Sep 06_16 ¿Por qué no pensáis en competir para ser el mejor hijo de Dios aquí en la Tierra?

Rosario vespertino.

 

Temas:

 

 

  • Cada minuto se pierden muchísimas almas y, vosotros, estáis desperdiciando los minutos de vuestra existencia. Os he dicho que seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida que no supisteis aprovechar para la salvación de las almas y para difundir Mi Amor en la Tierra.
  • No desperdiciéis, Mis pequeños, ni un segundo de vuestra existencia, ofreced todo, amad todo. Todo lo que tenéis a vuestro alrededor y lo que pasa en vuestra vida, Nuestro Padre lo permite para vuestro bien.
  • Yo mando almas, si vosotros procrearais, si vosotros producís un cuerpecito; satanás, a través de vuestros gobernantes, a través de los que se han vendido a él, inventan infinidad de cosas, para que no haya vida.
  • La muerte alcanzará a todos aquellos que no han querido vivir en el Amor, la vida se le dará a aquellas almas que se han llenado de Nuestro Amor, algunos en un treinta, en un cincuenta, en un setenta, en un cien por ciento, pero han abierto su corazón al Amor.
  • Doce, fueron los discípulos de Mi Hijo y el resto fiel representa a ésos doce, que empezarán un Nuevo Mundo, una Evangelización de Amor, una vida fraterna, una vida Virtuosa, una vida, en donde, Yo, seré vuestro Dios y, vosotros, seréis Mi Pueblo.

 

 

 

Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.

 

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Cada minuto se pierden muchísimas almas y, vosotros, estáis desperdiciando los minutos de vuestra existencia. Os he dicho que seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida que no supisteis aprovechar para la salvación de las almas y para difundir Mi Amor en la Tierra.

Hijitos Míos, desde hace tiempo os he pedido que no elucubréis, porque vosotros no sois los sabios que podréis decidir el futuro de vuestro Mundo y del Universo entero. Vosotros, Mis pequeños, estáis al cuidado de vuestros hermanos y, por eso, os he pedido mucha oración, para que vosotros salvéis almas.

Los acontecimientos Yo los voy guiando y, ésa no es vuestra tarea, vuestra tarea es salvación de almas. Ciertamente, iréis viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, cómo irá cayendo la maldad, cómo se irá destruyendo todo aquello que satanás sembró entre vosotros. Aquellos que se han vendido a satanás irán cayendo, eso os alegrará, pero, vosotros, como os he pedido, debéis salvar almas con el Amor que Mi Hijo ha dejado en vuestros corazones, para, que, aquellos que todavía tengan una pequeña Luz dentro de su ser, Yo las pueda manejar y mover hacia el Bien.

Los acontecimientos se darán con Sabiduría Divina, vosotros no tenéis ésa capacidad, Mis pequeños. Ciertamente, pedidMe, para que Yo, vuestro Dios, venza al mal y que lleve todo a ésa perfección a la que fuisteis creados en un Principio a través de vuestros Primeros Padres. El mal, ha destruido ésa obra tan grande que Yo creé en vuestros Primeros Padres y vosotros, como descendientes, tenéis derecho a ello, pero aun así, ni vuestros Primeros Padres, que tenían capacidades tan grandes, nunca tuvieron Mi Sabiduría Divina, así que, os pido, por favor, Mis pequeños, que no os metáis en aquello que no es de vuestra incumbencia, porque perdéis el tiempo, tiempo valiosísimo para la salvación de las almas.

Cada minuto se pierden muchísimas almas y, vosotros, estáis desperdiciando los minutos de vuestra existencia. Os he dicho que seréis juzgados por cada segundo de vuestra vida que no supisteis aprovechar para la salvación de las almas y para difundir Mi Amor en la Tierra.

Es una gran tarea, que os he pedido, que vosotros debéis llevar a cabo en la Tierra, Mis pequeños, concentraos en vuestra tarea, Yo haré lo Mío, vosotros, haced lo vuestro.

Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: No desperdiciéis, Mis pequeños, ni un segundo de vuestra existencia, ofreced todo, amad todo. Todo lo que tenéis a vuestro alrededor y lo que pasa en vuestra vida, Nuestro Padre lo permite para vuestro bien.

Hijitos Míos, fue un gran Honor que Mi Dios Me haya escogido para Ser Madre del Salvador. Es el Fruto de Mi Vientre, es la Bendición de Ser Madre. Mi Pequeño, Mi Dios en Mi Vientre y Yo, gozando con Su Presencia en Mi Vientre y en Mi Corazón. ¡Cuánto Amor de Mi Dios, el haberMe escogido para Ser Madre del Salvador!

Mis pequeños, vosotros sois Mis hijos, sois hijos de Mi Corazón. Yo engendro a las almitas, también, para que se acerquen a Mi Hijo, para que se llenen con Su Amor.

Vosotros sois Creación de Dios, sois hechura de Dios y Yo cuido el Amor de Su Santísima Trinidad, en vuestro ser.

Cuando vosotros os llenáis del Amor de Nuestro Dios, vosotros os volvéis pequeños Cristos.

Mi Hijo Fue engendrado en Mi Ser, vosotros, por el Amor, también sois engendrados de Amor. Os volvéis hijos de Dios, por Mi Hijo Jesucristo, que Se dio por vosotros.

Si vosotros meditáis este Misterio de Amor, acabaréis agradeciendo, de rodillas y de todo corazón, el que hayáis sido escogidos por Nuestro Padre Dios, para que se os diera vida y vinierais a servir a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad.

Se os ha dicho que la Gracia Infinita del don de la Vida, es para servir a Nuestro Dios, como los mismos Ángeles Lo sirven, en Su Santísima Trinidad.

Mientras más vivís en el Amor, más os agrandáis ante los Ojos Divinos de Su Santísima

Trinidad.

Vosotros no podéis dimensionar estas bellezas de Nuestro Dios, porque son Infinitas. No tenéis capacidades para que, si quisiera, podáis vosotros explicaros, a vosotros mismos, éstas Palabras que os digo, pero, cuando vuestra alma deje vuestro cuerpo, es cuando vosotros gozaréis y, en forma Infinita, ése Regalo de Amor, que vuestro Padre Dios os dio, al daros el don de la Vida.

Se os ha explicado esto antes, Mis pequeños, porque, vosotros, pasáis por el Mundo, como si estuvierais obligados a vivir en él. No le dais el valor del don de la Vida, que se os concedió, pensáis, solamente, en todo lo malo que veis a vuestro alrededor, lo que os falta de lo material, lo que no podéis lograr en vuestra vida, y no vivís una vida profunda espiritual, que, eso, haría que vuestra vida cambiara.

PedidLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que os vaya Revelando esta realidad vuestra. Vuestra Casa Eterna, no está en la Tierra, está en los Cielos, es una vida espiritual, inmensamente grande y bella. Vinisteis a la Tierra a servir a Nuestro Dios y, así, ganar méritos, para tener un lugar más alto en el Reino de los Cielos, a vuestro regreso.

Vosotros estáis acostumbrados a competir en la Tierra, para ganar un primer lugar en muchas cosas, ¿por qué no pensáis en competir para ser el mejor hijo de Dios aquí en la Tierra?, porque, os puedo asegurar, que vuestro premio en el Reino de los Cielos, será inmensamente más grande que cualquier primer lugar que se os pueda otorgar aquí en la Tierra, en cualquier tipo de competencia.

Tratad de ser los primeros para servir a Nuestro Dios, pero, sobre todo, para que podáis darle vida eterna a hermanos vuestros, que no han querido entender esta realidad tan grande, del don de la vida.

