Ago 25_2020 Ya os he explicado esto que es importantísimo, y especialmente para estos tiempos en que se vendrán momentos tan graves que necesitaréis tener esa gran Fe, una plena confianza en lo que os explico y en lo que debéis hacer, Mis pequeños, para poder ganaros el Reino de los Cielos.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

(Lenguas…) Hijitos Míos, os asombraríais inmensamente si Yo os diera a conocer el valor de vuestra alma, que eso lo sabe satanás y por eso os ataca a lo largo de vuestra misión en la Tierra, para que no deis lo que debéis dar, tanto para crecimiento espiritual vuestro como para protección y crecimiento espiritual de vuestros hermanos.

Imaginad que vuestra alma es reluciente como el oro, como lo que estás viendo en este momento, Mi pequeño, un oro que brilla mucho, así es vuestra alma, ¡valiosísima a Mis ojos!, pero, si no mantenéis limpio aun ese oro que brilla tanto, se va opacando y pierde su brillo, y esto es cuando las Virtudes no están presentes en vuestra vida. Las Virtudes le dan brillo a vuestra alma, que es la santidad que debéis vosotros alcanzar y desear en todo momento.

Por otro lado, el hombre se ha separado tanto de Mí, se ha apartado del Conocimiento que os he dejado y, como el mundo los atrae, pecan gravemente, se sienten atemorizados ante Mí, y ahí es donde llega Mi Misericordia, en el renacer nuevamente de lo alto. Como dijo Nicodemo: “¿Acaso puede el hombre nuevamente entrar en el vientre de su madre para volver a nacer?”, y no es así, Mis pequeños. Ya os he explicado esto que es importantísimo, y especialmente para estos tiempos en que se vendrán momentos tan graves que necesitaréis tener esa gran Fe, una plena confianza en lo que os explico y en lo que debéis hacer, Mis pequeños, para poder ganaros el Reino de los Cielos.

El renacer de lo alto es darle nuevamente vida a vuestra alma. Vosotros podéis decir: “Yo Me muevo porque tengo un alma” y es verdad, vuestra alma le da vida a vuestro cuerpo, pero ahora Yo os pregunto: “Y vuestras acciones, ¿cómo son?”. Ciertamente, vuestra alma le da vida a vuestro cuerpo, pero ¿estáis actuando como Yo os he pedido para que podáis salvar vuestra alma y salvar también el alma de vuestros hermanos?

Vuestras acciones son las que hablan de cómo está vuestro interior, y así podéis ver a vuestro alrededor, cómo las almas han ido en decadencia, ya no se comportan con la dignidad Celestial en la cual vosotros os debéis mantener, porque fuisteis enviados a la Tierra para mantener esa dignidad Celestial, aun a pesar de que estáis en un medio adverso, os lo repito, ¡estáis en un medio adverso para el crecimiento de vuestra alma, para su purificación, para su santificación!

Estáis viviendo en el mundo donde satanás es el príncipe de este mundo. Viendo espiritualmente al mundo, imaginadlo todo enlodado, sucio, oscuro, pestilente, feo, porque ese es el medio en el que vive satanás, en una porquería espiritual, porque así es él, prefirió vivir en la porquería al traicionar el Amor y todas las Virtudes, Bendiciones, que había recibido de parte de Mi Padre, y así sus obras se vuelven malas. Lo mismo sucede con aquellos que le siguen, actúan de la misma forma; sus acciones son malas, sus palabras sucias, perversas, no hay crecimiento espiritual, no hay amor, no hay Virtudes, no hay cosas bellas que salgan de aquellos que se han dejado enlodar por la suciedad de satanás, por eso el medio en el que estáis es adverso a vuestra dignidad Celestial.

Al alma la debéis mantener en lo alto, y hasta podría decir flotando por sobre todo este lodazal y porquería en donde vive satanás y los que están con él, para que no os ensuciéis, pero pocos comprenden esto: Debéis vivir en el mundo, mas no ser del mundo. Vinisteis a ser ejemplo Celestial en el mundo, ayudar a aquellos que han caído y que no se pueden levantar, o no encuentran la forma de levantarse, porque así es satanás: Os lleva a un callejón sin salida y os hace creer que ya no podéis salir de ese callejón, y es ahí en donde entra lo que os explicaba, el volver a renacer. Ésta es una Gracia Divina, y lo que se necesita para que podáis volver a renacer es vuestro arrepentimiento de corazón.

