Sep 05_17 Arrepentíos ahora, que todavía es tiempo.

Rosario vespertino-MENSAJE ÚNICO

 

 

 

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Mensaje de Dios Padre a J. V.

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Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Yo no puedo detener lo que vuestra voluntad tampoco quiera detener; vosotros tenéis la respuesta, acercaos a Mí, pedidMe perdón, de corazón, por todo el daño que Le habéis causado a Mi Sacratísimo Corazón y recibiréis Mi Perdón y eliminaré la maldad que os rodea y que os aqueja, pero esto depende de vosotros.

 

Que la Paz sea con todos vosotros, Mis pequeños. Os he dicho que vosotros deseéis esa Paz, que solamente puedo otorgar Yo.

Cuando vosotros la deseáis hacia vuestros hermanos, Yo Soy el que la va a conceder para que vosotros la viváis. La verdadera Paz, viene de Mí, vuestro Dios y esa es la que quiero que se vaya transmitiendo alrededor del Mundo.

Ciertamente, os he dicho, que la humanidad tiene que ser purificada. No habéis respetado Mis Designios, no os habéis mantenido guiados por Mis Mandamientos, los que Yo os di como Leyes Divinas, para que todo ser humano las cumpliera, y no han sido obedecidas.

Sabéis que no sois perfectos, el Pecado Original os llevó hacia la imperfección. Cuando Yo le di a Moisés las Tablas de la Ley, con ellas, al cumplirlas, vosotros ibais a llevar una vida más perfecta, guiada por Mí, y en donde Yo os iba, también, a dar la fuerza para que los cumplierais.

Sí, Mis pequeños, no habéis cumplido lo que Yo os pedí y todo se ha vuelto un caos. Cuando el hombre tomó su voluntad por sí mismos y no Me dejáis a Mí, vuestro Dios, guiaros por senderos seguros y perfectos, necesariamente caéis.

Cuando el hombre no Me pide Mi Guía Perfecta, Divina, y os queréis mover con vuestra inteligencia humana, que deja mucho que desear, caéis.

Y es así como estáis ahora y como se ha venido dando a lo largo de la historia, por eso, Mi Hijo, os dio la Parábola del Hijo Pródigo, sois ésos hijos pródigos que salisteis del Seno Divino. Del Cielo, vinisteis a la Tierra a servirMe, pero no quisisteis tomar Mi Voluntad, que era vuestro Tesoro en el Reino de los Cielos. Os dejasteis guiar por satanás, quien siempre os va a llevar a hacer todo lo contrario de lo que Yo os pido y, necesariamente, erráis el camino, erráis en vuestras decisiones y caéis, como os dice la Parábola del Hijo Pródigo, sois necios, porque no solamente caéis una vez, caéis cientos de veces, a lo largo de vuestra vida, y no entendéis y, especialmente, porque no tratáis de vivir en la Virtud y en el Amor. Ciertamente, cuando caéis y os levantáis y tratáis de mejorar con la lección que tuvisteis, si no mejoráis, volveréis a caer muy rápidamente, pero, si Me buscáis y pedís Mi Ayuda para vivir en las Virtudes, se alargará el tiempo de la siguiente caída e iréis mejorando en vuestra forma de ser, en vuestra forma de agradarMe y de agradar a vuestros hermanos, tratándoos como debéis ser, cada uno de vosotros, hermanos en Cristo Jesús, Mi Hijo.

Vivís en tanto error en vuestra vida sobre la Tierra. Son pocas las almas, muy pocas, las que, realmente, entienden la Parábola del Hijo Pródigo, al tratar de no caer, a tratar de mantenerse viviendo bajo Mi Voluntad, viviendo en Mi Amor y transmitiendo vida espiritual.

Cuando os dejáis mover por Mí, con Mi Sabiduría Divina, dais mucho fruto, pero cuando os queréis mover con vuestra voluntad, dejáis mucho que desear. ¡Cuánto error, cuánta maldad salen de vuestros actos, de vuestras palabras y pensamientos! ¡Cuánto error transmitís a vuestros hermanos! ¡Cuántas vidas echáis a perder, de hermanos vuestros que están a vuestro alrededor, cuando dais un mal ejemplo! Cuando decís una palabra que debisteis haber callado o cuando dais una opinión errada sin fundamentos o quizá, con intención de ofender y destruir la vida, la vida moral de algún hermano vuestro.

Es error tras error, maldad tras maldad y no entendéis, y seguís, día a día, cometiendo faltas que Me ofenden y que destruyen la vida de hermanos vuestros.

Por eso, os he hablado tanto de que debéis padecer una Purificación, que os hará meditar todas vuestras maldades y os hará reflexionar y aceptar el castigo que Yo os imponga, para vuestro bien, entended esto, para vuestro bien.

