Jun 14_18 Sigo siendo el Dios Desconocido, estoy encarcelado en vuestro corazón.

Rosario vespertinoMENSAJE ÚNICO.

====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

====================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Sigo siendo el Dios Desconocido y vosotros gritaréis inmediatamente, ¡no!, yo te tengo en mi corazón, sí, pero repito, estoy encarcelado en vuestro corazón. Ni vuestras palabras, ni vuestros sentimientos, ni vuestro ejemplo, son Míos.

Hijitos Míos, cuando veis vosotros una linda flor y una flor que vosotros sabéis que despide un aroma bellísimo, os acercáis a esa flor, tratáis de aspirar esa fragancia riquísima y ¿qué pasa cuando no da el aroma que vosotros estáis esperando?, os decepcionáis. En sí, la flor es bella, pero su esencia es nula. Y así estáis muchos de vosotros. Son tiempos de hedonismo, son tiempos en que buscáis que vuestro exterior sea bello, pero vuestra esencia, el amor, el amor interior que debéis dejar que fluya al exterior, no existe.

No hay en vosotros ese deseo de vivir esa Esencia que viene de Mí, ese Amor que debéis dar a vuestros hermanos, para que hagáis de este Mundo, el Cielo del cual vinisteis.

Satanás se ha encargado de ir destruyendo esta Esencia Divina en vosotros, nada más tenéis un exterior que atrae a vuestros hermanos, pero no hay nada de valor en vuestro interior, todas las Virtudes que Mi Santo Espíritu os regala, los desperdiciáis, Dones, Virtudes, Bendiciones, no los utilizáis para el Bien Supremo. Vuestra belleza exterior la utilizáis solamente, para un gozo temporal, mientras tratáis a alguien que os convenga tratar y quizá, luego, os apartéis de ese hermano o esa hermana, que en lugar de transmitirles amor, les mentisteis para aprovecharos de ellos.

No estáis viviendo una vida cristiana, una vida donde se viva el Amor que os heMos dado y, principalmente, el que os dio Mi Hijo Personalmente. No estáis viviendo una vida de ejemplo, en donde el Cielo pueda decir: es hermano nuestro, que ahora está en el Mundo, está caminando, está viviendo, está hablando como Nuestro Dios, Cristo Jesús.

No estáis dando un buen ejemplo, ni en la Tierra ni en el Cielo. Estáis mintiendo a vuestro Dios, Me estáis mintiendo a Mí, os estáis mintiendo a vosotros mismos, les estáis mintiendo a vuestros hermanos. Aparentáis ser lo que no sois, porque la Esencia Divina que tenéis en vuestro interior, no la estáis viviendo honestamente y no la estáis transmitiendo para que vuestros hermanos crezcan y puedan regresar a Mí.

¿Qué haréis, Mis pequeños, cuando estéis ante Mí, en vuestro Juicio Final, en vuestro Juicio Particular, en donde nadie estará junto a vosotros, más que vuestros actos?, ¿Qué haréis cuando se abra el libro de la Vida, de vuestra Vida, de cómo llevasteis a cabo la misión que os encomendé? En esos momentos, muchos de vosotros, actuaréis, como dicen las Escrituras, querréis que un monte os aplaste, os cubra, os proteja de Mi Mirada de Juez, de Justo Juez.

Todavía no comprendéis, Mis pequeños, lo que es la Gracia de tener el don de la vida, es una Gracia inmensa, es una Gracia que se os ha dado para vivir para Mí, vuestro Dios y para convivir con vuestros hermanos y ayudarles y que ellos, también, os ayuden a vosotros, a vivir el Amor.

Aún no queréis comprender el Gran Pecado del Principio de los tiempos, un Pecado gravísimo que afectó a toda la Creación, afectó a la Creación Perfecta que Yo había Creado para vosotros. PídanMe el Discernimiento y Sabiduría Santa, que os dé Mi Santo Espíritu, para que podáis entender la magnitud de lo que os estoy explicando. Os estoy explicando a un nivel Divino, a un nivel espiritual extraordinariamente alto, pero vosotros lo veis muy a la ligera. Fue un Pecado gravísimo, tan grave, que destruyó toda la belleza que Yo había creado para vosotros.

