Jun 01_06 “Ni el ojo vio ni el oído oyó lo que Dios tiene preparado para las almas”.

Rosario Vespertino

 

Temas:

  • Pronto, vuestro Dios Espíritu Santo empezará a indicaros dentro de vuestro corazón lo que deberéis hacer.
  • Sed sencillos, pequeñitos, porque infinidad de Bendiciones están por derramarse sobre todas aquellas almas que son como niños.
  • Desead en vuestro corazón que ya venga el cambio, que ya venga la Purificación, solamente así, con vuestro deseo de corazón es como Yo podré actuar.
  • Todo regalo Divino, conlleva un compromiso y si no cumplís con él, también ello llevará un castigo, porque faltasteis a vuestra promesa, a vuestra donación.
  • Sin Mí, no sois nada, de Mi obtenéis todo, si realmente esto lo tuvierais en vuestro corazón, no os afligiríais, acudiríais continuamente a Mí, vuestro Dios.

 

Mensaje de Dios Padre y Dios Espíritu Santo a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Pronto, vuestro Dios Espíritu Santo empezará a indicaros dentro de vuestro corazón lo que deberéis hacer.
Hijitos Míos, a lo largo de la historia del Cristianismo habéis visto cómo muchos se acercan a Mí, han entendido lo que Yo os he dado, han tratado de buscar y de seguir Mis Enseñanzas, Mi Vida espiritual, Mi Amor, han tratado de ser ése Cristo que Yo quiero ver en cada uno de vosotros. El punto al que Yo quiero llegar, Mis pequeños, es explicaros lo que vosotros juzgáis cuando sucede algo grave, en que mueren buenos y malos en catástrofes mundiales, decís que pagan justos por pecadores, ahora Yo os quiero decir lo contrario. Yo os vine a enseñar lo que los pecadores ganaron por el Justo que murió por todos vosotros. Yo, vuestro Dios, vuestro Salvador, vine a enseñaros eso, Mis pequeños, cómo os debéis dar por vuestros hermanos que inmerecidamente, se pueden ganar el Reino de los Cielos. Digo inmerecidamente porque no hacen gran cosa por luchar, por ganarse el Gran Regalo que tengo para cada uno de vosotros. Por otro lado, sabéis que cada uno de vosotros ha recibido diferentes dones, gracias y bendiciones de acuerdo con vuestra misión y de acuerdo a la respuesta que cada uno de vosotros dais en vuestra vida espiritual.

Éstos son tiempos en los que ganarán, recibirán Mis Bendiciones, las Bendiciones de la Santísima Trinidad, muchos, muchos de vuestros hermanos pecadores, por el sacrificio de aquéllos que Me han seguido y que han tratado de vivir en el Amor.

Os he dicho anteriormente que con un puñado de almas totalmente sueltas a Mi Voluntad, Yo puedo cambiar al mundo entero. Éste es el tiempo, Mis pequeños, en que tomaré a un puñado de almas, con su sacrificio, con su donación, con el amor que Yo puse en su corazón y que ellos lo tomaron, lo agradecieron, lo potencializaron con sus obras y haré un cambio grande en toda la humanidad. Ganarán muchos pecadores.

Así es Mi Amor, Mis pequeños, ése es el Amor de vuestro Padre Dios, ése es el Amor de Nuestra Santísima Trinidad, Nosotros dándonos completamente por vosotros.

Mi Hijo os enseñó Mi Divinidad, Él Mismo os dijo, “el que Me ve a Mi, ve al Padre”. El Amor del Espíritu Santo, es el Amor de los Tres. Ciertamente cada Uno tiene Su Personalidad propia, pero los Tres derramamos Amor sobre todos vosotros. La humanidad ahora conocerá el Amor de la Santísima Trinidad, de Nosotros, Tres Personas Divinas, Un Solo Dios Verdadero. Conoceréis grandes portentos de Amor y sobre todo, la Bondad Infinita y Misericordiosa que Nosotros Tres queremos derramar sobre vosotros.

