Jun 06_17 La oración, Mis pequeños, es la puerta de entrada que os lleva ante Mi Presencia.

Rosario vespertino.

Temas:

 

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, y Dios Espíritu Santo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Orad, orad, Mis pequeños, por esas almas que van a la deriva para que Me encuentren en el camino y regresen a Mí. Se pueden salvar todavía, se pueden salvar, pero por el amor que vosotros pongáis en vuestra oración y en vuestro deseo grande de que Me encuentren.

 

Hijitos Míos, Yo Soy como un padre de la Tierra que Me ama, que le enseña a sus hijitos a amarMe, a respetarMe, a orar. La oración, Mis pequeños, es la puerta de entrada que os lleva ante Mi Presencia.

Cuando vosotros enseñáis a orar, y vuestros hijos aprenden, Me dais un gusto inmenso, porque le estáis enseñando, a esa almita pequeñita, que Yo os he dado para que Me cuidéis, a conocerMe a amarMe y a buscarMe por toda su vida y eso, la preparará para tenerMe por toda la eternidad.

(Lenguas…) La Luz de Mi Santo Espíritu ilumina a las almas, y más, cuando oran de corazón, por eso, es tan necesario que les enseñéis, desde pequeños, cuando, todavía, tienen esa pureza Mis pequeñitos y, el amor, Mi Amor, entra más fácilmente a su corazón. Cuando esos pequeñitos Me reciben desde su temprana edad, su corazón se va engrandeciendo de Mi Amor, porque confían plenamente, porque aman sin preguntarse nada, simplemente, Me aceptan, porque sus padres, en quienes confían, les están enseñando cosas bellas y, Yo, Me derramo sobre ésas almitas, para que nunca más, se olviden de Mí.

Si van creciendo vuestros hijos, sin ninguna preparación espiritual, y empieza a complicarse su vida, especialmente, porque satanás hace su parte, se empiezan a cuestionar muchas cosas, sobre todo por las malas compañías; ésas almas necesitan de mucha oración, entonces vosotros tendréis que orar y sacrificaros por esas almas, almas de vuestros hijos que necesitan de Mí, Me necesitan, porque, sin Mí, sabéis que no sois nada, pero estas almas están en desventaja, porque no tuvieron ese Alimento espiritual desde pequeños, que debisteis haberles dado.

Cuando son pequeñas las almitas, van a tomar ese Alimento Divino que vosotros les vais a dar, y así, como toman de la madre esa leche, que los une muy fuertemente, por la ternura de la madre, también, la oración, los va a unir a vosotros con vuestros hijos y vosotros, vuestros hijos, y Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, haremos una unidad.

No os imagináis, Mis pequeños, el dolor que Me causan tantas almas que se desperdician, que no saben qué hacer. A pesar de que Yo las voy siguiendo, a lo largo de su existencia, se desvían y desperdician su misión aquí en la Tierra.

Satanás ha ido destrozando familias, las separa, los niños sufren y esto va causando pérdida de muchas almas.

Orad, orad, Mis pequeños, por esas almas que van a la deriva para que Me encuentren en el camino y regresen a Mí. Se pueden salvar todavía, se pueden salvar, pero por el amor que vosotros pongáis en vuestra oración y en vuestro deseo grande de que Me encuentren. Os he pedido mucho por la salvación de todas las almas, tomadlas como si fueran vuestros hijos. Ciertamente, ahora no las conocéis, pero las conoceréis cuando lleguéis al Reino de los Cielos y sabréis que actuasteis como padres espirituales de esas almitas, que, descarriadas y olvidadas estaban de Mí. No se acercaban a Mí, no Me buscaban, pero, Yo, siempre había estado al pendiente de ellas y, además, tocaba Yo, vuestro corazón, para que orarais por ellas.

Mucho podéis hacer, todavía, por estas almas que están ciegas a la Gracia. No Me conocen, caminan a obscuras en la Tierra, ayudadles a encontrar Mi Luz, para que Yo les muestre el camino que deben llevar para completar su misión.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Yo no os creé para que vivierais lo que estáis viviendo, esto es un estercolero espiritual. Estáis viviendo en una maldad absurda, porque vosotros mismos lo habéis permitido por vuestra falta de oración y de donación. Quiero que os levantéis, ya, como el hijo pródigo, quiero que os deis cuenta que tenéis que volver a la Casa del Padre, os estoy esperando a todos.

Hijitos Míos, ya os había dicho, tiempo antes, que satanás, lo primero que os iba a quitar, es la paz interior.

Vosotros, perdéis la paz, porque os la pasáis meditando en qué forma podéis mantener vuestras propiedades y vuestra vida, y Me hacen a un lado, especialmente, aquellos en los que Yo no estoy en su corazón.

Vosotros, que ya habéis sido preparados en Mi Amor, ciertamente, todo ese temor, lo volvéis amor, porque estáis Conmigo. Os lo explico: vosotros, todo eso que hace satanás para tratar de venceros y atemorizaros, inmediatamente, lo tomáis o lo debéis tomar, para iniciar vuestra oración. No os quedéis en el temor, ya os he dicho que confiéis plenamente en Mí, vuestro Dios. Tomad ésas noticias, para que intercedáis por la conversión de vuestros hermanos, no desaprovechéis nada. Así como sabéis de situaciones que Yo permito en vuestra vida, que las tomáis como malas, como accidentes, o situaciones que son adversas para vosotros, recordad que os he dicho que Yo, de un mal, siempre saco un bien.

Haced vosotros lo mismo, Mis pequeños, todo lo que llegue a vosotros, que escuchéis que sea malo, volvedlo en un bien. Explicadles a vuestros hermanos que, ciertamente, algo sucederá, pero que no se queden en el temor, sino que se vuelvan a Dios, que se regresen a Mí, primeramente, salvando su alma, poniendo su alma en Gracia y luego, preparándose en oración y que tengan una plena confianza en Mi Amor. Encaminadlos hacia el Bien, hacia donde Yo os he llevado. Os he ido enseñando a que debéis confiar en Mi Amor, a saber que esta vida no es vuestro destino final, sino que es un medio para llegar a Mí. Debéis darles confianza a vuestros hermanos, para que no desperdicien su tiempo y, sobre todo, que no pierdan la cordura, que se aferren a un futuro eterno Conmigo y que no piensen en que puedan perder su vida y quedarse sin nada, tanto de lo espiritual como de lo material, sabiendo, que lo que Yo os he enseñado, es que tendréis un nuevo Principio.

