Ago 08_06 Tened siempre con vosotros el Santo Rosario.

Mensaje.

 

Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

 

Habla La Santísima Virgen María.
Sobre:
en todas Mis Apariciones, os di el secreto para poder vencer en éstos momentos: el Santo Rosario
Hijitos Míos, estáis en una época de la humanidad en la cual, satanás, la serpiente antigua, va a tratar de destruir a la humanidad, a todos vosotros, a toda la Creación, a todo lo que Dios, Nuestro Padre, Nuestro Dios, creó con Amor. Va a utilizar todas las armas posibles, tanto físicas, como espirituales para destruiros.

También, ésta es la época en la cual, Yo, como Madre vuestra, entro en acción fuertemente, lo sabéis, para luchar contra ésta serpiente y con Mi Calcañar, le aplastaré la cabeza.

Mis pequeños, ni aún sus ardides, sus armas más poderosas, sus trucos, su maldad, van a poder destruir a todos aquellos que han sido marcados en la frente con el Amor, os repito, quienes han sido marcados con el Amor.

Las almas, las almas que se han acercado al Amor de Nuestro Padre, al Amor de la Santísima Trinidad, son aquellas almas que van a ser mantenidas en éste tiempo de purificación. Ciertamente, algunas almas serán tomadas como sacrificio, como holocausto para la salvación de muchas otras almas, para su salvación, pero es el Amor el que va a perseverar para la tercera etapa de la humanidad.

Y como os digo, ninguna arma va a ser más poderosa que el Amor. Yo, en todas Mis Apariciones, os di el secreto para poder vencer en éstos momentos: el Santo Rosario, Mis pequeños, os lo vuelvo a repetir, porque muchos de vosotros os vais a ir involucrando en los acontecimientos, os vais a ir atemorizando con lo que vaya sucediendo en vuestras vidas y esto no debe ser, Mis pequeños.

Conocéis perfectamente los acontecimientos, conocéis cómo se van a ir sucediendo, porque se os ha avisando a lo largo de la historia y en éstos momentos vosotros no debéis tomar parte en ellos, en el sentido de que no os atemoricéis, pero sí toméis partido en cuanto a que oréis para que vuestros hermanos puedan entender y se puedan zafar de los acontecimientos y orar y también pedir por vuestros hermanos, como lo deberéis hacer vosotros y ayudar en la salvación de muchos que no están con Nosotros todavía.

Mis pequeños, son tiempos difíciles, pero por otro lado, son tiempos de salvación, son tiempos para pescadores de hombres y vosotros sois pescadores de hombres, como lo fueron los primeros apóstoles, sois los pescadores de éstos Últimos Tiempos, tiempos en donde la pesca va a ser inmensa. Debéis salvar a muchos, muchos de vuestros hermanos que están apartados, que negaron la Vida de Mi Hijo, todos Sus Méritos, Su Amor, Su Muerte, Su Resurrección, han desperdiciado todo lo que se les dio.

Los primeros, aquellos que vivieron en la época de Mi Hijo tuvieron el Apostolado de Mi Hijo, no habían tenido instrucción por parte de Él, solo la Ley y los profetas, luego lo escucharon y muchos lo despreciaron.

Los pueblos anteriores a Mi Hijo no han pecado lo que los pueblos actuales han pecado, porque ahora sí habéis tenido la Predicación de Mi Hijo intensamente y alrededor del mundo. El Juicio para los pueblos actuales será más severo, pero por otro lado se cuenta con vuestra actuación, con vuestra intercesión, con vuestra ayuda, con vuestros méritos. No os hagáis sordos a Mi llamado, es tiempo de que os deis al cien por ciento, son tiempos difíciles en que os deberéis dar como Yo, vuestra Madre Me di por Mi Hijo, como los apóstoles después del Pentecostés se dieron y como se han ido dando muchos, muchos de Mis hijos alrededor del mundo después.

Mis pequeños, sois pescadores de hombres, pescadores de almas, es una misión grandemente loable para el Reino de los Cielos, no despreciéis éste regalo que se os da, manteneos firmes, satanás no podrá contra vosotros, tened siempre con vosotros el Santo Rosario, unid a vuestros hermanos con el Rezo del Santo Rosario, unid a la humanidad entera al Rezo del Santo Rosario y pronto, pronto terminará éste ataque satánico que tendréis alrededor del mundo.

Con ésta arma poderosísima, que Yo os he dado, venceremos, no dudéis, Mis pequeños, venceremos. Os bendigo, Mis pequeños y os tengo muy dentro de Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.