La Salvación es para todos vosotros. Muchos, muchos de vuestros hermanos todavía están pensando en las cosas del mundo; distraídos están de lo que sucede a su alrededor y que les afecta en lo material, pero no están viendo los cambios espirituales que ya también se están dando. Pronto, vuestro Dios Espíritu Santo empezará a indicaros dentro de vuestro corazón lo que deberéis hacer, cómo deberéis obrar y ahí es en donde vendrá la respuesta del hombre. El mismo hombre se ganará el Cielo ó la condenación eterna, de acuerdo a su donación y a su libre albedrío. Conocerán el Bien, lo palparán, conocerán el mal y si quieren seguir despreciando el Bien, que ya gozaron por momentos, será su decisión, libre y eterna.

Vosotros, Mis pequeños, que estáis Conmigo, con vuestro Dios, en la Trinidad Perfecta, os hemos escogido, sois parte del rebaño, muchas almas dependen de vosotros, de vuestra oración, de vuestra donación, de vuestro sacrificio. Muchos seréis llamados a la donación total en el sacrificio. Ya os he dicho que no temáis, es la donación total, como Mi Hijo, el Cordero, que se dio por todos vosotros, fue Manso hasta el final y así deberéis ser vosotros. La mansedumbre es un estado de santidad y de aceptación de Mi Voluntad en vuestra voluntad. Vuestra donación salvará a infinidad de almas, le arrebatará infinidad de almas a satanás, gracias a vosotros. Por eso os he pedido que os deis plena cuenta de lo que está sucediendo a vuestro alrededor en lo espiritual, para que entendáis Mis Planes, en cierta forma, porque no conoceréis realmente nunca Mi Misericordia y Mi Amor, porque no tenéis las capacidades para entender tanto Amor, pero sí gozaréis de éste Amor tan grande con el que Yo os regalo.

“Amaos los unos a los otros”, se os ha pedido, entrad pues por ésa puerta angosta, puerta difícil que os cuesta mucho, porque debéis dejar vuestro “yo”, debéis olvidaros de vosotros mismos y eso es lo que más os cuesta, Mis pequeños, debéis vivir para Mí, para vuestro Dios, debéis desaparecer para el mundo y ahora entraréis a vivir las bellezas celestiales, cuando Yo os tome y Mi Voluntad se derrame en vosotros. No debe haber temor en vuestra alma cuando en Mí, es todo Amor. Mi Amor no puede producir temor en vosotros. Teméis a lo desconocido, pero no Me podéis decir que Soy un Desconocido para vosotros, os he amado siempre y vosotros ya Me encontrasteis.

Así pues, Mis pequeños, venid a Mí, donaos en plenitud y veréis las grandes cosas que podré hacer Yo en vosotros y conoceréis que vuestra pequeñez puede llegar a una grandiosidad que ni siquiera os imagináis y todo por dejar vuestro “yo”, por dejar vuestro lastre humano y entrar a revestirse con la Divinidad de Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Espíritu Santo.
Sobre: Sed sencillos, pequeñitos, porque infinidad de Bendiciones están por derramarse sobre todas aquellas almas que son como niños.
Hijitos Míos, pronto la humanidad recibirá Mi don, Yo, vuestro Dios Espíritu Santo transformaré a la humanidad entera. Conoceréis Mi Sabiduría, conoceréis el Amor Divino, viviréis como verdaderos hermanos, haréis familia, familia santa y la humanidad podrá ponerse en contacto con el Cielo. Conoceréis las bondades de la Santísima Trinidad, las bondades que Nuestro Padre Dios ha creado para todos vosotros.

El hombre, en la presencia de Adán y Eva, apenas conocieron el principio de las bondades, pero Nuestro Amor Infinito, tiene grandes cosas para los escogidos. Ya Pablo lo decía: “ni el ojo vio ni el oído oyó lo que Dios tiene preparado para las almas”, las almas justas, las almas santas, que sois todos vosotros, que vivís en Fe, vivís en Pureza y vivís bajo el Amor.