Ciertamente, perderéis, -que son palabras humanas-, que perderéis muchas cosas, pero realmente, os voy a cambiar vuestro entorno, os voy a cambiar vuestra forma de vida. Empezaréis a caminar, nuevamente, en el Amor y en la Virtud, en la vida que debisteis haber vivido, si vuestros Primeros Padres no hubieran cometido ese error, del Pecado Original. Todo será rehabilitado, todo será reconstruido, entonces, la realidad, es que no perderéis, sino ganaréis, porque lo que vendrá es de mayor calidad, de mayor precio, si lo queréis ver así. Va a ser un Mundo de Dios, un Mundo Mío, un Mundo Divino, un Mundo de Amor, de Pureza y Santidad.

Estáis viviendo en un estercolero, a donde os ha llevado satanás, como cayó el hijo pródigo, que eso es lo que estáis ahorita padeciendo. Sois hijos pródigos, y ya, una gran mayoría ha caído en un estercolero y quiero que os levantéis, que os deis cuenta de vuestros errores y que esos errores os llevaron a vivir entre puercos, a vivir esta vida que estáis viviendo, que es nauseabundo para las almas del Cielo. Estáis viviendo en pecado, en maldad, en corrupción, en vileza. No os amáis, os odiáis, prácticamente, los unos a los otros, no vivís como hermanos, vivís como enemigos. Os estáis cuidando, todo el tiempo, del que pasa junto a vosotros, a ver si no os hace daño; eso no es vida.

Yo no os creé para que vivierais lo que estáis viviendo, esto es un estercolero espiritual. Estáis viviendo en una maldad absurda, porque vosotros mismos lo habéis permitido por vuestra falta de oración y de donación. Quiero que os levantéis, ya, como el hijo pródigo, quiero que os deis cuenta que tenéis que volver a la Casa del Padre, os estoy esperando a todos. Lo único que quiero es que vengáis a Mí, arrepentidos. Que os deis cuenta de vuestros errores, que os deis cuenta que vosotros mismos fuisteis los que creasteis vuestra vida, la que estáis viviendo ahora.

Venid, pues, Mis pequeños, os estoy esperando con los Brazos abiertos, os voy a recibir como el padre del hijo pródigo de la Parábola. Sé lo que hay en vuestro corazón, sé que venís arrepentidos y adoloridos por vuestros pecados, por vuestra maldad, por vuestros errores, porque no vivisteis la vida que Yo quise que vivierais, para ayudar a otros de vuestros hermanos.

Venid, pues, Mis pequeños, os espero con el Corazón abierto, vosotros pertenecéis a Mi Corazón, Yo os creé, os quiero de regreso, venid, vuestro Hogar es Conmigo.

Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: SeguidMe, Mis pequeños, tomad el compromiso de ser otros Cristos, pero completos, transmitiendo Mi Palabra, convenciendo en el Amor a vuestros hermanos, para que Me sigan, para que puedan realizar su obra, también, cada uno de vosotros y podáis regresar, al Reino de los Cielos, victoriosos, por haber cumplido vuestra misión, o vuestra obra, ante los Ojos de Mi Padre.

Observa, hijo Mío, ve cómo estoy en la Cruz y, Me dirijo a todos, a todos Mis hijos sobre la Tierra: cómo, la gran mayoría de vosotros, aún Me tenéis aquí en la Cruz, Crucificado, Muerto y aquí Me dejáis. Muchos Me queréis dejar ahí, porque no queréis dar el siguiente paso, que es la Resurrección en Mí.

Os he pedido ser otros Cristos, os he dado toda una Evangelización, os he tomado, prácticamente, de la mano. Porque tenéis las Sagradas Escrituras, conocéis Mi Vida, Mi Caminar, Mis Ejemplos, Mis Palabras, Mis Obras, Mis Milagros, con esto os llevo de la mano a cada uno de vosotros, para que Me conozcáis mejor y para que deis el siguiente paso: resucitar en Mí. Y esto es ser ese Cristo que vieron los apóstoles, Cristo Glorioso, que mostró Su Poder Divino y que se dio por cada uno de vosotros.

Soy vuestro Dios y lo demostré con Mi Amor hacia vosotros, con Mis Enseñanzas, con los Milagros que realicé y que, nadie más, los ha realizado ni realizará, salvo aquellos que estén Conmigo, que den el siguiente paso, porque es Mi Promesa, que aquellos que estén Conmigo, realizarán las mismas obras que realicé Yo y aún mayores, pero no os estoy hablando, solamente, de Milagros, sino de conversiones.

Me seguían multitudes, porque deseaban escuchar Mis Palabras de Sabiduría Divina, que los transformaba, los enamoraba, Me seguían, porque querían saber más del Reino de los Cielos. Si vosotros, solamente, os quedáis en la realización de Milagros, no estaréis completos y podréis caer, fácilmente, en la soberbia y perderéis la otra parte, que, realmente, es la que ganaba a las almas, que es Mi Palabra, que los llevaba a esa conversión de corazón.

SeguidMe, Mis pequeños, tomad el compromiso de ser otros Cristos, pero completos, transmitiendo Mi Palabra, convenciendo en el Amor a vuestros hermanos, para que Me sigan, para que puedan realizar su obra, también, cada uno de vosotros y podáis regresar, al Reino de los Cielos, victoriosos, por haber cumplido vuestra misión, o vuestra obra, ante los Ojos de Mi Padre.

Cada uno de vosotros tenéis una misión en particular, en el Amor y en el compromiso que tenéis, ante Nuestra Santísima Trinidad, la debéis realizar, porque es una obra de Amor, Mis pequeños. No os pido nada extraordinario, os pido lo que Mi esencia es: el Amor. Todo lo que Yo os vine a Enseñar, lo que os vine a mostrar del Cielo, y lo que se vive en Él, es Amor. Todos y cada uno de vosotros, entendéis, perfectamente, lo que esta Palabra Divina quiere decir, y es lo que habéis vivido en vuestro corazón, Mi Amor.

Ciertamente, no todos lo habéis vivido en profundidad, porque, la gran mayoría, no queréis tomar un compromiso con vuestro Dios, pero, en algún momento os he tocado, he tocado vuestro corazón y conocéis perfectamente, lo que es Mi Amor, de Dios, en vuestro corazón, a diferencia del amor pecaminoso humano.

