Sep 29_2020 Podéis retomar vuestra existencia y ofrecerMe todo lo bueno que habéis hecho y también podéis pedir perdón de todo aquello que no fue lo correcto y que no fue agradable a Mis Ojos.

Rosario  matutino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

(Lenguas…) Hijitos Míos, en las Sagradas Escrituras podéis leer: “Si el grano de trigo no muere, no dará fruto”. ¿Cuántos de vosotros habéis dado fruto en vuestra existencia, Mis pequeños? ¿Cuántos de vosotros, por sentiros grandes en el mundo, creéis haber dado fruto?

El fruto que a Mí Me interesa, Mis pequeños, es la espiritualidad que debéis dejar crecer en vuestro corazón y transmitir a vuestros hermanos. Los bienes del mundo terminan, son temporales, y la gran mayoría de las veces no sirven para llevaros a la vida eterna, más bien os detienen, porque con ellos seguís comprando cosas del mundo y muchas veces os van alejando cada vez más de la vida espiritual.

El grano de trigo, cuando se siembra, empieza a crecer; se deshace ese grano pero empieza a nacer algo diferente, es una planta y ésta crece, echa raíces y al final producirá muchos granos, muchos. Primeramente, está la raíz. ¿En quién o en qué habéis puesto vosotros vuestras raíces? ¿Estáis afianzados en Mí, vuestro Dios, estáis afianzados en las cosas del mundo o estáis afianzados en satanás?

De ahí vais creciendo como la planta y ¿qué vais dando vosotros a vuestro alrededor? La planta crece derecha y al final, como una oblación, Me entrega sus granos; vosotros vais creciendo también, ¿acaso Me dais vosotros todo lo bueno que hacéis? ¿Me lo ofrecéis como holocausto? Tantas veces en vuestra vida habéis hecho cosas buenas, habéis hecho cosas agradables para el mundo, pero éstas, si Me las hubierais ofrecido a Mí, fuera lo que fuera, pequeñas o grandes, tomarían otro tono.

Cuando dais vuestras cosas al mundo, aunque sean muy bellas, muy grandes, no tienen poder de salvación, no son agradables a Mis ojos. Cuando Me dais lo que vosotros hacéis y Me lo ofrecéis en agradecimiento y en holocausto, para Mí es un olor agradable, como el ofrecimiento que Me hacían Caín y Abel; ciertamente, el ofrecimiento de Caín no era agradable a Mis ojos, no Me daba lo mejor que él tenía, en cambio, Abel escogía lo mejor que obtenía de sus cultivos, de sus granos o de algún animalito escogido perfecto, y ese holocausto llegaba a Mí y era agradable a Mis Ojos.

Mucho tiempo y muchas cosas habéis desperdiciado, Mis pequeños, a lo largo de vuestra existencia. Podéis retomar todo aquello que recordéis y que no Me lo disteis, recordando que para Mí todo es un eterno presente; podéis retomar vuestra existencia y ofrecerMe todo lo bueno que habéis hecho y también podéis pedir perdón de todo aquello que no fue lo correcto y que no fue agradable a Mis Ojos.

Hay tanto que vosotros debéis aprender, Mis pequeños, especialmente sobre el olvido de vosotros mismos para que deis fruto, y fruto agradable a Mis ojos; os debéis olvidar de vosotros mismos y debéis dejarMe a Mí, vuestro Dios, trabajar en vosotros.

Sois Mis hijos, sois Mis creaturitas, pero sois débiles, os falta mucha sapiencia, os falta vivir más en la realidad espiritual. Aun lo más grande que Me deis, será pequeño, pero si Me dejáis a Mí habitar en vosotros, Yo puedo hacer que vuestros ofrecimientos pequeños, que vuestra vida pequeña, se engrandezcan, y así todo estará a un nivel mayor porque Yo estaré trabajando en vosotros y todo eso será agradable a Mis Ojos.

Cuando vosotros oráis solos, vuestras oraciones son buenas pero pequeñitas, pero si os unís a la Comunión de los Santos, como os he enseñado, vuestras oraciones adquieren un poder inmenso y eso es lo que debéis aprender, Mis pequeños, a que todo lo que tenéis vosotros en capacidades espirituales las potencialicéis, dejándoMe a Mí, vuestro Dios, vivir en vosotros.

Esto os lo digo, Mis pequeños, porque estáis viviendo una guerra espiritual y será muy fuerte dentro de poco. Así como Yo voy preparando a Mi Ejército Celestial para luchar contra las fuerzas de satanás, también voy preparando a los Míos en la Tierra, pero os debéis dejar mover por Mi Voluntad y, en esa forma, Mi Poder Divino trabajará a través de vosotros.

Estáis en momentos críticos, os he dicho, momentos difíciles de la humanidad. Satanás quiere destruir toda la Creación, y especialmente a vosotros, los que podéis regresar al Reino de los Cielos, pero debéis defender lo Mío y lo vuestro, debéis defender todo lo que Yo os he dado y debéis defender Mi Vida en vosotros y la de vuestros hermanos.

Todos vosotros Me tenéis en vuestro ser, lleváis Mi Santo Espíritu en vosotros y es una obligación de amor defender lo que es Mío, y también como hermanos, todos vosotros, debéis uniros para ayudaros los unos a los otros para salir adelante de esta lucha tan fuerte que se vendrá.

Recordad que no todos tenéis los mismos dones ni capacidades y solamente unidos podréis luchar contra las fuerzas de satanás. Algunos de vosotros tenéis ciertas capacidades, otros tenéis diferentes que se irán complementando para formar un todo que será muy fuerte, porque Yo estaré con vosotros. No tratéis, pues, Mis pequeños, de luchar por vosotros mismos; vuestras capacidades, estando solos, son mínimas contra las fuerzas de satanás, pero unidos todos en la Comunión de los Santos formaréis una barrera espiritual muy fuerte, sobre todo porque Mi Amor estará con vosotros y sabéis, y os lo he dicho, que satanás no puede contra Mi Amor.

Uníos, pues, Mis pequeños, en la Comunión de los Santos y, especialmente en este día, uníos también a todo el Ejército Angelical y pedidles a ellos que os enseñen a servirMe como ellos Me sirven, a amarMe y a cuidarMe como ellos lo hacen y pronto creceréis en una espiritualidad más madura y más fuerte.

Actuad pronto, Mis pequeños, el tiempo se acaba. La pelea será descomunal.

Gracias, Mis pequeños.