Vosotros, los que estáis en la Tierra, los que estáis llevando a cabo una misión que se os pidió, tenéis una gran oportunidad de obtener, al final de vuestra existencia, una posición más cercana al Corazón de Nuestro Dios, de acuerdo a los méritos ganados en vuestra misión, aquí en la Tierra.

No desperdiciéis, Mis pequeños, ni un segundo de vuestra existencia, ofreced todo, amad todo. Todo lo que tenéis a vuestro alrededor y lo que pasa en vuestra vida, Nuestro Padre lo permite para vuestro bien. Tratad siempre de sacar un bien, del aparente mal que está llegando a vuestra vida. Todo tiene una razón de ser y nada escapa a los Ojos Providentes de Nuestro Dios. AgradecedLe en todo momento. AmadLe en todo lo que llegue a vuestra vida. PedidLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, la Sabiduría para poder conocer el trasfondo de cada prueba o de cada situación que Nuestro Dios permite en vuestra existencia.

No desperdiciéis ningún momento para agradecerLe a Nuestro Dios, todas Sus Bondades, Su Providencia, Su Amor, Sus Cuidados, Su Vida en vosotros. ¡Hay tanto, tanto qué agradecerLe a Nuestro Dios! Su Bondad es Infinita, Su Amor por vosotros, ¡inconcebible!

Comprenderéis Su Amor, solamente, cuando regreséis al Reino de los Cielos, mientras tanto, amadLe, amadLe con todo vuestro corazón y, pedidLe, a Mi Hijo Jesucristo, que os lleve por ésos caminos de Perfección que Él os Enseñó, para llegar fácilmente al Reino de los Cielos.


¡Os Amo tanto Yo, también, Mis pequeños! Soy vuestra Madre y guío vuestros pasos, os llevo de la Mano, os llevo hacia Mi Hijo, para que Él os lleve al Padre.

Os amo, Mis pequeños, gracias por vuestro Amor.

Tercer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Yo mando almas, si vosotros procrearais, si vosotros producís un cuerpecito; satanás, a través de vuestros gobernantes, a través de los que se han vendido a él, inventan infinidad de cosas, para que no haya vida.

Hijitos Míos, vosotros, a diferencia de los animalitos, tenéis un alma que proviene de Mí. Un alma, que va a trascender después de vuestra misión en la Tierra. Un alma, que bajó a la Tierra y tomó un cuerpo, para llevar la misión que debéis llevar cada uno de vosotros y después, al finalizar vuestra misión, dejará ése cuerpo y vuestra alma regresará a darMe cuentas de lo que hicisteis, cómo llevasteis a cabo vuestra misión, cuánto de Mi Amor dejasteis en la Tierra y cuántas almas salvasteis.

Pero, lo más importante de todo, Mis pequeños, a diferencia de los animales, es que vosotros, podéis procrear. Y, ¿qué es esto, Mis pequeños? Vosotros procreáis dando vida a un cuerpo, ayudándole a crecer a ése cuerpo, cuidándolo con los mejores alimentos posibles, para que, vuestro cuerpo, que es vuestro vehículo, esté sano, para que vuestra alma, que está dentro de ése cuerpo, pueda misionar en la Tierra.

Procrear, es dar vida a cuerpo y a alma. Los animalitos actúan nada más a nivel sexo, tienen la función de reproducirse y llevan un orden en cada especie que Yo Creé y no se pueden salir de ése orden, como lo hace el ser humano, que tiene el libre albedrío, que ésa es una Gracia del alma.

Mis pequeños, cuando Yo os he dado el don de la vida, vosotros procreáis para dar vida, por eso hablo de acto de procreación y no de acto sexual, que es el de los animalitos. Vosotros estáis a un nivel, inmensamente, más alto que el de los animales al dar vida al cuerpo y al alma.

