Mzo 21_17 Estando envueltos en el Amor de Nuestro Dios y en Mi Amor, no tenéis nada qué temer.

Rosario vespertino.

 

Temas:

 

  • Para entrar al Reino de los Cielos, necesitáis la Fe, ciertamente; necesitáis mucho más de la Humildad; necesitáis de la Esperanza y de las demás Virtudes, pero sobre todo, del Amor.
  • Procurad que vuestra oración surja desde lo más profundo de vuestro corazón, esto, ya os lo había pedido, pero quiero que, además, esté Mi Santísima Trinidad Presente en cada petición, en cada acto, en cada ofrecimiento.
  • Meditad todo esto, Mis pequeños, porque estáis en una lucha real, en un combate espiritual tremendo. Vuestra vida eterna, depende de vosotros, de que entendáis todo esto que os explico, para vuestro bien.
  • En el momento en que satanás os venza y vosotros seáis del Mundo, en ese momento pierdo Yo a un alma, en ese momento pierdo vuestro ser y ya no estaréis haciendo lo que Yo os pida u os pedí, para recuperar a otras almas, o para dejar Mi Amor en la Tierra y así vencer las fuerzas de satanás.
  • Os he pedido Mis pequeños, Mis hijitos, estar preparados, espiritualmente, para el momento de la Iluminación que os dará Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.

 

 

 

Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.

 

 

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Para entrar al Reino de los Cielos, necesitáis la Fe, ciertamente; necesitáis mucho más de la Humildad; necesitáis de la Esperanza y de las demás Virtudes, pero sobre todo, del Amor.

Hijitos Míos, las Bendiciones que vosotros pedís, ya sea, para vosotros mismos o para vuestros hermanos, nunca, nunca se desperdician ni caen en vano sobre vosotros. Una Bendición, de parte Mía, Mis pequeños, es importantísima, vale muchísimo y es la Bendición de Todo un Dios que llega a la creatura.

Mis pequeños, cuando vosotros pedís una Bendición, lo primero que hacéis, es humillaros, estáis reconociendo Mi Poder, estáis reconociendo que Yo, como vuestro Dios, puedo daros lo que necesitáis, tanto en lo material, como en lo espiritual, pero ese acto de humildad, con el que vosotros Me pedís lo que necesitáis, es la llave de entrada de Mi Gracia a vosotros.

Os he dicho muchas veces, que Mi Gracia no puede entrar en un corazón soberbio, pero, sí, en un corazón humilde. Al momento en el que vosotros pedís, hay Fe. Esto, también, es muy importante, Mis pequeños, estáis recurriendo a Mí, en Fe. Me conocéis, por lo que habéis leído y os han dicho, pero no Me habéis visto. Es Fe lo que hace, también, mover Mi Corazón en derramarMe en Bendiciones sobre vosotros. Hay Esperanza, porque sabéis que Yo os voy a ayudar.

Si os he dicho, en las Sagradas Escrituras, que Yo cuido de los animalitos del campo y de la Naturaleza, ¿cómo es que no voy a cuidar de vosotros, que sois Mis hijos?

Cuando no recibís algo de Mí, es porque, quizá, estáis pidiendo mal, estáis pidiendo algo, que, a lo mejor, no tiene alguno de los tres requisitos: Fe, Esperanza, Humildad, pero aún, llenando estos tres requisitos, quizá estéis pidiendo algo que no os convenga, porque no tenéis las capacidades de poder recibir, ésta, Mi Gracia y sobre todo, el resultado que pueda dar esta Bendición sobre vosotros. A lo mejor, Me estáis pidiendo, algo que como resultado, en vosotros, os va a producir soberbia y eso os apartaría de Mí. A lo mejor estáis pidiendo con una insistencia, hasta grosera, y no estáis actuando en esa Humildad y en esa Esperanza, en donde, Me debéis dejar a Mí, actuar como Dios, con Mi Sabiduría Divina. Me exigís, en lugar de pedirMe, con Humildad, con sencillez, con amor.

Cuando pidáis, Mis pequeños, pedidMe como niños, como niños pequeñitos. Sé que necesitáis muchas cosas, Mis pequeños, pero, también, tengo que velar sobre vosotros, sobre vuestras incapacidades.