Ciertamente, fue un parteaguas, pero no tenéis un Conocimiento del antes, y ahora solamente tenéis el conocimiento del después del Pecado. El antes, ciertamente, para vosotros, ahora es inimaginable, porque hablar de Mi Perfección Divina, es hablar a niveles en los cuales, vosotros no tenéis un punto de referencia previo que os ayude a entender algo de la magnificencia de la Creación. Ni siquiera ahora, en estos tiempos, los grandes científicos, los grandes descubridores de las Ciencias, que he permitido que tengáis, para que vayáis avanzando, no acaban de entender muchas cosas de la Creación que tenéis a vuestro alrededor, si eso es ahora, imaginaos, eso multiplicado por miles de veces; eso es lo que tenían vuestros Primeros Padres, una perfección en el conocimiento de la Creación, porque Yo, todo lo que hago es Perfecto y el Pecado vino a destruir todo eso, que era perfecto.

Estáis viviendo una Creación decaída, una Creación afectada por satanás, una Creación llena de pecado y de maldad, una Creación que no quiere a su Creador.

Y para eso bajasteis a la Tierra, Mis pequeños, para eso se os dio el don de la vida y, junto con el don de la vida, os di Mi Esencia Divina, que es la Perfección en el Amor.

Tratad de entender esto, Mis pequeños: al llevar, cada uno de vosotros, Mi Esencia Divina en la Perfección, debierais estar perfeccionando todo lo que está a vuestro alrededor, pero no con imposición, sino con humildad y Amor, como os enseñó Mi Hijo.

Todo tiene que volver a la perfección y a vosotros se os dio esa tarea, que haciendo lo que estéis haciendo y haciéndolo con amor, haciéndolo con Sabiduría, viviendo en Mí, es como podréis ir acabando con la imperfección a donde os llevó satanás.

Entended que satanás no quiere que viváis vosotros la perfección de la Creación que tenían vuestros Primeros Padres. En el Cielo se vive la Perfección total y la Tierra y el Universo entero, debieran llevar también esa Esencia, y a vosotros os he dado esa tarea, al tener el don de la vida, pero ¿cuántos de vosotros, realmente, os habéis percatado de esto, que os estoy explicando y cuántos de vosotros sí lo entendisteis? ¿Qué estáis haciendo, para que todo, por lo menos lo que hagáis y lo que enseñéis, vaya llevando a vuestros hermanos, a la perfección de vida? Todo esto lo sabréis al momento de vuestro Juicio.

Varias veces os he dado la oportunidad, a lo largo de vuestra existencia, de ir sintiendo en vuestro interior que algo bueno debéis hacer. Muchas veces, sí os habéis dado cuenta de ello, pero os da flojera o no le veis sentido, o no queréis, realmente, poneros a investigar en las Sagradas Escrituras, cuál es vuestra función espiritual aquí en la Tierra, preferís vivir en lo superficial, en lo mundano, en aquello en lo cual no tenéis gran problema en cumplir pero que no tiene que ver nada con la misión que Yo os doy a cada uno de vosotros.

Día a día, Yo pongo ante vosotros, en vuestra existencia, múltiples oportunidades para ir cambiando vuestro entorno y para ir enseñando algo del Amor que os dejó Mi Hijo. Cada uno de vosotros debéis darMe cuentas de lo que habéis hecho día a día y darMe esa alegría de saber que estáis trabajando, realmente, para Mí y les estáis haciendo un gran bien a vuestros hermanos, pero no lo hacéis. Vuestra vida es muy superflua, no dais frutos, no habéis hecho gran cosa para devolverle a esta Creación, el Bien Supremo, que es Mi Amor, o ¿acaso lo estáis viendo a vuestro alrededor? No, Mis pequeños, no vivís con amor, vivís con temor, no os ayudáis, como hermanos que sois, al contrario, os atacáis y tratáis de quitaros los unos a los otros de los bienes materiales que tenéis.

