Jun 09_06 Me vuelvo a dar a Mi Padre en cada Misa.

Rosario.

Temas:

  • El demonio os ha llevado a creer que estáis en la Tierra para gozar de todo lo que se os presente.
  • Lo que Yo os pido es para vuestro bien, no tanto para Mi bien, lo que Yo os pido es para vuestra salvación.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: El demonio os ha llevado a creer que estáis en la Tierra para gozar de todo lo que se os presente.

Hijitos Míos, el mundo se sigue distrayendo, el mundo se sigue apartando de Mis Leyes y de Mi Amor, el mundo ha encontrado en qué vivir fuera de Mis Leyes y de sus obligaciones. El mundo ya no Me ama, busca amoríos pecaminosos, amoríos externos a Mi Ley. El mundo trata de divertirse a expensas de Mi dolor.

Me he dado totalmente por vosotros, Mis pequeños, Mi Corazón sufriente, adolorido ya no es tomado en cuenta. Me di totalmente por todos vosotros, por todas las generaciones. Voy tocando puertas y no Me abren, he hecho tanto por vosotros, Mis pequeños y no queréis hacer caso, no queréis regresar hacia la senda que debéis seguir.

Mis pequeños, uno solo debe ser vuestro camino, el camino que Yo os tracé y que tanto Me costó, el camino de la Gracia, el camino del Amor, el camino de la reparación.

Es un camino de Cruz, por un lado, pero también es un camino de gozo, al saber que estáis ayudándoMe a cargar Mi Cruz y a reparar todo el daño que vuestros hermanos han causado a lo largo de la historia.

Mis pequeños, no despreciéis lo que se os pide porque, cuando tengáis vuestro regreso en el Reino de los Cielos, os avergonzaréis por no haber hecho lo que tanto se os pidió.

Por otro lado, al estar apartados de Mi Voluntad, estáis poniendo en riesgo la vida eterna de vuestra alma. Satanás se encarga de distraer a las almas, para llevarlas a gozos efímeros, a maldad cubierta de cierta bondad aparente y con ella os engaña, tergiversa las acciones, los pedimentos que os hago, para que vosotros creáis que estáis haciendo un bien cuando realmente estáis haciendo un mal.

Ciertamente hay males menores y males mayores. Pero los males menores, como la distracción que invade todo vuestro ser, que ponéis todo vuestro interés en ello y que os impide cumplir con vuestras obligaciones, os van llevando a una sequedad espiritual, que a la larga os va a separar posiblemente en totalidad de Mí, de vuestro Dios y de lo que debéis hacer en vuestra misión. Tened cuidado, Mis pequeños y pedid ayuda a Nuestra Santísima Trinidad, especialmente a la Luz del Espíritu Santo que vive en vuestro interior, para que os enseñe el camino correcto, el camino santo, el camino seguro para vuestra salvación eterna.

Quitaos la venda de los ojos y no le deis gusto a vuestro ser, porque el demonio os ha llevado a creer que estáis en la Tierra para gozar de todo lo que se os presente, y él suscitará almas, almas negativas, almas vendidas a él, para que os den diversión y así, por ésa diversión, os olvidéis de cumplir vuestros deberes. Estáis en sus dominios, tened cuidado, porque sus engaños son muy sutiles. Yo estoy aquí, junto con vosotros, es más, dentro de vosotros, para guiaros y protegeros, pero tenéis que poner de vuestra parte, para entrar en vuestro corazón y pedid de corazón ésa ayuda y de esa forma estaréis indicando que estáis interesados en Mí y en seguir vuestra misión y así Yo os ayudaré. Os vuelvo a repetir, hay tantas y tantas almas que están confundidas, que están distraídas, que están apartadas de la verdad, a las cuales debéis ayudar. Ésa es una de tantas de vuestras obligaciones como hermanos, ayudar a las almas a regresar al camino verdadero para el cual fuisteis creados, para el cual se os dio vida y ésa vida la debéis compartir con ellos.

Daos por ellos, como Yo Me di por vosotros. Os amo, Mis pequeños y os bendigo.

