Jul 28_06 Yo quise que nacierais en la familia, porque la familia, es el núcleo más poderoso.

Rosario

 

Temas:

  • No creáis que el mal ha vencido, el mal fácilmente cede ante la paz, ante el amor.
  • La maldad se ha hecho tan normal en vuestra vida, que va ensuciando a vuestra alma sin que os deis cuenta.
  • Yo estoy entre vosotros a través de Mis ministros, a través de aquellos a los cuales Mi Hijo dejó Su Poder.
  • ¿Cómo estáis vosotros preparando vuestra alma para vuestra vida futura?
  • ¿Cómo estaréis cuando Yo os pida cuentas de vuestra alma?

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: No creáis que el mal ha vencido, el mal fácilmente cede ante la paz, ante el amor.
Hijitos Míos, cuando Yo os hablo de familia, tengo una razón para ello. Al ser creados, llegasteis a la Tierra a una familia, no llegasteis a la Tierra aislados, aunque pudiera haber sido ésa la situación en la que vivierais en la Tierra. Podríais decir, de todas formas: “cada uno tiene su misión por separado, individual” y pudiera haber sido así, que actuarais en la libertad individual, sin haber llegado a una familia donde tuvierais que cumplir también con ciertas obligaciones entre hermanos y como hijos hacia los padres.

Yo quise que nacierais en la familia, porque la familia, es el núcleo más poderoso que podéis tener. Hacéis familia y así os cuidáis unos a otros, os protegéis, os guiáis, escucháis al hermano mayor para que os guíe, al padre, a la madre que os protejan, os alimenten, os guíen, os den la mano en los problemas y también alaben vuestros triunfos.

En el núcleo familiar, vosotros os vais comprometiendo con el Cielo, sí, os vais comprometiendo con vuestra familia Celestial, vais aprendiendo cómo se debe vivir en el Cielo, cuidándoos, volviéndoos a unir en ésa vida espiritual, vida de amor, vida de protección, vida de crecimiento.

Pero, ¿qué pasa ahora?, lo estáis viendo a vuestro alrededor, cómo satanás se ha introducido dentro del núcleo más fuerte que tenéis, la familia, os ha ido destruyendo, os ha ido dividiendo, os ha ido maleando, os ha llevado a la división, a la dispersión, al abandono. Ya no os protegéis, ya no os cuidáis unos a otros, os atacáis unos a otros como animales, cuando se trata de los bienes de familia, de las herencias, por los negocios, por los errores que se cometen.

Eso es lo que ha logrado satanás en éstos tiempos, división, separación, destrucción, muerte, ya no digamos las guerras, luchas fraticidas, en las cuales se matan familias a familias. La familia que debierais hacer en la Tierra, todos unidos, ya no es la familia que Nosotros aquí en el Cielo queremos, ya no vivís con amor en vuestro corazón, os estáis cuidando de vuestro hermano, para ver qué es lo que quiere él de vosotros, cómo se quiere aprovechar él de vosotros, ya no actuáis en la inocencia espiritual, ya se os aconseja estar siempre a la expectativa, cuidándoos hasta vuestras espaldas, para ver si vuestro hermano no os va a atacar. Eso no es vida, Mis pequeños, no podéis decir que estéis viviendo en la libertad, en comodidad, en paz, en hermandad ahora sobre la Tierra. ¿Eso es lo que queréis para vosotros mismos y para vuestros descendientes?

Si vosotros mismos no estáis dando vida, si no estáis llevando paz en vuestro corazón, si no estáis tratando de evitar guerras, ¿qué queréis entonces, Mis pequeños, para vuestro futuro?, el remedio está en vosotros.

Os he dicho que si no os llenáis de Mi Amor, que si no seguís Mis Leyes y Decretos, que si no evitáis el luchar contra toda ésa ola de destrucción y muerte a donde os ha llevado satanás, no podréis recuperar lo que Yo os di. El Cielo en la Tierra se tiene que lograr a través de vosotros, dejándoos guiar por Mi Santo Espíritu de Amor. Vosotros tenéis que luchar por lo que os pertenece, por vuestra familia, tanto, vuestra familia primera, donde nacisteis, como vuestra familia mundial, en donde estáis.