El Amor Divino tiene muchas facetas y todas os llevan a la salvación, pero, satanás, sabéis, que se mete y trata de tergiversar todo lo que viene de Mí y os engaña, pero si estáis Conmigo, conocéis, perfectamente, lo que es Mi Amor y lo que es el amor del Mundo.

El hijo pródigo lo conoció muy bien, y os he dicho que vosotros sois ésos hijos pródigos, que debéis dejar, ya, el mundo, pero debéis, antes, dejar toda esa maldad y regresar a Mí. Debéis convertir a vuestros hermanos, tomando ese compromiso, que cada uno de vosotros tenéis, el de salvar almas.

A eso vinisteis a la Tierra, os he dicho, a producir amor y a salvar almas. No hay nada más grande que Me podáis regalar a Mí, vuestro Dios, que recuperar un alma que ya estaba perdida en el pecado y que satanás la tenía ya tomada.

“DadMe almas”, os pidió Mi Hijo en la Cruz. “Tengo sed”, tengo sed de almas. Ahora, El Espíritu Santo, os dará una Efusión Divina, para que vosotros empecéis, ya, a vivir, si queréis, esa renovación espiritual, para que podáis caminar en la Tierra, como Mi Hijo caminó y vivió por vosotros.

Ya no os veáis a vosotros mismos, os he pedido también, ved por vuestros hermanos. Yo estoy en vosotros, os lo he dicho, así que, ya no os veáis a vosotros y vuestras necesidades, Yo voy a proveer de todo, en vosotros y para vosotros; vosotros, dadMe almas.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: recordad, que os he dicho, tantas veces, que si estáis en Mí, todo lo que veáis imposible, Yo, lo haré posible y os ayudaré. Estad Conmigo en todo momento y no caeréis, no sufriréis lo que satanás quiere que sufráis, al  darMe la espalda y así perdáis el Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, así como Yo os vine a dar Vida, también, vosotros, debéis dar vida. No os dejéis llevar por la maldad de satanás, que está produciendo muerte por doquier. Vosotros vinisteis a servirMe, Soy vuestro Dios y Yo Soy Vida, Soy Amor, y eso es lo que debéis ser vosotros, también, vida y amor.

Cuando sois padres, dais vida a un nuevo ser, a un nuevo ser físico, pero si le dais instrucción espiritual, si le enseñáis a amarMe, dais vida, también, espiritual. Son dos tipos de vida las que vosotros podéis dar, Mis pequeños, vida para vuestro cuerpo, vida para vuestra alma.

Vosotros, les ayudáis a vuestros pequeñitos, a empezar un nuevo Mundo al darles esa vida. Los que no estáis casados, que no tenéis bebés, podéis dar vida, también, y debéis darla intercediendo por ellas, porque hay infinidad de almas que están muertas a la Gracia y, esto, sí Me causa mucho dolor, Mis pequeños, porque cada alma que se pierde, Me duele inmensamente, porque cada alma es parte de Mí. Os he dado una parte de Mí, para que le diera vida a vuestro cuerpo y, vosotros, no cuidáis esa parte de Mí que lleváis en vuestro interior.

Os falta Fe, porque nada más veis el exterior y no buscáis hacer crecer y cuidar vuestro interior. No cuidáis vuestra espiritualidad, no cuidáis vuestro verdadero ser, que es vuestra alma. Vuestro exterior es un vehículo que necesitáis para caminar aquí en la Tierra, vuestra alma, es vuestro “yo”, es vuestro ser.

Satanás, continuamente, os está atacando, os quiere arrebatar vuestra alma, pero el condenar al alma, que es un pedacito de Mí, Me hiere, Me duele que se pierda porque no supisteis cuidar ese pedacito de Mí en vosotros. Buscáis, solamente, vuestro bienestar, no buscáis vuestra perfección, como os lo he pedido infinidad de veces y, vuestra perfección, es estar en Mí, continuamente.

Os tengo que repetir esto infinidad de veces, porque satanás os conoce y os distrae con las cosas del Mundo. Vosotros buscáis lo tangible, lo que os divierte, lo que gozan vuestros sentidos y estáis desperdiciando todo un Mundo de Bellezas espirituales.

Con vuestro cuerpo, gozáis en forma limitada porque vuestra alma no se puede expandir, porque está limitada por el cuerpo. Pero, en situaciones especiales, en los que vosotros entráis en vuestro corazón y Yo os tomo y os saco, por momentos, de vuestro cuerpo, para que gocéis Mis Gozos Divinos, es cuando el alma se puede expandir en lo Infinito, porque, si vuestra alma es parte de Mí y Soy Infinito, también, vuestra alma, va a gozar en lo Infinito, cuando ya no estéis en vuestro cuerpo.

Cuando os dejo tener estos regalos, en los que os tomo fuera de vuestro cuerpo y gozáis, es para mostraros que, todavía, no habéis empezado a amar ni a gozar de los regalos que os he prometido, para cuando terminéis vuestra misión aquí en la Tierra.

Por eso, cuando os digo que os esperan regalos inimaginables, es una realidad, que debéis creer y esperar con ansia, porque, lo que os tengo preparado, vosotros ni siquiera podéis imaginar lo que es gozar en lo Infinito.

Os pido, que Me pidáis una gran Fe, una Fe inquebrantable, una Fe que espera y, a veces, en donde, aparentemente, ya no hay Esperanza. Vendrán momentos, en que sucederá así, en los que satanás os pondrá caminos sin fin, que estaréis en una encrucijada, que no sabréis qué hacer, porque él es superior a vosotros en capacidades y os puede crear una situación que os pueda llevar a la desesperación. Pero, recordad, que os he dicho, tantas veces, que si estáis en Mí, todo lo que veáis imposible, Yo, lo haré posible y os ayudaré. Estad Conmigo en todo momento y no caeréis, no sufriréis lo que satanás quiere que sufráis, al darMe la espalda y así perdáis el Reino de los Cielos.

Muchas bellezas os tengo preparadas, bellezas inimaginables, un Amor Infinito, que, os repito, todavía no habéis aprendido a amar como debéis amar, tanto a Mi Persona, en Mi Trinidad, como a vuestros hermanos. El Amor lo es todo y, apenas, lo estáis empezando a conocer.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Espíritu Santo.

