Sep 08_16 Ya no son momentos de Evangelización, pero SÍ de protección a las almas.

Rosario vespertino

Temas:

  • Vuestra alma fue formada a Imagen y Semejanza de Mí, vuestro Dios. Vosotros, ciertamente, no os podéis, ni siquiera imaginar lo que esto significa, que vuestra alma es parte de Mí, Yo Soy vuestro Dios, Soy el Creador.
  • DejadMe Vivir unido a vosotros, para que cuando estéis haciendo vosotros vuestras obligaciones de estado, Yo estaré orando en vosotros, por vosotros y por los vuestros; este es el gran Valor del vivir unidos a Mí, Mis pequeños, Yo haré vuestro trabajo, cuando vosotros estéis haciendo el Mío.
  • Os haré ver, dentro de un tiempo pequeño, el estado de vuestra alma, vuestros actos, vuestra vida, para qué sirvieron para el Reino de los Cielos; si vuestras acciones que realizasteis salvaron almas y sirvieron para que Mi Amor se difundiera sobre la Tierra.
  • El tiempo es breve, os lo he dicho ya, preparaos y seguid siendo ejemplo ante vuestros hermanos, para que, en los tiempos de tribulación, Mi Paz, que estará en vuestro corazón, también le dará Paz a vuestros hermanos, para que no pierdan el control de su ser y puedan cometer algún error que los pueda llevar a la condenación eterna.
  • Mi Ley es Mi Ley y a cada uno de vosotros os he ido guiando desde que fuisteis concebidos, busqué la forma, de acuerdo a vuestra vivencia, para que os pudierais guiar por el buen camino.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Vuestra alma fue formada a Imagen y Semejanza de Mí, vuestro Dios. Vosotros, ciertamente, no os podéis, ni siquiera imaginar lo que esto significa, que vuestra alma es parte de Mí, Yo Soy vuestro Dios, Soy el Creador.

Hijitos Míos, vosotros sois muy dados a proteger vuestros valores, vuestras joyas, vuestro dinero. Compráis cajas fuertes blindadas, hacéis lo imposible para que no se roben vuestros bienes otras personas, que quieren obtener lo vuestro sin necesidad de trabajar.

Mis pequeños, si esto lo entendierais, perfectamente, en lo espiritual, viviríais y, quisiera decirlo así, temerosos, sí, viviríais temerosos de que satanás os arrebatara vuestra alma. Todos los bienes que podáis tener en la Tierra, las cantidades estratosféricas que vosotros podríais pensar de dinero o de bienes, todo eso que vosotros consideráis valores del Mundo, no alcanzarían a compararse, en valor, a un alma.

Mis pequeños, no acabáis de concebir lo que significa vuestra alma y el valor que tiene. Os he dicho que, vuestra alma fue formada a Imagen y Semejanza de Mí, vuestro Dios. Vosotros, ciertamente, no os podéis, ni siquiera imaginar lo que esto significa, que vuestra alma es parte de Mí, Yo Soy vuestro Dios, Soy el Creador, he Creado todo lo que veis y lo que no veis y todo lo que consideráis, vosotros, como valores de la Tierra, os repito, todo eso no se compara al valor que tiene vuestra alma, porque al ser parte Mía y al Ser Yo el Creador de todo, lo que veis y lo que no veis, os debiera dar un gusto inmenso y, como os dije, deberíais temer que satanás os robara vuestra alma, por el valor tan grande que tiene.

Son tantas las Potencias del alma, que, ciertamente, ahorita están detenidas por el Pecado Original, pero, cuando llegáis al Reino de los Cielos, vosotros mismos os dais cuenta de ésas Potencias y, es cuando realmente os dais cuenta de lo que Yo hice en vosotros.

