Rosario- Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Jesús, vuestro Salvador.
Mis pequeños, Mi Padre, vuestro Padre, vuestro Dios, Me mandó a la Tierra para ayudaros en la Fe, para llevaros a creer en las Verdades del Cielo, para que las protegierais, las vivierais y por haber realizado esta tarea, también, grande para vosotros, pudierais regresar al Reino de los Cielos, donde se vive la Fe, la Fe Verdadera, la Fe Santa, la única Fe que vosotros debéis seguir, dada por vuestro Dios, el Creador de todo lo que existe, visible e invisible.
Traeros la Fe, la Palabra de Mi Padre, Su Amor, Me costó la Vida, pero lo acepté, Mis pequeños, porque al traeros la llave que os iba a abrir, nuevamente, las Puertas del Cielo, valía la pena. Valía la pena el darMe por vosotros, porque os amaMos en Nuestra Santísima Trinidad.
Cuando he llegado a la Tierra, estabais tan necesitados de la Fe Verdadera, andabais, como dicen las Escrituras: como ovejas sin pastor. Tiempos difíciles en aquellos tiempos, porque escuchabais lo que decían unos dioses, lo que hablaban otras personas, otros pueblos, mucha confusión, mucha maldad a su alrededor. Os vine a traer el camino seguro (comienza a hablar en Lenguas…) para llegar al Reino de los Cielos, pero fueron tan pocos y sois tan pocos, los que os mantenéis en la Fe Verdadera. ¿Acaso estáis ciegos, sordos, mudos, que no queréis vivir Mis Verdades, llevarlas y compartirlas con vuestros hermanos, defenderla ante todos aquellos que han luchado, por tanto tiempo, por dos siglos, de destruir lo que Yo os traje? En aquél tiempo, como os dije, estaban como ovejas sin pastor, todo era tribulación espiritual, pero Yo os traje la Luz, Yo os traje Verdadera Vida.
Pero ahora, si vemos estos tiempos, estáis padeciendo algo similar, pero ahora es peor lo que estáis viviendo, porque estáis negando las Enseñanzas del Cielo, Me estáis negando a Mí, estáis evitando entrar al Reino de los Cielos, porque no queréis tomar la llave, que es la Fe en Mis Enseñanzas y el Amor que Yo os traje. ¿Quiénes os creéis que sois? Sois siervos, no sois amos, vinisteis a servir a vuestro Dios y os creéis amos, rechazáis lo Mío, como si lo vuestro fuera más grande que lo que Yo os traje. Vivís en el error, en la ceguera espiritual, en la maldad, a donde os ha llevado satanás.
Estáis viviendo como se vivía en aquellos tiempos, cuando Yo llegué, a traeros la Verdad de Mi Palabra. Cada quien hace su propia directriz: en qué creer, a dónde ir, qué enseñar, como si vosotros fuerais dioses y no lo sois. ¡Sois tan pequeños, tan insignificantes y os creéis dioses! ¡Qué pena Me da, qué pena Me da vuestro proceder!
Se os ha dicho que seréis juzgados en el Amor y el Amor se produce al vivir las Enseñanzas que Yo os traje y luego, transmitirlas a vuestros hermanos, eso es Amor Verdadero, porque Yo, primeramente, Me di por vosotros, os di lo que Mi Padre Me pidió que os diera y Me sacrifiqué por cada uno de vosotros.
Vosotros veis multitudes, cuando Yo os digo que Me di por vosotros, pero, ahora, tomad Mi Donación en lo personal: Me di por ti, por el otro, por el que está más allá, uno por uno, fuisteis levantados por Mi Donación, por lo que os enseñé, y os abrí las Puertas del Cielo a cada uno de vosotros y os vi a cada uno de vosotros durante Mi Vida y más en Mi Donación al morir.
Ya no veáis las multitudes, ved vuestra vida, ved vuestro interior, ved cómo Me habéis dañado, si no habéis seguido lo que Yo hice por cada uno de vosotros. ¿Acaso os sentís orgullosos de la vida que habéis llevado, del tiempo que se os ha dado para servir a vuestro Dios? Mi Donación fue por ti, viéndoos a cada uno de vosotros. Ciertamente, al veros a cada uno de vosotros, entonces, se ven multitudes, pero, eso entra en Mis Capacidades Divinas, no en las vuestras.
El Juicio que tendréis, será en lo particular, no en multitudes. Vuestra vida, vuestros actos, se pondrán en la balanza y se os juzgará por lo que hicisteis, cada uno de vosotros en lo particular: cómo actuasteis, cómo vivisteis Mis Enseñanzas, Enseñanzas Divinas, Enseñanzas de Amor, Enseñanzas de Salvación, Enseñanzas de crecimiento espiritual, para que gozarais Mi Divinidad en vosotros y alrededor de vosotros, cuando vosotros dierais fruto, dándoos a vuestros hermanos.
