Mayo 03_18 Estos son los momentos de aumentar la oración, vuestra penitencia, Misas, y Rosarios.

Rosario vespertino -MENSAJE ÚNICO.

 

 

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Ciertamente, esto será una lucha espiritual, que viviréis todos vosotros, no viviréis una tercera guerra mundial humana, viviréis, realmente, una guerra, pero contra satanás, una guerra espiritual, una guerra que os quiere destruir espiritualmente.

 

Hijitos Míos, os he hablado mucho de los acontecimientos que han de sucederse, pero no

Me quiero meter mucho en ellos, sabéis que lo más importante son las almas.

 

Hay muchos distractores a vuestro alrededor, satanás se encarga de eso, de distraeros, de poneros muchas situaciones de vuestra vida diaria, para que os preocupéis más por ellas, y no por lo que, realmente, os debéis preocupar, que es el alma de vuestros hermanos y de la vuestra propia.

 

Sabéis cuánto os amo, sabéis que os necesito de regreso y os quiero, verdaderamente, de regreso.

 

¿Qué sucede cuando hay algo fuerte alrededor de vosotros?, como los desastres que se están sucediendo en todo el mundo y que se van a ir aumentando, porque no estáis haciendo, prácticamente, nada para evitarlos.

 

Cuando hay un desastre, poco os acordáis de Mí y de vuestros hermanos que pueden morir en esos desastres y perderse eternamente. Por eso os pido, desde ahora, que estéis orando por todos aquellos que van a morir, pero que su muerte, sólo sea la del cuerpo; Yo necesito vuestras oraciones, vuestra intercesión por ellos, para que su alma regrese a Mí, os lo pido desde ahora, que no estáis, todavía, en los acontecimientos graves.

 

Ciertamente, tenéis vuestras problemáticas personales y quizá, también, de vuestro estado, país, en donde hayan, o guerras o desastres particulares, os distraen, pero necesito que vosotros oréis, sigáis con la oración fuerte, constante, humilde, unida a la de Mi Hijo para la salvación de las almas.

 

Las oraciones de ahora salvarán a muchas almas que estarán muy distraídas en los momentos de la prueba, estos son los momentos de aumentar la oración, Mis pequeños, vuestra penitencia, Misas, Rosarios, todo lo que podáis por la salvación de vuestros hermanos y de vuestra propia alma.

 

Cuando se vengan los desastres, pensaréis, solamente, cómo recuperar vuestros bienes, cómo ayudaros los unos a los otros en lo material y poco os acordaréis de ayudaros en lo espiritual. Es algo natural que suceda esto, Mis pequeños, que busquéis en dónde dormiréis, si es que perdisteis vuestra casa, vuestros bienes y os concentréis solamente en eso porque, además, vuestra espiritualidad es débil, en la gran mayoría de vosotros, y no recurrís a Mí.

 

Por eso, os vuelvo a repetir, necesito vuestras oraciones para estos momentos, para que desde ahora vayáis pidiendo por las almas de todos vosotros; ciertamente, vosotros no sabéis quiénes regresarán a Mí y quiénes quedarán, todavía, en la Tierra. Pedid por todos los momentos, cada vez están más cerca, estáis viendo a vuestro alrededor cómo se va incrementando el mal por todos lados, pero poco hacéis para irlos disminuyendo o aun cancelando.

 

Os quejáis de lo que sucede a vuestro alrededor, pero no hacéis gran cosa, os repito, para que al pedírMelo, se puedan ir aminorando estas pruebas.

 

Mi amor es grande por todos vosotros, pero necesitáis poner de vuestra parte.

 

Vosotros os decís, los unos a los otros, que el trabajo que hacéis, no es fácil y que debéis poner de vuestra parte para salir adelante. Si vosotros no trabajáis, si no ponéis de vuestra parte, Yo no puedo hacer gran cosa por vosotros. Os he dicho que deis el primer paso y Yo os ayudaré con lo demás. Os he dicho, también, que si estáis luchando por algo, haced que esa lucha reditúe, haciéndola de corazón.

 

Hay tantas cosas que debéis hacer, Mis pequeños, pero lo queréis todo fácil, no estáis acostumbrados a pelear, a buscar, a trabajar fuertemente por lo que deseáis.

 

Ved todo lo que hizo Mi Hijo por vosotros, por vuestra salvación. Fue un trabajo continuo de treinta y tres años, sí, Mis pequeños, de treinta y tres años, de estar trabajando por vuestra salvación, ofreciendo Sus Actos, Su Vida, ofreciendo el estar entre vosotros, viviendo entre el pecado, viviendo entre la maldad. Son sacrificios fuertes, en los que vosotros no os dais cuenta de ello o no habéis recapacitado en ello y, ¿qué hacéis vosotros?, os seguís quejando y queréis todo fácil.