Sobre: Os pido, Mis pequeños, que os vayáis preparando para ése momento. Os iré tomando e iréis viviendo el cambio, cuando menos lo esperéis, pero, vuestra alma, deberá estar dispuesta, si así lo deseáis, a servir a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo y así como bajé en Pentecostés, sobre los apóstoles, vuestro Padre, vuestro Dios, ha ido escogiendo, alrededor del Mundo, almas, sobre las cuales, depositaré Mis Dones y Yo Mismo os moveré para que actuéis según la Voluntad del Padre.

Os pido, Mis pequeños, que os vayáis preparando para ése momento. Os iré tomando e iréis viviendo el cambio, cuando menos lo esperéis, pero, vuestra alma, deberá estar dispuesta, si así lo deseáis, a servir a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad.

El hombre necesita un cambio, muy corrompido está. La generalidad, se ha apartado, totalmente, de las Leyes Divinas que os dio el Padre.

Yo os vengo a recordar todo lo que el Hijo os dio y os vengo a dar ésos Regalos Divinos para que podáis llenaros de la Gracia, a la cual, todos vosotros estáis llamados, pero el alma deberá estar dispuesta a recibirlos. Pero, al recibir Mis Dones, Mis Carismas, deberéis estar conscientes que son para servir, que son para hacer la Voluntad del Padre, que no son para que vosotros vayáis por el Mundo presumiendo lo que tenéis.

Lo que, primeramente, os daré, es la Humildad. En la Humildad, entraréis, profundamente, en vuestro corazón y, ahí, adoraréis a vuestro Dios y Nos adoraréis en Nuestra Santísima Trinidad. Yo estoy en vuestro interior y donde estoy Yo, también, está el Padre y el Hijo, donde está el Padre, también, estamos el Hijo y Yo. Somos inseparables, debéis adorarNos en vuestro interior, deberéis estar conscientes que ya no seréis vosotros.

A veces, actuáis sin pensar y os dais totalmente de palabra, os ofrecéis a Nuestra Santísima Trinidad, de palabra pero, cuando ya hay que trabajar y actuar, es cuando Nos dais la espalda.

Por eso, os pido que, si realmente queréis seguir adelante, que viváis para la Voluntad de Nuestra Trinidad. Vuestra alma debe estar dispuesta a todo lo que os pidaMos. Esto es personal, no es cuestión de grupo, vuestro trabajo será personal y daréis cuenta a Nuestra Trinidad, de tiempo en tiempo, y al final de vuestra existencia.

Sabéis que éstas Bendiciones no se les conceden a todos los hombres, sois almas escogidas y que habéis sido preparados para una misión especial, muy bella y, también, difícil a ojos humanos, pero al momento en que vosotros os donéis a Nuestra Trinidad, Nosotros tomareMos posesión de vuestra voluntad y, de esta forma, todo será fácil.

Se os ha dicho que estáis en momentos de cambio, un cambio Universal. Viene un Nuevo Mundo, una nueva Esperanza, llena de un Amor Infinito, y debéis de poner mucho de vuestra parte, especialmente, vuestra donación.

No hay casualidades en Nosotros, vuestra vida sigue un Plan Divino y, en este caso, un Plan Salvífico, como el de Jesucristo. Ciertamente, no sois seres Divinos, pero seréis movidos por Fuerzas Divinas, porque estaMos y estareMos en vosotros. Habéis dado vuestra “fiat”, lo heMos tomado.

El hombre, como no conoce el futuro ni el desarrollo de los acontecimientos que se darán, teméis, pero, ¿acaso un hijo pequeño, teme algo, cuando va tomado de la mano de sus padres? El niño pequeño, confía plenamente en sus padres, lo lleven por donde lo lleven, esté en lo obscuro, esté en lo alto, esté en el frío, esté en las aguas, ellos confían plenamente en sus padres, porque ve en sus padres, la fuerza y la capacidad que ellos no tienen. Os heMos dicho que Nosotros os llevareMos de la mano, os tomareMos en totalidad y actuareMos en vosotros.

Todo esto, se resume en una palabra, Mis pequeños, Amor. Amor a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad y Amor hacia vuestros hermanos, por lo que les vais a ayudar en la misión que tenéis cada uno de vosotros encomendada. No la conocéis, pero la gozaréis, porque iréis viendo, palpablemente, lo que Nuestra Fuerza Divina, lo que el Amor Divino puede hacer en las almas de los hombres y lo que puede hacer para destruir el mal de satanás y vencerlo.

Estáis de Nuestra parte, estáis del lado del que ya triunfó por todos vosotros. ¡Cristo Jesús ha triunfado!, triunfó sobre la Muerte, ¿a qué le podéis temer, si Él Resucitó y vosotros estaréis tomados por Nosotros? ¿A qué le teméis? No podéis temerle a la Muerte, porque Nosotros soMos Vida, si morís, podeMos resucitaros y resucitaréis, ciertamente, al Reino de los Cielos, pero podéis, también, resucitar, como Resucitó Jesucristo, con un Cuerpo Humano.

Si teméis, es que no habéis comprendido toda esta Evangelización que se os ha dado, no confiáis en el Poder Divino, no confiáis en el Amor de vuestro Dios. Si desconfiáis, no sois dignos de ser tomados por vuestro Dios. Meditadlo, Mis pequeños, sois almas especiales, pero, también, tenéis que darLe un gusto y una donación especial a vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.