Os he explicado esto y os lo quiero explicar otra vez porque, os repito, los acontecimientos van a ser tremendos y os debéis de preparar para ello, que vuestra alma esté en la mejor situación de pureza posible antes de que la muerte os tome y os podáis condenar. Todo pecado, aun el más grave que pueda existir, salvo aquel contra el Espíritu Santo, es perdonable.

Sois débiles y satanás os va conociendo a lo largo de vuestra existencia y os va llevando a una degradación espiritual tremenda. Ciertamente, mucha de esa culpa la tienen vuestros padres o ancestros que no se han querido mantener en esa dignidad Celestial y poco a poco las familias se van degradando, pero Mi Gracia siempre está presente y os puede llevar a ese renacer espiritual, y lo lográis, Mis pequeños, cuando con un arrepentimiento profundo os acercáis a un sacerdote, con arrepentimiento le dais a conocer vuestros errores, vuestra faltas, y Yo, vuestro Salvador, a través del sacerdote os perdonaré vuestros pecados y renaceréis nuevamente.

En el momento en que se os da el perdón con la bendición del sacerdote, toda esa suciedad que veníais cargando, toda esa podredumbre nauseabunda por vuestros pecados, se va de vuestra alma, quedáis limpios, vuestra alma renace. Si la pudierais ver, vuelve a ese estado bellísimo, celestial, y todo, gracias, primeramente, a vuestro arrepentimiento, gracias a vuestra humildad y vuestro deseo de aceptar que seréis perdonados, si así lo queréis vosotros. Ciertamente, debéis dar vosotros el primer paso, que es el querer ser perdonados; si vosotros no queréis ser perdonados, Yo no os puedo imponer esa Gracia tan grande, tremenda, que es la de dejar nuevamente vuestra alma en estado, podría decir, virginal, limpia, pura, para que la empecéis a llenar ahora con cosas bellas, para que alcancéis la santidad a la que estáis llamados todos vosotros.

Todo esto os lo repito continuamente porque se os olvida, y sobre todo porque perdéis la Fe, perdéis la confianza, la seguridad, en que Yo os puedo dar tanto, que es el renacer nuevamente de vuestra alma, porque Yo, cuando perdono vuestros pecados a través del sacerdote, olvido vuestro pasado, olvido vuestros pecados; es un nuevo renacer para vuestra alma, para que cambiéis hacia el bien y podáis llegar a esa santidad, que debéis añorar todos vosotros, y buscarla con un afán tremendo, porque, como os dije, vuestra alma es valiosísima, es oro purísimo.

Buscáis tesoros de la Tierra, tontamente, cuando el gran tesoro lo tenéis dentro de vosotros, que es Mi Presencia, con Mi Santo Espíritu. Vuestra alma, con la ayuda de Mi Santo Espíritu, la debéis llevar hacia esa pureza virginal para que Yo la pueda volver a ver cómo fue creada, cómo es valiosísima ante Mis ojos.

Os he explicado que vuestra alma puede hacer grandes cosas, milagros tremendos, cuando dejáis que Mi Santo Espíritu actúe en vosotros. Las Potencias del alma son tremendas, las podéis usar para el bien o para el mal, es vuestro libre albedrío. Vosotros, si buscáis el Cielo, Yo os ayudaré a que lleguéis ahí, pero si Me queréis traicionar y si queréis destruir las potencias de vuestra alma, es vuestro libre albedrío, Me dolerá muchísimo, pero cuando Me dais la espalda, Me alejo. Ciertamente trato de buscaros, pero si insistís en que Yo Me aleje de vosotros, respeto vuestra libertad.

Vosotros, los que sois sencillos, humildes y sabios, entendéis todo esto que os explico. Me hacéis feliz cuando Me buscáis y cuando mantenéis vuestra alma lo más limpia posible para que brille como el oro más fino que existe. DejadMe que os ayude a que vuestra alma se purifique, se santifique, y dé el brillo del oro celestial.

Gracias, Mis pequeños.