Para entrar al Reino de los Cielos, necesitáis la Fe, ciertamente; necesitáis mucho más de la Humildad; necesitáis de la Esperanza y de las demás Virtudes, pero sobre todo, del Amor. Si no hay suficiente Amor en vuestro corazón, porque, como os decía hace un momento, si Me estáis exigiendo y hasta con grosería, es que no hay respeto, no hay amor hacia Mí y, Yo, no puedo dejar que vosotros, siendo pequeños, siendo una nada, Me faltéis al respeto. Soy vuestro Dios, Soy vuestro Creador y Yo velo por vosotros, por cada uno de vosotros. Os conozco perfectamente y siempre voy a buscar vuestro Bien, pero, si vosotros, Me vais a exigir y no vais a respetar lo que Yo quiero para vosotros, no os lo voy a dar, porque un aparente bien, que vosotros Me estáis pidiendo, terminaría en un mal.

DejadMe, pues, obrar en vosotros, con Mi Sabiduría Divina, que todo lo que Yo os daré, será para vuestro bien. No falléis en pedirMe, hacedlo siempre en Humildad, en sencillez con mucho amor, con mucho respeto, porque Soy vuestro Dios y Yo os creé, para que vosotros vivierais Mi Amor.

Os amo, Mis pequeños y dejadMe hacer de vosotros, ésos hijos verdaderos que quiero ver en vosotros, que seáis verdaderos hijos Míos, hijos de Dios.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Procurad que vuestra oración surja desde lo más profundo de vuestro corazón, esto, ya os lo había pedido, pero quiero que, además, esté Mi Santísima Trinidad Presente en cada petición, en cada acto, en cada ofrecimiento.

Hijitos Míos, procurad que vuestra oración surja desde lo más profundo de vuestro corazón, esto, ya os lo había pedido, pero quiero que, además, esté Mi Santísima Trinidad Presente en cada petición, en cada acto, en cada ofrecimiento.

MantenedMe, Mis pequeños, en vuestra mente y en vuestro corazón en todo momento. Esto os lo pido, para que, en ningún momento os apartéis de Mí, de Mi Santísima Trinidad. Estáis viviendo tiempos difíciles y éstos se irán acrecentando.

Satanás ha tomado las riendas del Mundo y del Universo entero. La maldad ya se vive, como os he dicho, en los cielos; en el espacio hay luchas fuertes.

Hay vida que está preservando la Verdadera Vida que viene de Mí. Satanás es muerte y quiere terminar con todo aquello que viene de Mí. El mal que se está manifestando ya, fuertemente, aquí en la Tierra, es también, el mal que se está viviendo, fuertemente, en el espacio, en ésa vida que aún no conocéis.

Toda esta lucha fraterna, que se está dando, causada por la maldad de satanás, llegará a un fin, porque vosotros, os deberéis tratar en Mi Amor, para ser lo que sois; realmente, hermanos. Las luchas fraternas tienen que terminar. Os habéis dejado engañar por satanás en múltiples formas, no fuisteis creados para que lucharais unos contra otros, como enemigos. Sois hermanos y Mi Hijo, os dio toda una Evangelización en el Amor, en la fraternidad y así, os lo pidió siempre, que os amaráis los unos a los otros.

Esa es vuestra tarea grande, porque, vosotros mismos, debéis bajar el Amor del Cielo a la Tierra y esto se dará viviendo en Mi Amor y transmitiendo este tesoro tan grande, que es Mi Amor a vuestros hermanos.

Hay almas bondadosas que se han llenado de Mi Amor y, todo esto que os digo, lo viven y lo transmiten, porque creen en ello y porque saben que Yo, vuestro Dios, os he dado éstas armas poderosas para luchar contra satanás, que son el Amor y las Virtudes.

Estáis viviendo momentos difíciles, porque vosotros habéis dejado entrar a la maldad a vuestro corazón.