Entended esto, Mis pequeños, no presionéis a vuestros hermanos, obligándolos a hacer lo que vosotros mismos no estáis empezando a hacer.

Haced el cambio con vuestro ejemplo, logradlo a través de vuestro trabajo, Yo estaré con vosotros, no os dejéis dominar por la maldad que ya os rodea, no creáis que el mal ha vencido, el mal fácilmente cede ante la paz, ante el amor, cede ante la santidad de los actos y para eso habéis sido llamados, Mis pequeños, a lograr actos de santidad en vuestra vida, para ir erradicando la maldad en éste mundo. No todo se ha perdido, Yo aún vivo en vuestras almas, dejadMe salir, dejadMe brotar, dejadMe hacer el cambio actuando como Yo quisiera que actuarais, en amor, en virtud, en paz, en armonía, en fraternidad. Juntos podemos hacer éste cambio, dejadMe, dejadMe vivir entre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: La maldad se ha hecho tan normal en vuestra vida, que va ensuciando a vuestra alma sin que os deis cuenta.
Hijitos Míos, imaginad que vuestra alma es como una sábana que se ha llevado a la lavandería, que se le ha puesto blanqueador y ha quedado purísima, blanquísima, vuestra alma fue así creada, pura y santa. Luego, el dueño de la sábana, al ver la blancura, que adquirió ésa prenda, la lleva presumiendo por el camino, pero en el camino muchos la ven, hay envidias y la empiezan a manchar con lodo, le empiezan a aventar piedras, mugre, el mismo camino levanta polvo y la empieza a ensuciar, el dueño de la sábana no se da cuenta de ello, pero la sábana va sufriendo toda ésa suciedad del camino; por fin cuando llega a su hogar, le da vergüenza ver lo que lleva. Él la llevaba pura, la llevaba limpia y se ensució en el camino.

Vuestra alma es así, Mis pequeños y es lo que está sucediendo en éstos tiempos. Os digo, el dueño no se dio cuenta, porque muchas veces y ahora en éstos tiempos es más notorio que la maldad se ha hecho tan normal en vuestra vida, que muchas veces va ensuciando a vuestra alma sin que os deis cuenta, estáis aceptando maldad, suciedad, impureza en vuestra vida, que no es grata a Mis Ojos, pero vosotros ya la habéis hecho parte de vuestra vida. Ya vuestra alma no llega pura ante Mí al final de vuestras vidas, porque vosotros mismos os enlodasteis sin que os dierais cuenta porque la maldad se hizo normal en vuestra vida.

Ya no estáis manteniendo los Sacramentos, Mis Mandamientos, Mis Leyes, Mis Preceptos, como algo primordial en vuestra vida, vosotros mismos habéis hecho a un lado lo que es Mío y os enlodasteis con la maldad del mundo, os llenasteis del polvo que os rodea porque si no hacéis lo que los demás hacen, ya no os sentís parte de ellos.

Os hablé de la familia y en la familia os cuidáis y cuidáis a los que son de vuestra familia, ahora ya no os estáis cuidando y estáis llevando a otros, a otros de vuestros hermanos, a enlodarse, a caer en aquello en lo cual ya estáis vosotros, en la mugre, en la inmoralidad, en la impureza. Tened cuidado pues, Mis pequeños, pedid Sabiduría, pedid Pureza, pedid Santidad, pedid discernimiento, para que podáis ver la realidad de vuestro alrededor. No porque los demás actúen de tal ó cual forma, veáis eso como algo ya normal y aceptado, no, Mis pequeños, Yo, sabiendo la maldad del hombre, sabiendo de vuestra debilidad en vuestra alma, para eso os di Mandamientos, Leyes y Decretos, para recordaros qué es lo que debierais cuidar en el actuar de vuestra vida.

