Jun 04_06 No tenéis ni idea de la grandiosidad de vuestra alma.

Mensaje a las 10:45 p.m.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Habla Dios Padre.
Sobre: El alma, Mis pequeños, es celestial, está creada a imagen y semejanza Mía y es inmortal, por ella podréis vivir en Mí.
Imaginad un campo de cultivo extenso, muy grande, con un potencial de producción increíble. Lo admiráis, os embelesáis con él, os imagináis los cultivos y las riquezas que obtendréis con él pero si no lo trabajáis, si no lo abonáis, si no lo regáis, todos ésos deseos, solo en sueños se quedarán.

Así es vuestra alma, no tenéis ni idea de la grandiosidad de vuestra alma, de las potencias que posee, de los frutos que puede dar. El alma, Mis pequeños, es celestial, está creada a imagen y semejanza Mía y es inmortal, por ella podréis vivir en Mi, vuestro Dios, ella puede llegar a estar perfectamente en Mí, como Yo puedo estar perfectamente en ella. Sin Mi nada es, Conmigo lo es todo, Mis potencias pueden darse en ella y ella puede gozar por ello, lo inimaginable.

El alma fue creada para compartir Mi Gloria, Mi Amor y Mi Vida pero el Pecado Original detuvo todo éste proceso. Mi Hijo bajó a la Tierra a rehabilitar lo caído y a poner a caminar nuevamente la maquinaria que os va llevando a recuperar lo perdido.

Vuestra alma es el campo de cultivo, es extenso, es muy grande, ¡es inmortal!, por lo tanto, su potencial es inmenso, es increíble. Las almas son bellísimas, su luz es inmensa y bella, cuando están Conmigo, cuando se encuentran en estado de Gracia, cuando están llenas de Mi Amor y lo transmiten. El alma fue creada para producir grandes frutos, frutos de vida, que son las virtudes. El alma debe producir, está hecha para ello, no es concebible pensar en un alma estéril, Yo no creé al alma para ser solamente admirada y ser solamente servida, porque a diferencia del cuerpo, el alma, mientras más se da  para el bien de las otras almas, más luz produce, más bella se hace.  Al cuerpo lo endiosáis, lo cuidáis de que no sufra, ni se dañe para que no pierda su vitalidad y su hermosura, pero mucho tiempo perdéis en daros cuenta de que el cuerpo se acabará tarde ó temprano mientras que el alma, irá poniéndose más bella y más agradable a Mis Ojos con el tiempo si Conmigo estáis.

Al alma hay que trabajarla, como el campo de cultivo, hay que remover la tierra, esto es, quitar toda impureza y todo aquello que le impida dar buenos frutos. Hay que abonar la tierra para que esté llena de nutrientes para que crezcan las plantitas, esto es, hay que darle al alma todo aquello que la haga sensible al amor, darle buenos sentimientos, buen ejemplo, buenas bases religiosas basadas en las Enseñanzas que os hemos dado, darle apoyo a las virtudes y dones que cada alma recibe en lo particular, para llevar a cabo su misión, enseñarle a orar, para que pueda tener la confianza y la seguridad de poder comunicarse Conmigo, con su Dios y Creador.

Hay que regar la tierra, porque si, aunque tenga todo lo demás no tiene el agua que le ayudará a darle vida a las plantitas que ahí se siembren, no servirá para el fin que fue creada. El alma, por más bella que pueda llegar a ser y con todo el potencial que tenga, si no está en estado de Gracia, no puede recibir Nuestra Vida, Nuestras Bendiciones en su máximo grado, no puede ser canal de vida que utilizaremos para que por su medio otras almas obtengan Nuestras Bendiciones.

El estado de Gracia en el alma, le asegurará a ésta el poder recibir, de continuo, Nuestra Vida y así ésta brillará cada vez más ante las demás almas, porque así estará cumpliendo la misión por la que fue creada.

Mis pequeños, no desperdiciéis el potencial que todos vosotros tenéis en vuestro interior, es vuestra alma la que vale y perdurará por siempre, cuidadla, abonadla, regadla para que sea fecunda a otras almas.
Os amo y os Bendigo en Mi Santísima Trinidad.