Ahora, os podéis preguntar una cosa: ¿para quién estáis trabajando aquí en la Tierra? Deteneos, detened vuestra vida un momento y preguntaos esto, realmente, ¿vuestros actos, vuestras palabras, vuestros pensamientos, están encaminados a darMe Vida en los corazones de vuestros hermanos?, o ¿les estáis dando muerte, al dejar en los corazones de vuestros hermanos, la maldad de satanás, porque, vosotros, preferisteis, mejor, estar con satanás y transmitir su maldad, que estar Conmigo y transmitir vida espiritual?

Os amo mucho, Mis pequeños, sois Mi Creación, pero no permito traición, no permito maldad. Al Reino de los Cielos no entran los traidores y aquellos que generan maldad, serán eliminados, pero, antes de ser eliminados, todos tendréis vuestro momento de arrepentimiento, pero un arrepentimiento profundo, como el que, quizá, nunca hayáis hecho, porque estaréis frente a Mí.

Vuelvo a repetir y os pregunto ¿para quién estáis trabajando?, ¿hay Vida en vuestras palabras?, ¿hay Vida en vuestras obras?, ¿hay Vida en vuestro corazón?, ¿hay Vida en vuestros deseos hacia los demás? Esa Vida que vosotros dais, es Mi Amor, Mi Amor es lo que os da la Vida.

Satanás os está llevando a la obscuridad, si vosotros detenéis a cuatro o cinco hermanos vuestros, en la calle, todos diferentes, difícilmente se pondrán de acuerdo en la respuestas a las preguntas que les hagáis sobre Mi Amor, sobre Mi Existencia, sobre los acontecimientos que están ocurriendo y que serán más graves al paso de los días. Prácticamente, ya cada quien vive para sí mismo, no vivís para servirMe, vivís para vuestros intereses, que, ciertamente, no son espirituales, en la mayoría de los casos. Lo que menos os interesa, es Evangelizar, ya no estoy hablando de una Evangelización en la que salgáis a los poblados marginados, hablo de una Evangelización de día a día, con las personas que os rodean y con las que cada día veis, habláis, convivís. No hay unanimidad en criterios, cada quien piensa de Mí lo que quiere, y lo que le conviene. Los Mandamientos, que Yo os he dado, ya no los respetáis, se os hacen aburridos y obsoletos.

La humanidad ha cambiado, entendedlo, Mis pequeños, pero satanás se ha impuesto esa tarea, de destruir vuestra espiritualidad, de quitaros la posibilidad de que entréis al Reino de los Cielos. Recordad que él es el padre de la mentira y que siempre os va a inventar infinidad de cosas, que, en la mayoría de los casos, os convencerán y os apartarán de la Verdad, que Yo os he dado.

Vivís en el error, os rodea la mentira, vivís en la necedad de querer imponer vuestras ideas a los demás, no escucháis Mi Voz en vuestro interior, inventáis cosas que os convienen y no defendéis la Sabiduría que viene de Mí y de Mi Hijo, que os Hemos dado en las Sagradas Escrituras.

Vivís por vivir, no por servirMe ni amarMe; ya no veis por el bien de vuestros hermanos, veis por vuestro propio bien. La maldad os acecha en todo momento y ¿qué hacéis para protegeros?, prácticamente, nada y, por eso estáis viendo tanta maldad y desastres a vuestro alrededor, porque no estáis permitiendo que Mi Gracia os proteja, os guíe, os aliente.

Ya no Me invitáis a vuestro corazón, queréis hacer todo como a vosotros os conviene. Mi Amor ya no sale de vosotros tal y como os lo enseñé y como visteis que Mi Hijo lo vivió.

A Mi Amor le dais, ya, otros nombres, engañáis a vuestros hermanos. Vivís por vivir, no queréis ver futuro en vuestras vidas, porque eso os crea un compromiso y ya no queréis, tampoco, tener compromisos, queréis vivir el día y ya.

Esto os lo digo, Mis pequeños, para que os deis cuenta cómo, satanás, ha cambiado los conceptos Divinos por su maldad. Ya no estáis viviendo en lo Divino, estáis viviendo en lo mundano, porque muchos se han dejado engañar, y la Fe, ya no es una de sus metas, no buscan la Fe, sólo buscan vivir una aventura.