No veo, prácticamente, alrededor vuestro, que los hermanos que tenéis al alcance de vuestra mano hayan crecido en el Amor, en Virtudes, en vida espiritual; os los puse para que vosotros les ayudarais a crecer en vida espiritual y ellos la siguieran transmitiendo en su ámbito particular y así se hiciera una cadena de amor alrededor del Mundo. Pero no lo hacéis.

¿Acaso, habláis de Mí, al menos, con alguna persona, todos los días y les dejáis, aunque sea, un poquito de Mi Amor en su corazón? ¿Sois ejemplo de vida, con el cual, vuestros hermanos, al veros, queden agradecidos por el buen ejemplo que les dais y, a veces, sin necesidad siquiera de decir alguna palabra, porque vuestro ejemplo habrá hecho todo?

¿Cómo queréis vivir en un mundo de amor, en un ambiente positivo, bueno, santo, si vosotros mismos no estáis tratando, al menos de dejar algo, de lo que ya debéis llevar en vuestro corazón?

Mucho Me pedís que cambie al Mundo, que la paz llegue a vosotros, que las guerras se detengan, que todo esté bien a vuestro alrededor pero, vosotros, ¿qué hacéis para que esto se lleve a cabo? Para eso os di el don de la vida, para que seáis como Mi Hijo, que personalmente llevó el Amor del Cielo a la Tierra.

Por eso os he pedido tanto el ser otros Cristos en este tiempo, precisamente para ello, para llevar Mi Amor a vuestros hermanos. ¿Cómo pedís lo que vosotros mismos no dais o no queréis dar?, porque lo tenéis a la mano. Conocéis cómo debéis tratar a vuestros hermanos, pero no lo lleváis a cabo, no vivís para crear un ambiente de paz y de amor a vuestro alrededor, un amor virtuoso, con el cual, vosotros hagáis una verdadera familia, que os améis los unos a los otros, como os lo pidió Mi Hijo; que os sintáis contentos de trataros, que viváis dentro de la familia con ese ambiente de amor, de cordialidad y no que viváis peleándoos, discutiendo, tratándoos como enemigos.

Eso no es la fraternidad o el trato familiar que Yo pretendo que tengáis vosotros. Ese no es el Ejemplo que os dejó Mi Hijo, Sus Enseñanzas fueron claras y ¿qué habéis hecho con ellas?, no podéis dar lo que no tenéis en vuestro corazón, en vuestra mente, en vuestro interior.

Si no Me dejáis Vivir a Mí, que Soy vuestro Dios, que Soy la Perfección, ¿cómo podéis darMe a los demás? Si no Me amáis, si no Me dais el primer lugar en vuestra vida y en vuestra existencia, no Me podréis dar a los demás.

Yo tengo que Ser esa Esencia en vuestro interior, Yo tengo que ser el primer lugar en vuestra vida, Yo tengo que ser el Consentido de vuestro corazón.

Cuando vosotros amáis a alguien, y lo amáis de corazón, presumís a todos aquellos que entran en contacto con vosotros, de que amáis a esa persona, todos se enteran que tenéis un gran amor por alguien, porque lo gritáis a los cuatro vientos, esa persona llena todo vuestro ser y lo compartís alegremente, con todos aquellos que están a vuestro alrededor. ¿Acaso vosotros hacéis lo mismo Conmigo? Decís que Me amáis, pero Yo no veo que Me tratéis así, como aquél que ama a esa persona, como os acabo de explicar.

Me amáis, pero muy para vosotros, solamente. No Me presumís con vuestros seres queridos, no Me presumís ante la gente, sigo siendo el Dios Desconocido. Sí, Me aceptáis como vuestro Dios, pero hasta ahí. Me tenéis solamente en vuestro corazón, pero encarcelado, no Me dejáis salir, no Me dejáis vivir vuestro Mundo, no Me dejáis que os acompañe en vuestra vida, vosotros hacéis vuestra vida, muy aparte de Mí.