Es inmenso el tesoro que tenéis dentro de vosotros, en vuestra alma. Ahora, imaginad a vuestra alma, es como un diamante en bruto, recién sacada la joya de la mina, es el diamante en bruto que tiene, obviamente, su valor por el tamaño, pero estando en bruto, todavía no alcanza su valor máximo, tiene que ser cortado por un experto, por una mano experta que sepa sacarle el brillo que se merece ésa joya, y, al terminar el trabajo, se convierte en un brillante exquisito y, a veces, de un valor incalculable.

Esto lo quiero tomar como analogía a vuestra alma, Mis pequeños. Ciertamente, con el Pecado Original, se perdieron las capacidades del alma, vivís a merced de satanás, pero también vivís a merced de vuestra pobreza espiritual y esto hace que vuestra alma no tome ese brillo que debe tener. Y así se pasan muchas almas toda una vida, desde que nacen hasta que mueren y su alma no brilló, como debiera brillar aquí en la Tierra.

Las almas bellas, las que brillan más, son aquellas que reconocieron lo que son, reconocieron las capacidades que os he dado a cada uno de vosotros y trabajaron para Mí, en la recuperación de las almas perdidas, pecadoras, alejadas de Mi Corazón. Y por eso, ellas brillan, ya, desde la Tierra y tendrán un lugar muy especial en el Reino de los Cielos.

Todos vosotros tenéis el derecho de regresar al Reino de los Cielos, pero, algunas, lo harán más rápido, otras menos rápido, algunas tendrán un lugar muy especial, otras, no tanto y todo depende de vuestra donación, de vuestra espiritualidad, de la respuesta que vosotros le deis a Mis Bendiciones, a los dones que Yo os he concedido y al Amor, sobre todo, que Yo he derramado en vosotros.

Así os dais cuenta de que si queréis llegar brillando, como un diamante ya cortado y ahora vuelto un brillante, al Reino de los Cielos, debéis vivir de acuerdo a como Yo os pido, moviéndoos en las Virtudes, llenándoos de Mi Amor, ayudando a vuestros hermanos en su salvación eterna y haciendo infinidad de obras de Misericordia, que es el Amor que Yo he puesto en vosotros y, así, vuestros hermanos, contentos estarán de lo que vosotros hicisteis con ellos, y vosotros brillaréis, ciertamente, brillaréis ante Mis Ojos y, cuando regreséis al Reino de los Cielos, brillaréis ante todo el Cielo.

Grandes cosas os daré a vosotros, los que entendáis esto y que empecéis a brillar, ya, desde la Tierra y, con esto, queriendo decir que encontrasteis el camino para llegar a Mi Corazón, dejando Mi Amor y salvación a vuestros hermanos aquí en la Tierra.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: DejadMe Vivir unido a vosotros, para que cuando estéis haciendo vosotros vuestras obligaciones de estado, Yo estaré orando en vosotros, por vosotros y por los vuestros; este es el gran Valor del vivir unidos a Mí, Mis pequeños, Yo haré vuestro trabajo, cuando vosotros estéis haciendo el Mío.

Mis pequeños, ya os había indicado, hace poco tiempo, que, estos ya no son momentos de Evangelización, pero sí de protección a las almas. Hay tantos, tantos hermanos vuestros que se han dejado tomar por ideas falsas de satanás y, así, los ha llevado a creer o a seguir enseñanzas espirituales muy diferentes a las que Mi Hijo os Enseñó y, aquellas que están en el Antiguo Testamento, que Yo os di, a través de los Profetas de aquél tiempo.

Satanás va cegando a las almas, las va arrastrando hacia la mentira y, éstas, como están apartadas de la Verdad, a veces, se les hace muy difícil regresar a lo que es Verdadero y, ahí es donde entráis vosotros, con vuestra intercesión, con el amor a las almas, recordándoos, Mis pequeños, que lo que hagáis por un alma, a vosotros se os regresará al ciento por uno, en Bendiciones, materiales y espirituales.

