Jul 04_17 Nada se da por casualidad, todo tiene una finalidad para llevaros a la santidad.

Rosario vespertino-MENSAJE ÚNICO.

=========================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=========================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Os repito, no es tanto el acto en sí, lo que va a producir un bien general, sino el Amor con el que lo hicisteis y la obediencia que vosotros aceptasteis a lo que Yo os pedía.

 

Hijitos Míos, Mi Amor os gratificará inmensamente por todo el bien que hacéis con vuestra donación, con vuestras oraciones, con vuestras penitencias y sobre todo con el aceptar Mi Voluntad en vosotros.

A veces, el hombre no entiende Mi Voluntad, porque hay dos tipos de pensamiento: el que acepta, sabiendo que lo que Yo os envío, viene de Mí, y aquel que se pone en contra de lo que es Mi Voluntad y no le aprovecha la Gracia que os concedo, al aceptar Mi Voluntad. Nada se da por casualidad, todo tiene una finalidad para llevaros a la santidad, en lo personal y para llevar a la Santidad a muchas, muchas Almas.

Ciertamente, no os permito saber hasta dónde alcanza la donación, y la Gracia que se desprende de vuestra obediencia a lo que Yo os pido, porque podríais caer, fácilmente, en soberbia, eso Me lo reservo para Mí. Yo os lo haré saber en vuestro futuro, cuando os encontréis ante Mí, para vuestro Juicio Personal.

Sabéis que nada de lo que vosotros hacéis, a lo largo de vuestra existencia, ni se desperdicia ni pasa sin dejar huella, con una gratificación en las almas, y todo está anotado en el Libro de vuestra vida y, todo, tanto lo bueno como lo malo, se hará presente en el momento de vuestro Juicio Personal. Pero, a lo que voy, Mis pequeños, es la obediencia, la obediencia a aceptar Mi Voluntad, tal y como la aceptó Mi Hijo Jesucristo, vuestro Salvador, que se donó por todos vosotros y para todos los tiempos, fue una prueba fuerte y cruel, Él, que no se Lo merecía, por ser Mi Hijo, por ser Dios, por ser el Santo de los Santos, pero, Yo, siendo el Autor del hombre, de su pensamiento y de su futuro, Le pedí a Mi Hijo esa donación.

Así os pido a vosotros, Mis Pequeños, que aceptéis lo que Yo os pida. Vosotros no podéis siquiera vislumbrar lo que una situación así puede causar. Esto, hablándolo, en el ámbito de lo espiritual, no podéis ni siquiera imaginar todos el bien que se logra con un acto de Caridad, con un acto de obediencia, con un acto de Amor y recordad que, vuestro acto bueno, ofrecido y aceptado, va produciendo la salvación de muchas almas. Vosotros os ofrecéis, quizá por una, pero esa alma, al recibir Mis Bendiciones, las trasmitirá a otras y luego, esas otras, a algunas más, así que, al final vuestro acto bueno, que Yo os pedí que vosotros Me ofrecierais, va a dar por resultado la salvación de muchas almas.

Cuando vosotros hacéis algo y Me lo ofrecéis, Yo lo tomo, le doy Mi Bendición y esto hace que se multiplique, de eso debéis estar seguro Mis Pequeños y, además, por ese hecho deberéis estar muy agradecidos, porque lo poquito que vosotros hicisteis, pero unido a los Méritos de Mi Hijo, y aceptando Mi Voluntad, se engrandece, se hace inmenso, se va multiplicando y produce mucho bien.

No subestiméis nunca, Mis Pequeños, un acto bueno. A veces creeréis que algo bueno que hicisteis, que lo veis pequeño, no dará muchos frutos, porque fue un acto pequeño, sencillo, que quizá no os dio mucho trabajo, ni dolor, ni pesar el hacerlo y ofrecerlo. Pero recordad, que no es tanto el acto, sino cuanto Amor pusisteis en hacerlo. El Amor lo es todo, el Amor bendice, el Amor engrandece y es algo que siempre debéis recordar. Os repito, no es tanto el acto en sí, lo que va a producir un bien general, sino el Amor con el que lo hicisteis y la obediencia que vosotros aceptasteis a lo que Yo os pedía.

Estáis llamados a hacer grandes obras, Mis pequeños. Sí, sois pequeños, pero os he dicho que, unidos a Mí y con una grande intención de agradarMe y de obedecerMe, vosotros haréis grandes cosas por vuestros hermanos, que tanto lo necesitan.

Todos vosotros estáis necesitados de salvación, os falta mucha fe, os falta mucho Amor. Falláis mucho. Debierais estar más preocupados en vuestra salvación.

Ciertamente Soy muy sensible a todo lo que tiene que ver con el Amor, porque el Amor es Mi Esencia Divina, pero, también, Soy muy sensible al dolor que Me causáis con vuestros pecados. Eso tenedlo en cuenta, Mis pequeños.