Como os digo, ciertamente, Me amáis y venís a Mí, pero donde Me tenéis encarcelado. Platicáis Conmigo, pero encarcelado, y cuando tratáis a otros, sigo estando encarcelado. Tratáis a los que amáis, de la forma como tratáis a vuestros hermanos en el Mundo, pero a Mí no Me ven.

¿De qué sirve, pues, que Me tengáis en vuestro corazón, si no me dejáis salir?, no dejáis que Mi Sabiduría se difunda a través de vosotros. No dejáis que Yo os ayude con las Palabras que os dé, a ir cambiando corazones.

A eso vinisteis, a eso os mandé, a cambiar corazones, como lo hizo Mi Hijo. Sigo siendo el Dios Desconocido y vosotros gritaréis inmediatamente, ¡no!, yo te tengo en mi corazón, sí, pero repito, estoy encarcelado en vuestro corazón. Ni vuestras palabras, ni vuestros sentimientos, ni vuestro ejemplo, son Míos.

Yo debo Vivir en vosotros, Mi Esencia Divina la tenéis, y es el Amor, ¡el Amor Perfecto!, pero no lo dejáis salir, lo queréis para vosotros, pero muy en lo íntimo, sin dar ejemplo de ninguna especie.

¿Ahora comprendéis, Mis pequeños por qué os hablo tanto de la Purificación que se ha de venir? Todo tiene que regresar al Principio, tiene que regresar a la Perfección, a como todo fue Creado, se os dio una oportunidad y han sido generaciones y generaciones en que se os dio esa oportunidad de lograr vencer a satanás, a través de esa Esencia Divina en vosotros, que es Mi Amor, pero algunos lo guardasteis muy adentro y no lo habéis dejado salir, otros, acudís a Mi Amor por conveniencia, cuando necesitáis de los bienes del Mundo y cuando os los doy, os olvidáis nuevamente de Mí. Otros, con más sabiduría, sí toman de Mis Bienes, y empiezan a crecer, pero luego se desaniman y ceden y no avanzan en lo que iban bien y, pocos, muy pocos, realmente Me buscan para llevar a cabo la misión que debéis vivir, vivir, Mis pequeños, no guardarme para vosotros mismos, sin hacer vivir Mi Esencia que lleváis en vuestro interior.

Esos son Mis verdaderos hijos, esas almas son las que, realmente, están haciendo Mi Voluntad, ésas almas son las que, realmente, están transformando a vuestro Mundo y al Universo entero, esas almas son los Cristos de este momento que están venciendo a satanás, porque son las que están viviendo Mi Vida, Mi Esencia, o sea, Mi Amor a su alrededor.

Esas son las almas que Me han dado libertad dentro de su ser, para que Yo os pueda tomar como instrumentos Míos y Yo pueda hacer las transformaciones que este Mundo necesita para que vuelva a la Perfección en la que debéis vivir.

¿Ahora entendéis, también, Mis pequeños, lo que os dije hace algún momento?, que cuando os presentéis a vuestro Juicio Particular y Final, y os haga todas estas preguntas y os haga reflexionar de todo esto que debisteis haber hecho durante vuestra existencia y no lo hicisteis, querréis que una montaña os cubra, para que no veáis Mis Ojos, para que no veáis la Ira de Mi Corazón, porque se os dio algo grandísimo, el don de la Vida y no respetasteis ese don, no lo tomasteis, como lo debisteis haber tomado, no lo hicisteis vivir, sino al contrario, lo encarcelasteis o lo destruisteis porque no quisisteis vivir para Mí ni para vuestros hermanos.

Estáis vivos todavía, todavía podéis hacer algo para que en vuestro Juicio no queráis morir en ese momento, no queráis morir y no estar ante Mí.

Os amo, Mis pequeños, podéis tomar todo de Mí, siempre os lo he dicho, pero debéis cumplir, también, con lo que Yo os pedí. Cada alma tiene su obligación ante Mí, en una forma muy particular y a todos os pediré cuentas. ¿Vivisteis para Mí, o vivisteis para el Mundo o peor tantito, vivisteis para satanás?

Meditad todo esto, Mis pequeños, antes de que el fin de vuestra existencia os alcance.

Gracias, Mis pequeños.