Ago 02_18 No podéis ser, vosotros, verdaderos hijos Míos, si no hay Paz en vuestro corazón.

Rosario vespertino – MENSAJE ÚNICO.

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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

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Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: Vosotros, sabiendo todo esto y habiendo llevado toda una Evangelización de Amor, debéis tratar de mantener lo que Yo os dejé, lo que Yo os enseñé, lo que tenéis en las Sagradas Escrituras.

Hijitos Míos, cuando os he dicho, en las Bienaventuranzas, que aquél que siembra la Paz entre los hombres, tiene el Reino de los Cielos asegurado, porque ahí es donde se vive plenamente la Paz, la Paz que Yo, vuestro Salvador, os traje a la Tierra, para que conocierais la Paz que se vive en el Reino de los Cielos.

No podéis ser, vosotros, verdaderos hijos Míos, si no hay Paz en vuestro corazón, si no traéis Paz, primeramente, a vosotros mismos, porque lo que tenéis en vuestro corazón, es lo que daréis a vuestros hermanos.

Todos aquellos que van sembrando maldad, error, guerra, muerte, ciertamente, por sus actos no viven esa Paz que Yo os traje. La Paz es necesarísima para que, también, vuestro interior viva en lo correcto, que viva según las Verdades que Yo os dejé, que viva en la Verdad que tenéis, que debéis tener en vuestro corazón y que viene de Mí.

Aquél que no abre su corazón para que Mi Santo Espíritu penetre en él y pueda transmitir esa vida, esa vida de Paz, esa vida de Amor, no son hijos Míos, no pueden entrar en el Reino de los Cielos.

También, en las Escrituras, se habla que, por vuestros actos se conoce qué hay en vuestro interior y lo habéis visto a lo largo de vuestra existencia. Los que ya lleváis algunos años misionando sobre la Tierra, veis cómo se comportan los hombres, veis cómo reaccionan los hombres, a lo que se podría decir, un contacto ligero o simplemente, el que os acerquéis a algún hermano vuestro a hacerle una pregunta, o llamarle la atención, si actúa atacando, destruyendo, golpeando, es que no hay paz en su corazón. Aquellos que responden con humildad, esas son las almas que realmente, están Conmigo.

Las almas que viven en Paz, son virtuosas y eso lo debéis que tener vosotros muy conscientemente en vuestro corazón, porque aquellos hermanos vuestros, que viven en Paz, no solamente es esa Virtud la que tendrán, sino que tendrán toda una serie de Virtudes, y con ellos se va a ir formando el Nuevo Reino, con almas virtuosas, porque llevan Paz, Humildad, Amor en su corazón.

Por eso, os he dicho que esta Purificación se tiene que dar, para que vuelva a ser, de este Mundo lo que Mi Padre, vuestro Padre, creó para vosotros, pero que el pecado, aceptado, por vuestros Primeros Padres, echó a perder toda la Creación.

Vosotros, sabiendo todo esto y habiendo llevado toda una Evangelización de Amor, debéis tratar de mantener lo que Yo os dejé, lo que Yo os enseñé, lo que tenéis en las Sagradas Escrituras. Sois Mis herederos del Amor, sois Mis herederos de la Paz, sois Mis herederos de la Humildad, de la Sencillez y eso os lleva a la Sabiduría Santa.

Cuando vosotros tenéis Mi Sabiduría, podéis hacer un gran bien a vuestros hermanos, porque les estaréis enseñando lo que Mi Santo Espíritu os esté indicando en vuestro corazón, que es lo que Yo os dejé, cuando caminé en la Tierra, para enseñar al hombre lo que es el Cielo, lo que es vuestro Dios y lo que puede hacer por vosotros para la salvación de toda las almas, especialmente, con la vuestra.

Nada, nada se debe de desperdiciar, nada debéis dejar en el olvido, nada de lo que Yo os he dado lo debéis echar en saco roto. Todo lo que Yo os he dado tiene un valor incalculable, si realmente, vosotros sabéis apreciar lo que es Mi Vida, Mis Enseñanzas, Mi Amor, todo lo que Yo hice por vosotros.

Gozosos debierais estar porque, entonces, el Cielo, ya empezó, para vosotros, aquí, desde la Tierra. Ya, al vivir así, solamente esperaréis el momento en que os desprenderéis de vuestro cuerpo, para que con más gozo lleguéis a Mí.

Que el tiempo que os quede sobre la Tierra sea, realmente, un tiempo de gozo, un tiempo de Paz, un tiempo de Amor, un tiempo en el que enseñéis a vuestros hermanos lo que Yo os dejé, que de generación en generación, se tiene que dar, para que ese Mundo que Mi Padre os dio, para que vosotros gozarais, se vuelva a dar entre los hombres.

Gracias, Mis pequeños.