Si vosotros estáis Conmigo a través de las Leyes y Decretos, vuestra alma llegará limpia a Mí, si los hacéis a un lado, vuestra alma se enlodará, se ensuciará y no llegaréis limpios y tendréis que pasar un tiempo más en el Purgatorio para limpiar todo aquello a lo cual visteis normal en vuestra vida y actuasteis según ésa normalidad que no venía de Mí.
Tened cuidado, Mis pequeños. Gracias, gracias por escucharMe.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Yo estoy entre vosotros a través de Mis ministros, a través de aquellos a los cuales Mi Hijo dejó Su Poder.
Hijitos Míos, ved en vuestros hermanos cómo hay una falta de conocimiento y de congruencia en su vida. Mis pequeños, si vosotros necesitáis que se construya vuestra casa, acudís al ingeniero, al arquitecto, si vosotros necesitáis que vuestro cuerpo sea curado, acudís al médico, si vosotros necesitáis que las leyes se cumplan, acudís al abogado, si necesitáis que la ley se lleve a cabo en la ciudad, acudís a las autoridades. Esto os lo digo, Mis pequeños, porque cuando necesitáis de lo espiritual, en lugar de acudir a Mí, vuestro Dios, acudís con la persona errónea, acudís al mago, al brujo, a la adivinación, en pocas palabras, a satanás, ¿qué queréis lograr con ello, Mis pequeños?, ¿qué creéis que vais a ganar con aquél que busca solamente vuestro mal y no el Bien que Yo os puedo dar?, ¿por qué os engañáis?, si conocéis dentro de vuestra vida lo que debéis hacer en lo material, en lo del mundo, ¿cómo es que no acudís a buscar lo correcto con quien os puede ayudar en lo espiritual, que Soy Yo, a través de Mis ministros?

Ésa es la incongruencia del hombre, buscar el Bien, siendo aconsejados por el mal, eso no es posible, Mis pequeños, Yo estoy entre vosotros a través de Mis ministros, a través de aquellos a los cuales Mi Hijo dejó Su Poder, Su Amor, Leyes, Vida, Vida espiritual y  vosotros, en lugar de obtener vida espiritual, obtenéis muerte, obtenéis mentira, obtenéis desvíos, que no os van a llevar al fin que vosotros necesitáis.

Ésa es la mentira, la maldad a donde os ha llevado satanás y por eso estáis padeciendo ya el resultado del abandono de Mi espiritualidad, de Mis consejos, de lo que Yo quiero para las almas.

Mi Hijo os lo dijo “un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni el árbol malo puede dar frutos buenos”, eso es lo que está sucediendo ahora en vuestra vida, estáis acudiendo al árbol malo y queréis obtener fruto bueno, no es posible, Mis pequeños, no es posible esto. Enmendad vuestro camino, regresad a la Verdad, regresad a la Luz y obtened de Mí lo que Yo quiero para cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: “¿Cómo estáis vosotros preparando vuestra alma para vuestra vida futura?”
Hijitos Míos, prácticamente todos vosotros, cuando sois pequeñitos, habréis oído una ó varias veces, la recomendación que vuestros padres os hacían, “prepararse para el futuro”, ésa frase os la repiten a lo largo de vuestro crecimiento, “prepararse para el futuro”.

Se os dice que dentro de la familia se os van enseñando las primeras bases para que os podáis defender en la vida. Para que podáis tener la educación necesaria para que podáis hacer y lograr otra familia estable, en la cual llevar a cabo lo que estáis viviendo ahora, desde pequeños, en la familia de vuestros padres y de vuestros hermanos. Y así vais creciendo, vais aprendiendo en la escuela, vais aprendiendo en el hogar, vais aprendiendo de vuestros hermanos; a vuestro alrededor, de amigos, de conocidos y así vais creciendo y os vais llenando de conocimiento para que os vayáis preparando para hacer vuestra propia vida y vuestra propia familia.

Esto es en lo humano, esto es lo del mundo, pero Yo también os repito ésa frase, Mis pequeños, “¿cómo estáis vosotros preparando vuestra alma para vuestra vida futura?”, ¿os estáis preparando correctamente para que os presentéis ante ése otro Mundo, ante el Mundo Celestial, al cual todos vosotros vais a tener que llegar irremediablemente?”, “¿cómo os estáis preparando para que así, como en la Tierra, estudiáis para trabajar en lo que escogisteis, aquí en el Cielo también os vais a presentar ante lo que va a ser vuestro futuro eterno?, ¿cómo habéis hecho crecer a vuestra alma para que pueda hermanarse con las almas que ya están en el Cielo?