Ciertamente no veréis a un Dios cruel y despiadado, estar ante vosotros en el momento de vuestro Juicio, pero sí en Mi Misericordia y unido a vuestros buenos actos, veréis a ese Dios Bondadoso y Misericordioso del que hablan las Escrituras. Pero, al momento de vuestras obras malas seré un Dios Justo y tajante, porque vosotros atacasteis al Amor de Mi Corazón y es algo muy doloroso en Mi Persona, porque Soy vuestro Dios, y todo lo que vosotros hacéis, Me llega a Mí, multiplicado, y eso Me afecta y Me duele en Mi Sensibilidad Divina, esto es algo que no podéis entender perfectamente. Aunque, también, por ser sensibilísimo en el Amor, agradezco infinitamente todo lo que hacéis en el Amor.

La Sensibilidad Divina que poseo, se ve muy afectada, por todo lo malo que vosotros producís, porque viene del enemigo, viene de aquel que Me traicionó, que Me dio la espalda y que ha provocado que muchos de vosotros, también, Me deis la espalda o que Me causéis mucho dolor con todos los pecados que cometéis a lo largo de vuestra existencia.

Si meditarais esto, Mis Pequeños, y Me pidierais vivir Mi Sensibilidad Divina, aunque fuera por unos momentitos, entenderíais a qué Me refiero y cambiarías, si realmente hay Amor en vuestro corazón.

El pecado, la maldad que sale de vosotros, no lo puedo soportar Yo, y no puede estar en el Reino de los Cielos. Por eso, tenéis que cuidar vuestras palabras, vuestros actos y pensamientos, para no dañarMe, porque eso llegará a Mí después y Me causaréis mucho daño.

Tratad, pues, Mis pequeños, de cuidar vuestros actos. Esto os lo pido, Mis pequeños, para que seáis ejemplo, ejemplo santo ante los hombres, que, al veros, Me vean a Mí, que vean cómo os debéis comportar y, sobre todo, para que ya no Le causéis ningún daño a Mi Sacratísimo Corazón.

Yo Soy vuestro Dios, mandé a Mi Hijo para vuestra salvación, os he dado todo lo necesario para que vosotros alcancéis la santidad de vida y, eso, os dé de premio la Vida Verdadera, para la cual fuisteis creados. Tened cuidado, pues, con vuestras palabras, pensamientos, obras.

Aunque sean adultos, podéis vosotros cambiar a una, o muchas almas que os estén observando, con lo más sencillo, en un principio. Vosotros, si quieres cambiar a hermanos vuestros que viven en el error, deberéis ser ejemplo, primeramente. Esto es muy importante, porque así aprenden vuestros hijos pequeñitos, aprenden con el ejemplo que vosotros, como padres, vais dando.

Debéis tener mucho cuidado con lo que decís y hacéis enfrente de vuestros pequeñitos. Dad siempre lo mejor de vosotros, cread a vuestro alrededor un ambiente santo y, para ello, vosotros debéis ser, primeramente, esas almas santas para que todos aquellos que os vean, no solamente vuestros pequeñitos, sino todos aquellos que estén a vuestro alrededor, se enamoren del cómo actuáis, del cómo pensáis, del cómo os relacionáis, primeramente, Conmigo, vuestro Dios y, después, entre todos vosotros.

No desperdiciéis ni una sola oportunidad de dejar Mi Amor entre los hombres. Por donde vayáis, bendecid, internamente, a todos los que estén a vuestro alrededor, a todos los que veáis. Dadles a todos Mis Bendiciones y Mis buenos deseos, Mi Gracia, de esta forma, caerán, como lluvia, a todos vuestros hermanos, alrededor de la Tierra y en el Universo entero. Como os dije antes, vosotros no os dais cuenta de cómo vuestros buenos actos y deseos, se multiplican, gracias a vuestra donación.

Seguid adelante, Mis pequeños, el tiempo es corto, las pruebas fuertes se acercan y mientras más estéis llenos de Mi Amor y ya hayáis actuado en la Misericordia, estaréis más preparados para sobrellevar las penas que permitiré en vuestra vida. No temáis, especialmente, si estáis haciendo buenas obras y estáis moviendo almas a la conversión. Temed, si en vuestro ser hay mucho mal, hay pecado, hay rechazo a Mí, a Mi Amor y a Mi Voluntad.

Yo os Bendigo, Mis pequeños, y contad Conmigo en todo momento, para que, al pedirMe lo que necesitéis, para llevar a cabo vuestra misión, Yo os pueda ayudar y os pueda dar lo que necesitéis para el bien de vuestros hermanos y para vuestro propio bien. Manteneos siempre en Mi Corazón.

Gracias Mis pequeños.