  • Orad, orad, Mis pequeños, por esas almas que van a la deriva para que Me encuentren en el camino y regresen a Mí. Se pueden salvar todavía, se pueden salvar, pero por el amor que vosotros pongáis en vuestra oración y en vuestro deseo grande de que Me encuentren.
  • Yo no os creé para que vivierais lo que estáis viviendo, esto es un estercolero espiritual. Estáis viviendo en una maldad absurda, porque vosotros mismos lo habéis permitido por vuestra falta de oración y de donación. Quiero que os levantéis, ya, como el hijo pródigo, quiero que os deis cuenta que tenéis que volver a la Casa del Padre, os estoy esperando a todos.
  • SeguidMe, Mis pequeños, tomad el compromiso de ser otros Cristos, pero completos, transmitiendo Mi Palabra, convenciendo en el Amor a vuestros hermanos, para que Me sigan, para que puedan realizar su obra, también, cada uno de vosotros y podáis regresar, al Reino de los Cielos, victoriosos, por haber cumplido vuestra misión, o vuestra obra, ante los Ojos de Mi Padre.
  • Recordad, que os he dicho, tantas veces, que si estáis en Mí, todo lo que veáis imposible, Yo, lo haré posible y os ayudaré. Estad Conmigo en todo momento y no caeréis, no sufriréis lo que satanás quiere que sufráis, al darMe la espalda y así perdáis el Reino de los Cielos.
  • Os pido, Mis pequeños, que os vayáis preparando para ése momento. Os iré tomando e iréis viviendo el cambio, cuando menos lo esperéis, pero, vuestra alma, deberá estar dispuesta, si así lo deseáis, a servir a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad.

 

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, y Dios Espíritu Santo a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Orad, orad, Mis pequeños, por esas almas que van a la deriva para que Me encuentren en el camino y regresen a Mí. Se pueden salvar todavía, se pueden salvar, pero por el amor que vosotros pongáis en vuestra oración y en vuestro deseo grande de que Me encuentren.

 

Hijitos Míos, Yo Soy como un padre de la Tierra que Me ama, que le enseña a sus hijitos a amarMe, a respetarMe, a orar. La oración, Mis pequeños, es la puerta de entrada que os lleva ante Mi Presencia.

Cuando vosotros enseñáis a orar, y vuestros hijos aprenden, Me dais un gusto inmenso, porque le estáis enseñando, a esa almita pequeñita, que Yo os he dado para que Me cuidéis, a conocerMe a amarMe y a buscarMe por toda su vida y eso, la preparará para tenerMe por toda la eternidad.

(Lenguas…) La Luz de Mi Santo Espíritu ilumina a las almas, y más, cuando oran de corazón, por eso, es tan necesario que les enseñéis, desde pequeños, cuando, todavía, tienen esa pureza Mis pequeñitos y, el amor, Mi Amor, entra más fácilmente a su corazón. Cuando esos pequeñitos Me reciben desde su temprana edad, su corazón se va engrandeciendo de Mi Amor, porque confían plenamente, porque aman sin preguntarse nada, simplemente, Me aceptan, porque sus padres, en quienes confían, les están enseñando cosas bellas y, Yo, Me derramo sobre ésas almitas, para que nunca más, se olviden de Mí.

Si van creciendo vuestros hijos, sin ninguna preparación espiritual, y empieza a complicarse su vida, especialmente, porque satanás hace su parte, se empiezan a cuestionar muchas cosas, sobre todo por las malas compañías; ésas almas necesitan de mucha oración, entonces vosotros tendréis que orar y sacrificaros por esas almas, almas de vuestros hijos que necesitan de Mí, Me necesitan, porque, sin Mí, sabéis que no sois nada, pero estas almas están en desventaja, porque no tuvieron ese Alimento espiritual desde pequeños, que debisteis haberles dado.

Cuando son pequeñas las almitas, van a tomar ese Alimento Divino que vosotros les vais a dar, y así, como toman de la madre esa leche, que los une muy fuertemente, por la ternura de la madre, también, la oración, los va a unir a vosotros con vuestros hijos y vosotros, vuestros hijos, y Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, haremos una unidad.

No os imagináis, Mis pequeños, el dolor que Me causan tantas almas que se desperdician, que no saben qué hacer. A pesar de que Yo las voy siguiendo, a lo largo de su existencia, se desvían y desperdician su misión aquí en la Tierra.

Satanás ha ido destrozando familias, las separa, los niños sufren y esto va causando pérdida de muchas almas.

Orad, orad, Mis pequeños, por esas almas que van a la deriva para que Me encuentren en el camino y regresen a Mí. Se pueden salvar todavía, se pueden salvar, pero por el amor que vosotros pongáis en vuestra oración y en vuestro deseo grande de que Me encuentren. Os he pedido mucho por la salvación de todas las almas, tomadlas como si fueran vuestros hijos. Ciertamente, ahora no las conocéis, pero las conoceréis cuando lleguéis al Reino de los Cielos y sabréis que actuasteis como padres espirituales de esas almitas, que, descarriadas y olvidadas estaban de Mí. No se acercaban a Mí, no Me buscaban, pero, Yo, siempre había estado al pendiente de ellas y, además, tocaba Yo, vuestro corazón, para que orarais por ellas.

Mucho podéis hacer, todavía, por estas almas que están ciegas a la Gracia. No Me conocen, caminan a obscuras en la Tierra, ayudadles a encontrar Mi Luz, para que Yo les muestre el camino que deben llevar para completar su misión.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Yo no os creé para que vivierais lo que estáis viviendo, esto es un estercolero espiritual. Estáis viviendo en una maldad absurda, porque vosotros mismos lo habéis permitido por vuestra falta de oración y de donación. Quiero que os levantéis, ya, como el hijo pródigo, quiero que os deis cuenta que tenéis que volver a la Casa del Padre, os estoy esperando a todos.

Hijitos Míos, ya os había dicho, tiempo antes, que satanás, lo primero que os iba a quitar, es la paz interior.

Vosotros, perdéis la paz, porque os la pasáis meditando en qué forma podéis mantener vuestras propiedades y vuestra vida, y Me hacen a un lado, especialmente, aquellos en los que Yo no estoy en su corazón.

Vosotros, que ya habéis sido preparados en Mi Amor, ciertamente, todo ese temor, lo volvéis amor, porque estáis Conmigo. Os lo explico: vosotros, todo eso que hace satanás para tratar de venceros y atemorizaros, inmediatamente, lo tomáis o lo debéis tomar, para iniciar vuestra oración. No os quedéis en el temor, ya os he dicho que confiéis plenamente en Mí, vuestro Dios. Tomad ésas noticias, para que intercedáis por la conversión de vuestros hermanos, no desaprovechéis nada. Así como sabéis de situaciones que Yo permito en vuestra vida, que las tomáis como malas, como accidentes, o situaciones que son adversas para vosotros, recordad que os he dicho que Yo, de un mal, siempre saco un bien.