¿Qué es lo que hace satanás y que es lo que está evitando en éste tiempo? Vosotros, en el acto de procreación, traéis un bebé a la Tierra. Poniéndolo en un sentido más figurativo, creáis un compartimiento, creáis un bebé y, en ése bebé, Yo pondré un alma. Vosotros, sin el acto de procreación, no producís nada, como ahora está queriendo hacer satanás, que se impida la vida, a como dé lugar, entonces, Yo no puedo mandar almas a la Tierra que lleven Mi Amor, para destruir todo lo malo que el príncipe de este Mundo causa en las almas y, de esta forma, él cree vencerMe. Yo mando almas, si vosotros procrearais, si vosotros producís un cuerpecito; satanás, a través de vuestros gobernantes, a través de los que se han vendido a él, inventan infinidad de cosas, para que no haya vida, para que no se procree un cuerpo y, de esta forma, Yo no pueda mandar almas dentro de ésos cuerpecitos que vosotros vais a procrear.

 

Cuando recibís un bebé, un hijo vuestro, al momento del Bautismo, ése ya es un pequeño hijo Mío y es un hijo, no es una creaturita, como antes del Bautismo, como si fuera un animalito. Al recibir el Sacramento del Bautismo, ya viene a ser un hijo Mío, una creaturita de Dios, que voy cuidando y que voy llenando de Virtudes, de Bendiciones, de Mi Amor, para que lleve a cabo una misión en la Tierra, que ésta, principalmente es, como os he repetido tantas veces, ir destruyendo la maldad de satanás, a través del Amor que Yo pongo en cada corazón. Obviamente, a satanás no le gusta esto, él no quiere que haya amor en un reino de odio y de maldad, como es éste.

Él es el príncipe de este Mundo, él no quiere amor en su reino de maldad y, por eso, ataca continuamente Mi Obra de vida, que es la procreación de los hijos. Ciertamente, vosotros tenéis un gran compromiso Conmigo, porque cuando Me pedís un bebé, no os dais cuenta que Yo os estoy mandando un alma y que, ésa alma, tiene que regresar, tarde o temprano a Mí y, eso, lo lograréis, llenando a ésa almita de Amor, de valores, de Virtudes y, si no lo hacéis, seréis Juzgados por lo que no le disteis a ésa almita para que regresara, tarde o temprano, a Mí. Tener un bebé, Mis pequeños, es un gran compromiso ante Mis Ojos.

Pero a lo que iba, Mis pequeños, es el cómo satanás os está atacando en éste tiempo, para que no haya bebés en el Mundo, o sea, de que no haya posibilidad de que, Yo, no pueda mandar almitas, para que destruyan la maldad de satanás, a través del amor que han de llevar cada uno de estos pequeños hijos Míos.

Meditad esto, Mis pequeños, y dejad que Mi Santo Espíritu Viva en vosotros y os guíe por Caminos de Verdad.

Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Sobre: La muerte alcanzará a todos aquellos que no han querido vivir en el Amor, la vida se le dará a aquellas almas que se han llenado de Nuestro Amor, algunos en un treinta, en un cincuenta, en un setenta, en un cien por ciento, pero han abierto su corazón al Amor.

Hijitos Míos, Yo tuve a Mis apóstoles, discípulos y mucha gente más, que seguía Mis Enseñanzas. Ciertamente, muchos Me seguían por interés, querían su sanación, pero no un cambio de corazón, querían un alimento, pero no un alimento de alma, que les ayudara a alcanzar su santidad. Ciertamente, las Palabras entraban en su corazón, pero sucedía como en la Parábola que les expliqué alguna vez, sobre los granos que se van arrojando para sembrarse y la gran mayoría de ellos, fueron granos que se cayeron en el camino, que pronto se secaron o que se comieron las aves y no dieron fruto. Por eso, al final, gritaron, prácticamente, todos: “crucifícaLe”, porque Mi Palabra no quedó sembrada en su mente ni en su corazón. Y realmente, como os dije, Me seguían por interés, más  no por mejorar su vida espiritual.