Os he ido hablando más sobre el valor del alma, Mis pequeños, porque es un Tesoro inmenso que tenéis. Vosotros estáis utilizando, en estos momentos, muy poco de vuestras capacidades del alma, no le habéis sacado todo el provecho, en potencial, que tiene, porque no estáis todavía capacitados para ello.

Ciertamente, estáis viviendo en Fe, pero Soy vuestro Dios, Soy el Amor, Yo os hablo con la Verdad y quiero que vuestra alma dé su máximo, para que vosotros os deis cuenta del regalo tan grande que os concedí, con el don de la vida y con las capacidades que vuestra alma va a tener cuando lleguen los Nuevos Tiempos, y es cuando os daréis cuenta de cómo os amo, cómo os consiento, qué es lo que quiero de vosotros.

En este momento, el Mundo está envuelto en una turbulencia satánica, que está obscureciendo todo a vuestro alrededor y, también, a vuestra mente y a vuestro corazón. Yo os he ido rescatando, tanto a vosotros, como a algunos más de vuestros hermanos, alrededor de la Tierra, y os he ido cuidando, enseñando, guiando y, sobre todo, dándoos Luz Verdadera, para que vosotros ya no caminéis en tinieblas, si no que caminéis en la Luz que Mi Hijo dejó en la Tierra para  todos vosotros, los que queréis venir a Mí.

No desperdiciéis, Mis pequeños, todas las oportunidades que tengáis para ganar méritos para vuestra alma, para dejar Mi Amor entre vuestros hermanos. Daos verdaderamente por vuestro prójimo, pero, como os dije, ya no podréis, prácticamente, enseñar a vuestros hermanos, pero sí podréis orar por ellos y, unidos a la Comunión de los Santos, grandes cosas podréis hacer por su salvación eterna.

Os pido, de corazón, esto, Mis pequeños, no desperdiciéis ni un segundo más de vuestra estancia en la Tierra. No dejéis de ayudar a vuestros hermanos, no importa quiénes sean, Yo Juzgaré, tanto al que recibe vuestras oraciones, como a vosotros, que las estáis transmitiendo a vuestros hermanos. Seguid intercediendo, seguid amándoos los unos a los otros, desead el Bien máximo a vuestros hermanos. Os he dicho que el tiempo ya es breve y las almas todavía necesitan de mucha oración.

TraedMe almas, Mis pequeños, ganadMe almas para la salvación eterna, arrebatadle a satanás a aquellas almas que ha engañado y que, no saben cómo salir de ése callejón sin salida a donde las ha llevado y están desesperadas. Ciertamente, cuando piden sus favores, al principio se las gana, y contentas están por los favores recibidos a través de sus engaños y de las creencias a donde los lleva, pero, después de un tiempo, las va cegando, prácticamente, física y espiritualmente y ya no pueden dar gran cosa para su salvación.

Os pido que no dejéis la oración, el rezo del Santo Rosario por todos vuestros hermanos, los que conocéis y por los que no conocéis. Hay tantas y tantas almas que necesitan de vuestra oración.

DejadMe Vivir unido a vosotros, para que cuando estéis haciendo vosotros vuestras obligaciones de estado, Yo estaré orando en vosotros, por vosotros y por los vuestros; este es el gran Valor del vivir unidos a Mí, Mis pequeños, Yo haré vuestro trabajo, cuando vosotros estéis haciendo el Mío.

Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Os haré ver, dentro de un tiempo pequeño, el estado de vuestra alma, vuestros actos, vuestra vida, para qué sirvieron para el Reino de los Cielos; si vuestras acciones que realizasteis salvaron almas y sirvieron para que Mi Amor se difundiera sobre la Tierra.

Mis pequeños, mucho he derramado sobre vosotros y poco, muy poco Me habéis retribuido. Conozco vuestra pobreza espiritual, conozco vuestros defectos, pero ¿vuestro amor, Mis pequeños? ¿Así pagáis también a los que os ayudan en la Tierra? Porque, si entre vosotros os agradecéis y reconocéis los favores que os otorgan algunos de los que os rodean, ¿por qué no reconocéis Mis Favores, que son inmensamente más grandes que los que os dan vuestros hermanos que os quieren?