Ya os había enseñado antes, que si vivierais como Mi Hijo os enseñó: bajo Mi Voluntad, en oración, en vida de sacrificio y penitencia, imponiéndoos, vosotros mismos, algunos pesares, como ayunos, dolores, para purificar vuestro ser, y lo que vosotros os impusierais con vuestra voluntad, siempre, iba a ser menos doloroso que lo que Yo os impusiera.

Ciertamente, cuando vosotros os imponéis un sacrificio o penitencia, tiene más valor, porque vosotros mimos estáis negando vuestro bienestar y Me lo ofrecéis, por el bien de vuestra alma y la de muchos. Pero, como la gran mayoría de vosotros, queréis vivir siempre, de una manera agradable, sin dolores de ninguna especie, rechazáis el dolor que Yo os mando y buscáis, inmediatamente, cómo eliminarlo; de esta forma, os estáis perdiendo que vuestra alma se purifique. Por vuestro bien, Yo tengo que imponeros algún padecimiento, como los que estáis viendo alrededor del Mundo, y se irán acrecentando, hasta que no os arrodilléis todos y Me pidáis perdón.

Estos dolores los debéis aceptar, porque os los merecéis, porque al darMe la espalda, también, le habéis dado la espalda a Mis Órdenes con respecto a la Naturaleza, porque les dije a vuestros Primeros Padres que cuidaran de todo aquello que Yo creé, para que los cuidara toda la Naturaleza a vuestro alrededor, pero no lo hicisteis y, ahora, la Naturaleza está en vuestra contra; la dañasteis y, ahora, viene en contra vuestra.

Debéis entender, Mis pequeños, que todo lo que venga a vuestra vida, siempre tendrá un bien posterior, aceptadlo y eso os dará vuestra santificación; pero, si os ponéis, en contra de Mi Voluntad y de lo que suceda a vuestro alrededor y, además, Me blasfeméis por esto, perderéis vuestra oportunidad de purificación, de mejora y, sobre todo, de vida futura, eterna, Conmigo, en el Reino de los Cielos.

Entended que Yo siempre estoy viendo por vuestro Bien, sois Mis hijos, Yo Soy el mejor Padre que pueda existir. Soy Puro Amor y quiero lo mejor para vosotros y lo mejor para vosotros, es vivir eternamente, en el Reino de los Cielos, pero ahí solamente podréis entrar purificados, limpios, santos. Si aceptáis, de corazón, todo lo que suceda en vuestra vida, a vuestro alrededor, que os afecte, en lo físico, en lo económico, en lo moral, os va a llevar a una perfección espiritual.

Todo lo que sucede en lo material, se va reflejar en lo espiritual, vuestra alma es espiritual, vuestra vida eterna, es espiritual, aprovechad, pues, Mis pequeños, lo que estáis padeciendo y padeceréis, en lo físico, en lo moral, para que crezca, para que se purifique vuestra vida espiritual. Vuestra alma vale muchísimo, Mis pequeños, vuestra alma es parte de Mí y no puede entrar al Reino de los Cielos un alma que esté sucia, un alma que no Me ame perfectamente.

Así, pues, Mis pequeños, respetad todo lo que Yo envíe a vuestra vida, aceptadlo y seguid adelante. La humanidad tiene que ser purificada, os lo he venido diciendo, pero no queréis entender y os asustáis con los acontecimientos que estáis viendo y, es solamente el principio, Mis pequeños y, si no entendéis y si no os arrodilláis, como os digo y Me pedís perdón por vuestras faltas, y por las de vuestros hermanos, conoceréis lo que es la maldad de satanás, totalmente suelta.

Yo lo he limitado, vosotros, no soportaríais su maldad en totalidad; el mayor o el menor grado de ataque que podáis tener, de él depende de la respuesta que deis, a lo que os he estado diciendo. Arrepentíos ahora, que todavía es tiempo, os aseguro que no queréis ver la maldad de satanás, y menos, que os ataque con toda su fuerza.

Amaos los unos a los otros, os ha pedido Mi Hijo y os lo pido ahora, Mis pequeños. Soy todo Amor y no quiero que sufráis, pero si no queréis aceptar Mi Voluntad y si no queréis cambiar, para vuestro bien y el de los vuestros, mucho dolor padeceréis.

Yo no puedo detener lo que vuestra voluntad tampoco quiera detener; vosotros tenéis la respuesta, acercaos a Mí, pedidMe perdón, de corazón, por todo el daño que Le habéis causado a Mi Sacratísimo Corazón y recibiréis Mi Perdón y eliminaré la maldad que os rodea y que os aqueja, pero esto depende de vosotros.

Gracias, Mis pequeños.