Haced vosotros lo mismo, Mis pequeños, todo lo que llegue a vosotros, que escuchéis que sea malo, volvedlo en un bien. Explicadles a vuestros hermanos que, ciertamente, algo sucederá, pero que no se queden en el temor, sino que se vuelvan a Dios, que se regresen a Mí, primeramente, salvando su alma, poniendo su alma en Gracia y luego, preparándose en oración y que tengan una plena confianza en Mi Amor. Encaminadlos hacia el Bien, hacia donde Yo os he llevado. Os he ido enseñando a que debéis confiar en Mi Amor, a saber que esta vida no es vuestro destino final, sino que es un medio para llegar a Mí. Debéis darles confianza a vuestros hermanos, para que no desperdicien su tiempo y, sobre todo, que no pierdan la cordura, que se aferren a un futuro eterno Conmigo y que no piensen en que puedan perder su vida y quedarse sin nada, tanto de lo espiritual como de lo material, sabiendo, que lo que Yo os he enseñado, es que tendréis un nuevo Principio.

Ciertamente, perderéis, -que son palabras humanas-, que perderéis muchas cosas, pero realmente, os voy a cambiar vuestro entorno, os voy a cambiar vuestra forma de vida. Empezaréis a caminar, nuevamente, en el Amor y en la Virtud, en la vida que debisteis haber vivido, si vuestros Primeros Padres no hubieran cometido ese error, del Pecado Original. Todo será rehabilitado, todo será reconstruido, entonces, la realidad, es que no perderéis, sino ganaréis, porque lo que vendrá es de mayor calidad, de mayor precio, si lo queréis ver así. Va a ser un Mundo de Dios, un Mundo Mío, un Mundo Divino, un Mundo de Amor, de Pureza y Santidad.

Estáis viviendo en un estercolero, a donde os ha llevado satanás, como cayó el hijo pródigo, que eso es lo que estáis ahorita padeciendo. Sois hijos pródigos, y ya, una gran mayoría ha caído en un estercolero y quiero que os levantéis, que os deis cuenta de vuestros errores y que esos errores os llevaron a vivir entre puercos, a vivir esta vida que estáis viviendo, que es nauseabundo para las almas del Cielo. Estáis viviendo en pecado, en maldad, en corrupción, en vileza. No os amáis, os odiáis, prácticamente, los unos a los otros, no vivís como hermanos, vivís como enemigos. Os estáis cuidando, todo el tiempo, del que pasa junto a vosotros, a ver si no os hace daño; eso no es vida.

Yo no os creé para que vivierais lo que estáis viviendo, esto es un estercolero espiritual. Estáis viviendo en una maldad absurda, porque vosotros mismos lo habéis permitido por vuestra falta de oración y de donación. Quiero que os levantéis, ya, como el hijo pródigo, quiero que os deis cuenta que tenéis que volver a la Casa del Padre, os estoy esperando a todos. Lo único que quiero es que vengáis a Mí, arrepentidos. Que os deis cuenta de vuestros errores, que os deis cuenta que vosotros mismos fuisteis los que creasteis vuestra vida, la que estáis viviendo ahora.

Venid, pues, Mis pequeños, os estoy esperando con los Brazos abiertos, os voy a recibir como el padre del hijo pródigo de la Parábola. Sé lo que hay en vuestro corazón, sé que venís arrepentidos y adoloridos por vuestros pecados, por vuestra maldad, por vuestros errores, porque no vivisteis la vida que Yo quise que vivierais, para ayudar a otros de vuestros hermanos.

Venid, pues, Mis pequeños, os espero con el Corazón abierto, vosotros pertenecéis a Mi Corazón, Yo os creé, os quiero de regreso, venid, vuestro Hogar es Conmigo.

Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: SeguidMe, Mis pequeños, tomad el compromiso de ser otros Cristos, pero completos, transmitiendo Mi Palabra, convenciendo en el Amor a vuestros hermanos, para que Me sigan, para que puedan realizar su obra, también, cada uno de vosotros y podáis regresar, al Reino de los Cielos, victoriosos, por haber cumplido vuestra misión, o vuestra obra, ante los Ojos de Mi Padre.

Observa, hijo Mío, ve cómo estoy en la Cruz y, Me dirijo a todos, a todos Mis hijos sobre la Tierra: cómo, la gran mayoría de vosotros, aún Me tenéis aquí en la Cruz, Crucificado, Muerto y aquí Me dejáis. Muchos Me queréis dejar ahí, porque no queréis dar el siguiente paso, que es la Resurrección en Mí.

Os he pedido ser otros Cristos, os he dado toda una Evangelización, os he tomado, prácticamente, de la mano. Porque tenéis las Sagradas Escrituras, conocéis Mi Vida, Mi Caminar, Mis Ejemplos, Mis Palabras, Mis Obras, Mis Milagros, con esto os llevo de la mano a cada uno de vosotros, para que Me conozcáis mejor y para que deis el siguiente paso: resucitar en Mí. Y esto es ser ese Cristo que vieron los apóstoles, Cristo Glorioso, que mostró Su Poder Divino y que se dio por cada uno de vosotros.

Soy vuestro Dios y lo demostré con Mi Amor hacia vosotros, con Mis Enseñanzas, con los Milagros que realicé y que, nadie más, los ha realizado ni realizará, salvo aquellos que estén Conmigo, que den el siguiente paso, porque es Mi Promesa, que aquellos que estén Conmigo, realizarán las mismas obras que realicé Yo y aún mayores, pero no os estoy hablando, solamente, de Milagros, sino de conversiones.

Me seguían multitudes, porque deseaban escuchar Mis Palabras de Sabiduría Divina, que los transformaba, los enamoraba, Me seguían, porque querían saber más del Reino de los Cielos. Si vosotros, solamente, os quedáis en la realización de Milagros, no estaréis completos y podréis caer, fácilmente, en la soberbia y perderéis la otra parte, que, realmente, es la que ganaba a las almas, que es Mi Palabra, que los llevaba a esa conversión de corazón.

SeguidMe, Mis pequeños, tomad el compromiso de ser otros Cristos, pero completos, transmitiendo Mi Palabra, convenciendo en el Amor a vuestros hermanos, para que Me sigan, para que puedan realizar su obra, también, cada uno de vosotros y podáis regresar, al Reino de los Cielos, victoriosos, por haber cumplido vuestra misión, o vuestra obra, ante los Ojos de Mi Padre.