Ahora el Mundo está así, van más de dos mil años que pasé por la Tierra y os dejé Mis Enseñanzas, ¿qué pasaría, si en éstos momentos, Yo, apareciera, nuevamente, ante los hombres? Sería lo mismo, Mis pequeños.

Se os ha dicho, por Boca de Mi Padre, que el resto fiel es muy pequeño, y esto quiere decir que, prácticamente, sería la misma proporción de los que sí entendieron, que fueron Mis apóstoles y algunos discípulos y, la gran mayoría, desperdiciaron todo lo que se les enseñó, los Regalos del Cielo que se les dieron, las curaciones y los favores especiales que obtuvieron de Mí, vuestro Dios-Hombre. ¡Cuánta ingratitud de los hombres! ¡Cuánto desperdicio de los Regalos del Cielo!

Os vine a dar todo ése Conocimiento para vuestra santificación, para vuestra salvación y ¿qué sucedió en ése tiempo y qué está sucediendo en éste tiempo? Lo mismo, no se cree en Mis Palabras, no se cree en Mi Presencia, no se cree en Mis Profecías y, de esta forma, el hombre no se prepara para lo que os he estado anunciando, desde tiempo atrás, y que ya ahora es inminente, para toda la Tierra y el Universo entero.

El hombre, se mantiene en su necedad, en su incredulidad, en su falta de amor. No quiere, el hombre, crecer en vida espiritual y buscar la perfección que os va a dar alegría inmensa, un Conocimiento profundo del Amor. Se os ha dicho tantas veces que el Amor es el motor que mueve a todo lo Creado.

Todo fue creado en el Amor, en Nuestra Santísima Trinidad, se ha creado todo para  consentiros, vosotros, los hombres, fuisteis lo máximo en la Creación. Fuisteis creados a Imagen y Semejanza Nuestra, pero no habéis vivido de acuerdo a ésa dignidad y a ése regalo tan grande que se os concedió. Muchos de vosotros, no sois dignos de ser llamados hijos de Dios y esto os debiera de dar mucha vergüenza, porque sois hijos de Dios, pero no habéis querido tomar ésa afiliación Divina, por darLe la espalda a vuestro Dios.

Se os dio la vida, se os dio el Conocimiento Divino, se os da un alma, que podéis llenar de Conocimiento inmenso, Infinito, pero preferís servir al que os destruye, al enemigo y, de esta forma, no dais fruto. Sois enemigos de la Gracia, sois enemigos del Amor, porque, esto es lo que es satanás y, los que vivís fuera de la Gracia, esto es lo que sois, enemigos de Nuestro Amor y, como os dije, el Amor es el motor que mueve a todo lo Creado, pero vosotros, lo estáis rechazando. Los que no queréis vivir para Nosotros y con Nosotros, por eso, se os viene esta Purificación Mundial y Universal, para eliminar a todos aquellos que no quieren seguir siendo movidos por el Amor.

La muerte alcanzará a todos aquellos que no han querido vivir en el Amor, la vida se le dará a aquellas almas que se han llenado de Nuestro Amor, algunos en un treinta, en un cincuenta, en un setenta, en un cien por ciento, pero han abierto su corazón al Amor. Después de la Purificación que tendréis, gozaréis, ya sea aquí, con la transformación que tendrá, también, la Tierra o en el Reino de los Cielos, si sois llamados a vivir ya eternamente con Nosotros, pero ése regalo, solamente será para las almas que han buscado el Amor.

Nosotros os daMos la libertad total, tenéis el libre albedrío, escogéis a quién queréis pertenecer, solamente hay un Bien y hay un Mal, vosotros escogéis: Vida Eterna o condenación eterna. Sois libres, Mis pequeños, pero, si escogéis condenación eterna, Nos causaréis un gran Dolor, porque, Nuestro Amor, fue puesto plenamente en vuestra creación y vosotros traicionasteis al Amor.