Nuestro Amor es Infinito, Nuestras capacidades son Infinitas, no podéis entender lo que significa “Infinito”, porque vosotros sois finitos en vuestro cuerpo y os impide todavía entender lo Infinito, en donde vivirá el alma. Vuestra Fe, tiene que estar totalmente donada a Nosotros. Muchas cosas no entendéis porque sois pequeños, Yo, vuestro Dios Espíritu Santo, os iré educando, ó más bien podría deciros os iré reeducando y así todo aquello malo que entró en vuestro corazón y en vuestra mente, será eliminado, purificado, santificado.

Mis pequeños, esperad bellezas infinitas, que Nosotros, en Nuestra Trinidad, para con todos vosotros, el Reino del Amor os está esperando y está a las puertas, pero vosotros todavía no estáis preparados para pasar ésas puertas, por eso necesitamos vuestra donación total, absoluta, para que ésa transformación que Yo logre en cada uno de vosotros os dé las capacidades para que podáis gozar lo que os daremos. Sois demasiados pequeños ahora y no podríais entender los regalos infinitos que se os darán. Un niño pequeño no puede entender lo que una maquinaria grande puede producir. Así estáis vosotros ahora, es demasiado bello y demasiado grande lo que se os dará y con las capacidades actuales no podríais entender la maquinaria del Amor que se os va a dar.

Sed sencillos, humildes, ved vuestra alma, ved la necesidad que tiene de transformación. Dadnos vuestra alma, Nosotros lograremos el cambio.

Jesucristo, Hijo del Dios Verdadero, os vino a enseñar el camino que debéis seguir, tenéis los secretos totalmente a vuestra disposición, los secretos que otros quieren ver en lo obscuro y que dicen ser que pertenecen solamente para algunos, ésos no vienen de Nosotros. Lo Nuestro se da abiertamente, para que todas las almas lo tomen, lo gocen, están al alcance de todos, no hay imposibles para tomarnos, para gozar de Nuestras enseñanzas, no hay secretos en el Reino de los Cielos.

Vuestro Dios, Cristo Jesús, os pidió ser pequeños, ser como niños, para que entendierais los misterios del Cielo, porque solamente los pequeños pueden entender los misterios. Cuando ellos los ven, los palpan, saben qué sencillo es el Amor de vuestro Dios, no hay dificultad para un alma pequeña para conocer los Misterios Divinos. Solamente los soberbios, los engreídos, los que buscan los poderes ocultos, los que buscan los poderes de la Tierra, no pueden entender la sencillez. Es demasiado elevado para ellos, porque se han elevado en soberbia y la soberbia no se da en el Reino de los Cielos.

Sed sencillos, pequeñitos, porque infinidad de Bendiciones están por derramarse sobre todas aquellas almas que sean como niños. Os pido que no tratéis de entender nada, que no busquéis libros con explicaciones ocultas que no vienen de Nosotros, que no son Sabiduría Divina.

Sed sencillos para que Yo pueda entrar en vuestro corazón y os cambie todo vuestro interior y así, podáis entrar en el rebaño elegido.

Es tanto, tanto lo que se os dará, gozaréis tanto, Mis pequeños, que toda una eternidad no será suficiente para que podáis agradecer a vuestro Dios Sus Bondades.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Desead en vuestro corazón que ya venga el cambio, que ya venga la Purificación, solamente así, con vuestro deseo de corazón es como Yo podré actuar.
Hijitos Míos, actuad con prontitud, se os han revelado muchas cosas que la gran mayoría de vuestros hermanos no conocen. Vosotros sabéis en gran parte sobre los acontecimientos que se sucederán en breve. Muchos, muchos de vuestros hermanos ni siquiera se dan cuenta de esto, porque como os he dicho, están embebidos en las cosas del mundo, están viendo lo que la espiritualidad afectada, o sea, el pecado en las almas, están afectando, en lo material, al mundo.