¡Oh, Hijos Míos!, ¡cómo sufriréis! Por más que he tratado de convenceros que vais por mal camino, no entendéis, son tan pocas las almas que han hecho caso y que han enmendado el camino.

Recordad, Mis pequeños, cuando estéis en los momentos difíciles de la Purificación, cuando no tengáis nadie a vuestro alrededor que os apoye, que os diga una palabra de aliento, que os quiera ayudar, que os diga que Yo estoy con vosotros, que no Me apartaré de vosotros en ningún momento y que velaré por vuestro futuro, especialmente, si sois de los escogidos para poblar el Nuevo Mundo, no claudiquéis, confiad, esperad, llamadMe, con todo vuestro corazón.

Os vuelvo a pedir que Nos tengáis, a Nuestra Santísima Trinidad, siempre Presentes en vuestro corazón, Yo estaré con vosotros.

Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Meditad todo esto, Mis pequeños, porque estáis en una lucha real, en un combate espiritual tremendo. Vuestra vida eterna, depende de vosotros, de que entendáis todo esto que os explico, para vuestro bien.

Hijitos Míos, (Lenguas…) no exijáis a vuestros hermanos lo que vosotros mismos no estáis haciendo. Todo cambiará cuando vosotros, en lo personal, cambiéis.

Vosotros, sois muy dados a ver la maldad que existe en los corazones de vuestros hermanos, pero no estáis viendo la maldad que vosotros producís.

Esta maldad que vosotros producís en vuestro interior, por vuestras experiencias de vida, os hacen daño, ya sea en lo personal, cuando buscáis el pecado que os va a traer satisfacción personal o cuando buscáis el pecado que va a hacer daño a algún hermano vuestro. Todo nace en el corazón del hombre, en su interior y por propia voluntad.

Todos habéis caído en ello, Mis pequeños, y es de lo que vosotros os debéis arrepentir y, además, debéis detener, ya, todo ese mal, que tanto daño os hace, como personas y en comunidad.

Os he pedido que si queréis que todo esto cambie y se mejore, os arrodilléis y Me pidáis perdón, pero esto debe salir desde lo más profundo de vuestro corazón, tiene que nacer en el Amor, en Mi Amor, que lo dejéis entrar en vuestro corazón. Os he dicho que todo lo que vosotros hagáis basados en Mi Amor y protegidos por él, todo lo podréis detener y cambiar.

Satanás, continuamente, os está atacando. Os pone, ciertamente, tentaciones, para ir destruyendo vuestra espiritualidad, pero, también, os va llevando a cambiar, en vuestro interior, los conceptos del Amor, lo que Yo os he dado, lo que tanto Le costó a Mi Hijo enseñaros.

Si vosotros no estáis atentos en vuestra vida, si no permanecéis en oración continua, satanás, fácilmente, os destroza en lo espiritual. Primeramente, os distrae de las cosas importantes de la vida, os lleva por otros caminos, que, generalmente, son pecaminosos o, a veces, no pecaminosos, pero os separa de Mí y de la misión que vosotros debéis llevar para salvar vuestra alma y la de vuestros hermanos. Ciertamente, podéis estar haciendo cosas que, a ojos humanos, no son malas, pero os distraen tanto, os embebéis tanto en ésas cosas “importantes” de vuestra vida, que desperdiciáis el tiempo espiritualmente, en el que pudisteis haber orado para salvar a una o a muchas almas.

Si vosotros no estáis atentos en vuestra vida, a lo que estáis haciendo o en lo que podéis hacer, satanás se aprovecha de ello y os lleva por caminos de distracción o de maldad, para que no produzcáis nada bueno para el Cielo.

Por eso, la oración es tan importante, Mis pequeños, ¡os lo pido tanto!, y casi os podría decir que os la exijo, por vuestro bien y por el bien de vuestros hermanos, para que satanás no os distraiga u os tome, como instrumentos, para hacer el mal.