Cada uno de vosotros tenéis una misión en particular, en el Amor y en el compromiso que tenéis, ante Nuestra Santísima Trinidad, la debéis realizar, porque es una obra de Amor, Mis pequeños. No os pido nada extraordinario, os pido lo que Mi esencia es: el Amor. Todo lo que Yo os vine a Enseñar, lo que os vine a mostrar del Cielo, y lo que se vive en Él, es Amor. Todos y cada uno de vosotros, entendéis, perfectamente, lo que esta Palabra Divina quiere decir, y es lo que habéis vivido en vuestro corazón, Mi Amor.

Ciertamente, no todos lo habéis vivido en profundidad, porque, la gran mayoría, no queréis tomar un compromiso con vuestro Dios, pero, en algún momento os he tocado, he tocado vuestro corazón y conocéis perfectamente, lo que es Mi Amor, de Dios, en vuestro corazón, a diferencia del amor pecaminoso humano.

El Amor Divino tiene muchas facetas y todas os llevan a la salvación, pero, satanás, sabéis, que se mete y trata de tergiversar todo lo que viene de Mí y os engaña, pero si estáis Conmigo, conocéis, perfectamente, lo que es Mi Amor y lo que es el amor del Mundo.

El hijo pródigo lo conoció muy bien, y os he dicho que vosotros sois ésos hijos pródigos, que debéis dejar, ya, el mundo, pero debéis, antes, dejar toda esa maldad y regresar a Mí. Debéis convertir a vuestros hermanos, tomando ese compromiso, que cada uno de vosotros tenéis, el de salvar almas.

A eso vinisteis a la Tierra, os he dicho, a producir amor y a salvar almas. No hay nada más grande que Me podáis regalar a Mí, vuestro Dios, que recuperar un alma que ya estaba perdida en el pecado y que satanás la tenía ya tomada.

“DadMe almas”, os pidió Mi Hijo en la Cruz. “Tengo sed”, tengo sed de almas. Ahora, El Espíritu Santo, os dará una Efusión Divina, para que vosotros empecéis, ya, a vivir, si queréis, esa renovación espiritual, para que podáis caminar en la Tierra, como Mi Hijo caminó y vivió por vosotros.

Ya no os veáis a vosotros mismos, os he pedido también, ved por vuestros hermanos. Yo estoy en vosotros, os lo he dicho, así que, ya no os veáis a vosotros y vuestras necesidades, Yo voy a proveer de todo, en vosotros y para vosotros; vosotros, dadMe almas.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: recordad, que os he dicho, tantas veces, que si estáis en Mí, todo lo que veáis imposible, Yo, lo haré posible y os ayudaré. Estad Conmigo en todo momento y no caeréis, no sufriréis lo que satanás quiere que sufráis, al  darMe la espalda y así perdáis el Reino de los Cielos.

Hijitos Míos, así como Yo os vine a dar Vida, también, vosotros, debéis dar vida. No os dejéis llevar por la maldad de satanás, que está produciendo muerte por doquier. Vosotros vinisteis a servirMe, Soy vuestro Dios y Yo Soy Vida, Soy Amor, y eso es lo que debéis ser vosotros, también, vida y amor.

Cuando sois padres, dais vida a un nuevo ser, a un nuevo ser físico, pero si le dais instrucción espiritual, si le enseñáis a amarMe, dais vida, también, espiritual. Son dos tipos de vida las que vosotros podéis dar, Mis pequeños, vida para vuestro cuerpo, vida para vuestra alma.

Vosotros, les ayudáis a vuestros pequeñitos, a empezar un nuevo Mundo al darles esa vida. Los que no estáis casados, que no tenéis bebés, podéis dar vida, también, y debéis darla intercediendo por ellas, porque hay infinidad de almas que están muertas a la Gracia y, esto, sí Me causa mucho dolor, Mis pequeños, porque cada alma que se pierde, Me duele inmensamente, porque cada alma es parte de Mí. Os he dado una parte de Mí, para que le diera vida a vuestro cuerpo y, vosotros, no cuidáis esa parte de Mí que lleváis en vuestro interior.

Os falta Fe, porque nada más veis el exterior y no buscáis hacer crecer y cuidar vuestro interior. No cuidáis vuestra espiritualidad, no cuidáis vuestro verdadero ser, que es vuestra alma. Vuestro exterior es un vehículo que necesitáis para caminar aquí en la Tierra, vuestra alma, es vuestro “yo”, es vuestro ser.

Satanás, continuamente, os está atacando, os quiere arrebatar vuestra alma, pero el condenar al alma, que es un pedacito de Mí, Me hiere, Me duele que se pierda porque no supisteis cuidar ese pedacito de Mí en vosotros. Buscáis, solamente, vuestro bienestar, no buscáis vuestra perfección, como os lo he pedido infinidad de veces y, vuestra perfección, es estar en Mí, continuamente.

Os tengo que repetir esto infinidad de veces, porque satanás os conoce y os distrae con las cosas del Mundo. Vosotros buscáis lo tangible, lo que os divierte, lo que gozan vuestros sentidos y estáis desperdiciando todo un Mundo de Bellezas espirituales.

Con vuestro cuerpo, gozáis en forma limitada porque vuestra alma no se puede expandir, porque está limitada por el cuerpo. Pero, en situaciones especiales, en los que vosotros entráis en vuestro corazón y Yo os tomo y os saco, por momentos, de vuestro cuerpo, para que gocéis Mis Gozos Divinos, es cuando el alma se puede expandir en lo Infinito, porque, si vuestra alma es parte de Mí y Soy Infinito, también, vuestra alma, va a gozar en lo Infinito, cuando ya no estéis en vuestro cuerpo.

Cuando os dejo tener estos regalos, en los que os tomo fuera de vuestro cuerpo y gozáis, es para mostraros que, todavía, no habéis empezado a amar ni a gozar de los regalos que os he prometido, para cuando terminéis vuestra misión aquí en la Tierra.

Por eso, cuando os digo que os esperan regalos inimaginables, es una realidad, que debéis creer y esperar con ansia, porque, lo que os tengo preparado, vosotros ni siquiera podéis imaginar lo que es gozar en lo Infinito.