 

Si os he mandado a Mi Hijo, es para que vierais todo lo que Él trabajó por vuestra salvación.

 

Estáis a momentos de ayudar a vuestros hermanos, que están muy apartados de Mí, para su salvación. Como os he dicho, sois hermanos mayores, los que ya habéis entendido esto y debéis trabajar, fuertemente, por su salvación, sí, como Mi Hijo lo hizo por vosotros, y si os toca dar vuestra vida, dádMela, Yo estaré con vosotros para recibiros y para agradeceros lo que estáis haciendo por vuestros hermanos y por el regalo que Me estáis dando, a Mí, vuestro Dios, de salvar las almas de Mis hijos.

 

Son tiempos de gran Amor, son tiempos en los cuales, el Amor vencerá sobre toda la maldad que se está viendo a vuestro alrededor.

 

Son tiempos en donde las almas cambiarán. Habrá un cambio total en muchísimas almas, donde veréis, por un lado, la maldad y, por otro lado, la bondad que Yo pongo en los corazones de Mis hijos elegidos. Mucho amor entre vosotros habrá, porque veréis las necesidades de vuestros hermanos y eso moverá el corazón, aún de aquellos, que suelen hacer el mal.

 

Por eso, toda esta purificación se dará con desastres, para que no le echéis la culpa a nadie, y para que vuestro corazón, al ver al hermano necesitado, se mueva en compasión y creéis en vuestro corazón el Amor que tanto está esperando que cultivéis y hagáis crecer, para que alcancéis la salvación eterna.

 

Os digo todo esto, Mis pequeños, porque sois muy dados a echarMe la culpa de todo lo que sucede de malo a vuestro alrededor y os olvidáis que es satanás el que os quiere destruir; el que no quiere que regreséis al Reino de los Cielos. Me duele mucho que volteéis hacia Mí y Me blasfeméis, creyendo que Yo os estoy enviando todos estos males.

 

Yo Soy Bondad Absoluta y de Mí no puede salir ningún tipo de maldad, porque, si no, no sería Yo, vuestro Dios de Amor.

 

Cuando os pido que os estéis protegiendo con la oración, es para que os protejáis, realmente, contra los ataques de satanás, que se vendrán muy fuertes sobre todos vosotros. Es una realidad, una realidad que se ha venido viviendo desde que él se puso en contra de Mi Amor.

Ciertamente, esto será una lucha espiritual, que viviréis todos vosotros, no viviréis una tercera guerra mundial humana, viviréis, realmente, una guerra, pero contra satanás, una guerra espiritual, una guerra que os quiere destruir espiritualmente, para que no os ganéis vuestro lugar, que Yo tengo apartado para vosotros, en el Reino de los Cielos.

 

Todos estáis llamados a retornar al lugar de donde salisteis, que es Mi Reino, el Cielo, vuestro Cielo, pero debéis poner de vuestra parte, buscarMe, pedirMe que os dé todo lo que necesitéis en dones, virtudes, capacidades espirituales, tanto para vosotros, como para vuestros hermanos. Os he dicho que Me pidáis todo lo que necesitéis para vuestros hermanos y aún para vosotros mismos, si es que es para vuestra salvación y la de ellos.

 

Satanás os da poderes, pero poderes destructivos, Yo os doy dones, virtudes, vida espiritual santa, para que ayudéis en la salvación de las almas. Cuidaos de eso, Mis pequeños, satanás es muy hábil para engañaros, sed humildes y sencillos y, así, lo venceréis fácilmente.

 

Estáis en la Tierra para servirMe, y Yo estoy, como Padre vuestro, para cuidaros.

 

DejadMe, pues, que Yo os utilice como instrumentos de salvación, como lo fue Mi Hijo para con todos vosotros. DejadMe que Yo mueva vuestra alma, vuestra voluntad, vuestra vida y, así, unidos, podaMos salvar a todas las almas que se dejen salvar, porque, ciertamente, hay muchas que se han ofrecido a satanás, las ha tomado de tal forma, que no las deja moverse ya, hacia el Bien.

 

Orad, orad de corazón, que voy a restituir, todo, pronto y gozaréis los regalos que os concederé.

 

Os bendigo, Mis pequeños y confiad plenamente, en Mí, que Soy vuestro Padre, que Soy vuestro Dios, que Soy vuestro Creador.

Gracias, Mis pequeños.