No os queréis dar cuenta de estas realidades, vivís en un mundo afectado fuertemente, por la maldad de satanás. Habéis liberado sus potencias, porque os habéis apartado del Amor, de las Virtudes, de la vida en la Gracia, del Alimento Sacramental. Vosotros mismos os habéis quitado la armadura y habéis tirado las armas con las que podíais luchar contra satanás, os ha engañado y, ahora, os está destrozando. Por eso, tantas almas caen al Infierno y muchas otras, también, al Purgatorio y tardan mucho en salir de ahí, porque no viven en la oración, porque no hay arrepentimiento, porque no hay unidad, porque no hay amor hacia Mí.

Meditad todo esto, Mis pequeños, porque estáis en una lucha real, en un combate espiritual tremendo. Vuestra vida eterna, depende de vosotros, de que entendáis todo esto que os explico, para vuestro bien.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: En el momento en que satanás os venza y vosotros seáis del Mundo, en ese momento pierdo Yo a un alma, en ese momento pierdo vuestro ser y ya no estaréis haciendo lo que Yo os pida u os pedí, para recuperar a otras almas, o para dejar Mi Amor en la Tierra y así vencer las fuerzas de satanás.

Hijitos Míos, en las Escrituras leéis que, vosotros estáis en el Mundo, pero que no sois del Mundo.

 

Vivís en el Mundo, fuisteis enviados al Mundo, para servir al Cielo, para servirMe a Mí. Quisiera hacer una analogía para que entendierais mejor.

Imaginad que sois exploradores y que vais a un país que no conocéis, pero vais a estudiarlo, vais con una mentalidad científica, y no os vais a involucrar con la gente que veréis.

Cuando os digo que estáis en el Mundo, pero que no sois del Mundo, vosotros, habéis sido enviados para ayudar a vuestros hermanos que sí se involucraron en el Mundo. Y esto quiere decir, que satanás les puso tentaciones para que se olvidaran de la misión espiritual por la que fueron enviados.

Vosotros sois muy dados a no tomar en serio esta tarea, por lo que Yo os pido, que o no la toméis a la ligera, porque ni hacéis bien vuestra misión y, además, os perdéis en las cosas del Mundo y os vence satanás.

Cuando os digo que no os involucréis, es para que os mantengáis en Mí, vuestro Dios, protegidos por Mi Gracia y sabiendo que, en cualquier momento, satanás os puede engañar y podéis perder la brújula, perder el camino espiritual que Yo os he trazado.

Os podría decir así, que sois exploradores espirituales, que venís a salvar a vuestros hermanos que ya cayeron en el Mundo.

Mi Hijo vino a eso, principalmente, a daros todo lo necesario para regresar al Reino de los Cielos, a levantar a todos aquellos que ya se habían involucrado, fuertemente, con las cosas del Mundo, a ayudar a aquellos que no estaban completamente involucrados, pero que estaban, fuertemente, tentados por la maldad de satanás.

Satanás, os he dicho, que es un arcángel, ciertamente caído, pero muy poderoso y, vosotros, actuando solos, no tenéis las capacidades para vencerle. Si os mantenéis Conmigo, en estado de Gracia, en oración, con una vida Sacramental, podéis vencerle, porque Yo, estoy con vosotros. Él, no Me puede vencer a Mí, porque Soy infinitamente superior a él, pero, vosotros, no lo sois, él es un arcángel y, vosotros, tenéis un nivel muy inferior a él, porque habéis perdido mucho por el Pecado Original.

Os tenéis que acostumbrar, Mis pequeños, a vivir unidos a Mí, a compartir vuestra vida, perfectamente, Conmigo, a llevar Mis Enseñanzas, Mi ayuda, Mi Amor a vuestros hermanos en todo momento, acudiendo a Mí, a Mi Sabiduría Divina, para que no tropecéis, para que no digáis lo que no debéis decir, para que no dejéis entrar, en vuestra mente y en vuestro corazón, lo que pueda dañaros en lo futuro.

Os estoy dando, Mis pequeños, toda una instrucción espiritual, para que os mantengáis en el Mundo, pero que no seáis del Mundo.

En el momento en que satanás os venza y vosotros seáis del Mundo, en ese momento pierdo Yo a un alma, en ese momento pierdo vuestro ser y ya no estaréis haciendo lo que Yo os pida u os pedí, para recuperar a otras almas, o para dejar Mi Amor en la Tierra y así vencer las fuerzas de satanás.