El tiempo de vuestro Juicio Personal, del Juicio de las Naciones, del Juicio Universal, está ya sobre vosotros, sobre cada uno de vosotros. ¿Qué estáis haciendo para mereceros la entrada al Reino de los Cielos? ¿Estáis cuidando, como un tesoro inmenso, la Fe que os dejé, el Conocimiento que os enseñé? ¿Estáis actuando como Yo actué ante los hombres? ¿Estáis siendo esos Cristos, que tanto os he pedido que seáis, cada uno de vosotros, en estos tiempos? ¡Cuánta pena, cuánto dolor Me da el veros, a la gran mayoría de vosotros! Dejando a un lado todo lo que Yo os traje, y que actuáis como si no os importara nada; el Juicio lo tendréis pronto, cada uno de vosotros, el tiempo apremia, ¿y no queréis hacer nada por vuestra salvación?
¿Estáis preparados para presentaros ante Mí, vuestro Dios, vuestro Salvador? ¡Cuánto mal habéis dejado entrar a vuestro corazón, a vuestra mente!, y todo ese mal, es el que vosotros transmitís a vuestros hermanos. Habláis de la llegada del Anticristo que se dará, pero, si hablamos en lo individual, Yo podría decir que aquellos, que no están Conmigo, son anticristos.
Me estáis negando, como el Anticristo lo hará, Me mentís, haciendo creer a los demás que actuáis en el bien, cuando, realmente, actuáis en el error y en la falsedad ¿y seguís creyendo o haciendo creer a los demás, que estáis viviendo en el bien? Así actúa el Anticristo. De vuestras palabras, deben salir Verdades, que ayudarán a otros a salvarse, pero sucede lo contrario, tenéis reuniones de amistades, donde se habla de maldades, sexo, de poderes mundanos, de cómo aprovecharse de todos aquellos que os rodean, para quitarles los bienes que poseen, eso, también lo hace el Anticristo. Él no Me respeta a Mí ni respeta a vuestros hermanos. ¿Creéis, acaso, que un anticristo puede entrar al Reino de los Cielos?
Tened en cuenta eso, Mis pequeños, habláis de un Anticristo que vendrá, que será cierto, porque así está Escrito en las Sagradas Escrituras, pero ya vosotros os habéis vuelto anticristos y no tendréis entrada al Reino de los Cielos, os lo aseguro.
Al Reino de los Cielos entran aquellos que Me han seguido, que Me han obedecido con Amor, que se han dado por los demás, para levantarlos cuando caídos estaban en la Fe y en el Amor a Mí, vuestro Dios. Al Reino de los Cielos entrarán aquellos que buscan el bien del hermano y hasta se sacrifican por cada uno de vosotros, buscando su mejora espiritual, especialmente, y también, de los bienes de la Tierra. Vendrán a Mí, los que desean venir a Mí eternamente, gozar de Mis Promesas en el Reino de los Cielos y Mis Promesas se darán.
Venid, benditos de Mi Padre, venid todos aquellos que escuchan la Voz del Pastor, que Soy Yo, vuestro Dios, las Puertas se abrirán, Me seguiréis y se cerrarán cuando haya entrado el último de los que gozarán eternamente el Reino de los Cielos.
¡Pobres de aquellos que son seguidores del mal, que se han vuelto anticristos!, que no creen en todo aquello que se os ha enseñado para vivir, verdaderamente, Conmigo. Me duele tanto, que siendo Yo, vuestro Dios, que Me di por Amor a vosotros, Me negáis o que no os importa cómo Me doné por cada uno de vosotros, todo lo que sufrí por llevaros al Reino de los Cielos.
¡Cuánto dolor, cuánto dolor experimentaréis eternamente! Yo veía ese dolor eterno para cada uno de vosotros que pereceréis en el mal, y Me dolía tanto ver eso, que aunque Mi Dolor iba a ser tanto lo que Me iban a infringir en el Mundo, con gusto Me daba, con gusto Me cedía a los verdugos para poder salvaros a cada uno de vosotros, los que no Me creéis, los que no Me amáis, los que no queréis seguirMe. Pero vosotros tenéis vuestro libre albedrío, habéis escogido el Mundo, habéis despreciado la vida eterna, Mis Palabras, el gozo en el Amor Divino; sois libres y habéis escogido el camino errado, os amo, pero no os puedo presionar ni puedo coartar vuestras decisiones, que con gusto haría, para salvaros, pero ya habéis escogido vuestro destino eterno y Me duele.
Os amo y os bendigo, esperando que todavía, alguno de vosotros, y quisiera decir todos, cambiarais de opinión y regresarais a Mí.
Gracias, Mis pequeños.