Los que estáis con Nosotros, Benditos seáis, porque al buscar Nuestro Amor, Nos dais un gran gusto, estáis buscando la Perfección, estáis buscando la Vida, estáis buscando crecer en nuestra Vida, en Nuestros Misterios de Amor y seréis recompensados, Mis pequeños. Benditos seáis, por la alegría que Nos dais al buscar Nuestro Amor, vivirlo y transmitirlo.

Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: Doce, fueron los discípulos de Mi Hijo y el resto fiel representa a ésos doce, que empezarán un Nuevo Mundo, una Evangelización de Amor, una vida fraterna, una vida Virtuosa, una vida, en donde, Yo, seré vuestro Dios y, vosotros, seréis Mi Pueblo.

Hijitos Míos, Mi Hijo Jesucristo, en Su Ascensión, momentos antes, os pide algo inmenso:  “amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. Digo inmenso, Mis pequeños, porque es como vivir en el Cielo y, vuestra función en la Tierra, es llevar esta inmensidad del Cielo a la Tierra, amándoos los unos a los otros.

Si vosotros sois honestos con vuestra actuación en la Tierra, ¿hasta dónde habéis llevado este pedimento de Mi Hijo, este pedimento Divino? Como os dije, si sois honestos, vergüenza os dará el reconocer que habéis fallado en un alto grado; prácticamente, todos vosotros.

Satanás os ha llevado a que luchéis los unos contra los otros; a que no tengáis confianza plena los unos con los otros; a que no os tratéis como hermanos que sois y que no podáis, vosotros, llevar a cabo ésta tarea de traer el Cielo a la Tierra, amándoos los unos a los otros.

Ya os había explicado que satanás se ha encargado de ir destruyendo, en vosotros, la espiritualidad Divina, que vosotros debéis vivir. Os ha llevado a que os separéis los unos de los otros, que no haya confianza entre unos con los otros, que os veáis más como enemigos, que como amigos o hermanos.

Ciertamente, en una familia, hay rencillas, pero os contentáis y os perdonáis, en la mayoría de los casos. Os compartís en familia, de lo que unos y otros tenéis y, así, vais avanzando a lo largo de vuestra existencia, amando a vuestro hermano y ayudándole en sus necesidades. Eso es lo que es una familia.

Pero ahora el Mundo se desarrolla a otro nivel, os ha llevado satanás a que desconfiéis los unos de los otros, a que os peleéis, a que quitéis lo que el otro tiene y que le ha costado trabajo obtener; parece la ley de la selva, el más grande, el más fuerte, quitándole sus bienes al que es pequeño, al que no le gusta pelear y prefiere que se le quiten sus cosas, antes de hacerle daño a su hermano. Sí, todavía quedan algunos con ése sentido de hermandad que os enseñó Mi Hijo y por eso os he dicho que el resto fiel es muy pequeño, porque sois muy pocos los que realmente aprendisteis esta lección y seguisteis este pedimento de Mi Hijo.

Vosotros sois Mi resto fiel, vosotros sois los que estáis manteniendo esta Vida Divina en la Tierra, Hermanos unos con otros, apoyándoos, cuidándoos, orando unidos, viviendo Mis Enseñanzas, viviendo en el Amor Divino, respetándoos los unos a los otros, compartiéndoos de los dones, Gracias, Bendiciones, con las que os he regalado a cada uno de vosotros. Sois Mi resto fiel, sois Mi familia de la Tierra y, gracias a vosotros, el Reino de los Cielos se unirá al Reino de la Tierra.

Doce, fueron los discípulos de Mi Hijo y el resto fiel representa a ésos doce, que empezarán un Nuevo Mundo, una Evangelización de Amor, una vida fraterna, una vida Virtuosa, una vida, en donde, Yo, seré vuestro Dios y, vosotros, seréis Mi Pueblo.

Gracias, Mis pequeños.