Entended, Mis pequeños, que si no os dejáis guiar por Mí, no llevaréis a cabo vuestra misión correctamente, dependéis totalmente de Mí. Si Yo os abandonara por un momentito, os destruiría satanás, Mi Gracia es la que os protege contra las fuerzas de satanás. Por eso, debéis dejar que Mi Vida, viva plenamente en vosotros y, así, juntos, vencereMos.

DadMe, pues, Mis pequeños, vuestra confianza, dejadMe moveros en todo momento, preguntadMe, cuando dudéis, preguntadMe cuando no sepáis, sed humildes en todo momento. No tratéis de hacer algo, cuando estéis dudado en llevarlo a cabo, la duda, quiere decir que no estáis seguros en el actuar y ahí, es donde debo entrar Yo, con Mi Sabiduría Divina, para guiaros y, aun estando seguros, preguntadMe, porque vuestra seguridad humana, puede estar equivocada, porque no tenéis la seguridad Divina que Yo os puedo dar con Mi Sabiduría. Sed sencillos, daos, como Mi Hijo se dio, y se sigue dando por vosotros.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Os he pedido Mis pequeños, Mis hijitos, estar preparados, espiritualmente, para el momento de la Iluminación que os dará Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.

Hijitos Míos, vosotros sois Mi Calcañar, vosotros, Mis pequeños, habéis sido escogidos, por medio del Padre, de Mi Hijo y de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, para luchar contra las fuerzas de satanás.

Alrededor del Mundo hay almas escogidas para la Gran Lucha, vosotros sabéis, en vuestro corazón quiénes seréis los soldados de este tiempo para luchar contra las fuerzas de satanás. Habéis sido preparados, por años, pero necesitáis, todavía, una transformación, en cuerpo y en alma, para la Gran Lucha, para la Gran Purificación.

Os he pedido Mis pequeños, Mis hijitos, estar preparados, espiritualmente, para el momento de la Iluminación que os dará Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.

Vivid totalmente sueltos a la Voluntad de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad. Vivid en Humildad y con un amor inmenso, en agradecimiento a vuestro Dios, por lo que ha hecho por vosotros.

Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y estoy cuidando al rebaño de Mi Hijo, pero, especialmente, en estos tiempos, a los que sois Mi Calcañar, a los que defenderéis la Fe y el Amor de Nuestro Dios.

Mis pequeños, grandes momentos se acercan, vivid, pues, en gran y estrecha armonía con el Amor de Nuestro Dios. Estando envueltos en el Amor de Nuestro Dios y en Mi Amor, Mis pequeños, no tenéis nada qué temer.

La Fortaleza y las Virtudes necesarias para vencer a satanás, os las dará Mi Esposo el Santo Espíritu de Amor. Dejaos mover por Él, poned toda vuestra voluntad a los Pies de Mi Señor, para que haga con vosotros, lo que Él quiera; que será grande, que será bello y que será lo mejor para vosotros y para vuestros hermanos.

Inmensamente agradecidos estaréis de haber sido escogidos para la misión que llevaréis a cabo.

Nuestro Dios y Señor, nunca se equivoca, y lo que os pida, será lo mejor para vosotros. Obedeced en todo momento y no actuéis bajo vuestros propios impulsos. Dejaos mover por su Sabiduría Divina.

 

Yo, también, estaré con vosotros, Mis pequeños, en todo momento, la victoria es de Nuestro Dios y Mía y, vosotros, seréis copartícipes de esta Alegría Santa, de esta Alegría Celestial, que tendrá el Universo entero y el Cielo mismo.

¡Alabado sea Nuestro Dios! Estos son los momentos del gran cambio, esperados desde muchos siglos antes, en donde las fuerzas de satanás, serán vencidas. Mi Pie, detendrá la fuerza de satanás, lo vencerá. La Humildad, siempre vencerá a la soberbia, el Amor, nunca será vencido por el mal.

Seguid adelante, Mis pequeños, sois Mi Calcañar.

Gracias, Mis pequeños.