Sep 07_17 Os pido, que seáis de esas almas heroicas, porque, en este tiempo, las necesitaré.

Rosario vespertinoMENSAJE ÚNICO

 

 

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: PedidMe, pues, que os dé lo que necesitaréis para poder vencer a satanás, en lo personal y en grupo, y hablo en grupo, porque os uniréis todas las almas alrededor del Mundo, para luchar contra las fuerzas de satanás. Tenéis un enemigo en común, y éste es él, lo podréis vencer, porque Yo estaré con vosotros.

Hijitos Míos, el mal, se inició a partir del Pecado Original, éste siempre ha existido y existirá hasta el fin del Mundo, cuando Yo divida al Cielo del Infierno, cuando los cierre a ambos y, entonces, los buenos, los escogidos vivirán Conmigo y los que prefirieron vivir en el mal, estarán con satanás.

La humanidad no se da cuenta bien, de este significado del Bien y del mal. Generalmente, ponéis todo en lo material, pensáis más en lo tangible, en lo que veis y tocáis, pero en lo intangible, en lo que es precioso en vosotros, que es vuestra alma, no le dais la importancia debida.

La humanidad, desde sus inicios, se ha movido así, en el Bien y en el mal. Se han dado las guerras, se han dado los robos, los asesinatos, infinidad de pecados relacionados con ello. El mal vive en vosotros porque vosotros mismos le habéis dado cabida.

Veis lo que sucede a vuestro alrededor, entre esa lucha del Bien y el mal; guerras entre hermanos, destrucción, muerte. No os respetáis los unos a los otros, la maldad se ha ido incrementando porque vosotros mismos no le habéis puesto un freno.

Ciertamente, veis lo que está sucediendo a vuestro alrededor, pero no entráis a vuestro interior. Si a vuestro alrededor hay una gran lucha entre el Bien y el mal, interiormente, también, la tenéis. Una gran lucha, en donde los combatientes son muy poderosos. A vuestro interior, habéis dejado entrar el Bien, pero, también, el mal. Prácticamente, no le podéis echar la culpa a nadie de esta lucha interna que tenéis, porque, vosotros mismos sois los autores de esa lucha interna, nadie más que vosotros podéis abrir la puerta a vuestra mente, para que entre de todo lo que tenéis a vuestro alrededor, bueno y malo.

Y así, como a vuestro alrededor, veis que no termina esta lucha, en vuestro interior, debierais, vosotros mismos, de tratar de eliminar todo aquello que os está apartando de Mí. Bien sabéis, y os lo he repetido varias veces, que nadie entra al Reino de los Cielos con el corazón sucio, con una mente sucia, con maldad en vuestro interior, por eso, es la Purificación, que Yo permito, tanto en lo personal, como en los pueblos de alrededor del Mundo y del Universo.

Si, realmente, vuestra intención, al final de vuestro tiempo, es acompañarMe eternamente en el Reino de los Cielos, vosotros mismos debéis provocar esa lucha interior, para eliminar todo aquello que os está apartando de esa entrada fácil al Reino de los Cielos. Fácil, cuando vosotros estáis luchando por eliminar todo lo malo que os daña y, también, daña a Mi Corazón.

Ciertamente, satanás, puso las tentaciones a vuestro alrededor, pero, vosotros, en vuestro libre albedrío y ayudados por Mí, a tener más fuerza para detener esa maldad, pudisteis haber luchado para que no entrara esa tentación a vuestra mente y a vuestro corazón.

Ciertamente, Yo Vivo en vosotros y conozco vuestras intenciones. Sé si, realmente, estáis luchando contra esa maldad interior que lleváis, que habéis ido permitiendo entrar a lo largo de vuestra existencia, o por otro lado, puedo conocer, si habéis sido permisivos, si habéis dejado entrar esa maldad que os ha venido haciendo daño y no habéis luchado contra ella, sino que la gozáis en vuestro interior.