Os he dicho que la espiritualidad, sea buena ó sea mala, se materializará en vuestros actos y esto es lo que, vuestros hermanos, la gran mayoría de ellos, pueden ver, pero no se dan cuenta de toda ésta maldad que ya os rodea, que os está ya aplastando.

Si vivierais en la virtud, en la pureza, en el amor, en la donación, en el apostolado, que tuvierais en vosotros la vida de Mi Hijo, vuestros actos serían diferentes y el resultado lo veríais también con un cambio de actitud entre vosotros, un crecimiento en todos sentidos: justicia a vuestro alrededor, amor entre vosotros, como hermanos, hijos de Un solo Dios.

Si vuestro interior fuera limpio, sano y santo, esto inmediatamente se reflejaría en vuestras obras y esto, a vuestro alrededor podría un cambio tremendo, bellísimo y podríais convivir unos con otros, en paz, en armonía, en vida santa. Pero, como veis ahora el mundo, os podéis dar perfectamente cuenta de cómo está el corazón de todos los hombres, en su gran mayoría, afectados por el mal, por el pecado, en mayor ó en menor grado. Pocas, muy pocas son las almas que luchan contra todo lo que satanás les provee.

Tenéis tantas tentaciones a vuestro alrededor, que si no caéis en una, caeréis en otra. Si no es vuestra palabra la que peque, será vuestro pensamiento y si no será vuestra acción; os habéis vuelto tan imperfectos porque habéis dejado entrar el pecado en vuestro corazón y lo habéis alimentado y por eso ahora se os hace tan difícil vivir en la Gracia, vivir en el Amor, vivir luchando contra la maldad de satanás, que está al acecho constantemente y no os deja respirar Gracia, vida Divina, Amor Infinito.

Mis pequeños, pedid para vosotros y para la humanidad entera, la Luz del Espíritu Santo, la Sabiduría  Santa del Espíritu Santo, la Pureza Infinita de Mi Hija, La Siempre Virgen María, la donación total de Mi Hijo, Cristo Jesús. Pedid Mi Amor de Padre, para que vosotros seáis también como padres con vuestros hermanos, os digo como padres, porque el amor del padre hacia los hijos, es mayor que el amor fraterno.

Desead en vuestro corazón que ya venga el cambio, que ya venga la Purificación, solamente así, con vuestro deseo de corazón es como Yo podré actuar. Sabéis que Yo no impongo Mis Deseos, vosotros debéis pedírmelos, porque al pedírmelos ya vosotros meditasteis el mal en el que estáis y el Bien que necesitáis y eso os lleva a la humildad. Es la humildad la que produce el cambio y es la bondad en vuestro corazón que desea el bien para vuestros hermanos lo que hace el cambio, lo que logra que Yo Me derrame sobre vosotros. Pedid por vuestros hermanos, los que distraídos están, para que abran su corazón, para que estén atentos a Mi Presencia que os rodea día a día, noche a noche. Todos vosotros estáis bajo Mi influjo de Amor constantemente, pero estáis tan distraídos, estáis tan ciegos a Mis Bondades, que ni las tomáis en cuenta.

PedidMe a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios que seáis iluminados como los apóstoles fueron iluminados en el Pentecostés. Quiero daros tanto, Mis pequeños, pero necesito que Me lo pidáis, necesito vuestra humildad, vuestra sencillez y vuestra donación.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Todo regalo Divino, conlleva un compromiso y si no cumplís con él, también ello llevará un castigo, porque faltasteis a vuestra promesa, a vuestra donación.
Hijitos Míos, cuando vosotros mismos o algún ser querido, tiene alguna dolencia o alguna enfermedad, lo lleváis al médico, él hará toda una serie de estudios basándose en sus conocimientos, para de ahí dar un diagnóstico y un tratamiento al padecimiento que se tenga.