Ciertamente que os falta mucha Fe, seguís siendo almas sin Fe, sois como Santo Tomás, si no veis, no creéis y, como no Me veis, no creéis en todo lo que os digo, en todo lo que os doy, cómo os cuido y cómo os amo.

Nadie os puede dar u os ha podido dar lo que Yo os doy y lo que os he dado, desde vuestro principio aquí en la Tierra, con vuestra concepción. Desde que os escogí para bajar a la Tierra, sois almas escogidas, de entre millones y millones de almas que quieren bajar.

Llegáis a la Tierra, desgraciadamente, muchos de vosotros, llegáis a familias donde se vive una espiritualidad escasa o nula y eso va retrasando a que vosotros deis y Me deis lo que Me tenéis que dar en vuestra misión.

Ciertamente, la misión de cada uno de vosotros, es diferente. Algunos llevaréis una misión de toda vuestra vida, otros, a lo mejor de media vida, de un cuarto o un tercio o a veces, vuestra misión será de cinco minutos, que fue quizá, para salvar a un alma, o que os disteis por un alma o que defendisteis a un alma de un peligro fuerte, la salvasteis, tanto en lo físico y en lo espiritual; quizá disteis vuestra vida por ése hermano.

Son tan diversas las misiones que Yo os doy, Mis pequeños, que Yo os pido que realicéis en la Tierra, pero todo con un solo fin, de unir el Cuerpo Místico de Mi Hijo en un solo Corazón, en el Amor Verdadero y, con ello, vencer las potencias de satanás sobre vosotros y sobre los vuestros. Ésa es prácticamente la misión que debéis llevar cada uno de vosotros, pero ¿cuánto habéis hecho realmente por ello?

Os haré ver, dentro de un tiempo pequeño, el estado de vuestra alma, vuestros actos, vuestra vida, para qué sirvieron para el Reino de los Cielos; si vuestras acciones que realizasteis salvaron almas y sirvieron para que Mi Amor se difundiera sobre la Tierra. Este será un tiempo para que meditéis el desperdicio de vuestra vida, de vuestra misión aquí en la Tierra. Os concedí el don de la vida porque confié en vosotros, para que utilizarais el tiempo de vuestra vida para grandes cosas para el Reino de los Cielos y ¿qué hicisteis con vuestro tiempo de vida que os concedí? Se os dará la Luz en ésos momentos de vuestro Juicio Particular, para que vosotros mismos os deis cuenta, al poner vuestras buenas obras y vuestras malas obras en la Balanza de la Justicia, qué os ganaríais, de bueno o de malo. Al final de ése Juicio, que tendréis, estará en juego vuestra vida eterna, Mis pequeños. Estos son tiempos de cambio, éstos son tiempos de que conozcáis vuestro interior, son tiempos para que veáis lo que Yo, vuestro Dios, veo y veré el día de vuestro Juicio Particular.

Todavía podéis enmendar el camino, para que os presentéis de la mejor forma ante Mí, al final de vuestra existencia.

PedidMe perdón, Mis pequeños y Yo os perdonaré, pero vuelvo a repetiros, ¡os falta tanta Fe!, para que realmente entendáis todo esto y lo queráis hacer. Parece que sólo entendéis cuando hay dolor y penas, que, ciertamente, también las tendréis, pero benditos aquellos que entenderán y que enmendarán su camino, Yo les ayudaré a renovar su vida y a tomar de Mí, para su salvación eterna.