Conozco perfectamente vuestras intenciones, tanto buenas como malas, y por eso, Soy el Único que os puedo Juzgar perfectamente. Ni vosotros mismos os podéis juzgar correctamente, porque Yo conozco las intenciones y el resultado de vuestra lucha contra ellas o vuestra permisividad para mantenerlas en vosotros. No conocéis el grado de maldad, tanto el que vosotros dejáis entrar y con el que, también, vosotros atacáis a vuestros hermanos, infundiéndoles malos ejemplos, malos tratos, desamor, maldad. Ciertamente, satanás no quiere que vosotros regreséis al Reino de los Cielos, él os conoce muy bien y sabe cómo actuáis en general. Conoce vuestras pasiones, conoce vuestra humanidad y, con muchos de vosotros, no necesita hacer una gran tarea para destruiros espiritualmente, simplemente, os pone la tentación, ésta entra en vosotros y vosotros mismos, en lugar de eliminarla, empezáis a jugar con ella. Si os dais cuenta, satanás ya no os está atacando, él, simplemente, puso la tentación y, vosotros, le dais muchas vueltas a esa tentación, deleitándoos con ella y cayendo en pecados, cada vez, más graves.

Cuando no vivís en estado de Gracia, cuando no vivís preparados para la lucha, cuando no queréis, realmente, vivir en pureza y en santidad, os volvéis presa fácil de satanás. Cuando Yo os he dado los Sacramentos, cuando Yo os he dado el Ejemplo de Mi Hijo Jesucristo, cuando Yo os he dado el Conocimiento del actuar de Mi Hija la Siempre Virgen María, la Pura, la Santa, la Inmaculada, la Llena de todos los Dones y Gracias, para que, con todos ellos tuvierais un Ejemplo de Vida; si no ponéis de vuestra parte, si no queréis, realmente, buscar la santidad en vuestra vida, estáis en serio peligro de no poder regresar a vuestro Hogar, en el Reino de los Cielos.

Ciertamente, cuando Yo os doy el don de la vida, para que podáis bajar a servirMe a la Tierra, os doy todas las capacidades para que os podáis defender contra los ataques de satanás; él es muy sutil y va buscando por donde atacaros, pero si utilizáis todas las armas necesarias, para que os podáis defender, difícilmente, caeréis en sus garras.

Cuando un alma Me busca, cuando un alma quiere mantenerse limpia ante Mi Presencia, Yo la ayudo, porque sé que sois pequeños, que sois débiles y sé que los ataques de satanás os pueden hacer caer, fácilmente, si no estáis bien preparados para combatirlos.

Estas almas que luchan por mantenerse en el Bien, Yo las ayudo fuertemente, porque, además, estas almas, al estar tratando de buscar una perfección espiritual, serán más atacadas por satanás, porque él está viendo la valía de vuestra alma. Un alma que trata de mantenerse en santidad, le puede quitar muchas almas por su oración, por su ejemplo, con su vida de Gracia, son almas que han entendido la vida Crística en la Tierra y, por eso, son más atacadas, pero, difícilmente, caen.

El gran problema está en las almas débiles, en aquellas que no les importa vivir en Gracia, almas apáticas, almas que ya se han acostumbrado a vivir en el error y en el pecado. Estas almas, si no se acercan a Mí, a pesar de que las busco en todo momento, para que Me encuentren, difícilmente, podrán salvarse.

La diferencia entre un alma santa y un alma mediocre, está en vosotros mismos. En la lucha y en el deseo que pongáis vosotros para salir adelante, a pesar de los ataques de satanás.

Ciertamente, las almas santas, son almas que luchan fuertemente, son almas que no se dejan vencer fácilmente, son almas que si caen, por los golpes fuertes de satanás, se levantan y contraatacan con mayor fuerza y, esto es, creciendo más en Virtudes, en Amor, en vida espiritual y en unión íntima Conmigo.

Os he dicho, las almas apáticas, caen y prácticamente, no les interesa levantarse, viven en el mal, desgraciadamente, gozan vivir en el mal, y estas almas no pueden entrar al Reino de los Cielos, porque el mal no existe en el Reino de los Cielos.

Haced, pues, un recuento de vuestra vida, abrid vuestra mente y vuestro corazón, ante Mi Presencia y mostradMe cómo está vuestra vida espiritual. Sois almas de lucha, sois almas heroicas, sois almas que no se dejan vencer fácilmente o sois almas apáticas, almas que ya se dejaron vencer, almas que no quieren su perfección. Vosotros mismos conocéis la respuesta por vuestra forma de ser y de vivir, por la forma en que os comportáis con vuestros hermanos y, sobre todo, cuánto amor Me tenéis a Mí, vuestro Dios, cuánto amor vivís y compartís a vuestros hermanos.

