminar así, unidos, también llegaremos unidos ante Mi Padre y no impedirá vuestro paso, porque Yo estaré con vosotros, gozaréis del Cielo, porque ése también fue Mi Premio, Premio que ahora comparto con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.