Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, Yo Soy el Agua Viva que ha bajado del Cielo, para quitaros la sed.
Hay muchas almas que necesitan de Mí, almas sedientas de Conocimiento, pero del Conocimiento Vivo, que Soy Yo, vuestro Dios.
Ciertamente, hay muchas palabras alrededor del Mundo, palabras que no os van a dar Vida. Mis Palabras, que recogidas están en las Sagradas Escrituras, os dan Vida, Yo Soy la Vida, que el que se acerca a Mí, con ese deseo de aprender de Mí, de saciarse de Mi Palabra, que se le quite la sed; esa sed que agobia, esa sed que cansa, esa sed que necesita del Conocimiento Divino para estar en paz. Yo Soy vuestro Dios, y no hay nadie, fuera de Mí, que pueda hacer lo que Yo hago.
Satanás os ataca continuamente, él es muerte, es destrucción. No permite que vosotros entréis a Mí, que toméis de Mi Cuerpo, que toméis de esta Agua Viva, que os purifica, también, que os salva y que os acerca a Mi Corazón.
¡Cuántos, cuántos hay sedientos alrededor del Mundo!, pero en su terquedad, en su soberbia, en ese desamor hacia Mí, no se quieren acercar a Mí. Mucha maldad ha regado satanás por todos lados, y vosotros, en lugar de desecharla, la cobijáis como si fuera vuestro tesoro, y por eso hay tantas almas, que deambulan en el Mundo, estando muertas, porque no tienen Mi Vida, no han sido lavadas, no han sido saciadas con el Agua Viva, con Mi Alimento Divino, con ese acercamiento a Mí, a través de la oración. No hay Vida en ellos.
Orad por ellos, Mis pequeños, orad, y pedidMe que Mi Agua Viva les purifique, les santifique, para que puedan tener lugar en el Reino de los Cielos, lugar que dejaron al bajar a servirMe, y que deben regresar a él, si así es su deseo.
Mis pequeños vosotros, los escogidos, manteneos Conmigo, manteneos permitiendo que el Agua Viva os purifique de cuerpo y de alma, os dé Vida, para que podáis crecer hasta niveles infinitos, porque Yo, vuestro Dios y Señor, comparto con los Míos toda la Sabiduría Divina.
Venid, venid, Mis pequeños, Soy el Buen Pastor que guía al rebaño, que lo guía por el buen camino. Aquellas almas, que realmente Me aman, se dejan pastorear por Mí, porque tienen confianza plena en Mí. Esa confianza será recompensada en el Reino de los Cielos.
Bendito sea Mi rebaño, bendito sea aquel que ha dejado el mal y ha regresado al rebaño a donde pertenece.
Gracias, Mis pequeños.