Vosotros habéis sido educados en Mi Amor, en Mis Enseñanzas y podéis reconocer en vuestros hermanos la enfermedad que les acecha en lo espiritual, podéis reconocer cuando están afectados de una forma ó de otra por las fuerzas satánicas, ó aún por la misma debilidad del hombre.

Ciertamente a muy pocos de vuestros hermanos les es concedido conocer el corazón del hombre en profundidad, todo aquello que el hombre no dice por vergüenza. Esto Yo lo permito en algunas almas para que les ayuden a sus hermanos, para que puedan sacar de su interior todo aquello que les está impidiendo que se desarrollen plenamente en su espiritualidad y que puedan llevar a cabo correctamente su misión.

PedidMe, ser como Mi Hijo, médicos de cuerpos y almas, pedidMe que podáis curar con Mis dones a vuestros hermanos, tanto en su cuerpo, como en su alma. Ciertamente el cuerpo tiene que ser curado para que el alma lleve a cabo su misión. Por más deseos que tenga el alma de actuar, si su vehículo, que es su cuerpo no funciona bien si está enfermo, ó está dañado por diferentes causas, no podrá el alma llevar a cabo su misión.

Vosotros podréis ayudarles, dejadMe que Yo os conceda Mis dones, para que podáis ayudar a vuestros hermanos. Mis dones no son exclusivos de algunos de vosotros, Mis dones se dan en aquellas almas en las cuales Yo puedo confiar y que llevan una vida de donación, que llevan una vida de apostolado, que desean engrandecer Mi Reino y que Me han tomado como el Primero en su vida.

Yo puedo derramarMe sobre ésas almas, porque puedo confiar en ellas y sé que Me darán el ciento por uno.

Cuando Me pidáis algo, Mis pequeños, tened cuidado con lo que pedís, porque todo don, todo regalo Divino, conlleva un compromiso y si no cumplís con él, también ello llevará un castigo, porque faltasteis a vuestra promesa, a vuestra donación. Así como Soy un Dios Justo, también Soy un Dios Bondadoso. Muchos se quedan con la idea mía del Dios del Antiguo Testamento, el Dios Severo, el Dios castigador pero, solamente Soy así, Mis pequeños, con aquellos que no toman en serio Mis Palabras, con lo que Yo os pido y más aún, con los que bromean ó con los que blasfeman. Tened cuidado pues, porque no estoy Yo dispuesto a que os burléis de Mí, porque Yo no lo hago con vosotros, Yo respeto, respetadMe a Mi, vuestro Dios y así, en ésta forma también aprenderéis a respetar a vuestros hermanos.

No hay amor en vuestro corazón y por eso os tratáis mal entre unos y otros, os aprovecháis de los bienes materiales y espirituales de vuestros hermanos, aún de la vida de ellos os aprovecháis, os aprovecháis de su tiempo, os aprovecháis de todo lo que podéis para quitarles lo que no os corresponde. ¿Cómo puede haber justicia entre vosotros, si no hay justicia en vuestro corazón?, ¿cómo puede haber respeto hacia Mí, vuestro Dios, cuando no respetáis a vuestros hermanos?, no queréis conocerMe, Me rechazáis y por eso rechazáis a vuestros hermanos. Todo se desarrolla en el Amor, si no hay Amor y todo lo que significa Amor en vuestro corazón, no podréis convivir en el mundo del Amor.

En éste cambio que se os viene pronto, Yo escogeré a aquellas almas que producirán mucho fruto, almas que crecen grandes, robustas, fuertes, porque se alimentan de Mí, de Mi Savia Divina y al crecer darán fruto abundante, vivirán como verdaderos hermanos, ayudándose los unos a los otros, para seguir creciendo en múltiples formas. Y os digo esto, Mis pequeños, porque se os abrirán capacidades que tenéis ahora cerradas, dormidas por el Pecado Original. Conoceréis muchas nuevas cosas que se perdieron por el Pecado de vuestros Primeros Padres.

