Mar 29_2022 Viviréis momentos difíciles, en donde, aparentemente, veréis caer a la Iglesia fundada por Mi Hijo, pero pronto, muy pronto, la veréis restaurada.

Rosario Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

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Cuarto Misterio. Habla La Santísima Virgen María.

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Hoy os quiero explicar algo que quizá sepáis, pero que no habéis meditado en ello. Cómo ha sido la Palabra de Nuestro Dios y Señor, transmitida a los hombres en el Antiguo Testamento; fue Mi Padre, vuestro Padre, Nuestro Dios, el que, a través de Profetas, transmitió Su Palabra, Sus Deseos, Sus Enseñanzas, Sus Leyes. Ciertamente, algunos las aceptaron y otros no.

Va pasando el tiempo, llega Mi Hijo, Mi Jesús. La Palabra es enseñada por Él, personalmente, tiene a Sus Apóstoles, tiene a Sus discípulos. La gente de ese tiempo Lo ve, Lo toca, aprenden de Él, y lo mismo, algunos Lo aceptan y otros no.

En estos tiempos, son preparadas algunas almas para ser, también, transmisoras de la Palabra, de las Enseñanzas, tanto de Nuestro Padre, como de Mi Hijo, Jesucristo, vuestro Salvador, y nuevamente, estas almas, algunas son aceptadas, otras rechazadas y otras perseguidas.

Lo que os quiero hacer notar, es que, en el Antiguo Testamento, cuando la Palabra de Mi Padre, vuestro Padre, era enseñada a través de Profetas, estos eran, a veces aceptados y muchas veces asesinados, ahora, en estos tiempos, la Palabra es transmitida a través de los que llamáis videntes o profetas. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, éstas almas preparadas, no tuvieron el contacto directo, en su gran mayoría con Nuestro Dios y Señor, como lo tuvieron cuando Él vivió en la Tierra.

La aceptación de Sus Enseñanzas, de la Palabra, se da por Fe, porque no estáis viendo directamente, a Nuestro Dios y Señor, salvo en algunos casos especiales, pero a lo que voy, Mis pequeños, es que, Yo fui escogida por Nuestro Padre, por Mi Señor, para transmitir, también, Su Palabra, Sus Enseñanzas, para guiar el rebaño de Mi Hijo, pero, especialmente, para cuidar la Iglesia fundada por Él.

Hay un factor común en estas tres etapas, y Me apena decirlo, pero es la Iglesia la que, muchas veces ha detenido la difusión de la Palabra Divina. Falta Fe, falta Amor a Nuestro Dios, falta Discernimiento y es una desgracia, sobre todo, en estos tiempos, -que son los últimos-, que la Iglesia detenga lo que puede ser necesario para la salvación de las almas.

Lo que Nuestro Dios transmite, a través de videntes y profetas, es la Palabra escrita, lo que Yo os transmito, también es la Palabra escrita, pero, recordad, Mis pequeños, que Soy vuestra Madre, y una madre enseña, guía, pero también, regaña. Y Me duele decirlo, pero la gran mayoría de Mis hijos predilectos, los sacerdotes, no creen ni aceptan lo que se os recuerda a través de las apariciones, a través de lo que se os ha enseñado, a través de lo que es necesario para que vosotros podáis ganar el Reino de los Cielos.

A Mi Hijo y a Mí, Nos da tanta tristeza esto, Mis pequeños, que sea otra vez, el templo, como en aquél tiempo, y la Iglesia, en este tiempo, que se Le ataque a Mi Hijo, y que se Me ataque a Mí, Su Madre. ¡Hay tantos, tantos de Mis hijos predilectos, que no están dando lo que debieran dar en conocimiento, en ejemplo, en palabra, en obras, a la grey de Mi Hijo!

¡Cuánto dolor Nos causan estos pastores de la Iglesia!, ¡que ya no son pastores, muchos se han vuelto, ya, lobos, devorando la Fe de la humanidad! No se dan cuenta del dolor que Nos causan, pero sobre todo, por el castigo tan severo que tendrán eternamente. Se les ha conferido una misión grande, inmensa, muy especial, que solamente almas escogidas, para esa vida espiritual, para esa vida sacerdotal, debieran dar, y no lo han hecho correctamente. Se han vuelto instrumentos de satanás, tergiversando palabras, obras, cambiando el sentido de los Evangelios, causando muchos sacrilegios a diario, alrededor del Mundo, con el Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo. Se han vuelto cobardes, comodinos, buscando los bienes del Mundo, ya no tratan de mejorar en su vida espiritual, mucho error transmiten.

¡Cuánta maldad hay en muchos de ellos!, causando sismas y creando, según ellos, una Iglesia a su gusto. Por eso estáis viviendo estos tiempos de cambio, estos tiempos de dolor, que es el dolor que Le causáis a Nuestros Dos Sagrados  Corazones. Ciertamente, todo será purificado, todo será restaurado y se volverá a la Verdad, como Mi Hijo os lo dio. Viviréis momentos difíciles, en donde, aparentemente, veréis caer a la Iglesia fundada por Mi Hijo, pero pronto, muy pronto, la veréis restaurada, purificada, santificada, donde se habrá eliminado la maldad que en Ella existe, satanás será eliminado del Templo Santo, porque muchos ministros le han dado entrada al Templo Santo.

Volverá a ser radiante, Pura, Maestra, de Virtudes, Maestra del Amor, Maestra de las Enseñanzas Divinas.

Orad mucho, Mis pequeños, para que ese momento llegue ya, y deje esta pobre humanidad, de estar haciendo sufrir a Nuestros Sagrados Corazones.

Orad, para que enmienden el camino, éstos hijos Míos, ministros de la Iglesia, pero, también, traidores a Ella. Orad por ellos, para que sean tocados nuevamente, por la Gracia de Nuestro Dios y Señor y enseñen las Verdades que aprendieron, pero que luego traicionaron.

Dios es Uno, el Verdadero Dios es Uno, al que no saben defender, del que no saben vivir, y no es aquél al que han querido poner en lugar de Mi Hijo, según ellos, un dios que acepta todo, que acepta el pecado, que acepta la vida del Mundo. Orad por ellos, Mis pequeños, porque muchos hermanos vuestros se han contaminado con esas falsas ideologías, con la falsedad de satanás, que, como os dije, habita, ya, dentro de la misma Iglesia.

Pronto vendrán grandes pruebas de mucho dolor, y especialmente para aquellos que han tergiversado, traicionado lo que es Divino.

Vosotros, los que habéis sido tocados por la Gracia de Nuestro Dios y Señor, manteneos puros, orantes, y sobre todo, siendo almas ejemplares ante el Cielo y ante el Mundo. Vivid de acuerdo a lo que Mi Hijo os Enseñó y a lo que escrito está en las Sagradas Escrituras.

Os repito, las grandes pruebas vienen, pero los que no aman lo que se os ha enseñado en las Sagradas Escrituras, no pasarán la prueba, porque no aman lo que se os enseñó.

Gracias, Mis pequeños.