Todos tendréis la oportunidad de reparar, lo haréis por Mi Amor, Mis pequeños. ¡Os he dado tanto, habéis dañado tanto Mi Corazón! Regresad a Mí, arrepentidos y Le daréis un gusto inmenso a Mi Corazón, Yo, que Soy vuestro Padre, que Soy vuestro Creador, que Soy vuestro Salvador, que os amo tanto.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: El tiempo es breve, os lo he dicho ya, preparaos y seguid siendo ejemplo ante vuestros hermanos, para que, en los tiempos de tribulación, Mi Paz, que estará en vuestro corazón, también le dará Paz a vuestros hermanos, para que no pierdan el control de su ser y puedan cometer algún error que los pueda llevar a la condenación eterna.

Hijitos Míos, se os avecinan grandes pruebas para toda la humanidad. Os he dicho que, aquellos que están Conmigo, sufrirán, también, pruebas, pero seréis purificados por ellas y, necesariamente, también, serán de menor intensidad, porque ya habéis sido transformados al estar en Mí.

Mientras más cercanos estéis a Mí, menos dolorosas serán las pruebas, porque al que se le ama, al que es obediente, se le consiente, ya os lo he dicho, Mis pequeños. Otros han vivido en el error, pero por engaño; no será tan fuerte tampoco su purificación, si tomaron con amor ésas Enseñanzas y vivieron en Amor para con sus hermanos.

Hay muchos hermanos vuestros que están en sectas, religiones diferentes, pero tratan de vivir en el Amor, un verdadero Amor hacia sus hermanos y viven de acuerdo a lo que Mi Santo Espíritu les está pidiendo en su interior. Quizá hayan oído hablar de Mí, vuestro Dios, pero al que siguen es a otro; pero es el Amor el que hace la diferencia, Mis pequeños, y os he dicho así, que seréis juzgados en el Amor que hayáis dado y con el que hayáis transformado a vuestros hermanos.

El Amor, lo primero que os va a dejar, es Paz, Paz en vosotros mismos y Paz a vuestro alrededor. Empezáis en vuestra familia, seguís con todos aquellos a los que vais conociendo a lo largo de vuestra existencia y, así, se os va reconociendo como hijos Míos, como hijos de Dios, porque transmitís lo que Yo Soy, Amor. Así vais dejando Luz en vuestros hermanos, también, a través de las palabras que habéis aprendido de Mí.

En las Escrituras se os ejemplifica esto, cuando dice que el agua que sube como vapor, luego caerá como lluvia y que regará y dará vida a las plantas. Vosotros sois ésa agua que va regando a las almas, les va dando Vida. Mi Palabra ha entrado en vosotros, vosotros, aceptasteis Mi Palabra y la hicisteis Vida en vuestro interior, os convencisteis de que Yo, vuestro Dios, os amo y cuido de vosotros y, en ése convencimiento, vivís, y vuestros hermanos se acercan a vosotros, porque os ven diferentes, pero, ciertamente, os digo que se acercan aquellos que han sido tocados también por Mi Amor, porque, los que están con satanás, os rechazan, no os quieren escuchar, os hacen a un lado, os atacan y ahí es donde conoceréis la diferencia de los que están Conmigo o los que están en contra Mía, a través, también, del trato que os den a vosotros, porque, también, está Escrito que aquél que quiera seguir en pos de Mi Hijo, también sufrirá lo que Él Sufrió por vosotros.

Os repito, el Amor hace la diferencia, buscad, pues, Mis pequeños, primeramente el llenaros perfectamente de Mi Amor, que os impregnéis plenamente de Mí, para que podáis ayudar a vuestro hermanos. Muchos necesitan de vosotros, de vuestro ejemplo de vuestra palabra y, ahora, en estos tiempos, de vuestra oración.

El tiempo es breve, os lo he dicho ya, preparaos y seguid siendo ejemplo ante vuestros hermanos, para que, en los tiempos de tribulación, Mi Paz, que estará en vuestro corazón, también le dará Paz a vuestros hermanos, para que no pierdan el control de su ser y puedan cometer algún error que los pueda llevar a la condenación eterna.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Mi Ley es Mi Ley y a cada uno de vosotros os he ido guiando desde que fuisteis concebidos, busqué la forma, de acuerdo a vuestra vivencia, para que os pudierais guiar por el buen camino.

