Sep 25_2020 Orad por ellos, Mis pequeños, orad por aquellas almas que he mandado, almas sacerdotales y religiosas que aún no han sido tocadas por la maldad de satanás.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

(Lenguas…) Recordad, Mis pequeños, Mi Promesa, que Mi Iglesia duraría hasta el fin del mundo. Ciertamente, satanás la ha querido destruir desde que ésta fue formada y, a pesar de que a momentos ha sido traicionada, poco después ha sido levantada nuevamente y Mi Iglesia se mantiene.

Las Enseñanzas perduran porque son Divinas, la Iglesia se mantiene porque sus bases, que son las Escrituras, tienen origen Divino, pero, ciertamente, satanás se ha introducido dentro de ella desde siempre. Ahora estáis viviendo estos momentos últimos antes de su purificación y nuevamente satanás se encuentra dentro de ella. Mucha maldad hay dentro de ella, veis que los que están dentro de ella son del mundo y, así como el mundo ha ido perdiendo la Fe y el amor a Mí, vuestro Dios, los hombres que han entrado a vivir para Mí, como sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, siguen siendo del mundo y, así como están adentro, también lo están afuera.

El mundo en general se ha corrompido, ha perdido la Fe, ha perdido el amor a Mí, no sigue ya las Enseñanzas que se os dan. Ciertamente, os fijáis mucho en los ministros de Mi Iglesia, pero si os fijáis en cómo está el mundo, ha caído también tremendamente en su Fe, en su entrega a Mí, en su amor hacia Mi Santísima Trinidad.

Satanás, en su maldad, ha ido apartando vuestro corazón de Mi Iglesia, tanto de los que están como ministros de ella como de aquellos que sois fieles a ella. Os ha ido apartando y os ha llevado a tener una vida espiritual muy ligera, muy mediocre, y a ratos muy mala, porque satanás ha ido cambiando partes esenciales de las Enseñanzas que se os dan y que ya no son las que Yo os di.

Sólo aquellos que Me han pedido Discernimiento Santo para poder ver los errores que vivís actualmente, tanto dentro de la Iglesia como afuera de ella, podéis reconocer la Verdad y podéis reconocer la mentira, pero una gran mayoría de fieles están viviendo las mentiras que ahora se enseñan y las viven como si fueran verdades, cuando esto no debiera ser. Las mentiras de satanás solamente os van a llevar al error, a la mediocridad espiritual y, sobre todo, a una lucha fraterna en donde se os atacará, porque aquellos que defienden el mal lo sienten como si fuera verdadero y vosotros, que estáis defendiendo la Verdad real de las Escrituras, se os toma como enemigos de Mi Iglesia.

Vosotros sois los mártires de este tiempo y no necesariamente mártires cruentos, porque sois atacados de palabra, sois atacados con el desprecio, con el abandono, porque no estáis creyendo en las mentiras que se están difundiendo y que ya muchos creen en ellas. Sois rechazados de la sociedad que ha hecho su propia iglesia, iglesia llena de herejías y de maldad, de conveniencias y de errores. Se han hecho a un lado Mis Palabras, Mis obras; Mis Enseñanzas las han manipulado a su antojo para ganarse a la gente, para caerles bien, siendo muy permisivos en situaciones en las que nunca antes se les había permitido a las almas llevar a cabo esas acciones, pues las encaminaban hacia la herejía o al pecado.

Se les está mal formando a los que apenas empiezan a vivir este ministerio de amor, de gran amor hacia Mí, pero se dejan llevar por esas conveniencias y no brotan verdaderas vocaciones como Yo quisiera que fueran. Mucho error hay a vuestro alrededor y, como esto ya no tiene remedio porque la misma Iglesia ya está fuertemente infiltrada por satanás, por eso mismo tiene que venir esta gran purificación que se os ha anunciado y que es inminente. Después de ella brotarán las almas santas, las almas bellas, tanto sacerdotales como de fieles adheridos fuertemente a las Enseñanzas verdaderas de Mi Iglesia.