Os he dicho que no podéis dar lo que no tenéis, si estáis Conmigo, podéis dar mucho y, hasta milagros lograréis hacer, porque Yo estoy con vosotros y Me alegro de estar con vosotros, porque sois almas que Me dan plena confianza. Son las almas de las que se habla en las Sagradas Escrituras, que se les dio poco, pero que lo trabajaron bien y Yo puedo, después, daros mucho, porque tengo confianza plena en que, también, trabajaréis en lo mucho, como trabajasteis en lo poco.

Ciertamente, hay muchas almas que desperdician la oportunidad que Yo os doy de vivir para Mí, y es una grave falta ante Mis Ojos el que no deis vuestro cien por ciento o que no tratéis de dar lo más que podáis. ¿No os dais cuenta, Mis pequeños, que muchas almas dependen de vosotros para su salvación? Estáis en la Tierra, de la misma forma, en la que Le pedí a Mi Hijo que bajara para serviros. Estáis en la Tierra, para servirMe y servir a vuestros hermanos, como lo hizo Mi Hijo. No podéis regresar ante Mí, al final de vuestra existencia, con las manos vacías. Estáis obligados a producir fruto, al treinta, al sesenta, al cien por ciento.

El alma que baja a la Tierra, es un alma escogida, es un alma especial, es un alma a la que le doy muchos atributos espirituales y humanos, pero son desperdiciados cuando no estáis Conmigo y cuando no queréis vivir según Mi Voluntad.

Benditos seáis, vosotros, los que entendéis vuestra tarea, al estar sirviéndoMe en la Tierra. Si os he dado mucho, y lo aprovechasteis, tendréis todavía más cuando regreséis al Reino de los Cielos, porque bajar a la Tierra, luchar contra todos aquellos ataques de satanás, mantenerse limpios y regresar a Mí, requiere muchas acciones heroicas y, os lo digo así, Mis pequeños, porque cuando regreséis a Mí y os deis cuenta de lo que erais, ante la potencia grandísima y gravísima de satanás, sabréis que fuisteis ese David contra Goliat, también vosotros.

La potencia de satanás, ante vosotros, es inmensa y salir victoriosos de una lucha de muchos años, de toda una vida, es para almas heroicas, para almas que Me aman, para almas que entendieron, perfectamente bien, cuál era su misión, pero, sobre todo, que entendieron bien, cuál es su lugar en la Creación. Todos tenéis un lugar muy importante en la Creación y las almas heroicas, lo comprenden bien y ponen toda la fuerza de su ser en cumplir con lo que Yo os pido.

Por eso, Yo premio, abundantemente, a las almas heroicas, porque tienen que luchar tremendamente contra los poderes del mal. Como os dije, todas las almas que bajan a servirMe, son atacadas por las fuerzas de satanás, pero, cuando él se da cuenta que un alma sobresale, que no cae, fácilmente, a sus ataques, a sus seducciones, entonces, la ataca más fuertemente y esto, va forjando su carácter y, por eso, hablo de que son almas heroicas, porque los ataques de satanás son más fuertes contra ellas, que contra las demás almas. Ciertamente, caen, pero se levantan y toman mayor fuerza, porque les duele haberMe ofendido.

Os pido, pues, Mis pequeños, que seáis de esas almas heroicas, porque, en este tiempo, las necesitaré. El poder de satanás será más fuerte contra vosotros en este tiempo y, si no estáis preparados, caeréis fácilmente en su ataque. Os he repetido esto, pero no le habéis puesto la atención debida. Esto es una verdadera lucha. Una lucha descomunal, deberéis darle el valor que se merece.

PedidMe, pues, que os dé lo que necesitaréis para poder vencer a satanás, en lo personal y en grupo, y hablo en grupo, porque os uniréis todas las almas alrededor del Mundo, para luchar contra las fuerzas de satanás. Tenéis un enemigo en común, y éste es él, lo podréis vencer, porque Yo estaré con vosotros.

Ayudad a vuestros hermanos que viven en una gran debilidad espiritual, a aquellas almas apáticas, débiles, que no buscan luchar por el bien propio y por el bien de sus hermanos. Ayudad a cuanta alma podáis y no os deis por vencidos, por eso, os quise explicar lo que era el alma heroica y, así os quiero ver a cada uno de vosotros, luchando sin desfallecer, luchando por imponer, nuevamente, Mi Bien en todo lo Creado.

Gracias, Mis pequeños.