Solamente esto se logra, Mis pequeños, a través de la educación que os vino a dar el Divino Maestro, Mi Hijo, Mi Jesús, el Cristo. Siguiendo Sus pasos, siguiendo Sus Enseñanzas, haciéndolas vida, es como vosotros os preparáis sin ninguna equivocación para que os presentéis ante vuestros hermanos en el Reino de los Cielos y que no os sintáis extraños, extranjeros, que no habléis diferente idioma al que se habla en el Cielo, que es el Amor, que es la Virtud y que es la ayuda a vuestros hermanos con el don ó con los dones que Yo os concedí. Sí, Mis pequeños, aún en el Cielo, las bendiciones, los dones que recibisteis en vuestra alma, siguen actuando y se siguen dando en el Reino de los Cielos. Pero Yo os pregunto, ¿cómo hicisteis, cómo lograsteis que ésos dones, que ésas capacidades se engrandecieran en vuestro actuar aquí en la Tierra?

Meditad esto, Mis pequeños, porque como os dije, irremediablemente llegaréis a ésa Familia Celestial, ¿cómo os vais a presentar, como hermanos, conociendo ya lo que se debe de vivir en el Cielo, porque ya lo vivisteis en la Tierra?, ¿u os presentaréis como extranjeros, no sabiendo qué hacer ni cómo hablar ante vuestros hermanos?
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Cómo estaréis cuando Yo os pida cuentas de vuestra alma?
Hijitos Míos, todos vosotros, instintivamente o por experiencia, vais rechazando en vuestra vida todo aquello que os hace daño. Se puede hablar de alimentos, se puede hablar de lo que os rodea, se puede hablar aún de todo aquello que os pueda causar algún tipo de alergia, malestar, enfermedad, en vuestro cuerpo, en vuestro ser, lo rechazáis instintivamente porque os duele, os causa algún malestar, simplemente no queréis estar con ello ó con personas que os puedan causar algún mal y os mantenéis alejados de todo ése mal, pero eso lo veis principalmente cuidando vuestra persona, por el dolor en vuestro cuerpo que os causan todos ésos alimentos, objetos, personas, prendas etc., que os puedan causar algún malestar.

Instintivamente vuestra alma también sabe lo que es malo, lo que es mal alimento para vuestra alma, pero vosotros parece que ya os vacunasteis contra la maldad que os rodea y dejáis que ése mal se acerque a vosotros, lo tomáis como alimento a pesar de que os va a hacer daño, ya no escogéis lo que es bueno para vuestra alma, lo que es bueno para vuestro crecimiento espiritual.

Al crecimiento espiritual le habéis dado un segundo lugar en vuestra vida y debiera ser lo primero, Mis pequeños. Sabéis que vuestro cuerpo se quedará aquí, en la tierra y se hará polvo y vuestra alma es la que se mantendrá eternamente, ya sea para el Cielo, ya sea para el Infierno, pero ella, no morirá.

Ahora os pregunto, ¿qué alimento le estáis dando a vuestra alma?, ¿cómo la habéis hecho crecer?, ¿qué lugar tiene en vuestra vida?, ¿es vuestra alma lo primero?, ¿lo más importante para vosotros, es alimentar vuestra alma, hacerla crecer?, ó ¿estáis viviendo para el mundo, para las cosas que satanás os ofrece para que os distraigáis y no le deis el primer lugar a lo que es lo más importante para vosotros, que es vuestra alma?

Mis pequeños, ésta es una realidad que la sabéis y la conocéis perfectamente y ni así recapacitáis, desgraciadamente, para algunos ya se vuelve tarde, pero mientras estéis sobre la Tierra, Mis pequeños, podéis reparar el mal que le causasteis a vuestra alma durante todos vuestros años de vida.

Retomad el camino, alimentad vuestra alma correctamente, aún en los últimos momentos que os queden, para algunos faltan segundos, para otros, faltan horas, ¿cómo estaréis, Mis pequeños, al momento que tengáis que presentaros ante Mí?, ¿cómo estaréis cuando Yo os pida cuentas de vuestra alma?, ¿de qué tamaño estará?, ¿qué tan saludable estará?, ¿la habréis preparado para dar buenos frutos?, ¿la habréis preparado para estar ante Mi Presencia y para poder convivir fácilmente en el Reino de los Cielos?, ¿cómo estará vuestra alma, Mis pequeños?
Gracias, gracias, Mis pequeños.