Rosario – Mensaje ÚNICO.
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, ved cómo el dolor va aumentando alrededor vuestro.
Llegué a la Tierra, como Pequeñito, como un Bebé de una Familia pobre a la que nadie le hacía caso. Yo, en Mi Interior, empecé a sufrir, primeramente, porque Yo, Todopoderoso, entraba en un Vientre muy especial, pero en un lugar pequeñito, Yo, siendo el Omnipotente, Me sacrifiqué por vosotros; desde ahí empezó el dolor hacia Mi Persona.
Luego, fui atacado por Herodes, con la huida a Egipto, el dolor aumentaba, y cuando se da ya, Mi Vida Pública, de ser un Desconocido, se empezaron a dar cuenta los escribas y fariseos de que Yo estaba atacando su forma de ser, y fueron aumentando más los ataques hacia Mí, hasta llegar a la Cruz. Dolores fuertes, que Mi Madre compartió junto Conmigo, todo el tiempo.
Esto os lo digo, para haceros ver lo que está sucediendo alrededor vuestro.
Estáis viendo cómo vuestros seres queridos mueren a vuestro alrededor. Por un lado y por el otro hay lágrimas, y éstas van aumentando, van aumentando las personas, porque vuestros seres amados mueren, y ese dolor, también lo viviMos Nosotros.
A lo que voy, Mis pequeños, es que quiero que vosotros compartáis y unáis esos dolores Míos y de Mi Madre a los vuestros, a los de vuestros hermanos, a los que se dan por todos lados, porque Mis Dolores fueron salvíficos y los vuestros, también serán salvíficos para muchas otras almas que están a vuestro alrededor, y que vosotros también queréis que nada se pierda, que todo sirva para la salvación de las almas.
Yo Me di por entero, por todos vosotros, del pasado, del presente, del futuro. Vosotros estáis en este presente, y así como Yo tuve sufrimientos causados por los que llevaban la ley, ahora estáis vosotros sufriendo igual, estáis sufriendo, estáis sufriendo los dolores que causan aquellos que están llevando la ley, pero ellos provocan esos dolores para destruiros, como quisieron hacerlo Conmigo. Pero no se dan cuenta, que estando Conmigo, todas estas almas, que están regresando a Mí, están salvando también a muchas otras, al estar unidos a Mí, vuestro Dios.
Dejad pues, que el dolor no os desanime, dejad aparte vuestros propios pensamientos y dolores y unidlos a los Míos, porque mucho sufrí por vosotros, Mi Madre, mucho sufrió por vosotros, estáis en momentos de salvación, no solamente Terrena, sino Universal.
Orad y ofreced, como Yo lo hice por vosotros, por vuestro bien, por vuestra salvación, y para que entréis a vuestro nuevo Hogar, Mi Reino, que os está esperando.
Gracias, Mis pequeños.