Segundo Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Lo que Yo os pido es para vuestro bien, no tanto para Mi bien, lo que Yo os pido es para vuestra salvación.

Mis pequeños, os pido a vosotros, que comprendéis Mi Corazón, porque conocéis Mis deseos, que conocéis Mi Dolor, que seáis Mi paño de lágrimas. Tanto he dado por vosotros y el corazón del hombre se ha cerrado tanto, que ya no quieren saber de Mí.

Es tanto el error del hombre, que por más que quiero acercarMe a él, no Me abre sus puertas.

Mi dolor, durante Mi Vida sobre la Tierra fue muy grande. Yo, como Dios-hombre, podía sentir en carne propia lo que vosotros sentís. Sentía el dolor de Mi Carne, pero también el dolor de Mi Corazón, que es más fuerte, que es más grande.

Sentía el desprecio del hombre. Me tuvieron algunos años entre ellos, pero ni aún así quisieron aceptar la Evangelización que les di. El hombre es necio, el hombre es terco, el hombre se cierra y prefiere escuchar su concupiscencia, lo que le da gusto y lo que le quita toda obligación. Mi Corazón adolorido estuvo durante muchos años sobre la Tierra. Mi Evangelización era prácticamente de todo el tiempo, si no estaba Evangelizando, estaba orando por todos vosotros, no perdía ni un minuto, ni un segundo por vuestra vida, por vuestra salvación, por vuestra conversión. La unión íntima con Mi Padre era continua para interceder por cada uno de vosotros, para pedir conversiones de aquéllas almas necias, tercas, duras. Ciertamente el pueblo judío se ha caracterizado por ello, pero ahora, a través de los siglos, después de haber tenido Mis Enseñanzas, todos vosotros os habéis vuelto ése pueblo judío, que tengo que seguir guiando, que tengo que seguir soportando en sus maldades, en su negación, en su terquedad de apartarse de Mí, de Mi Amor, de Mis Leyes de Mis pedimentos y seguís buscando ídolos, como lo hacían ellos.

Sí, hay muchas almas entre vosotros que han entendido Mi Misión y vuestra misión y tratan de apartarse de lo que el mundo les vende y aunque caéis, os levantáis. Ésas son las almas que Me interesan, a las que busco y trato de proteger, pero recordad, que ninguna de las almas que viven en la maldad y en el pecado Yo las abandono, insisto, insisto mucho, Me vuelvo a dar a Mi Padre en cada Misa por todos ellos, Mi Sacrificio se repite miles de veces al día, por cada uno de vosotros alrededor del mundo.

Mis pequeños, los que estáis Conmigo, os pido que os unáis a Mi Dolor, que vuestras lágrimas se unan a Mis lágrimas y de ésta forma, los corazones duros, entorpecidos por la maldad y el pecado, puedan ablandarse, puedan romper ésa coraza que no permite que Mi Gracia penetre en ellos y puedan así obtener absolución de sus pecados y la Gracia que los va a llevar a la salvación eterna.

Yo quisiera que vosotros os pusierais un momento en Mi lugar y teniendo vuestro corazón en la mano, vierais al mundo, a vuestros hermanos, cómo se comportan. Cómo quisiera que entendierais esto, Mis pequeños, que habiéndoseles dado tanto Amor, tanto Sacrificio, toda Mi Vida, aún se mantienen ciegos, sordos y necios a lo que Yo os pido. Que lo que Yo os pido es para vuestro bien, no tanto para Mi bien, lo que Yo os pido es para vuestra salvación. Ciertamente gozo cuando vosotros regresáis a Mí, pero todo, todo lo que Yo he hecho por vosotros es para vosotros, entendedlo, Mis pequeños. Yo no invertí Mi tiempo, Mi Vida, Mis dolores, Mi Muerte y Mi Resurrección, para un bien propio, no, Mis pequeños, todo esto fue para vosotros, para vosotros mismos, un regalo de vuestro Dios para vuestra salvación. Entendedlo, Mis pequeños.

Acercaos a la oración íntima y dejadMe que Yo os tome en vuestro corazón y os enseñe éstos misterios que os darán Luz, para que podáis entender Mis Verdades.
Gracias, Mis pequeños.