Oct 18_18 Mi Padre, no creó a ningún hombre malo.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO.

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Mensaje de La Santísima Trinidad a J. V.

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Primer Misterio. Habla la Santísima Trinidad.

Sobre: Cuando el hombre prefiere vivir en el pecado, en ese momento, es como si cerráis las puertas a Nuestra Gracia. Nuestra Gracia no puede vivir donde el pecado habita.

Hijitos Míos, las necesidades de Mi Corazón, son grandes y así como vosotros tenéis alimento para vuestro cuerpo, Yo también, necesito alimento para Mi Corazón. Mi Corazón ama.

Aprendí a conoceros y vosotros aprendisteis a conocerMe, cuando estuve entre vosotros en la Tierra. No podéis decir que Yo Soy un Dios desconocido, un Dios que no conoce al hombre, un Dios que está sentado en Su Trono, allá, en el Reino de los Cielos y que no os comprende, porque no he convivido con vosotros y no he padecido lo que el hombre padece. Por eso, Mi Padre Me envió, para que os dierais cuenta de que sí, os conoceMos y esto fue, para que, al estar con vosotros compartiendo todo lo que vosotros tenéis, pudierais acercaros a Mí, con más confianza, y de esta forma, convivir, como en familia, como lo que sois vosotros, porque fuisteis creados por Mi Padre, que es el Padre de toda la humanidad y de todos los tiempos.

Sois familia con la Familia del Cielo y esto es una realidad, Mis pequeños pero, también, vosotros sabéis, que dentro de una familia hay separaciones, hay pleitos, hay ataques fuertes, que hacen que vosotros os separéis de vuestros mismos hermanos y, a veces, de vuestros  mismos padres.

El estar Yo entre vosotros y conoceros, conozco vuestros errores pero, también, conozco vuestros aciertos y, quisiera hablar hoy, de ellos, Mis pequeños.

Nadie, ninguno de vosotros, es totalmente malo, porque Mi Padre, no creó a ningún hombre malo, el alma es buena, porque el alma es parte de Nosotros. El hombre, al tener el alma, ésta tiene muchas capacidades, si vosotros las sabéis aprovechar y desarrollar. Hay quienes se acercan más a Nosotros y Nosotros les concedeMos que su alma avance, a niveles, a veces, muy superiores al nivel medio del ser humano. Y esto lo haceMos, Mis pequeños porque son almas buenas, almas que, se podría decir, santas, porque están unidas a Nosotros, muy fuertemente, y en ellas poneMos toda nuestra confianza para que las capacidades que ellas tengan, os ayuden a avanzar, también, en lo espiritual.

Esto os lo digo, para que comprendáis que se puede llegar a niveles muy altos, tanto en lo intelectual pero, también, sobre todo, en Sabiduría y eso es lo que debéis buscar, Mis pequeños.

Lo intelectual es bueno, os ayuda a avanzar en el Mundo, porque, también, os ayudaMos a que vayáis avanzando por medio de esas almas, a las que les daMos esa capacidad, para que vosotros vayáis avanzando en lo tecnológico, en lo humano, pero, también, a estas almas les daMos una capacidad espiritual, para que os vayan guiando hacia Nosotros.

Tenéis todo, Mis pequeños, tenéis toda Nuestra ayuda y tenéis los instrumentos en el Mundo, para que avancéis a niveles muy altos, pero, ciertamente, la envidia de satanás os ataca fuertemente, y va convenciendo al hombre de que no vaya por esos caminos de mejora, tanto para vosotros, en vuestro Mundo, como para vuestra mejora espiritual, con la Sabiduría que brota de Nosotros hacia vuestro Bien.

El alma, como os dije, tiene capacidades inmensas, sobre todo, cuando se libera del pecado. Cuando el hombre prefiere vivir en el pecado, en ese momento, es como si cerráis las puertas a Nuestra Gracia. Nuestra Gracia no puede vivir donde el pecado habita, pero cuando vosotros os dais cuenta de que vivís en el error y cuando buscáis la forma de manteneros en estado de Gracia y hacéis el esfuerzo para ello, entonces, Nosotros, depositaMos mayores capacidades en vuestra alma, porque estaMos viendo que vosotros estáis haciendo el esfuerzo para erradicar el pecado de vuestro ser.

Y, así, es como van avanzando muchas almas y empiezan a gozar inmensamente de Nuestros Bienes, Bienes espirituales, sobre todo, pero también, bienes físicos y bienes materiales.

Como os dais cuenta, todo viene de Nosotros, de Nuestra Santísima Trinidad. Todo el bien, toda la riqueza para todo vuestro ser, viene de Nuestra Divinidad, de Nuestra Providencia Divina. Pero satanás no se queda con los brazos cruzados, no quiere que vosotros avancéis, no quiere que seáis mejores, no quiere que gocéis de los Bienes que son del Cielo y que Nosotros otorgaMos ya, a las almas, desde que estáis en la Tierra.

Y esa, es la eterna lucha, él os estará atacando en todo momento, para haceros caer en pecado y, de esta forma, Nuestra Gracia, no penetre a vuestra alma, porque, como os dije antes, Nuestra Gracia no puede habitar donde habita el pecado.

La Gracia de Santidad, Nuestro Amor, se gana por el esfuerzo que vosotros pongáis. Ciertamente, se os da gratuitamente, pero vosotros tenéis que mantener un alma limpia, un alma pura, un alma deseosa de tenerNos en vuestro interior y, ese esfuerzo, es el que Nosotros premiaMos.

Entended esto, Mis pequeños, os lo he dicho en una forma fácil para que lo entendáis y lo podáis llevar a cabo. ¡Cómo quisiéraMos que todos fuerais llenos de Nuestra Gracia!, y entonces, entenderíais ya, desde la Tierra, lo que se vive en el Cielo, pero son pocas, muy pocas las almas, las que realmente luchan contra sí mismos, por mantenerse en ese estado de Gracia.

Haced el esfuerzo, Mis pequeños, haced el esfuerzo y recibiréis Nuestras Bendiciones en abundancia.

Gracias, Mis pequeños.