Hijitos Míos, en las Escrituras, os digo que, por los frutos conoceréis quiénes están Conmigo y quiénes están en contra Mía.

Os di unos Mandamientos para que los cumplierais, y que ellos os perfeccionaran. Se os ha dado toda una Evangelización, primeramente, en el Antiguo Testamento, directamente por Mí, a través de los Profetas de aquél tiempo y, luego, una Evangelización, en el Nuevo Testamento dada por Mi Hijo Jesucristo.

Cuando estéis ante Mi Presencia, no tendréis excusa con la que os podáis defender, arguyendo de que no sabíais qué hacer en tal o cual situación además, de que lleváis en vuestro interior a Mi Santo Espíritu, Quien os indica lo que es bueno y lo que es malo, lo que debéis hacer y lo que debéis evitar.

Nadie podrá decir que no sabía, que no había entendido, que no lo quería hacer, que fue obligado. Pretextos hay muchos, Mis pequeños, pero Mi Ley es Mi Ley y a cada uno de vosotros os he ido guiando desde que fuisteis concebidos, busqué la forma, de acuerdo a vuestra vivencia, para que os pudierais guiar por el buen camino.

Tuvisteis infinidad de oportunidades de ir por el camino del Bien, pero escogisteis, muchos de vosotros, el camino del mal, que os propuso satanás.

Tuvisteis la oportunidad de escuchar sobre Mí, de Mi Palabra, de las Obras de Mi Hijo. Tuvisteis la oportunidad, en vuestra vida, de conocer el Bien y el mal, lo que os daña y lo que es bueno para vosotros.

Ninguno de vosotros vivió aislado en un desierto o en una selva, sin haber tenido contacto con algún otro ser humano.

Tenéis los medios de comunicación, con información, buena y mala; se os dio el discernimiento y vosotros escogisteis, vivir en el Bien o en el mal. Conocéis perfectamente, cuando vuestras obras dañaron a algún hermano vuestro o le causaron un Bien. Os dabais perfectamente cuenta, cuando en vuestra familia, los guiasteis en el Bien o hacia el mal.

Esto es vuestro Juicio, Mis pequeños, y se resume en el Bien y en el mal que vosotros hicisteis a vuestros hermanos.

El Amor que Me disteis o el que Me dejasteis de dar. Os conocéis perfectamente, Mis pequeños, y no Me podréis decir que no tuvisteis la oportunidad de conocer el Bien y el mal, para que os pudierais juzgar a vosotros mismos.

Estaréis ante Mi Presencia, seréis Juzgados en lo Particular; ¿cómo os presentaréis ante Mí?, os he preguntado muchas veces. Estáis en los últimos momentos antes de la Gran Purificación Universal, podéis, todavía, reparar vuestras faltas; podéis, todavía, pedir perdón por vuestros pecados; podéis pedir, todavía, que se os perdonen vuestros pecados a través de un ministro Mío. Os he dicho que concedo a las almas, aún, el arrepentimiento del último momento, os doy todas las oportunidades para que podáis vivir Conmigo eternamente.

A todos vosotros os quiero de regreso, en el Reino de los Cielos, en vuestro Hogar Eterno, pero si no queréis escuchar, si tapáis vuestros oídos, si queréis seguir haciendo vuestra propia voluntad, que deja mucho que desear, porque no tenéis Sabiduría Divina, entonces, vuestra perdición, es clara. Seguiré luchando por cada una de vuestras almas, pero si vosotros no queréis tomar Mi ayuda, ése es vuestro libre albedrío y vuestro camino; vosotros mismos lo decidiréis.

Gracias, Mis pequeños.