Tened Fe, Mis pequeños porque veréis, palparéis y gozaréis lo que Yo, vuestro Padre y vuestro Dios tengo para vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Sin Mí, no sois nada, de Mi obtenéis todo, si realmente esto lo tuvierais en vuestro corazón, no os afligiríais, acudiríais continuamente a Mí, vuestro Dios.
Mis pequeños, muchas veces os he escuchado que decís que no sabéis hacer las cosas porque no tenéis un patrón de conducta qué seguir.

Desde que Mi Hijo llegó a la Tierra, todo fue un patrón de conducta Divino. Cómo Él escogió la pobreza a la riqueza, cómo escogió la sencillez a la fama, no quiso fortuna, no la buscó, buscó la sencillez. La vida en la casita de Nazaret fue un ejemplo de vida que Yo desearía que siguierais cada uno de vosotros en vuestra familia. No os estoy hablando necesariamente de la pobreza material, sino de ésa vida espiritual en la que vivían y en la que debéis vivir cada uno de vosotros, en vuestra propia familia y así en la familia, en la Tierra. Su centro de vida era Yo, Su Alimento, era Yo, la vida íntima, era Conmigo. Yo era Su Consuelo, Su Refugio, Su Sabiduría, en todo lo que necesitaban, inmediatamente, acudían a Mí.

Debíais saber, Mis pequeños, como os he dicho, que sin Mí, no sois nada, de Mi obtenéis todo, si realmente esto lo tuvierais en vuestro corazón, no os afligiríais, acudiríais continuamente a Mí, vuestro Dios. Yo os puedo aconsejar, Yo os puedo ayudar, os puedo guiar, conozco vuestra vida, vuestras necesidades particulares, vuestras necesidades de grupo, aún las necesidades que tenéis como país ó como mundo. Yo conozco todo, Mis pequeños y Yo tengo el mejor remedio a cada una de vuestras necesidades, vosotros no tenéis la Sabiduría que tengo Yo.

Un bebé, un niño pequeñito, cundo apenas está aprendiendo a conocer las cosas que le rodean, cuando apenas está aprendiendo a darse cuenta de lo que le rodea, hay tantas cosas que no comprende, pero que confía en que sus padres se las van a resolver y ésa es la confianza que Yo quiero que tengáis cada uno de vosotros, confianza de niños, confianza en acercarse a Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, sabiendo que tendréis respuesta. No Me tengáis como a ése Dios lejano que no os escucha y que no le interesa vuestra vida y vuestro desarrollo en la Tierra. ¡No!, Mis pequeños, tan es así, que os amo, que estoy interesado en vosotros, que vivo en vuestro corazón a través del Espíritu Santo. Yo os conozco perfectamente a cada uno de vosotros y aquellos que están Conmigo, conocen Mi manera de actuar, en ellos y en su vida. Yo Mismo os voy indicando vuestras necesidades y en humildad, vosotros pedís por ellas y así es como el hombre se va haciendo grande, espiritualmente hablando, porque convive Conmigo, sabe pedir, recibe y sabe agradecer por los bienes recibidos, cosa que  mucho se os olvida hacer.

Confiad en Mí, vuestro Dios, que Yo os puedo proveer de todo, pero de todo lo bueno que os va a engrandecer, como hijos Míos que sois, herederos de un Reino, herederos, porque Yo os he hecho Mis hijos a través de Mi Hijo.

DadMe vuestro ser, dadMe vuestra vida, sed pequeñitos, para que Yo os pueda cargar y os pueda atraer a Mi Corazón. Yo os amo, os amo infinitamente y deseo que podáis tenerMe la confianza de que vuestro Padre está con vosotros, que os conoce, os ha cargado porque os ama y así tendréis más confianza en estar Conmigo y pedirMe lo que necesitéis. No os quedéis con el Dios del Antiguo Testamento, Yo Soy el Dios del Amor que os vino a mostrar Mi Hijo.
Gracias, Mis pequeños.