Os pido, que Me pidáis una gran Fe, una Fe inquebrantable, una Fe que espera y, a veces, en donde, aparentemente, ya no hay Esperanza. Vendrán momentos, en que sucederá así, en los que satanás os pondrá caminos sin fin, que estaréis en una encrucijada, que no sabréis qué hacer, porque él es superior a vosotros en capacidades y os puede crear una situación que os pueda llevar a la desesperación. Pero, recordad, que os he dicho, tantas veces, que si estáis en Mí, todo lo que veáis imposible, Yo, lo haré posible y os ayudaré. Estad Conmigo en todo momento y no caeréis, no sufriréis lo que satanás quiere que sufráis, al darMe la espalda y así perdáis el Reino de los Cielos.

Muchas bellezas os tengo preparadas, bellezas inimaginables, un Amor Infinito, que, os repito, todavía no habéis aprendido a amar como debéis amar, tanto a Mi Persona, en Mi Trinidad, como a vuestros hermanos. El Amor lo es todo y, apenas, lo estáis empezando a conocer.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Espíritu Santo.

Sobre: Os pido, Mis pequeños, que os vayáis preparando para ése momento. Os iré tomando e iréis viviendo el cambio, cuando menos lo esperéis, pero, vuestra alma, deberá estar dispuesta, si así lo deseáis, a servir a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestro Dios Espíritu Santo y así como bajé en Pentecostés, sobre los apóstoles, vuestro Padre, vuestro Dios, ha ido escogiendo, alrededor del Mundo, almas, sobre las cuales, depositaré Mis Dones y Yo Mismo os moveré para que actuéis según la Voluntad del Padre.

Os pido, Mis pequeños, que os vayáis preparando para ése momento. Os iré tomando e iréis viviendo el cambio, cuando menos lo esperéis, pero, vuestra alma, deberá estar dispuesta, si así lo deseáis, a servir a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad.

El hombre necesita un cambio, muy corrompido está. La generalidad, se ha apartado, totalmente, de las Leyes Divinas que os dio el Padre.

Yo os vengo a recordar todo lo que el Hijo os dio y os vengo a dar ésos Regalos Divinos para que podáis llenaros de la Gracia, a la cual, todos vosotros estáis llamados, pero el alma deberá estar dispuesta a recibirlos. Pero, al recibir Mis Dones, Mis Carismas, deberéis estar conscientes que son para servir, que son para hacer la Voluntad del Padre, que no son para que vosotros vayáis por el Mundo presumiendo lo que tenéis.

Lo que, primeramente, os daré, es la Humildad. En la Humildad, entraréis, profundamente, en vuestro corazón y, ahí, adoraréis a vuestro Dios y Nos adoraréis en Nuestra Santísima Trinidad. Yo estoy en vuestro interior y donde estoy Yo, también, está el Padre y el Hijo, donde está el Padre, también, estamos el Hijo y Yo. Somos inseparables, debéis adorarNos en vuestro interior, deberéis estar conscientes que ya no seréis vosotros.

A veces, actuáis sin pensar y os dais totalmente de palabra, os ofrecéis a Nuestra Santísima Trinidad, de palabra pero, cuando ya hay que trabajar y actuar, es cuando Nos dais la espalda.

Por eso, os pido que, si realmente queréis seguir adelante, que viváis para la Voluntad de Nuestra Trinidad. Vuestra alma debe estar dispuesta a todo lo que os pidaMos. Esto es personal, no es cuestión de grupo, vuestro trabajo será personal y daréis cuenta a Nuestra Trinidad, de tiempo en tiempo, y al final de vuestra existencia.

Sabéis que éstas Bendiciones no se les conceden a todos los hombres, sois almas escogidas y que habéis sido preparados para una misión especial, muy bella y, también, difícil a ojos humanos, pero al momento en que vosotros os donéis a Nuestra Trinidad, Nosotros tomareMos posesión de vuestra voluntad y, de esta forma, todo será fácil.

Se os ha dicho que estáis en momentos de cambio, un cambio Universal. Viene un Nuevo Mundo, una nueva Esperanza, llena de un Amor Infinito, y debéis de poner mucho de vuestra parte, especialmente, vuestra donación.

No hay casualidades en Nosotros, vuestra vida sigue un Plan Divino y, en este caso, un Plan Salvífico, como el de Jesucristo. Ciertamente, no sois seres Divinos, pero seréis movidos por Fuerzas Divinas, porque estaMos y estareMos en vosotros. Habéis dado vuestra “fiat”, lo heMos tomado.

El hombre, como no conoce el futuro ni el desarrollo de los acontecimientos que se darán, teméis, pero, ¿acaso un hijo pequeño, teme algo, cuando va tomado de la mano de sus padres? El niño pequeño, confía plenamente en sus padres, lo lleven por donde lo lleven, esté en lo obscuro, esté en lo alto, esté en el frío, esté en las aguas, ellos confían plenamente en sus padres, porque ve en sus padres, la fuerza y la capacidad que ellos no tienen. Os heMos dicho que Nosotros os llevareMos de la mano, os tomareMos en totalidad y actuareMos en vosotros.

Todo esto, se resume en una palabra, Mis pequeños, Amor. Amor a vuestro Dios, en Nuestra Santísima Trinidad y Amor hacia vuestros hermanos, por lo que les vais a ayudar en la misión que tenéis cada uno de vosotros encomendada. No la conocéis, pero la gozaréis, porque iréis viendo, palpablemente, lo que Nuestra Fuerza Divina, lo que el Amor Divino puede hacer en las almas de los hombres y lo que puede hacer para destruir el mal de satanás y vencerlo.

Estáis de Nuestra parte, estáis del lado del que ya triunfó por todos vosotros. ¡Cristo Jesús ha triunfado!, triunfó sobre la Muerte, ¿a qué le podéis temer, si Él Resucitó y vosotros estaréis tomados por Nosotros? ¿A qué le teméis? No podéis temerle a la Muerte, porque Nosotros soMos Vida, si morís, podeMos resucitaros y resucitaréis, ciertamente, al Reino de los Cielos, pero podéis, también, resucitar, como Resucitó Jesucristo, con un Cuerpo Humano.

Si teméis, es que no habéis comprendido toda esta Evangelización que se os ha dado, no confiáis en el Poder Divino, no confiáis en el Amor de vuestro Dios. Si desconfiáis, no sois dignos de ser tomados por vuestro Dios. Meditadlo, Mis pequeños, sois almas especiales, pero, también, tenéis que darLe un gusto y una donación especial a vuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.