Rosario – Mensaje ÚNICO
.
================================
Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
================================
.
Primer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.
Hijitos Míos, todas Mis Apariciones alrededor del Mundo, no se dieron por actos de soberbia para que se Me conociera, sino fue por serviros a todos vosotros, como Mi Hijo lo hizo para salvaros. Mis Apariciones alrededor del Mundo, fueron para recordaros las Palabras de Mi Hijo, Sus Promesas, Su Amor y no como un momento de alegría para vosotros, sino con la finalidad de que vosotros os arrepintierais de vuestros pecados y regresarais al buen camino.
Yo Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María, y velo por vosotros, como Mi Hijo Me lo pidió en la Cruz. Os he tratado de llevar hacia el Bien, recordándoos que vosotros sois pequeños, sois pecadores y que, fácilmente, el enemigo os puede llevar por el mal camino.
Estáis padeciendo, en estos momentos, lo que causó un dolor muy grande a Mi Inmaculado Corazón. Sí, la Iglesia Me traicionó, os traicionó a vosotros, hijos Míos.
En Mis Apariciones Yo he dejado Avisos, y lo sigo haciendo, para que vosotros regreséis al buen camino. Mi Padre, vuestro Padre, vuestro Dios, Me ha venido acompañando, dándoMe permiso para ayudaros a regresar al buen camino; y pocos, muy pocos reaccionan ante estas maravillas del Cielo, al dejarMe presentarMe a vosotros, Mis pequeños.
Os amaMos inmensamente en el Reino de los Cielos, y ¡cómo quisiéramos, la Santísima Trinidad y Yo, vuestra Madre, que vosotros regresarais al Reino de los Cielos!, pero no entendéis, preferís el mal camino al que os lleva satanás.
Cuando os he dicho que la Iglesia Nos traicionó, es porque no cumplieron con Mis Órdenes en Fátima, de dar a conocer el Mensaje que dejé con los pastorcillos. En ese momento, ciertamente, se movieron hacia el Bien, pero entró satanás, y escondieron ese Mensaje para que no se revelara al Mundo. Y la causa fue que la masonería eclesiástica, refiriéndoMe a todos aquellos sacerdotes, Obispos, Cardenales, que estaban involucrados en la masonería, no quisieron que se diera a conocer, porque el Mensaje revela situaciones en las que los expongo, en donde expongo la maldad que se ha introducido dentro de la Iglesia, y, por eso no quisieron dar a conocer el Mensaje, y eso, os afectaba a vosotros directamente, Mis hijos, porque al saber la Verdad de lo que se iba a venir, la oración de vosotros, viniendo desde vuestro corazón, podía cambiar los acontecimientos y llevaros hacia el Bien y evitar las guerras que se dieron.
Muchas muertes se han dado por no obedecer lo que se le pidió a la Iglesia. Satanás ha estado detrás de todo esto, obligando a aquellos que están en los altos grados de la Iglesia, a que no se revelara la situación bochornosa de los que la dirigen.
Todo eso, Mis pequeños, ha llevado a esta humanidad, a que se pierdan infinidad de almas, y se vayan al Infierno, a una condenación eterna, causada por una desobediencia y por la maldad de aquellos que prefirieron obedecer a satanás, antes que a Mí, vuestra Madre, que os traía la posible salvación, y sobre todo, el poder evitar tanto dolor en todo lo que ha sucedido en toda la historia de la humanidad, desde que Yo Me aparecí en Fátima.
La maldad se ha ido incrementando alrededor del Mundo, y aún dentro de la misma Iglesia, al grado que es satanás el que ahora la está guiando y que va a causar, aparentemente, su muerte, pero resucitará, como Resucitó Mi Hijo: fuerte, poderosa y lista para una nueva generación, después de esta purificación, que se está dando ya, alrededor del Mundo.
Estáis viendo, Mis pequeños, cómo se están cumpliendo, lo que Yo os anunciaba ahí, en el Mensaje de Fátima, que de él poco se sabe, pero que, también, poco a poco habéis estado recibiendo de Mis hijos predilectos, algunas situaciones que habrían de pasar.
Ciertamente, llegará a conocerse en totalidad y en la Verdad, porque lo que se ha dado a conocer, no es la Verdad. La Iglesia ha seguido manipulando muchas cosas que debisteis vosotros, como humanidad, haber sabido, y que no lo dieron, porque dentro de la Iglesia, abunda el mal, aunque, ciertamente, todavía, hijos Míos, hay sacerdotes predilectos que la han defendido, hasta con su propia vida, y que la siguen defendiendo a través de su donación y de su oración.
Ciertamente, ¡oh!, humanidad, no conocéis todavía todo lo que en el Mensaje existe, pero os pido mucha oración, porque se han de suceder cosas tremendas todavía, que ciertamente, van a recaer fuertemente en las autoridades de la Iglesia porque no la han sabido defender ni llevarla con amor ni con respeto. Mucho se les ha dado a aquellos que la administran en todos niveles, pero han fallado muchísimo, y eso Me duele en Mi Inmaculado Corazón, en el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo.
La Iglesia será purificada, y junto con el resto fiel, la humanidad renacerá, renacerá a este Nuevo Mundo, de las cenizas renacerá la Iglesia, renacerán los nuevos hijos predilectos y la humanidad que quede, ya purificada, será moldeada por Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, para que sea una humanidad, con un principio, casi de perfección, para empezar un Nuevo Mundo, con bellezas inigualables, a lo que ni siquiera conocéis ni os imagináis.
Mis pequeños, sed conscientes de que, vuestra vida en estos momentos de la historia, es importantísima, vuestra oración, unida a las oraciones del Cielo, van a procurar el cambio y la protección de las almas escogidas.
Manteneos en estado de Gracia, en vida de oración, sacrificio, penitencia, para que sufráis, junto con Mi Hijo, esos últimos momentos de dolor que Él tuvo, y que también vosotros tendréis, porque amáis a Mi Iglesia, a la Iglesia de Mi Hijo, a la Iglesia que protege y da vida a las almas.
Manteneos pues, unidos en el Amor, en el Amor Infinito del Padre, para que seáis renovados, para que seáis ese ejemplo de Amor para todos vuestros hermanos.
Cada uno de vosotros vale inmensamente para el Cielo, la oración es poderosísima, Mis pequeños, y lo sabéis, podéis hacer grandes milagros a través de la oración, porque ya se os ha dicho que estos son tiempos de grandes milagros, como lo fue la salida de Egipto y de los Milagros de Mi Hijo cuando estuvo en la Tierra. Conoceréis esa vida de milagros, los podréis hacer, para cuidar, para proteger a vuestros hermanos.
Grandes bendiciones obtendréis vosotros, el resto fiel, a través de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. Dejad guiaros por la Sabiduría del Padre, por el Amor de Mi Hijo y por lo que os indique Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor que habita en vosotros.
Son momentos de tristeza por el cambio, pero son momentos de gran alegría por lo que está también a puertas y que gozaréis inmensamente.
Os Bendigo, Mis pequeños, en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Gracias, Mis pequeños.