Son tiempos de dolor, pero luego vendrá la alegría, el regalo grande en donde viviréis las Verdades enseñadas en los Evangelios y éstas serán llevadas por sacerdotes, ministros Míos, santos, amantes de Mi Amor y de Mis Verdades, que las respetarán y las defenderán con ese fuego de amor que pondré en sus corazones. Tanto los sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, de aquellos tiempos que vendrán y los fieles, gozarán lo que Yo os Enseñé, lo que Yo os traje a la Tierra, que son las Verdades y la Alegría del Cielo.

Gozaréis las celebraciones de la Iglesia. Moverán vuestros corazones a un amor más intenso del que ya teníais vosotros, los escogidos para ese tiempo. Gozaréis infinitamente el que hayáis sido escogidos para empezar este Nuevo Mundo que os tengo prometido. Veréis todo esto, que ahora vivís, como un pasado de dolor, de un dolor muy grande que se Me causaba a Mí, vuestro Dios, en Mi Corazón, pero en esos tiempos, al gozar y agradecerMe las Celebraciones Eucarísticas, Me daréis una gran alegría y vosotros mismos también gozaréis de ellas.

Vosotros, los escogidos, tendréis vuestro premio por fin, porque mucho mal estáis viendo a vuestro alrededor, que os duele y lucháis por que las cosas se hagan bien, pero vuestros ruegos, vuestras palabras, vuestros deseos, caen en sacos rotos, ya no se os hace caso. Mi Santo Espíritu, que Vive en vosotros, enciende vuestro corazón porque desea que todo vuelva a la realidad que Yo os di desde un Principio, pero el hombre, que se ha dejado seducir por satanás, ya no desea ser un fiel servidor Mío, vuestro Dios.

Muy contaminados ya están sacerdotes, ministros y almas escogidas para llegar a ese nivel que Yo deseo: Nivel sacerdotal. Una gran decepción Me causan estas almas escogidas porque las amo, porque las he protegido del mundo, porque las he encausado para esta misión tan grande, la más grande que existe sobre la Tierra, y ellos no han sabido defenderla, ya no la ven de esta forma; la han reducido a una simple forma de vivir y no con la dignidad de lo que realmente debe ser un alma sacerdotal, sirviéndoMe a Mí, vuestro Dios, y sirviendo a los fieles, al rebaño por el cual se deben dar con amor y, sobre todo, dándoles la ayuda que necesitan para que alcancen el premio eterno.

Orad por ellos, Mis pequeños, orad por aquellas almas que he mandado, almas sacerdotales y religiosas que aún no han sido tocadas por la maldad de satanás. PedidMe, pedidMe que las proteja y que sean escogidas para los nuevos tiempos que se acercan, para que puedan cumplir con el Mandato Divino de ser estas almas escogidas, estas almas que llevan una Misión Divina, que la puedan cumplir como es debido pero, sobre todo, que la amen, que amen su misión y la transmitan con un verdadero amor, como Yo lo hice cuando estuve entre vosotros.

Orad por ellos, daos por ellos, reparad por aquellos que no están cumpliendo como es debido y que están llevando a muchos de vuestros hermanos al error. ¡Ay de aquellos sacerdotes y ministros de Mi Iglesia, que no han cumplido como debieron haber cumplido, cuando llegue el momento de su juicio personal! Cuánto dolor padecerán en la purificación que tendrán que pasar, y mucho tiempo tendrán que padecer para reparar tanto daño que muchos de ellos provocaron en infinidad de almas.

Las almas sacerdotales son almas escogidas para salvar a otras almas y muchas de las almas sacerdotales actuales están llevando al error y a la condenación a muchas almas, y de eso tendrán que pagar. Si llegan aún a arrepentirse, su paso por el Purgatorio será muy largo, pero si no se arrepienten, la condenación las espera.

Os amo, Mis pequeños, los que Me amáis, los que Me seguís, los que esperáis ese momento añorado por vuestro corazón de ver nuevamente Mi Iglesia recuperada por Mí, vuestro Dios, y llevada nuevamente a la dignidad en la que fue creada; la veréis Pura, Santa e Iluminada por Mi Santo Espíritu.

Os bendigo, Mis pequeños, y esperad con ansia ese momento, porque ha de llegar y lo gozaréis.

Gracias, Mis pequeños.